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MATILDA, la guerrero del espacio (capitulo 2)

en Grandes Series

 — ¿La información de que disponemos es fiable, general? —pregunto Matilda al comandante de la 4.ª Flota Federal.

— Si, esta contrastada. La información principal proviene de un agente terráqueo…

— ¿Terráqueo? —le interrumpió Ushlas—. ¿Esos que en un alarde de inteligencia, llaman a su planeta, Tierra, cuando la mayor parte es agua?, ¿esos que a su sistema solar, lo llaman Sistema Solar?, ¿esos que convirtieron su planeta en la cloaca inhabitable que es hoy?, y ¿esos que se dispersaron convirtiéndose en la basura de la galaxia? ¡No los soporto!

— No seas mala Ushlas, bastante tienen con lo suyo, —la reprendió Matilda—. Además, recuerda que mi madre era humana.

— ¡Tu madre no cuenta! Era de una colonia, de Nueva Sevilla, y nunca estuvo en la Tierra. No son de fiar y nunca lo han sido, y tú lo sabes —insistió.

— Este es distinto, yo respondo por él, —aseguro el general—. Hace más de ocho años que trabaja con nosotros jugándose la vida.

— A mí me vale general, —le dijo Matilda.

— La flota se está formando en el sistema Aeróm, a más de diez años luz en el interior del territorio imperial.

— ¿Sabemos que naves tienen? —pregunto Ushlas.

— Si, en total y hasta hace cuatro días, 82 naves, de las que 16 son cruceros imperiales, cuatro de ellos pesados, y 13 son cruceros de Numbar, de los que al menos tres pesados, y parece que están operativos. El resto son fragatas, corvetas y naves de patrulla de menor entidad, eso si, todas tecnomisticas.

— Diez años luz dentro de territorio imperial es mucha tela que cortar capitán, —Ushlas jamás llama por su nombre a Matilda cuando están acompañadas.

— Lo se Ushlas, pero habrá que ir, —la respondió Matilda sonriendo—. Y con dos cojones.

— Sobre todo con eso, —intervino el general—. Con la Tharsis, solo tenemos 11 cruceros, 52 fragatas y 46 naves menores aunque fuertemente armadas. Vamos a tener que hilar muy fino frente a los cruceros imperiales, sobre todo frente a los pesados.

Un oficial de estado mayor entró en la estancia mientras hablaban y se aproximó al general. Le hablo unos segundos al oído y le entrego una tableta con información.

— Rulas 3 ha caído, no ha podido resistir, —dijo el general después de inspeccionar los datos—. Los escudos planetarios han caído y los cruceros imperiales han arrasado la superficie. La infantería imperial ha hecho el resto. Nadie ha sobrevivido. Hemos perdido 100.000 soldados, y lo que quedaba de la 3.ª Flota.

— Lo siento general, —se sinceró Matilda poniendo la mano sobre su antebrazo—. Sé que tenía un hermano en el planeta.

— Así es. Era el general jefe del 2.º Cuerpo de Ejército, —respondió intentando controlar sus emociones—. Es el segundo hermano que pierdo, además de una hija. Las bajas en Rulas 3 estaban asumidas, solo espero que estemos acertando.

— Las bajas de los seres queridos nunca se asumen general, —le dijo con pesar—. Nada más que finalicen las reparaciones de la Tharsis, saldremos hacia el sistema Aeróm. No podemos esperar más.

Mientras tanto en la Tharsis, los trabajos avanzaban a buen ritmo gracias a la intervención de los ingenieros de la flota. Camaxtli disponía de más tiempo después de los agobiantes días vividos hasta la llegada al sistema Telis. Necesitaba follarse algo con urgencia. A2 estaba descartado. Matilda se lo tenía prohibido desde que lo abolló en un arranque de furor. Sabía que Daq estaba en su camarote, y los machos tardanianos a pesar de su aspecto peludo tenían una verdadera bomba entre las piernas. Tenía que convencerlo, y sabía como hacerlo.

— Hola Daq, —le saludo con voz melosa cuando abrió la puerta. Resultaba gracioso oír hablar así, a un ser de dos metros, cuatro brazos y de color rojo.

— ¡Ah no! —respondió Daq cerrando la puerta.

— Vamos Daq, no seas así.

— Te he dicho que no, —respondió a Daq a través de la puerta del camarote.

— Venga, no seas tonto, vamos a hablarlo.

— ¡Que no!

— ¿Pero Daq?

–– ¡Que no, que te vayas!

— ¡Vale! Te meto la lengua en el culo, —dijo después de una pausa.

Durante unos segundos el silencio fue total, Daq no contesto. La puerta del camarote se entreabrió y uno de sus ojos la miró fijamente.

— ¿Todo el tiempo que yo quiera?

— Todo el tiempo que tú quieras.

— ¡Pero te ato las manos a la cama! La última vez me arrancaste los pelos de la espalda.

— ¡Pero si fueron cuatro pelos! —protesto la rojiza ninfómana.

— Me pelaste la espalda y me tuve que poner una camiseta, —la contesto Daq al tiempo que la abría la puerta—. Durante varios días tuve que aguantar las gracias de toda la tripulación

— Bueno vale, —se resignó Camaxtli, entro en el camarote y la puerta se cerro tras ella—. Pero eres un exagerado.

Se desnudó y se tumbó en la cama siguiendo las indicaciones de Daq, bocarriba y con la cabeza colgando por el borde de la cama. Sacó una cuerda y la ato las cuatro manos a los laterales de la cama. Después la separo bien las piernas y se las ato también a los laterales dejando totalmente al descubierto su espectacular vagina. Sus tres voluminosos pechos se movían rodeándola como tres descontroladas montañas de gelatina. Como Daq conocía muy bien las necesidades de Camaxtli, lo primero que hizo fue desconectarla su inhibidor y penetrarla con su enorme y rugoso pene. Instantáneamente comenzó a chillar presa de un furor incontrolable y a encadenar su momento de éxtasis. Las hembras maradonianas no tienen orgasmos como las humanoides, entran en un estrado de trance y de placer absoluto que las hace muy agresivas y peligrosas, como muy bien sabía Daq. También segregan en ese momento, y muy abundantemente, una sustancia de color naranja que es muy codiciada por los sibaritas por sus propiedades narcóticas y afrodisíacas. Con ella atada a la cama, Daq estaba dispuesto a saciarse hasta hartarse. Se la saco y tumbándose entre sus piernas comenzó a chuparla la vagina mientras bebía con fruición. Camaxtli estaba como loca y chillaba a pleno pulmón.  Una hora después de empezar a beber sus efluvios naranjas, Daq empezaba  a estar un tanto atiborrado.

— A2D2 a Daq, —se oyó la voz por el interfono del camarote.

— Dime A2, —contesto Daq.

— Me reportan que se oyen fuertes gritos en tu camarote. ¿Está todo bien?

— Si A2, estoy con Camaxtli.

— Ah, entiendo, —contesto la impersonal voz de A2.

— ¿Si quieres ocupar mi lugar? –le ofreció.

— La capitán lo tiene prohibido. La última vez sufrí algún desperfecto y ya sabes que con ciertas cosas es muy quisquillosa.

— ¡Me cago en la leche que os han dado! —tronó el vozarrón de Camaxtli—. ¡Vais a seguir de parloteo o estamos a lo que estamos!

— A2, cierro.

Daq volvió a meter la boca en la amplia vagina de su cabreada amante, que comenzó a chillar y segregar. Al rato, se incorporó y volvió a conectarla el inhibido.

— ¿Por qué me lo pones? —pregunto su sudorosa y excitada amiga.

— Porque me la vas a chupar, y no quiero que me la muerdas, que eres muy bruta.

Y sin esperar respuesta, empujando la cabeza de Camaxtli hacia abajo la introdujo su enorme pene hasta el fondo. Desde Arriba veía como su garganta se agrandaba al paso de su pene, y volvía a su estado normal según la follaba la boca. Unos minutos después, mientras con las manos sujetaba dos de sus tetas, se corrió chillando como solo lo saben hacer los machos tardanianos. Nada más sacársela de la boca, la conecto de nuevo el inhibidor, la puso un pequeño recipiente debajo del trasero y sacando un vibrador de un cajón se lo introdujo en la vagina a Camaxtli que inmediatamente volvió a chillar. Cogió una botella de licor y se sentó en el suelo al lado de su cabeza. Mientras Camaxtli chillaba estuvo descansando mientras daba sorbos de licor, y con una mano la acariciaba el pecho, el cuello y las tetas. Se levantó, y cogiendo el recipiente lo vació en una botellita y se lo volvió a poner. Durante un rato se dedicó a restregar su polla por la cara de Camaxtli, algo que si estuviera suelta ni se le ocurriría. Le empezaba a gustar esto de tenerla atada. Cuando lleno la botellita, la volvió a desconectar el inhibidor y la saco el vibrador.

— Sabes que te voy a arrancar la cabeza cuando me desates, —le amenazo una jadeante Camaxtli.

— Vale, pero es hora de que cumplas lo prometido.

Poniéndose de rodillas, se abrió el culo con ambas manos y pego su orificio anal a la boca de su “victima”. Ella, inmediatamente introdujo su larga lengua en su interior, e instantes después, Daq, comenzó a gemir mientras la polla se le ponía a punto de reventar. Camaxtli seguía hurgando con su lengua, y cuando Daq no aguanto más, metiéndola la polla en la boca se corrió chillando como un demente.  Cuando se recuperó, la desconecto de nuevo el inhibidor y colocándose entre sus piernas comenzó nuevamente a chupar. Finalmente, casi cinco horas desde que comenzaron, la volvió a penetrar y la estuvo follando hasta que nuevamente se corrió. Durante unos minutos estuvo besándola incansable hasta que la conecto otra vez el inhibidor.

— ¿Sabes nena? Si fueras un poco mas peluda podría enamorarme de ti.

— ¿Serás cabrón? Anda, desátame que me duelen los brazos.

— ¡Unos huevos! Recuerda que me ibas a arrancar la cabeza, —la contesto mientras seguía besuqueándola.

— Venga, no seas bobo.

— Prométeme que no me vas a hacer nada, y que me puedo quedar con la botellita.

— Que pesado. Te lo prometo.

— Sabes nena, deberías estar siempre recién follada. Estas hasta simpática, —la dijo riendo mientras la desataba.

— Ya me gustaría. Si estuviera en mi planeta lo haría a todas horas, –respondió mientras sé masajeada sus entumecidos brazos.

— Joder tía, regresa a Maradonia. Con tu experiencia en ingeniería tendrías una buena posición …

— ¿Y dejar la Tharsis? Ni pensarlo, la Tharsis es mi vida. Matilda y yo compartimos la misma pasión. 

— Esta nave tiene algo especial, porque a mí me pasa lo mismo.

Una semana después, con las reparaciones terminadas satisfactoriamente, la 4.ª Flota Federal se puso en marcha rumbo al sistema Aeróm.  A la escuadra se habían unido seis cargueros sin ningún tipo de armamento ofensivo por decisión de Matilda. Quería intentar asaltar todas las naves que pudiera para reponer en lo posible las perdidas en Rulas 3.

— Vamos a abrir un único vórtice de salto. Saltaremos en formación y entraremos en batalla nada más llegar. Sé que es arriesgado, pero no podemos hacer una aproximación convencional a diez años luz en territorio enemigo. La Tharsis, comandara un grupo principal con todos los cruceros y las fragatas de la clase Küsh. Saldremos del vórtice a 30 kilómetros del objetivo. Atacaremos directamente los cruceros pesados imperiales, mientras el resto de naves van contra el resto de la flota. Si estamos en lo cierto, los cruceros de Numbar no tendrán levantados los escudos de energía. Desde los cargueros, nuestra infantería los asaltara con los transbordadores y los apresara. Primero los cruceros y si se puede las fragatas. Que quede bien claro, nave apresada, nave que salta al punto de reunión en Telis. Si alguna nave apresada no puede saltar, será destruida de inmediato. ¿Alguna pregunta? —Matilda miraba con decisión a todos los miembros del Estado Mayor de la Flota Federal.

No había preguntas, todos estaban de acuerdo. Veintitrés horas después, la flota llegó a las coordenadas de salto y se dispuso según el orden de batalla.

— Capitán, la flota esta preparada y esperando ordenes, —anuncio Ushlas desde su consola—.  Hemos enlazado con los otros tres cruceros para abrir el vórtice como estaba previsto.

— Orden a la flota, —ordeno Matilda.

— La flota esta apercibida capitán.

— Abran vórtice.

— Vórtice abierto capitán.

— Cuenta atrás y salto.

— Saltamos a 5, 4, 3, 2, 1, 0.

En menos de un segundo, toda la flota, 115 naves de todos las clases, la mayor flota rebelde jamás reunida, desapareció en el vórtice rumbo a un destino incierto.

— Capitán, tres minutos para llegar al sistema Aeróm, —informo Ushlas.

— Zafarrancho de combate, todos a sus puestos de batalla, –ordeno Matilda y de inmediato las sirenas anunciaron la situación de batalla.

— Toda la flota esta apercibida capitán. Zafarrancho de combate.

— Cañones de partículas, baterías principales. Misiles, tubos uno a cincuenta. Preparados para disparar, —ordeno Matilda mirando a su hermano.

— Artillería y misiles preparados, –respondió Neerlhix.

— Defensas automáticas. Baterías de perímetro a 10 kilómetros.

— Defensas automáticas activadas.

— Puente a reactores.

— Aquí reactores capitán, –respondió Camaxtli.

— Entramos en combate. Prioridad a las armas y a los escudos, —ordeno Matilda.

— A la orden capitán.

— Abriendo vórtice de salida, —dijo Ushlas.

Nada más salir del vórtice, los cuatro cruceros de vanguardia, entre los que estaba la Tharsis, abrieron fuego contra los cruceros pesados imperiales.

— Blancos fijados, –dijo Neerlhix.

— ¡Fuego! —ordeno Matilda.

La aparición de la flota y la descarga cerrada de sus armas principales, cogió por sorpresa al enemigo, que sufrió las consecuencias. Dos de los cruceros pesados estallaron destrozados a causa de los impactos. Los otros dos, después de sufrir desperfectos, lograron levantar los escudos de energía y responder al ataque. El grupo de cruceros federales maniobraba entre los cruceros enemigos disparando a discreción con todas sus armas. Las defensas automáticas de la Tharsis, trabajaban a pleno rendimiento interceptando los misiles y los disparos de la artillería imperial. Los que conseguían pasar, impactaban contra los escudos restándolos efectividad y zarandeando a la nave.

— Capitán, escudos al 65 % —grito Ushlas para hacerse oír entre el follón de ordenes, voces, ruido de explosiones y chispas que saltaban por doquier en el puente.

— Capitán, algunos cruceros imperiales de Numbar están saltando antes de ser abordados, —dijo Moxi, el informe oficial científico—. Las fragatas imperiales se interponen para protegerlos.

— ¡Que los grupos 3 y 5 los intercepten, que no escape ninguno más, —ordeno Matilda.

— Los cruceros se agrupan en torno a las naves de Numbar, —grito Neerlhix sin dejar de disparar las armas—. Se van a sacrificar.

— Los grupos de asalto han apresado 6 cruceros y 18 fragatas, —grito Ushlas—. Han saltado al punto de encuentro.

— Que toda la flota concentre el fuego en los cruceros imperiales, —ordeno Matilda—. Que los cargueros salten al punto de encuentro, salvo el Taj.

Con la Flota Imperial acorralada, la batalla siguió durante una hora mas, al cabo del cual las armas enmudecieron.

— Capitán, un crucero pesado ha quedado inactivo, el resto de cruceros ha sido destruido.

— Que la infantería del Taj lo asalte, —ordeno Matilda—. Que asalten también las naves de Numbar que queden, y se apoderen de los núcleos místicos.

— Los escáneres no detectan naves en menos de tres años luz de nuestra posición, —informo Moxi.

— Puente a ingeniería, —grito Matilda por el intercomunicador—. ¿Cómo estamos?

— ¡Jodidos capitán, muy jodidos! —se oyó gritar a Camaxtli—. En cinco minutos podremos saltar al punto de encuentro, pero recomiendo no entrar en combate por ahora.

— Entendido, puente fuera.

— El crucero pesado es nuestro, un equipo de ingenieros ya está trabajando para llevárnoslo, –informa Moxi.

 — El Emperador ha perdido todos los cruceros y hemos apresado 28 naves. 6 cruceros de Numbar y 8 fragatas imperiales han escapado.

— ¿Y nosotros como estamos? —pregunta Matilda.

— El grupo de cruceros con muchos daños, pero podremos saltar, —respondió Ushlas consultando los datos de su consola—. Hemos perdido 4 fragatas clase Küsh y otras siete más. Y 14 de menor rango, casi todas corvetas. La infantería lo ha pasado mal, los asaltos han sido muy duros. Todavía están llegando los informes, pero hemos perdido no menos de 6.000 soldados. Con las bajas de la flota llegaremos a los 10.000.

— Menuda victoria de mierda … —comenzó a murmurar Matilda.

— Es una gran victoria capitán, —la interrumpió su hermano con vehemencia—. Hemos infringido al imperio la peor derrota de su puta historia, y esta victoria es tuya.

— Seis cruceros numbaritas han escapado, —rebatió Matilda—. Y eran el objetivo.

— Capitán, ni siquiera los más optimistas del Consejo preveían una victoria de esta envergadura, —intervino Ushlas.

— Eso es cierto, y de invadir el Sector Oscuro con una poderosa flota, solo lo hará con seis cruceros, —dijo también Moxi—. Capitán, yo veo mucha diferencia.

— La flota informa de que están listos para saltar.

— Orden de salto a la flota, a su discreción. Que los cruceros salten los últimos. Nos vemos en Telis.

Mas de calvosexxx

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