miprimita.com

Un día que no se volverá a repetir

en Grandes Relatos

Era un dia de Junio en una ciudad española cualquiera, donde vivo yo. Hay días que por lo lo que sea sabes que serán diferentes. Supongo que es la intuición femenina. Llevaba algún tiempo con una vida monótona y gris, sin relacionarme mucho. Me apetecía mas estar en casa que salir. Últimamente me gustaba ir al cine sola cuando tenía ganas de salir. Para que os hagáis una idea de cómo estaba mi vida en aquellos momentos. Por supuesto que hacia varios meses que no había tenido una relación sexual, desde que costé con aquel novio con el que solo estuve 2 meses y medio. Era buen chico, pero no era muy alegre y en la cama no era muy bueno que digamos, por muchos musculitos que marcara.

Era una mañana de sábado, y me había levantado mas contenta de lo normal. Estaba con mas ganas. Me levanté y me fui a la ducha. Cuando me estaba enjabonando me entraron una ganas tremendas de hacerme un dedo. Hacia tiempo que no me hacia uno. Hasta esas cosas se apagan de no usarlo…. Pero esa mañana me lo tomé con calma, jugué con el chorro del agua y con la suavidad que daba el jabón en los dedos, por lo que estuve tocándome el clítoris durante un buen rato hasta que me vino una oleada que recorría todo mi cuerpo para terminar en un gran orgasmo. Me dije: “chica, te has portado”. Cuando me sequé no me puse nada de ropa. Me apetecía estar desnuda en casa. Las ventanas tampoco las había abierto mucho, aunque si los vecinos de enfrente se ponían a mirar es posible que me descubrieran. Se me despertó el gusanillo voyeur debe ser. Entonces me acordé que hacía tiempo que no visitaba una pagina o blog de internet donde chicos y chicas se mostraban en fotos e iban formando una secuencia de mensajes. Siempre me dio algo de morbillo abrirme un Nick y subir alguna foto mía que tenia de mis grandes senos o de mi coñito perfectamente depilado. Pero tenía temor que alguien cercano me reconociera. En fin, que me cortaba el tema, pero me excitaba a la vez. Me daba más morbo ver las paginas donde salían chicas que chicos. Y soy heterosexual, pero debe ser que tengo un no se que lésbico escondido. Descubrí un hilo donde una chica de proporciones perfectas se mostraba esplendida, y vi unas fotos que colgó de una mamada que estaba haciendo a un tio con una polla enorme. Ella tenia unos pechos muy parecidos a los míos, y los pezones los tenia súper erectos. Toda esa secuencia de fotos me hizo que me humedeciera, por lo que no desperdicié la oportunidad de hacerme otro dedo. Este sin mucha recreación. En dos minutos ya me había corrido.

Se me estaba despertando algo en mi interior que hacía tiempo que no me pasaba. Pese a las dos masturbaciones que me había hecho en apenas media hora, aún me notaba excitada. Me apenó no tener un vibrador para usarlo, por lo que la mente empezó a dar vueltas, pues me apetecía enormemente tener algo dentro de mi coño. Pensé en un rotulador, pero demasiado fino. Busqué en la nevera. Un plátano vi , pero era demasiado pequeño. Y un calabacín demasiado grande. En el fondo del cajón de la nevera había un pepino de dimensiones adecuadas. Lo lavé y comprobé que tuviera una superficie fina y abrí un condón y lo introduje dentro. Me tumbé en el sofá de mi casa, con una pierna en la mesa de centro y la otra en el apoyabrazos. Las ventanas estaban con la persiana a medio levantar, por lo que desde en frente con una buena posición me podían ver. Pero también seria casualidad!! Sin embargo yo vi, mientras me pasaba mi artilugio por el coño desde el clítoris hasta el ano, a una vecina de enfrente, saliendo al balcón con una camiseta que le llegaba hasta medio culo, por lo que se veía bien su tanga, y mas cuando se acachaba apor algo. Dentro a través de los cristales había un chico en calzoncillos. Mi imaginación hizo el resto y me introduje mi maquina particular de sexo hasta el fondo, intentando buscar ese “botoncillo” que tenemos que os hace ver las estrellas. Cuando lo encontré no pude más que cerrar mis ojos. Tras no más de 3 minutos de movimientos internos y de masaje con el dedo sobre mi clítoris exploté en un orgasmo vaginal impresionante. Yo creo que solté mas líquidos internos de lo normal, por lo que pringué algo el suelo. Fue maravilloso.

Cuando no me había terminado de recuperar, y mi sexo todavía palpitaba de placer recibí una llamada. Era mi hermano, que cuando estaba en casa sin saber que hacer, se le ocurria llamarme. Nuestra relación era muy especial, pues nos contábamos todo. Todo de todo. Tenia un año menos y habíamos aprendido juntos muchas cosas de la vida. Y por supuesto también cosas del sexo. Sabíamos en todo momento donde estaba nuestro sitio, pero también nos sabíamos divertir entre nosotros sin que ello llevara a malos rollos. Ya desde pequeños nos habíamos investigado mutualmente nuestros sexos e incluso habíamos tenido experiencias sexuales, tipo tocamientos, masturbaciones o sexo oral. Nunca nos habíamos penetrado, pero era algo que sabíamos los dos que algún dia iba a llegar, y sería los mas normal del mundo entre nosotros. Teníamos un pacto, y era que si alguno le apetecía hablar de sexo o masturbarse, sin recurrir a caros remedios externos, entre nosotros nos daríamos el apoyo logístico adecuado. El caso es que me llamó casi que para eso. Me decía que llevaba una mala racha, como la mía, vaya, y quería que le dijera cosas subidas de tono para hacerse una paja. Con el calentamiento que llevaba yo encima estuve a punto de decirle que me esperara que ya iba yo a mamársela, pero me contuve.  Así empezó nuestra conversación, la cual sabíamos como iba a acabar:

-Hola hermanita: que hacer?

- Pues poca cosa, Aquí estoy tirada en el sofá. Aunque me tengo que ir a un sitio ahora después. Y tu, que te cuentas.

- Pues nada, que me he levantado con el día tonto, empalmado ya de mañana, como otras veces, y he pensado que como hacía mucho tiempo que no me contabas una de tus historias, sería un buen momento.

- Vamos que te quieres hacer una paja con mi voz contándote una de mis historias guarrillas.

- Si, básicamente.

- Pues nada, hoy vas a tener suerte que yo tambien me he levantado tontorrona y no creo que me cueste ponerme a tono.

- Hummmm, esto promete hermanita!!!! Jajaja

-  Le empecé a hablar medio en susurro, como le gusta a el en estas situaciones: Supongo que ahora estás tumbado en el sofá, en calzoncillos y con la mano metida dentro agarrándote tu hermosa polla, mientras me pone mi voz, no?

- Casi, en el sofá no, en la cama. Y si, me estoy tocando ya la polla.

- Pues imaginate como sigues tocándote con los ojos cerrados, cuando yo entro en tu habitación sin darte tu cuenta. Te estoy contemplando excitadísima. Dejo caer el camisón que llevo, resbalando por mis pezones erectos y cayendo al suelo, mientras me llevo una mano a mi boca y otra a mi sexo, el cual ya está empapándose de amor.

- Sigue hermanita, sigue…

- Me acerco a tu cama y te retiro tu mano para poder meterme toda tu polla en mi boca y poder saborear todo su jugo. Empiezo a hacerte una paja con una mano, mientras con la otra te toco tus duros pectorales.

- ufff, como me pones. Y que hago yo??

- Tu te retuerces de placer,  mientras con una de tus manos buscas mi como húmedo e introduces dos dedos de una.

- buah!! Que pasada. La tengo a reventar. Que pajote me estoy haciendo.

Todo aquello me estaba poniendo a mil, por lo que volví a coger mi instrumento casero y me lo volví a meter en mi húmedo coño, con movimientos acompasados.

-Pues esperate que viene lo mejor, le dije con la voz entrecortada por el placer que yo  misma me estaba dando.

-hermanita, no jodas que tu también se estás pajeando. Que grande eres. Como me gusta!!! Sigue.

- Cuando estaba muy pero muy caliente me puse en un 69 encima de ti, ofreciéndote todo mi coño mojado, mientras me metia tu polla hasta la garganta, y tu te retorcías de placer. Pero tu lo primero que hiciste fue darme un enorme beso negro, masajeando mi ano con tu lengua y con uno de tus dedos, metiéndolo casi entero dentro. Entonces te dedicaste a mi coño, haciendo un mete saca con tu dedo en mi ano y a la vez con tu lengua en mi coño. Yo reventaba de placer. Y yo notaba como se te agitaba la respiración de la tremenda mamada que te estaba haciendo.

- Ojala fuera real, hermanita. Y que mas??

- Empezaste a hacer círculos con tu lengua en mi clítoris, mientras con tu mano libre me manoseabas las tetas, y me acariciabas mis duros pezones.

- Como me lo estoy imaginando. Tiene una tetas de escándalo!!! Pero sigue, sigue que la tengo ya a puntito de reventar, me estoy controlando para correrme.

- Entonces con esa situación, tu lengua en mi clítoris, tus ya dos dedos dentro de mi culo y tus perfectos tocamientos en mis pezones, me vino una oleada de orgasmos seguidos que no podía parar de temblar con mi pelvis. Estaba rozando el séptimo cielo. Entonces noté como palpitaba tu enorme glande para llenarme a continuación de tu rico semen.

- Ahhhh, si,si si. Me llega ya. Me llega. Que me corro hermanitaaaaa.

Mientras yo ya m había corrido otra vez con mi famoso pepino en mi interior, y esta jugando con el en la entrada de mi culo. Todo aquello me había puesto hiper cachonda.

-Seguí con el fin de mi relato: me tragué todos tus chorros de semen que me sabían a gloria, mientras notaba como tú te relamías con mis flujos sexuales.

- Increíble hermanita, como me pones cuando quieres!!!! He dejado toda la cama pringada, pero ha merecido la pena. Pero dime una cosa: tu también se has pajeado verdad. Te notaba con la voz muy puesta!!!

- Bueno hermanito, digamos que no solo tu necesitas aliviarte…….

- jajaja. En fin hermanita, que hasta otro rato. Ha sido tremendo. Aún la tengo empalmadisima, y no se si caerá otra pensando en tu cuerpo……. Puedo, no???

- jajaja. Pues claro que puedes, ya lo sabes tonto!!!! Que usted se corra bien. Besos.

- besos

Bueno, pues había caído otro orgasmo. Y van cuatro en media mañana. Había recuperado el último mes perdido pensé para mi misma.

Miré el reloj y me apresuré a vestirme pues tenia que ir a recoger un vestido. Me puse una minifalda sobre un tanga rojo que tengo y una camiseta sin sujetador. Hacia calor y total estaba a 15 minutos en moto. Mientras iba en la moto, la cual ya era algo antigua y vibraba un montón, me pasó lo que nunca me podía imaginar. Sería la posición, la cual mi coño “reposaba” sobre el asiento de la moto, pero en los semáforos, cuando la moto estaba al ralentí, le transmitia una vibración al asiento que repercutía en mi coño y me iba dando un placer enorme. Llevaba dos semáforos en los cuales me tenían que pitar porque ni me enteraba que se ponía verde. En el último estuve a punto de correrme, por lo que solo deseaba que pudiera adoptar la misma posición en el siguiente semáforo para poder acabar mi particular masturbación. Tuve suerte, ahí estaba yo, con mi vibración en el coño, cuando se puso verde. Ni corta ni perezosa me retiré al lado de la acera, saqué el móvil para hacer como que hablaba, mientras me venía una oleada de placer que me hacia correrme por quinta vez en el día. Me notaba súper empapado el tanga, pero es lo que había. Me dieron unas ganas tremendas de meterme el dedo y acariciarme en medio de la calle, pero reflexione dentro del trance que llevaba y no lo hice.

Llegué a mi destino y cuando me bajé de la moto vi el asiento totalmente mojado. Ni me preocupé de secarlo. Sonreí y punto. Entré en la tienda y me dieron el vestido para que me lo probara por si había que hacer algún retoque. Entré en el probador y me lo puse. Comprobé que el tanga estaba empapado, pero no podía hacer mas. Entró la dependienta, una chica de unos 22 ó 23 años, pelito corto, tetas pequeñas pero altas, marcaba un perfecto “camel toe” y culo respingón. Es lo que tiene ciertos trajes de dependienta, que se marca todo. Se arrodilló frente a mi para comprobar la falda. Supongo que los aromas de mi sexo empapado en el tanga le llegaron, porque me miro con sonrisa pícara y me hizo un comentario jocoso, que no entendí bien pero supuse que iba por ese olor que le vino. Me comprobó el vestido y me tocó en ciertos sitios que no entendía bien, pero supuse que era para ver como caía el vestido, por lo que  no le di importancia, pero que me sonaron a un pequeño sobo de la dependienta hacia mi. Me dijo que me lo quitara, que estaba todo correcto. Y en vez de irse, se quedó allí, esperando que me lo quitara. Yo me di la vuelta, por pudor, y para que  no comprobara lo mojado que tenia mi tanga. Pero me seguía observando por detrás directamente y por delante a través del espejo. En cuanto me quité la parte de abajo y se quedó mi culo al descubierto, vi como se le marcaron los pezones a través de su vestido. Me ruborizó un poco. Supuse que era lesbiana, pero no le di importancia. Me quité la parte de arriba y lo dejé caer al suelo, mientras me arreglaba el pelo que había quedado algo alborotado. La chica se acachó a recogerlo, y desde abajo levantó la vista. Estaba a escasos centímetros de mi coño, y mirándome hacia los ojos mientras hacia elogios hacia mis pechos, de una forma sutil y sin brusquedades, por lo que no me hizo sentir mal. A continuación me miró directamente al coño y me dijo: “vaya, has tenido una mañana movidita…”. Me rei y le contesté: “bueno, bueno, no me sigas mirando asi a ver si aún voy a continuar esta buena racha de mañana que tengo”. Me sorprendí a mi misma diciéndole estas indirectas. Ella siguió acachada y me contestó: “pues no hay ningún cliente más en la tienda…”. Tragué saliva y puse una pierna como casi acto reflejo sobre la banqueta que había en el probador, dejando abierta la puerta de mi coño. Ella  no perdió ni un instante, me retiró lentamente el tanga, mientras lo observaba minuciosamente y se entregó a mi sexo desenfrenadamente. Dios mio, que boca tan experta. Además me metió dos dedos en el coño mientras me sorbía el clítoris con su boca, lo que hizo que entallara en un orgasmo vaginal, pues sus expertas manos sabían donde tocar.

Era mi primera experiencia lésbica, y nunca me lo había propuesto. Salvo en un par de sueños durante mi vida, a los cuales no le di importancia. Cuando me hizo correrme clitorianamente, se levantó y me besó mientras me acariciaba  mis tetas. Yo le estaba bajando su pantalón ceñido y le apretaba con fuerza su culo ya desnudo. Me bajé y le levanté la camiseta ceñida y le chupé sus hinchados pezones. A continuación ella adoptó la posición que había tomado yo instantes antes y le comí todo su coño hasta que se corrió. Le miré a los ojos desde abajo y me reí. Ella hizo lo propio. Nos vestimos y salimos del probador. No cruzamos una sola palabra. Solo ella  mientras me metía el vestido en la bolsa me dijo: “que lo disfrutes tanto o más”.

Eran casi las 14h y ya llevaba 6 corridas a cual mas increíble. Ni en el mejor de mis sueños. Pero lo mejor de todo es que el día no acabó ahí.

Pero es otra historia.

PLACER.