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Las hormonas de la juventud 4

en Amor filial

La cara de circunstancias de mi hermana dio paso a una cara de lujuria y morbo que nunca antes había visto en ella.

-          Seguir chicos, seguir. Yo como si no estuviera, - nos dijo riendo.

-          Pe…, pe…, pero tu que haces aquí, -acerté a decir.

-          Ay!!!, que vergüenza, -decía Sonia.

-          En serio, no os cortéis. Yo como si no estuviera. Me gusta veros…. –dijo contundente.

-          Hablas en serio, -le dije incrédulo.

-          Totalmente – me contestó mi hermana.

-          ¿Qué hacemos? –me dijo Sonia mirándome. –A mi no me importa – añadió.

-          ¿Como…? –le dije. ¿Quieres que sigamos? –le respondí.

    

Pero Sonia no me contestó. Continuó con la mamada que me estaba haciendo. Se levantó un poco y girándose me dijo: “joder primo, estoy hoy muy salida”. Yo lo flipaba. Para entonces ya veía como mi hermana se estaba tocando su coño bajo el agua. Aquello empezaba a superarme, pero lógicamente no iba a ser yo el tonto de la familia, por lo que continué con mi comida de coño. Yo me perdía en el coño de mi prima, húmedo y chorreante, por lo que no veía lo que hacía mi hermana, hasta que comprendí que cuatro manos no tenía mi prima, ni tampoco dos lenguas, por lo que me asomé y pude ver como mi hermana había empezado a acariciarme mis piernas y sorbía con su boca uno de mis huevos, mientras mi prima se metía todo mi falo en su boca. Yo lo flipaba.

Vi como caía al lado mío primero la parte de arriba del biquini de mi hermana y posteriormente la braguita. Noté como esas dos diosas se centraban en mi hinchada polla y la chupaban las dos a la vez. Esas cosas solo las había visto en películas porno, y ahora me estaba pasando a mí. En un momento dado, mi prima se salió de encima mío, del 69 que estábamos haciendo y se puso en la misma posición……. mi hermana!!! Se llevaba la mano a su coño acariciándolo mientras me decía: “hermanito, vas a comerle el coño a tu hermana”. Lo tenia espectacular. No lo tenía tan poblado de pelo como mi prima, por lo que supuse que se los cortaba, pues si tenía cantidad, pero muy cortitos. Veía a la perfección su húmedo coño, su ano y sus increíbles caderas. Mientras mi prima se había metido en el agua y se había centrado en succionarme los huevos.

Empecé a acariciar cada parte del cuerpo que tenia a mi mano de mi hermana, del ano a las bamboleantes tetas que tenía por estar colocaba boca abajo. Le toqué sus durísimos pezones. Veía como se le ponía la piel de gallina. Le recorrí su columna con un dedo, de arriba hasta llegar a su ano, acariciándolo en círculos. Me chupé un dedo, y antes incluso de centrarme en su coño, y con el dedo mojado le introduje un centímetro de mi dedo índice, momento en que soltó un gemido de placer. Mientras con el dedo pulgar de la misma mano acariciaba la longitud de sus labios mayores, acabando por hundir todo el dedo dentro de su coño. Repetí la operación varias veces, debido al efecto que veía le hacía, ya que no paraba de mover en pequeños círculos su cadera y de emitir sonidos de placer. Posteriormente, y sin sacar el dedo de su ano, el cual ya iba por la mitad de dedo, me centré en chuparle bien a conciencia todo su coño y su clítoris. No llevaba si diez segundos en su clítoris cuando le vino una tremenda corrida. Y nunca había visto eso. La cantidad de fluidos que salió de su coño me baño toda la cara. Fue increíble. Ella no podía controlar sus temblores pélvicos de placer, mientras mi dedo índice ya estaba totalmente insertado en su ano. Aprovechando todos los fluidos que salieron de su interior, introduje un segundo dedo en su ano, que estaba bien lubricado de sudor, fluidos y mi saliva. Lo aceptó gustosa.

Mi hermana se incorporó ligeramente, de forma que su cuerpo quedó más vertical, por lo que tuve que sacar los dos dedos de su ano, pero la perspectiva que tenía en ese momento para lamer su coño era increíble. Entonces me di cuenta porque lo hizo. Mi prima había salido del agua, se había sentado sobre mi polla y había empezado a clavarse mi polla en su estrechito coño. Que placer!! Lo hizo lentamente. Cuando apenas tenía metido el glande noté un tope. Ella me dijo que no hiciera fuerza, que sería ella quien se la metería. Mi hermana se giró y me dijo: “bueno hermanito, parece que vas a desvirgar a nuestra salida primita”. Yo no daba crédito. Nunca había imaginado una situación así.

Mi prima se apoyó con sus manos mientras iba dejando caer su peso poco a poco. Oí un “ahhhh” entre placer y dolor de mi prima y mi polla se introdujo lentamente. Noté algo caliente que goteaba hacia la base de mi polla. Luego comprobé que era sangre. Apenas dos hilos de sangre. Poco a poco mi prima fue acelerando su movimiento, a la vez que sus primeros gemidos de dolor pasaron a casi alaridos de placer.

 Ellas se habían quedado en una posición que estaba frente a frente. Yo podía ver por entre las piernas de mi hermana que ellas se habían quedado mirándose, tras los primeros momentos de dolor-placer de mi prima, mientras mi ella hacía movimientos de cadera disfrutando de mi polla. No podía ver la cara de mi hermana, pero vi que fue ella quien empezó a sobar las tetas de mi prima, viendo como esta ponía cara de circunstancias. Pero no habían pasado ni dos minutos, cuando debido al ruido que oía, pues ya me había vuelto a centrar en el coño de mi hermana y no lo veía, noté que se estaban besando ellas dos. Me asomé y, efectivamente, se estaban sobando las tetas mutuamente y estaban dándose un morreo increíble. No podía ver mucho desde mi posición, pero eso es lo que estaba sucediendo. Aquello fue demasiado. Noté una corriente interior y dije en voz alta, para avisar a mi prima: “me voy a correr”. Entonces, como si fuera un toque de aviso previamente acordado, las dos se salieron de encima mío, una de encima de mi boca y otra de encima de mi polla, y se pusieron cada una a un lado mío, mientras seguían con su beso pero con mi glande en medio, y haciendo movimientos de subida y bajada, como haciéndome una paja con la boca. Yo no aguanté mas, llevé cada una de mis manos al coño de cada una de ellas, cuando solté incontables chorros de semen, con fuerza y cantidad, mientras ellas se afanaban en turnarse para recoger en sus bocas la mayor parte del semen que salía de mi interior. Yo veía la situación y no me lo podía creer. Me quedé vacío y exhausto.

Cuando acabé de correrme, ellas se incorporaron y siguieron besándose, intercambiando mis fluidos, mientras mi hermana me había cogido mi polla y seguía pajeandome. Yo no perdí ni un ápice de dureza en mí polla. Tras dos minutos, y al comprobar mi hermana que seguía bien dura, se sentó encima de mí y se la introdujo en su coño.

-          ¿Qué pretendes matar a tu hermano a polvos? – le dije riéndome

-          No se hermanito, pero necesito tu gorda polla en mi coño, me tienes muy salida, -me dijo mirándome seria. Y añadió:” yo no estaré tan estrechita como el coño virgen de Sonia, pero verás cómo se mueve una hembra en celo”.

-          Demuéstrame lo que tú quieras. Como te mueves!!!!, acerté a decir

-          Parece que a tu hermana le ha gustado tu pollón, eh primito!- dijo Sonia

-          Si, y a vosotras os va el tema lésbico por lo que he podido ver, -le contesté

-          Cállate tonto y fóllame entera,- me increpó mi hermana.

               

No se de dónde saqué fuerzas, pero la cogí de las caderas y empecé a bombear fuerte y rápido, mientras mi hermana se pellizcaba sus tetas y cerraba los ojos mirando hacia arriba y pegaba pequeños grititos de placer, que poco a poco fueron aumentando su intensidad. Mi prima nos miraba con lujuria, mientras se estaba tocando su rojo y palpitante coño. La miré y le hice una señal con la mano, por lo que se acercó y le hice una paja con mi mano izquierda, viendo como llegaba a un orgasmo muy largo en breves minutos. Por entonces era mi hermana la que me estaba cabalgando con fuerza. Se le notaba muy salida. Como me había corrido hacia algo mas de diez minutos me costaba volver a correrme, por lo que ella se corrió primero, con otro tremendo orgasmo,  mientras se llevaba su mano al clítoris. Debido al sonido de placer de las dos y la follada que me estaba metiendo mi hermana le dije que me iba a correr. Ella me dijo que no me preocupara, que lo tenía todo contralado y que lo quería todo dentro. Yo me asusté y se la quise sacar, pero ella no me dejó, por lo que no me resistí y soltando dos gritos de placer, me vacié en su interior.

Pasados unos minutos de silencio y de recuperación, nos miramos los tres y nos empezamos a descojonar.

-          No sabía que vosotros os lo montabais juntos, aunque algo raro había visto últimamente. –dijo mi hermana.

-          Bueno, alguna vez nos habíamos tocado, pero más por investigar lo que es que por otra cosa. ¿Verdad Toni?- Dijo Sonia.

-          Si, asi empezó, pero a mi es que me pones demasiado, Sonia,- le dije. Pero lo que ha sucedido hoy ha sido demasiado, -dije mirando a mi hermana.

-          Mira Toni, no lo pienses. Ha sucedido y punto. Yo hace días que había visto tu desarrollada polla  mientras dormías o salías del agua con el bañador pegado, y la verdad que había experimentado en mi cosas que no creía que podían pasar. Me he pajeado varias veces pensando en ti, la verdad. – dijo mi hermana sincerándose.

-          ¿Pero eso no es malo entre hermanos? – le dije.

-          Entonces lo sería también entre primos, -dijo mi prima.

-          Mirar primitos, disfrutar del cuerpo y del sexo es bueno entre quien sea y punto. ¿O acaso no habéis disfrutado los dos? Porque yo me lo he pasado como una perra. –dijo Mar poniendo cara de picara salida.

Nos miramos mi prima y yo y dijimos a la vez: “Siiiii”. Y nos reímos sonoramente.

-          Pero de todas formas esto son cosas que pasan una vez en la vida. No creo que sea bueno que vuelva a suceder, -dijo Sonia con el mismo tono que me empleaba cuando me decía a mí que aquello no podía ser.

-          Esto es cosa de dos….. o de tres. Como vosotros veáis, pero yo os digo que con esto no se hace mal a nadie y encima disfrutas. A partir de ahí, lo que vosotros queráis. –Dijo Mar.

-          A mí no me miréis que estoy hecho un lio,- dije yo.

          

Después de la conversación nos dimos un último chapuzón y volvimos con nuestros padres. Íbamos los tres riéndonos y con una felicidad que hizo que nuestros padres se rieran de ello, Pero no se podían ni imaginar lo acababa de suceder apenas a dos quilómetros de allí.

En la comida Sonia y yo bromeábamos como es habitual entre nosotros. Estábamos sentados en una mesa plegable de playa, junto a otra un poco mas grande que es donde estaban nuestros padres. Sonia me estaba tocando el paquete con su pie mientras se comía la tortilla de patata. La tenía enfrente, y semi oculta por el mantel que habían puesto, se dedicaba a jugar con mi paquete mientras reía pícaramente. Mi madre en ese momento me mando ir al coche a por una botella de agua que habían traído, por lo que solo pensé “tierra trágame”, pues se notaría clarísimamente el bulto en mi pantalón. Cuando me lo dijo por segunda vez lo hizo en un tono mas autoritario que no me pude negar. Me levanté como pude, y con un rápido giro les di la espalda mientras me iba a la zona de parking. A los dos segundos se levantó mi hermana diciendo “te acompaño”, lo cual me extrañó micho. Cuando se puso a mi lado y andábamos me dijo: “joder hermanito que poderío. Te he visto empalmado otra vez y me he puesto a mil”. Yo la miré incrédulo mientras le explicaba por que había sido. Ella dirigió su mano a mi paquete y lo palpó por fuera. Cuando llegamos al coche, lo abri y ella aprovechando que estábamos en medo de dos coches y no nos podía ver nadie, se acachó y sacándome la polla empezó a mamármela. Yo no daba crédito. “Pero que haces!!” le dije. Ella no contestó, siguió con la mamada, que la verdad era perfecta, y entre la excitación que llevaba del jueguecito del pie y ver a mi propia hermana chupándome la polla y dándome un placer magnifico, no había pasado ni tres minutos cuando inundé su boca de semen y ella se lo tragaba con evidentes gestos de agrado. Se levantó cuando ya me había limpiado bien el pene y dándose la vuelta sin más me dijo: “ale hermanito, coge el agua que volvemos, que me tengo que tomar otro postre”. Yo flipaba. Cogí el agua y volvimos a comer. Cuando llegamos mi bulto ya se había rebajado y mi prima debió notar algo raro porque me miró haciéndome un gesto como que había pasado. Yo solo miré a mi hermana que hizo un gesto de relamerse los labios con su lengua, y mi prima por lo bajo me dijo: “que zorrón que es tu hermana, no?” A lo que no pude más que asentir.

Acabamos la comida y nos dijimos que nos íbamos a echar la siesta. Propuse a mi prima de ir a echarla a la zona del pequeño lago que habíamos estado esta mañana. Cogimos unas toallas y tras decir que nos íbamos a dormir entre las sombras del monte, nos fuimos. Enseguida oímos que se venía mi hermana. Y con ella se vino mi otra prima, María, la gemela de Sonia. La verdad es que entonces me reconfortó un poco la idea, pues realmente quería dormir y conociendo a mi hermana como la estaba conociendo, si se venía ella sola podía pedir mas momentos de juegos que me dejarían baldado.