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Experiencias morbosas 2

en Hetero: General

EXPERIENCIAS  MORBOSAS 2

Se despertó Ana y con un gesto le dijo a Mabel que se acercara. Entonces se despertó también Ander. Fue la reacción de la joven pareja la que hizo que Mabel creyera definitivamente que lo ocurrido era real. Se mostraron muy cariñosos con ella, con caras de satisfacción y casi de orgullo.

Hablaron de lo que le iba a poner en el Whatsapp al vecino. Metió el número en contactos nombrándolo “vecino po-ion” y actualizó la aplicación para encontrarlo.

Mabel: hola, soy la vecina de enfrente.

Pasaron tres minutos y los doble check azul no aparecía. Iba a cerrar el programa cuando apareció, y a continuación “escribiendo….”

         Vecino po-ion: sabía q me dirías algo

         Mabel: pq estas tan seguro?

         Vecino po-ion: pq t gusto lo q viste esta mañana

         Mabel: si, me gusto, y kiero verlo de cerca……

         Vecino po-ion: hummm, me gusta

         Mabel: pero no kiero que sea una infidelidad, díselo también a tu mujer

         Vecino po-ion: juegas fuerte!!

         Mabel: siempre lo intento. Y vosotros?

         Vecino po-ion: a ganar!!

         Mabel: pues esta noche

         Vecino po-ion: ok. Aquí, en tu casa o en hotel?

         Mabel: aquí en mi casa. Tengo compañía y si surge, se unen……

         Vecino po-ion: Joder tia, como vas!!!

         Mabel: t importa?

         Vecino po-ion: Noooo. Chico o chica?

         Mabel: chico y chica

         Vecino po-ion: como me gusta dice mi mujer!!!!

         Mabel: a las 23h. puerta 7. Patio ya lo sabes.

         Vecino po-ion: ok. Duchados y con una botella de vino.

         Mabel: me estoy mojando ya…….

         Vecino po-ion: pues ni t imaginas lo q t espera…..

A continuación se acercaron a la ventana desde donde se podía ver la ventana del vecino. Ahí estaba el vecino y su mujer, abrazados mirando a su ventana. Se acercaron Ana y Mabel y se estamparon un morreo para que lo vieran la pareja. Estos, cuando volvieron a mirar ellas, se dieron otro morreo mientras la mujer le sobaba el paquete al marido por encima del pantalón. Se despidió Mabel guiñándole el ojo.

Mabel y Ana todavía no daban crédito a lo que estaba ocurriendo, pero se estaban metiendo en una espiral de lujuria que no podían ni querían parar. Estuvieron hablando durante un buen rato de cómo sería el encuentro, de cómo se lo tomarían los vecinos, de cuando intervendrían Ana y Ander o solo hacían de expectantes voyeurs.

Los temas iban fluyendo e iban variando de un lugar a otro. Mabel comentaba que tenía un compañero de trabajo con el que había cogido mucha confianza y se contaban cosas intimas, que su mujer había pasado por varias etapas. No sabía por qué, pero tras una etapa normal de sexo en pareja más o menos fogoso, vino otra de apatía sin saber bien por qué. Dice que lo habían hablado y que ella no le daba una respuesta lógica. Que si, que lo sabía pero que no sabía lo que le pasaba a su cuerpo. Tenían ambos ahora unos cuarenta años, y llevaban por lo menos ocho así. Sólo hacían el amor cuando él se lo proponía, pudiendo pasar más de tres semanas sin tocarse. Y cuando lo hacían, ella actuaba poco menos que de “recipiente”, sin apenas interactuar. Lo hablaban pero no cambiaba la actitud. Eso de hacerlo dos veces en una semana parecía un martirio para ella. Poco a poco, sin saber muy bien por qué, las cosas fueron cambiando, se volvió algo más activa, pero casi mas por complacerle a él que por voluntad propia. Cuando llevaban más de una semana sin tener sexo, igual era ella la que lo provocaba y se mostraba activa, siempre desde su pasividad. Pero como quisiera hacerlo otra vez a los pocos día, nuevamente la apatía. Y sin embargo ahora le dice que es una máquina. Que le lleva a sitios de intercambio incluso, y es feroz en la cama. Según le decía el chico la mente de la mujer es incomprensible. Le recordaba un poco a esta pareja de vecinos comentaba Mabel. Tendrán la misma edad que su compañero de trabajo, y vete tú a saber si esa misma actitud pasiva la llegó a tener ella y ahora le va el rollo cañero.

Ana decía que no lo entendía, por que el sexo es una de las cosas gratis que hay en la vida que si lo haces porque quieres y con quien quieres es de lo mejor. Pero Mabel le decía que ella opinaba igual, pero al hablar con este chico se daba cuenta que a lo largo de la vida las mentalidades, personas, situaciones, iban cambiando, y no sabes lo que te deparará en un futuro a ti misma la vida.

La conversación se había tornado muy profunda y Ander no estaba dispuesto a que esa noche acabara en un muermo, por lo que pronto cambió de tema y siguieron comentando lo que les podía deparar aquella próxima noche. Entre conversaciones, divagaciones y reflexiones mas o menos banales, pasaron la tarde. Se les hizo tarde, por lo que mientras unos se duchaban otros iban preparando un bocado para cenar. Dudaron qué ponerse para la ocasión. Al fin y al cabo era la primera vez que iban a tener un encuentro sexual entre cinco personas, siendo dos de ellas bastante mas mayores que ellos. Fue motivo de otro pequeño gran momento de reflexión. Llegaron a la conclusión que se pondrían algo sencillo, como de “estar por casa” pero a la vez sensual y provocativo. En ello Ana apareció con un vestidito de gasa, semitransparente, dejando entrever su precioso cuerpo, sin sujetador y con un tanguita de hilo negro que según como se movía, podía dejarse ver al final del vestido. Mabel apareció con unos pantaloncitos blancos ajustados tipo culotte, que por más que miraba Ander no encontraba el reborde de la tela de las braguitas, por lo que supuso que no se había puesto. Arriba un top cortito, marcando perfectamente el punto alto de sus pezones y dejando al vuelo el borde del top que se movía al compás de sus pechos al andar. Ander llevaba unos pantalones cortos de correr y una camiseta de tirantes que dejaba ver su anatomía musculosa sin problemas.

Cenaron con algo de tensión, entre silencios y comentarios risueños. En principio quedaron que como esto era una cosa entre Mabel y el vecino, ellos serían los que hablarían y pondrían las “normas” si aquello podía tener alguna norma. Pero en principio Ana y Ander se mantendrían al margen, de manera voyeur, a espera de una señal para intervenir. Si quedaron que si ésta no llegaba, ellos se lo podían montar paralelamente por su cuenta, por que Ana sabía perfectamente que con la calentura de la situación no iba a aguantar sin comerse la polla de su novio.

Faltaban cinco minutos para las once cuando tocaron el telefonillo. Parecía que ellos estaban ansiosos de la sesión. Subieron los dos cogidos de la mano, con una botella de vino y una bolsa que no se veía nada de su interior. Les abrió Mabel. Hicieron las presentaciones pertinentes, dándose dos besos cada uno. Los vecinos no quisieron revelar sus verdaderos nombres, así se lo indicaron a Mabel, y se hicieron llamar Angel él y Demonio ella. Mabel les dijo su verdadero nombre, pero que a partir de ese momento entraba en su juego y le podían llamar como quisieran. Angel la miró de arriba abajo y mirando a su mujer le dijo que la llamarían Lujuria. A Mabel le gustó. Entraron en casa y siguiendo su juego Mabel les dijo que estos eran sus amigos. Ella se aventuró a ponerles nombres ficticios, por lo que haciendo una pequeña pausa, la cual en un principio Ana y Ander no entendieron, los presentó como Desenfreno a Ana y como Sinfín a Ander. Angel tras oírlo, recopiló todos los nombres para que no se les olvidaran, dando una especie de “lección magistral” explicando que les gustaba el juego de ponerse nombres no reales en este tipo de citas, pues hacía todo mas morboso.

-       Entonces tenemos a Lujuria, nuestra preciosa vecinita, a Desenfreno la amiga de Lujuria, muy apetecible por cierto; a Sinfín, un joven de buena presencia y por el nombre, creo que a nuestras féminas las dejará bien contentas. Y a nosotros, Demonio, mi guapa mujer, un volcán de pasión y a mi mismo, Angel, que os ruego no os llevéis a engaño con mi apodo. –aclaró el vecino entre risas.

-       Antes de nada, y aunque parezca que corto el rollo, que sepáis que esto es la primera vez que lo hacemos, por lo que se nos notará nuestra inexperiencia, pero nos apetece mucho, -dijo Lujuria, todavía sin haberse metido del todo en el papel.

-       Siempre hay una primera vez, -dijo Demonio,- seguro que lo guardarás con mucho cariño este recuerdo. A mí me pasó con la primera vez –añadió.

-       Pues si os parece abrimos esa botella que lleváis para ir rompiendo el hielo, - dijo Sinfín.

Cogió Desenfreno la botella y la dejó en la mesa pequeña del comedor, y entró a la cocina para sacar unas copas, junto con un bol con algo de picar. Abrió la botella y sirvió vino en las cinco copas. Estando de pie brindaron por una noche inolvidable y se sentaron para seguir hablando. Sinfín se sentó en una silla, y en sus piernas Desenfreno. Angel en un extremo del sofá y Demonio en el otro, dejando el centro del sofá para Lujuria.

Demonio no paraba de observar a Lujuria. Se imaginaba el joven cuerpo de la joven bajo ese top y esas mallas blancas y estaba empezando a humedecerse. Cruzó las piernas para apretarse su sexo, dejando casi todas sus piernas al aire, pues la minifalda que llevaba se le subió mucho. Arriba llevaba una blusa muy abierta, dejando ver el amplio canalillo de sus pechos, juntos y estrujados fruto del sostén que llevaba. Remataba su vestimenta con unos zapatos de aguja negros. Bebía de la copa con exagerada postura de zorrona, cosa que le encantaba a Angel, que la miraba y ya sabía que se estaba poniendo a cien. Angel llevaba unos pantalones vaqueros y una camiseta bastante ajustada, marcando su anatomía trabajada por el gimnasio.

Lujuria se le veía sobreexcitada. Marcaba espectacularmente sus dos pezones en el top que llevaba puesto, como obligando al borde del top a dejar al aire su ombligo y su vientre, con un movimiento acelerado de respiración, fruto de su excitación. Angel empezó una conversación banal para intentar sosegar el ambiente, pues veía la actitud de Lujuria, y la de su mujer Demonio. Por ésta ya estarían a la faena, la conocía, pero quiso llevar el tema más reposadamente pues sabía que eran novatos en todo esto. Tras unas risas y un par de comentarios Lujuria se empezó a tranquilizar y relajar, momento en que Demonio y Angel aprovecharon para acercarse a la joven para seguir departiendo. Lujuria entraba en la conversación de forma amena, mientras daba pequeños sorbos en su copa de vino. Sinfín y Desenfreno, fruto del papel que se habían dado con anterioridad permanecieron en segundo plano, pero no por ello estaban más relajados. Desenfreno solo había que observar a Demonio y se estaba poniendo a cien. Su vestido de gasa marcaba a la perfección sus pezones rosados. Cuando Demonio se acercó a Lujuria, se colocó con las piernas abiertas, por lo que Desenfreno y Sinfín vieron a la perfección el coño totalmente depilado de Demonio. Se le veían unas perfectas piernas, desde los pies casi al descubierto en su totalidad por aquellos zapatos de tacón alto, alta sus preciosos y morenos gemelos y sus tersos y definidos muslos, para acabar con su monte de Venus que lo podían ver perfectamente pues la minifalda que llevaba estaba lo suficientemente alta para verlo, además de tener la piernas separadas. Desenfreno podía jurar que aquellos labios vaginales de Demonio estaban ya brillantes de excitación, además de notar como marcaba unos grandes pezones bajo la blusa, a pesar de llevar un precioso sostén que hacía marcar un abundante escote moreno. Desenfreno estaba sentada en una pierna de Sinfín, de forma que sus piernas estaban juntas frente al cuerpo de su novio mientras ella tenía pasado una mano por el cuello del joven. Por la excitación de su visión cambió de posición, de forma que ahora seguía sentada en la misma pierna del joven, pero ahora con una pierna suya a cada lado de la del joven, de forma que al llevar ese mínimo vestido de gasa, su coño protegido por el minúsculo tanga negro de hilo estaba en contacto directo con la pierna de su joven novio, por lo que con leves movimientos conseguía frotarse con ella y empezar a darse placer en su excitado coño. Su novio notaba ya la caliente temperatura de su seño en su pierna, por lo que aprovechó para poner sus manos en sus muslos y acariciarla.

Lujuria estaba en plan coqueta con Angel, con risas, tocamientos esporádicos en su pierna y a veces en la de Demonio. A la segunda vez que tocó la pierna de Demonio se percató del tacto suave y terso de esas bien definidas piernas, por lo que apoyándose en el respaldo del sillón y mientras hablaba con Angel, mantuvo su mano acariciando la pierna derecha de Demonio desde la rodilla hasta media pierna, momento en que la bajaba por el interior del muslo. Así repetidas veces. Demonio ante aquella acción se excitó mas, abriendo levemente mas sus piernas, como invitando a Lujuria a seguir tocando, a la vez que se percató de los movimientos de Desenfreno sobre la pierna de Sinfín, a la par de sus miradas a su coño. Se desabrochó otro botón de la blusa, dejando ver todavía más su amplio escote.

La conversación de Angel con Lujuria dio un giro y empezaron a hablar de temas mas sensuales. Lujuria se tocaba su pelo dejándolo caer sobre su pecho mientras ella bajaba la mano mas allá y se tocaba su duro pezón derecho por encima de la tela, y volvía a subir la mano de forma que arrastraba levemente la tela del top dejando ver la parte baja de su pecho derecho, redondo y terso, a la par que movia las piernas de forma nerviosa, abriéndolas y cerrándolas, mientras la telita de sus pantalones se le plegaban a la par que los pliegues de su sexo. Angel no aguantó más y le acarició la cara, desde la oreja hasta la mejilla, llegó a sus labios y los tocó levemente, mientras Lujuria no pudo más que cerrar los ojos notando aquellas caricias. Cuando recorrió sus labios bajó por el dedo índice por su barbilla y su cuello. Siguió sobre la tela de su top, haciendo un par de círculos amplios alrededor de su pezón derecho, hasta que lo tocó y pellizcó con dos dedos. Lujuria seguía con los ojos cerrados, sintiendo cada movimiento de aquella mano experta, mientras ella seguía acariciando la pierna de Demonio, con la particularidad que esta vez sí llegó más allá de su muslo y llegó a sentir la humedad del coño de la mujer de Angel, parándose allí para acariciar la piel depilada de su sexo. Para entonces Angel había continuado con su dedo furtivo y se había introducido en el interior del top, pudiendo magrear a conciencia los grandes y jóvenes senos de Lujuria. Esta se encontraba en una nube cuando notó los labios de Angel en sus labios, cuando notó la lengua de Angel en el interior de su boca, buscando su juguetona lengua. Para cuando sus lenguas llevaban un rato peleando en un profundo beso, la mano de Lujuria ya estaba tocando el paquete de Angel por encima del pantalón con su mano derecha, mientras que con la izquierda estaba jugueteando con el sexo de Demonio. Demonio ya estaba sobando el pecho izquierdo de Lujuria mientras que con la otra mano se levantaba la minifalda para ver como su amante fémina jugaba con su sexo.

Por su lado Desenfreno seguía frotándose su sexo sobre la pierna de su novio, pero esta vez con el tanga separado a un lado, por lo que se frotaba su coño directamente sobre la pierna, mientras estaban fundidos en un beso y el chico le sobaba las tetas a la joven por encima del vestido.

No había pasado ni un minuto cuando Lujuria estaba posicionada sobre Angel, frotando su sexo con el gran bulto del pantalón del hombre, con el top por encima de sus pechos y besándose, mientras ella ya había abierto su pantalón y estaba sacando la punta de su polla. Demonio se había deshecho de su blusa y se había acercado a los dos, de rodillas sobre el sofá, de forma que quien estaba tocando el sexo de su mujer bajo la minifalda era Angel.

No habían pasado ni dos minutos mas cuando Demonio, de pie, de había quitado su minifalda y su sostén y acariciaba la espalda de Lujuria, la cual ya se encontraba sin sus pantaloncitos blancos, pues Angel se los había rasgado totalmente, y ella estaba acariciando su sexo con la gran polla que salía de los pantalones del hombre. Ángel se había quitado su camiseta y Lujuria se apoyaba sobre sus fuertes pectorales.

La siguiente escena que presenciaban Sinfín y Desenfreno fue a Demonio tumbada en el sofá, hacia arriba, mientras Lujuria le comía su coño con verdadero frenesí y le tocaba sus grandes tetas, y Angel, desde detrás, le chupaba el coño desde el clítoris hasta el ano a Lujuria, mientras se deshacía de sus pantalones, quedando totalmente desnudo y pudiendo comprobar nuestra pareja voyeur un falo de dimensiones abrumadoras pegado a aquel cuerpo. Demonio guiaba con sus manos en la cabeza de Lujuria las presión exacta que ésta debía realizar en su chorreante coño, mientras de vez en cuando se pellizcaba los pezones con una de sus manos o se chupaba dos de sus dedos como simulando una felación. Demonio estaba embargada de un incontrolable gozo sexual, concentrada en la comida de coño que le estaba haciendo su joven vecina. Esta chupaba, presionaba, succionaba, rebañaba, mordía, tocaba y un sinfín mas de actos que de forma continuada y fruto de la situación en la que se encontraba embebida no podía parar de hacer. Cualquiera que le viera no se podía suponer que esa era la segunda vez que gozaba con el cuerpo de otra mujer, y la primera fue hacia escasas horas. Mientras tanto Angel segía poniendo a tono a Lujuria desde su retaguardia, ahora estaba de pie, tras ella, acariciándole con una mano su desnuda espalda y a veces llegando a tocar una de sus tetas que se bamboleaban sobre las piernas de su esposa, mientras que con la otra mano se masturbaba lentamente su ya increíble polla como queriendo que creciera cinco centímetros mas, cuando a vistas de Sinfín y Desenfreno las dimensiones de aquella poderosa arma de sexo eran sencillamente brutales. De vez en cuando golpeaba con la punta de su gran glande el sexo de Lujuria, a la par que esta al notarlo, estiraba una mano a su sexo para al menor palpar aquella brutalidad de polla y restregársela sobre sus labios vaginales, como queriendo acostumbrar a su joven sexo a lo que le venía.

Desenfreno miraba absorta las dimensiones del falo mientras masturbaba la polla de su novio, que hasta el día de hoy, creía que eran de proporciones muy superiores a lo normal. Y lo eran, pero comparado con la herramienta de Angel, todo parecía poco. Desenfreno seguía frotándose su sexo sobre la pierna de su novio mientras con una mano recorría la longitud de su miembro. Por su parte Sinfín  se chupaba un dedo para a continuación alojarlo lentamente, con cuidado, acoplándose a los movimientos de su novia, dentro de se ano, haciendo que Desenfreno soltara un suspiro y ralentizara sus movimientos para percibir mejor la entrada de ese dedo furtivo por su orto. Con la otra mano ya le había subido su vestidito por encima de sus tetas, dejando ver su perfecto cuerpo, su delgada cintura, sus equilibrados pechos, a la vista de una Demonio que la miraba a la espera poder degustar ese joven cuerpo.

Lujuria estaba tan absorta en el coño y tetas de Demonio que casi le vino de sorpresa la embestida que le hizo Angel con aquel pedazo de polla incrustándose en su interior, abriéndose paso entres sus paredes uterinas plenamente húmedas y lubricadas. Notaba cada centímetro de polla atravesando sus labios menores y llenando su cavidad sexual como nunca antes se había llenado. Incluso más que aquel día que encontró el consolador talla XXL de su madre y lo probó embargada por las dimensiones de tal aparato. Se abría paso el falo de Angel y parecía que no tenía fin, hasta que por fin golpeó con su cuerpo en su trasero, con sus huevos en sus labios mayores, notando aquel miembro viril hasta lo más hondo de su ser. Lo sacó de forma lenta, como queriendo degustar cada centímetro de coño de la joven. Notaba su miembro bien presionado por aquella joven cavidad sexual de Lujuria, por lo que le proporcionaba su buena ración de placer. Cuando repitió la acción dos ó tres veces más, empezó a aumentar el ritmo de las embestidas. Lujuria no tuvo más que dejar de chupar el coño de Demonio porque  no podía dejar de dar pequeños gritos de placer mientras mascullaba palabras del estilo; “me estas clavando” o “pedazo de polla que tienes”. No habían pasado más de dos minutos con aquel ritmo cuando sus piernas se le quedaron sin fuerzas y le vino un orgasmo de proporciones inmensas, no conocida por ella, mientras de su coño chorrearon dos o tres chorros de espeso liquido mientras caía sin fuerzas sobre el sofá con unos espasmos incontrolables que le duraron más de un minuto, con la cara desencajada de placer y las piernas semicruzadas como protegiendo su tesoro sexual y el tremendo gozo que le invadía todo el cuerpo. Se quedaron mirando a Lujuria Angel y Demonio, él de pie, ella abrazada a su cara pues había caído la joven sobre su vientre, y la sujetaba pues con los movimientos que tenía pensaba que se podía caer al suelo. Sinfín y Desenfreno flipaban con aquello. Desenfreno le chorreaba el coño pensando solamente en meterse aquel miembro. Se mantenían en una perfecta visión voyeur de todo lo sucedido, esperando a que llegara su momento. Cuando empezó a recobrar el aliento Lujuria, todos esperaban a ver qué es lo que decía, pues se habían incluso llegado a asustarse al verla con esos increíbles espasmos. Cuando pudo hablar, se le puso una sonrisa de oreja a oreja, y mirando con su cara mas de zorra posible le dijo a Angel: “cabrón, clávame otra vez tu polla que me ha sabido a poco”, mientras se incorporaba y se metía el glande de su polla en la boca. Era tan grueso que le costó acomodárselo al principio. Luego ya era capaz de meterse varios centímetros de falo hasta que le tocaba el fondo de la garganta. Se sentía guarra, sucia, zorra, pero le estaba encantando sentirse así, no podía parar de querer más y más. Mientras Angel y Demonio se fundieron en un beso profundo mientras él le manoseaba el culo y llegaba con sus dedos a jugar con su sexo y con su ano.

Desenfreno estaba arrodillada delante de sinfín y le estaba proporcionando una comida de polla de las que hacen época. El joven tenía el cuerpo arqueado hacia atrás, exhibiendo su polla lo mas larga que podía, mientras ella manoseaban los huevos y le hacía una paja con el resto de falo que iba desde su boca a la base del pene. Ya se había quitado de todo el vestido y estaba completamente desnuda. Desde la posición de Demonio y Angel se la veía sencillamente perfecta. Le excitaba mucho a Demonio el cuerpo de una mujer, y ya tenía ganas de tener aquel joven caramelito para ella, después de haber degustado a Lujuria. Pero sabía que todavía tenía trabajo que hacer con Lujuria antes de cambiar de pareja. La noche había empezado muy bien, pero solo era el principio.

Tras varios minutos de felación de Lujuria, se sacó aquel trozo de carne de la boca y mirándole a los ojos, y abriéndose de piernas mientras se recostaba y se frotaba el coño con sus manos le decía muy seria: “follame otra vez, reviéntame a pollazos”. Angel no perdió ni un solo segundo, se acomodó frente a ella y de una certera embestida le perforó hasta lo mas profundo que pudo, mientras Lujuria no pudo más que soltar un grito de mezcla de dolor y placer. Aquella polla le abarcaba todo su orificio sexual y la llenaba por completo. Angel empezó desde el principio un mete saca rápido y constante, mientras tenía levantadas las piernas de Lujuria para poder entrar hasta el fondo, chocando sus huevos contra su culo, oyéndose un “chof, chof” fruto de los flujos internos de la joven. Esta se sobaba con frenesí su clítoris, buscando su segundo orgasmo. No tardó mucho, pero no fue por el frote de su clítoris, sino un orgasmo interno, fruto de los pollazos en el interior de su coño, volviendo a soltar chorros de liquido, a la par que volvían los espasmos, mientras se oía como Desenfreno le decía a Sinfín: “mírala, está teniendo otro squirt la muy guarra”. Lujuria quería más, y a la par seguía masturbándose con sus dedos el clítoris, por lo que en apenas un minuto después de su segundo orgasmo, y sin dejar Angel de taladrarla, le vino un tercer orgasmo, clitoriano esta vez, que le hizo estremecerse de nuevo, caer sin fuerzas sobre el sofá donde estaba recostada como un muñeco a merced del valeroso Angel, que sin piedad, seguía entrando y saliendo con más velocidad y fuerza del interior de Lujuria, la cual tenía las orbitas de sus ojos blancas y la cara desencajada de placer. Pasados unos instantes se volvió a aferrar a los fuertes brazos de Angel mientras era ella la que presionaba para notar aquel fenómeno de la naturaleza en su interior. Aquello era un no parar, la resistencia de Angel y el placer que sentía Lujuria, junto a la sobreexcitación que tenía le hizo venirse tres veces más en apenas dos minutos. Su amiga flipaba con ella, comentando la “jugada” con su novia al que le decía: “será cacho perra, ahora resulta que es multiorgasmica”.

Demonio que conocía a Angel, sabía que le iba a dar su merecido a Lujuria, por lo que contemplando de primer plano la escena, había sacado de la bolsa que había traído un consolador de tamaño no muy grueso, y se lo estaba metiendo en su coño, de pie como estaba en ese momento, con una pierna subida al sofá, de forma que su pie estaba junto a la cara de Lujuria, y ésta como en un acto reflejo de protección ante las embestidas de la polla de Angel, se aferró a su tobillo, para a continuación pasar a chupar el pie de la mujer de su taladrador. Cuando el consolador que estaba usando Demonio estaba suficientemente húmedo de sus flujos, se acercó al oído de Lujuria y le dijo: “niña, ahora sí que vas a saber lo que es estar plenamente llena”. Lujuria no acertó a entender, pero tras notar una especie de liquido algo fresquito en su ano, notó como se abría paso con relativa facilidad el consolador de Demonio. No le dio tiempo a nada, mientras las embestidas de Angel la sumían en un placer indescriptible, la sensación de ser perforada por el ano, pese a ser sorpresiva en un primer momento, se convirtió en bastante agradable. Ahora entendía la frase de Demonio, cuando se refería a estar perfectamente llena. Pese a que estaba experimentando una especie de escozor o quemazón en el ano en un primer momento, rápidamente la sensación de placer fue mayor a la sensación incomoda inicial, empezando a disfrutar de aquello, mediante gemidos profundos y llenos de placer. Se le estaba haciendo aquella experiencia única y maravillosa, y no quería que parara de bombear su amante, pues aunque no eran orgasmos tan grandes como los iniciales, la sensación de correrse cada pocos segundos era constante. Se estaba quedado exhausta. Notaba su ano dilatado, y mas todavía su coño. No quiso ni imaginarse la polla de Angel taladrando su ano, pero era inevitable pensar en ello, por el placer que notaba por su orto, nuevo y distinto a cualquier otro que hubiera experimentado.

-       Métemela por el culo –clara y concisa fue la orden de Lujuria a Angel, clavándole la mirada-.

-       ¿estás completamente segura?

-       Lo único que sé es que quiero que me la claves por el culo –le contestó ida de placer-.

-       Pues prepárate jovencita –dijo Angel-.

Sacó su polla del coño y se lo puso en la puerta de su ano. Demonio le puso un poco mas de vaselina en el ano y en la punta del glande. A pesar de lo muy dilatado que tenía ya el ano, debía abrirse más para alojar aquella polla. Empezó despacio, abriéndose paso, probando varias veces,  mientras ella le iba dando su aprobación con cortos “sis”, mientras ella se aferraba a los brazos de Angel, y notaba el quemazón inicial de las paredes de su orto acoplándose a la dimensión de aquella polla. Tras varios intentos estaba alojado todo el glande en el interior. Lo más difícil ya estaba conseguido. Demonio le extendió algo más de vaselina en el tronco de su polla y se lo extendió a modo de paja. Angel empezó a introducir más, poco a poco, mientras los gritos de Lujuria eran ya bastante sonoros, pero entre grito y grito le decía “vamos sigue”, por lo que Angel siguió introduciéndola. Cuando llevaba casi media polla dentro, no quiso forzar mas y empezó un mete saca a la vez que Demonio empezó a masturbarla. Sabía que el escozor inicial en el ano se llevaba menor con el placer que le daba una masturbación clitoriana. No habían pasado ni veinte segundos cuando empezó a experimentar otro squirt, bañando el bajo vientre de Angel. Lujuria estaba fuera de si, era ella la que pedía embestidas mayores por su ano, mientras se fundía en un beso con Demonio. Tras un par de minutos, y fruto de la gran presión que ejercían las paredes rectales de Lujuria en la polla de Angel, a la vez de las grandes sensaciones que estaban experimentando los tres, con la mirada inquisitiva, bobalicona y expectante de Sinfín y Desenfreno, Angel aceleró la respiración mientras aceleraba las embestidas por el culo de Lujuria. Demonio sabía que se iba a correr, por lo que dejó de besar a su joven amante y le dijo a su marido: “queremos toda la corrida en nuestras bocas”. Angel no pudo resistirse, e incrustando toda su polla lo máximo que podía en el interior de Lujuria soltó dos tremendos chorros de lefa en su interior. Lujuria estaba ya anestesiada por el placer, pero notó perfectamente la leche caliente en su interior, a la par que soltaba dos gritos de placer y casi dolor por la profundidad de esa última embestida. A continuación sacó la polla y las dirigió a las bocas de sus dos hembras en celo. Las regó con seis o siete chorros de semen mas, a cada cual más abundante. Les llenó por igual el pelo y los ojos que la boca. Cuando acabó de soltar semen, mientras apretaba su polla con su mano, la introdujo en la boca de Lujuria y a continuación de Demonio, recogiendo los lefazos que tenían por la cara y para introducírselos en la boca. A continuación, ellas dos se fundieron en un beso compartiendo el semen del hombre, mientras tragaban afanosas el regalo que les había dado esa polla enorme de Angel.

Para contemplar toda aquella escena Desenfreno había dejado de mamarle la polla a Sinfín y sentados de nuevo la uno sobre el otro, observaban detenidamente todo lo ocurrido, mientras se masturbaban mutuamente. A Desenfreno se le ponían los ojos como platos al ver a aquella polla taladrando el ano de su amiga, al ver la abertura que se le había quedado y ver fluir por el mismo el semen que había depositado Angel en su interior. A Sinfín se había excitado la forma de besarse las dos mujeres, compartiendo el semen y como gustosamente se lo habían tragado.

En el ambiente se respiraba un olor a sexo muy penetrante. Se quedaron los tres participantes de esta primera orgía sentados en el sofá, exhaustos pero con ganas de mas, mientras se bebían las últimas gotas del vino que habían abierto hacía ya un buen rato. Desenfreno y Sinfín dejaron de masturbarse, para beber también la última copa que había rellenado Angel.

-       Os habréis quedado bien a gusto –dijo Desenfreno irónicamente-.

-       Eso que os lo responda vuestra amiga Lujuria. Creo que ha tenido una buena ración de amor –rio Angel tras decirlo-.

-       La verdad es que se ha portado muy buen esta jovencita. No creía que iba a aguantar la primera vez a Angel de la manera que lo ha hecho, -dijo Demonio-.

-       ¿Aguantar? Estoy hecha polvo. Pero menudo polvo!! Esto es gloria. Me duele todo mi cuerpo, pero en mi vida me habían follado de esta manera. Te doy mi enhorabuena Demonio, por que aguantar día tras día la polla de este tío es digno de enhorabuena……y de envidia, -afirmo Lujuria-.

-       Bueno, bueno, me vas a poner rojo.

-       Rojo es como me has puesto el culo y el coño, jajajja –dijo Lujuria-.

-       La verdad es que no todas se atreven con esto, -dijo Angel, mientras se cogía la polla con su gran mano, todavía bien erecta a pesar del rato que ya había pasado desde que eyaculó-.

-       Pues no se otras, pero yo estoy deseando probarla –dijo Desenfreno con cara de vicio mientras miraba esa polla y a Demonio, como pidiendo permiso-.

-       Chica, hoy estamos aquí para esto, no te cortes. Aunque antes me gustaría saborearte un poco yo misma, sabes?-le dijo mirándola a los ojos-.

-       Uffff, esto sigue muy interesante. Como me gustaría ver a mi chica comiéndole el coño a otra mujer mientras le doy su ración, -dijo Sinfín-.

-       Bueno, poco a poco, que la noche es muy larga y puede haber muchas sorpresas –dijo con aire enigmático Demonio-.

Decidieron seguir en el salón y no pasar a la cama, pues ahora era momento de que Sinfín y Desenfreno pasaran de su posición voyeur a ser parte activa de la escena. Retiraron la mesita de centro para tener más espacio. Se acercó Demonio a Desenfreno, Con sus grandes botas era igual de alta que Desenfreno. Se fundieron en un beso con lengua mientras se tocaban el pelo y empezaron a sobarse el cuerpo, la espalda, las caderas, las tetas, el culo. Una metió la pierna entre las piernas de la otra, buscando su sexo, restregándole la pierna por su coño. La otra llevaba su mano más allá del culo y buscaba la entrada de su coño húmedo por el deseo. Los tres participantes restantes observaban atentamente la escena. Sus movimientos, sus toqueteos, sus besos iban subiendo de intensidad, haciéndose mas ostentosos, mas obscenos. Angel se tomaba la visión con tranquilidad, reposado en el sofá, con la copa de vino, con su polla ya flácida. Esta, aun siendo grande de forma flácida, no aparentaba a lo que realmente podía convertirse en erección. Angel sabia de las dotes de su mujer para poner a tono a otras personas, mujeres, hombres o travestis. Sabía que Desenfreno haría honor al nombre que le puso su amiga por que entraría en un estado de desenfreno que la llevaría a los siete cielos. Por entonces ya le estaba metiendo dos dedos Demonio en el coño de Desenfreno, mientras esta chupaba los grandes pezones de Demonio. Sinfín, empalmado como un quinceañero, se posicionó detrás de Demonio acoplándole la polla por debajo de su culo mientras le acariciaba la espalda. Demonio al notar su polla se inclinó levemente y dejó entrar los dieciocho centímetros del joven entre sus muslos, de forma que por delante ella podía tocar el glande al descubierto de la polla del joven. Sin la comparación de la polla de su marido, esa polla era una señora polla. Era larga, sin llegar a la gran longitud de la de Angel, y tenía un glande bastante grueso. Sin embargo el tronco de la polla era mas fino de lo deseado por Demonio, acostumbrado al diámetro de la de su marido. Se chupó los dedos de la mano derecha y empezó a acariciar la cabeza de la polla del joven, presionándola y dándole en los puntos de mas placer del joven. Mientras con la otra mano seguía investigando en el interior del coño de Desenfreno. Esta le hacía caras de placer a su novio, que se encontraba besando los hombros de Demonio y la miraba juguetón. Demonio giró la cabeza para buscar los labios del joven.

Lujuria observaba la escena mientras jugueteaba con la polla de Angel y se acariciaba sus pechos. Estaban en plan pasivo o voyeur para recuperarse del trabajo realizado hacia escasa media hora.

Demonio se acercó al sofá, llevando de las manos a Desenfreno, mientras Sinfín seguía a su novia. Se sentó en el sofá y empezó a chupar el coño de la joven, que para dejarle más accesible su sexo, subió una pierna al sofá. Lujuria de reclinó hacia atrás su cabeza, buscando el apoyo de su novio, mientras se fundían en un beso y el chico le sobaba sus preciosos pechos. Tras unos minutos Demonio se abrió de piernas y le ordenó con la mirada a Desenfreno que le comiera su coño. Esta no lo dudó, se inclinó y apoyada con las manos en el sofá a ambos lados de Demonio, y con las piernas rectas pero abiertas para facilitar la posición, aunque tenía bastante flexibilidad, empezó a chupar el húmedo sexo de Demonio. Sinfín a su vez al ver esa posición de su novia se agachó y desde atrás empezó a chupar el coño y el ano de su novia. En ese momento se levantó Angel y posicionado detrás de Sinfín, acariciaba la espalda de Desenfreno, y cuando dejaba libre el ano de la joven su novio por que se centraba en su coño, Angel se lo acariciaba y le metía unos centímetros de su dedo gordo. Sinfín al darse cuenta, se centró en su clítoris, dejándole la estimulación anal a Angel. Desenfreno conforme se iba adentrando en el placer que le daban, iba siendo más salvaje en el placer dado a Demonio. Esta cogía la cabeza de la joven para dirigirla en su quehacer.

Pasados unos minutos Angel levantó a Sinfín de su posición bajo las piernas de Desenfreno y lo posiciono delante suyo. Sinfín quedó un poco paralizado, pero se dejó hacer. Angel se pegó a la espalda de Sinfín y empezó a acariciarle el pecho y abdominales, para acabar en su polla erecta y empezar a masturbarlo. Lujuria que lo estaba observando no perdía detalle de la escena gay, viendo la cara de sorpresa y estupefacción inicial del novio de su compañera de piso. Empezó a masturbarlo con una mano y a sobarle los huevos con la otra. Sinfín poco a poco cambio su cara de sorpresa a una cara de placer. Acercó la polla del joven al culo de Desenfreno y se la insertó en el coño de su novia, mientras no dejaba de pajearlo. Cuando dejó de hacerlo empezó a meterle un dedo en el culo de la joven. Lo lubricó con sus propios líquidos. Sinfín estaba un poco descolocado, estaba dándole a su novia por la espalda pero pegado a la suya estaba Angel, que aunque estaba estimulando el ano de su novia, tenía todo el cuerpo pegado a su espalda. Siguió con la faena a su novia, hasta que cuando se separó Angel de él, empezó a estimular su ano, previos tocamientos en su culo. No sabía qué hacer. Sabía que una situación así se podía dar. Se puso nervioso de pensar que Angel le quisiera taladrar su virgen culito, pero estaba metido en la vorágine de sexo con los demás, y se dejó llevar.

Al cabo de un rato se levantó Demonio y Desenfreno seguía en la misma posición mientras se la clavaba su novio. Demonio fue a la bolsa de donde había sacado previamente el consolador. Sinfín la perdió de vista. Lujuria si podía observar todo. Mientras tanto Angel se colocó donde estaba antes su esposa y le ofreció a Desenfreno su todavía flácida polla para que se la reviviera. Muy justamente ella empezó a acariciarle los huevos y a meterse el pene en la boca para llenarse de ella en breves minutos. Lujuria no perdía detalle de Demonio, que había sacado de la borsa algo negro y se lo estaba colocando a modo de cinturón. Cuando se giró vio que era un strap on. Le puso vaselina en todo el tronco del pene y se acercó al joven. Por detrás empezó a acariciarlo y en breve a introducirle un dedo y luego dos por el culo, mientras el joven seguía fallándose a su novia, y viendo como esta tenía en su boca la ya gran polla de Angel. A Lujuria le pareció todo aquello muy excitante y empezó a tocarse mientras era espectadora de primera fila de todo aquello. Incluso estirando la mano podía tocar los huevos de Angel y el falo ya rígido en la boca de su compañera de piso; pero lo que no se quería perder era a Demonio con Sinfín. Cuando Demonio vio que el ano de Sinfín estaba suficientemente dilatado, pues le entraba perfectamente dos dedos, posicionó su instrumento en la entrada del ano del joven y con un pequeño empujón entró dentro de él. Su cara era todo un poema vista desde la posición de Lujuria. Esta con gestos le decía que se dejara hacer, mientras le ofrecía a la vista su coñito y la masturbación que se estaba haciendo. El joven cerró los ojos y cogió mas fuerte las caderas de su novia para bombearle más fuertemente todavía, como para olvidar el dolor que en ese momento sentía por su ano. Demonio le ofreció la vaselina a su amante pasivo para que le lubricara el culito a su novia. Lo entendió al momento, y mientras la metía su polla por su coñito, le untó vaselina en el ano y le empezó a meter dos dedos y luego tres. Al poco casó su polla y se la metió por su culo. En dos o tres embestidas se la estaba metiendo toda ella, golpeando con sus huevos en el cuerpo de la joven. Fue entonces cuando Sinfín empezó a notar verdadero placer en la perforación de su ano que le estaba haciendo Demonio. Y también notaba que a Desenfreno también le gustaba su follada por el culo, por que empezaba a moverse y a frotarse el coño con una de sus manos. No habían pasado si dos minutos cuando Sinfín explotó en una espectacular corrida, fruto de la sin duda estimulación de su zona prostática con el strap on de Demonio. Espectacular por lo abundante y lo larga en el tiempo. Soltó diez o doche chorros de semen en el interior de los intestinos de su novia, la cual al sentirlos y con su estimulación clitoriana, explotó en otro gran orgasmo entre gritos de placer. Ida por la situación, se sentó encima de Angel e intentó meterse todo ese falo en su coño. Parecía misión imposible. Le untó vaselina en la punta de la polla y en su coño, para empezar con pequeños saltitos encima de Angel y empezar a hundir el principio del glande en su, poco a poco, dilatado coño.

Sinfín se dio la vuelta para comprobar exactamente qué era lo que le había follado. Vio el aparato de Demonio y se fundió en un beso con ella, mientras que levantando un pie para ponerlo encima de la mesita de centro, intentaba él mismo meterse la polla del strap on por delante en su dilatado ano. Su polla seguía todavía erecta, manchada de semen, y Demonio empezó a masturbársela con el fin de que no perdiera consistencia. Sin duda la juventud del chico hizo que con el trabajo manual de Demonio aquella polla no perdiera ni un ápice de dureza. Se separó del joven y esta vez fue ella la que levantando la pierna se quitó el cinturón y se introdujo la polla del muchacho en su chorreante coño. No era como la de su marido, pero sabía disfrutar de cada situación.

Angel estaba taladrando el coñito de Desenfeno y Demonio estaba siendo taladrada por Sinfín. Mientras, Lujuria, todavía recuperándose de su parte de festival, observaba las dos escenas mientras se hacia un dedo despacito, tranquilo y disfrutando de la visión y de sus sentidos.

Desenfreno ya se podía meter gran parte del falo de Angel y presentaba una cara desencajada por las penetraciones del hombre, que cada vez se las hacía mas profundas. La manejaba a su antojo, La tenía asida por la cintura y con sus grandes manos la subía y la bajaba para acabar ella sentada totalmente sobre su polla, partida en dos, llena de polla y de placer y un poco de dolor, que dejaba pasado a una sensación indescriptible de sentirse plena y saciada con aquel trozo de carne que la perforaba cada vez mas fuertemente.

Por su parte Sinfín estaba taladrando a Demonio ahora por detrás, con una velocidad que era desconocida para Demonio, por lo que debido a la posición la polla del joven estaba golpeando sin parar el punto g interno de la mujer, por lo que ella estaba notando que le estaba viniendo un orgasmo de campeonato. Y así fue. Se tuvo que apoyar con las dos mano en la mesita de centro y soltó tres chorros de flujo en un squirt sensacional que dejó el suelo lleno de líquido. Cuando acabó, se llevó las mano atrás y se estiró los cachetes del culo a los lados ofreciéndole su culito al joven. No lo dudó. Sin vaselina y sin nada, suficientemente mojado estaba toda la zona. De una envestida le introdujo toda su polla hasta los huevos. La cogió por la cadera y le penetraba una y otra vez el culo hasta que no pudo mas y sacando la polla de dentro se la ofreció a su partener. Ella giró rápidamente para colocarse bajo la polla del joven y alojar la mayor parte del semen del joven, para acabar chupándosela para limpiar hasta el último resto de semen. El joven estaba exhausto, después de correrse dos veces es escasos diez minutos. Pero la vigorosidad del joven y la situación así lo merecían.

Por su parte Desenfreno tragaba ya perfectamente la polla de Angel. En cada envestida se alojaba a la perfección en el interior de su coño, rojo, húmedo y excitado. El clítoris estaba hinchadísimo fuera de su capuchón protector, y su cara de placer lo decía todo. Solo acertaba a decir “dame mas, dame mas”. Momento en que le vino un orgasmo entre gritos, se puso rígida casi de pie, y al momento se dejó caer en el sofá, entre temblores, con los ojos blancos y la cara desencajada. Orgasmo que le duró mas de un minuto consecutivo,  mientras apozaba su cara en el respaldo del sofá, sin saber qué hacer, como ponerse, debido a los incontrolables temblores que le sobrevenían. Angel reía satisfecho, mientras seguía la situación masturbándose su tremenda polla. Cuando se recuperó le dijo a Angel que quería toda su corrida en la boca, por lo que éste le levantó para dejar su polla a la altura de la boca de la joven. Ella empezó a masturbarle con ambas manos y a introducírsela en la boca. Era una delicia ver la cara de salida de la joven Desenfreno mientras le hacía tal felación. Al cabo de cinco minutos, y siendo observados por los restantes 3 participantes, Angel toó la iniciativa y se empezó a masturbar con una mano mientras con la otra posicionaba la cara de Desenfreno bajo su glande para que acogiera gustosa todo su manjar. Así fue. Cuando notó que se iba a correr, metió la punta del glande entre sus carnosos labios y se vació en su boca. Ella no daba a vasto y tuvo que tragar una vez antes de que acabara su corrida.

Los cinco se sentaron en el sofá, Demonio sobre Angel, Desenfreno sobre Sinfín y en medio de los cuatro Lujuria. Ahí estaban los cinco, desnudos, sudorosos, sonriendo, con cara de placer. Sin hablar. Se miraban y resoplaban. Llevaban casi tres horas de sexo salvaje y loco. Ni en los sueños más morbosos de los jóvenes podían llegar a imaginar que aquello estuviera sucediendo así. Se encontraban exhaustos y excitados, relajados y abrumados, contentos y expectantes.

Tras diez minutos de silencio reconstituyente, Angel y Demonio se levantaron, agradeciendo lo fácil que había sido todo y expresándoles las ganas de volver a repetir cuando creyeran necesario, o si lo preferían, pudiéndoles presentar locales liberales, parejas abiertas a nuevas experiencias o cualquier otro aspecto del mundo del sexo, como bukakes, glory hole u orgías programadas, con o sin gente famosa. Pero todo eso sería mas adelante, cuando la confianza y el tiempo les asegurara que podían formar parte de todo aquello. A los jóvenes Mabel, Ana y Ander se les abría todo un mundo de posibilidades que para su juventud igual era un poco deslumbrante y precipitado. De hecho, “Demonio” no estaba segura de que estuvieran preparados para ello, recriminándole a “Angel” que les hubiera abierto tan pronto era posible ventana de exploración personal y sexual.

Se despidieron de una forma un tanto fría para la noche que habían pasado, pero al fin y al cabo debían separar el mundo en el que se habían colado del mundo real del día a día. Pasó bastante tiempo hasta que los tres jóvenes volvieron a hablar de aquella excitante experiencia de forma abierta. En cualquier caso Mabel siguió con su costumbre voyeur de ventanas, aunque al matrimonio vecino no les volvió a pillar de forma tan fragrante. Su vecino jovencito pajillero seguía pillándolo a veces observándola y la vecina del tercero con la que se traía un rollo que no sabía cómo definirlo, seguía de vez en cuando confundiéndola con sus exhibiciones o descuidos. Con su compañera de piso todo aquello le sirvió para unirse más a ella, y tener una complicidad especial.

FIN