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Los exilios pueden ser placenteros

en Gays

Se dice que la vida da muchas vueltas… Pues la mía había dado la vuelta completa volviendo al origen. Con 32 años estaba pidiendo a mis padres que me acogiesen en mi cuarto que todavía está decorado como si tuviese 12 años. Mi madre había quitado los poster de música y demás… pero como no, los peluches de cuando tenía 5 años seguían en la cama.

Bueno me presento, me llamo Juan y soy un tío de 32 años que la crisis le ha dado un par de hostias muy interesantes. Llevaba currando en mi empresa 5 años cuando me echaron, y como tampoco soy el mejor currante del mundo ni tengo contacto no he conseguido un curro de lo mío en dos años… y me he quedado sin un duro. No esperaba tener que volver a casa pero la vida en Madrid es muy cara… y yo la verdad no estoy hecho para currar en un Mac Donald y malvivir compartiendo piso. La principal causa de querer vivir solo… es que soy muy viciosete. Me mola follar, cerdear, juegos de roles, sexo poco seguro (mea culpa… pero me puede el vicio)… Pero eso ya lo iréis viendo en mis relatos.

Por suerte, después de 15 días de insufrible convivencia con mis padres, me llego como caída del cielo una oferta de curro muy interesante. Buen sueldo y muchas vacaciones… pero claro todo tiene su trampa, era para trabajar de supervisor de obra en Marruecos, cerca de la frontera con Argelia una zona bastante peligrosa y como suele pasar en ese tipo de obras en un campamento totalmente aislado.

Me lo estuve pensando bastante, sobretodo porque allí no tendría opciones de saciar mis ganas diarias de sexo viciosete. Pero la enésima bronca de mi madre me hizo cambiar de decisión.

Con lo que me presente en marruecos, me fue a buscar un vigilante del campamento al aeropuerto. Según lo vi me cambio me mejoró el humor. Era un tío de unos 30 años guapete y buen cuerpo, sobre 180 no muy fuerte pero tenía pinta de estar fibrado, en uniforme con botas que me pusieron algo cerdete la verdad jejeje, y marcaba un paquetazo (va a ser verdad la leyenda sobre las pollas de los árabes, por lo menos la de este). Pero lo que más me alegro el día fue la sonrisa y sus mirada alegre, ojos verdes típicos de los bereber y dentadura perfecta. Me dio la impresión de que él me hizo un repasito rápido igual que el que le hice yo jajaja. La verdad es que yo no estoy mal, soy un tío guapete, me cuido bastante estoy fibrado de tren superior y tengo buenas piernacas y buen culazo. Soy moreno de ojos claros, llevo el pelo rapado en plan militar y con barba y tengo el pelo en pecho y piernas… no mucho pero resalta porque soy muy peludo. Suelo llevar el del pecho algo recortado, aunque sin exagerar. Vamos que no estoy mal, y de rabo pues la verdad muy bien (o eso me dicen) 21 cm muy gordo con venas marcadas… los tíos flipan con el grosor y con mi capullazo.

Tras la correspondiente descripción… sigamos…

-          Hola amigo, que tal estas? Bienvenido a Marruecos.- Me digo Amine con una español más que aceptable. Lo agradecí porque mi inglés es regular y mi francés es nulo. Íbamos a pegarnos 4 horas en un todoterreno por carreteras de mierda y la conversación en español se agradecía.

-          Muy bien, muchas gracias. Hablas muy bien español. Me llamo Juan.

-          Encantado, yo me llamo Amine. Rápido que vamos con algo de retraso.

Nos metimos en el todoterreno, y fuimos haciendo kilómetros mientras charlábamos de lo típico de dos tíos que van a trabajar juntos pero todavía no se conocen: que tal por España, como estaba la obra, que tal se vivía allí, si tenía familia… con la típica broma de que no había mujeres (si el supiese… jajaja). A mitad de camino paramos a tomar algo y sobretodo refrescarnos ya el calor era insufrible y el aire del coche no iba bien. Donde paramos era típico sitio de carretera de Marruecos… o eso creo porque es el primero que pisaba en mi vida. Nos tomamos unas colas (aquí no hay cerveza en casi ningún sitio) y compramos un par de botellas de agua casi heladas, comimos unos huevos con un café y fuimos a echar la correspondiente meada. Había 5 meaderos y yo me puse en el más alejado… y Amine se puso justo al lado lo que me extraño un poco ya que entre tíos siempre se suele marcar una distancia de seguridad si hay espacio.

-          Vamos bien de tiempo, he ido rápido pero no podemos parar mas con lo que mea todo lo que tengas que mear – me dijo amine que no perdía la sonrisa de niño travieso que tenía siempre.

-          Ok tío, no te preocupes que con lo que estoy sudando no creo que me haga falta mear mucho.

-          Amine se rio.- Lo siento amigo, el aire va mal. Mira como estoy yo.-

Amine me enseño el sobacazo todo sudado, que resaltaba en su camisa verde militar. El tío se soltó la polla y se restregó el sobaco y se olio la mano. Yo flipe, el tío tenía una polla impresionante… larga muy morena sin circuncidar el pellejo le cubría todo el capullo y no sabéis lo que me gustan a mí los sobacos de un macho bien sudados. Mi cara era de total gilipollas y mi polla dio un bote involuntario a la vez que crecía algo. Amine se tuvo que dar cuenta porque me soltó una sonrisas de niño travieso que estaba preparando una trastada y me guiño el ojo. Yo me puse todo rojo… que con lo blanco que soy se me nota la de dios. Pufff, estar solo con machos intentando aparentar ser hetero iba a ser una tortura, y no sé cómo iba a ocultar los empalmes si a todos les gustaba tontear como parecía que le gustaba a Amine.

El resto del viaje fue tranquilo, fuimos hablando tranquilamente y sudando… sudando mucho… Amine iba empapado y yo opte por quitarme la camiseta a ver si se calentaba un poco el tema (joder, ni el primer día puedo dejar de pensar en follar), pero nada. Amine fue muy agradable y la conversación era fluida, pero no hubo más tonteo… y eso que yo iba morcillón por culpa de su olor a sudor. Tenía un olor a macho que me encanta e iba bastante caliente…

Tras 30 kilómetros de no ver ni un alma llegamos a un complejo con doble vallado y con concertinas entre las dos vallas y en la parte superior y esquinas, torres con tíos armados vestidos con el uniforme igual que el de Amine, y se podía ver un jeep con una gran metralleta encima en plan americano. La verdad es que me acojonó bastante y se me debió notar bastante.

-          Tranquilo que las guerrillas de la zona no suelen torturar, y si pasa algo tu empresa te pagará un buen funeral con el dineral del seguro.- Dijo Amine todo serio. Mi cara debió de ser todo un poema… pero a los 3 segundos nos pudo aguantar más y se empezó a descojonar de risa. - Es broma hombre… no te pongas tan serio, aquí estoy yo y mi hermano para protegerte. - Esto último lo dijo agarrándome amigablemente el muslo pero más arriba de lo normal… y otra vez con esa cara de travieso que tan perraco me ponía.

-          Ok, jajaja eso espero… soy todo vuestro. – No sé cómo pude decir eso, me salió natural… y me volví a poner todo rojo. - La verdad es que impresiona bastante tanta seguridad.

-          No voy a negarte que la zona es muy peligrosa, por eso os pagan lo que os pagan, pero el personal de seguridad somos nativos de la región, tenemos muchos contactos y mi hermano es muy respetado. No sois los únicos bien pagados del complejo jajaja. Mi hermano tiene mucho poder aquí, si le caes bien tendrás muchos privilegios. – Amine me miró el torso sin camiseta y añadió. – Y creo que le caerás muy bien… creo que tenéis gustos comunes. El también es del Barça jajajja.

Este Amine era un cachondo… y me ponía mas cachondo a mi por momentos… Ya era bastante tarde, teníamos media hora para enseñarme las instalaciones e ir a la cantina a cenar.

Amine muy amable seguía haciéndome de guía. Todo el mundo lo saludaba amigablemente aunque con respeto. Y a mí me miraban con interés… por lo que me enteraría después era muy raro que Amine fuera a buscar a un trabajador de nivel medio como yo. Íbamos con prisa y yo  seguía a Amine un poco perdido, cada uno con una bolsa de viaje.

-          Estos son los barracones… o el hotel como quieras llamarlo jajaja. Tienes suerte los españoles tenéis que compartir solo la habitación con otro compañero. Deja tus cosas, cámbiate de ropa si quieres hueles a tigre más que yo (la verdad es que tengo un olor corporal bastante fuerte, que a mí me gusta y no suelo usar desodorante) y en 10 minutos te presento a tu jefe.

El barracón era bastante básico, un par de taquillas para cada uno, dos camas  de 90 que parecía cómodas y una mesita con una lámpara. Sin lujos pero suficiente. La cama de mi compañero estaba deshecha y había un gayumbo, unos calcetines y la toalla tirados sin ningún cuidado. Estuve tentado a coger los gayumbos y olerlos, en los cuales se podía ver una lefada reseca de buen tamaño… pero por suerte me contuve, porque cuando estaba mirándolos fijamente mientras me ponía unos míos limpios llegó Amine sin que yo lo escuchase.

-          Que blanco eres, como te de el sol en el culito tendrás quemaduras de 3º grado. – Dijo Amine riéndose y mirando la habitación – Antonio es un poco desordenado y cerdete… ya lo conocerás. Si tienes algún problema con él me lo dices a mi… ok?

-          Ok, Amine. Un segundo y acabo de vestirme.

Se quedó mirando mientras me vestía y cuando acabé nos fuimos a buscar a mi futuro jefe. Tras entrar al edificio de oficinas fuimos a uno de los despachos del fondo… ya no quedaba casi nadie.

-          Buenas noches Fernando. Vengo a presentarte al nuevo – Dijo Amine desde la puerta del despacho.

-          Buenas Amine, que tal? Como tu haciendo de anfitrión… que raro.

Fernando se levanto y me dio la mano. Era un tío que impresionaba por su tamaño… un tío de casi 2 metros y muy fuerte, tenía unos brazos impresionantes. No era el típico tío de gimnasio, sino el típico tío grandullón que nació así, seguro que había jugado a rugby de chaval. Era moreno aunque ya con alguna cana… rondaría los 40, y tanto los ojos como la tono de piel era muy oscuros. A parte de tener un brazo más grande que mi muslo el tío no contralaba su fuerza. Me dio un apretón de manos de esos que quieren marcar su territorio, casi me la rompe el gigantón.

-          Hombre… tú eres el famoso Juan. Que sepas que yo no aprobé tu contratación… Tus excompañeros me han dicho que eres un mangante y que te encanta llegar de resaca al curro. No sé porque pero hay un par de personas que tenían mucho interés en que estuvieses así.

-          Bueno yo inten…

-          NO me interrumpas chaval. Te lo digo para que inicies con ganas, no voy a aceptar mangantes a mi cargo y aquí se trabajan muchas horas y necesito gente trabajadora y resolutiva. Ahora podéis iros tengo todavía trabajo. Amine muchas gracias. – A mi ni me menciono.

Joder vaya inicio… Me tendría que poner las pilas. No es que sea tonto, la verdad es que soy bastante inteligente, pero la vagancia y mis “distracciones” hacen que no sea el mejor trabajador.

Amine me llevo al comedor… donde había bastante revuelo. Fue directo a una mesa… y en concreto a por un chaval pequeño pero muy guapo.

-          Antonio, te presento a Juan, tu nuevo compañero de habitación. Encárgate de enseñarle las instalaciones mañana y su escritorio – Antonio se puso un poco nervioso al ver a Amine y bajo la cabeza ligeramente como inconscientemente.

-          Hola Juan, bienvenido. Que tal el viaje. Ven te acompaño a pedir.

Antonio resulto ser un chaval muy espontaneo y con mucha energía, eso si no callaba la boca el jodio… me estuvo contando de todo un poco sin mucho orden: las instalaciones de ocio, los horarios de curro y de comida,  el avance de la obra… Físicamente me resulto muy guapo, no es el típico tío que me gusta (me van más maduros y masculinos) pero para much@s estaría para mojar pan. Era pequeño… no creo que llegase a 1,70 y delgado. Rubio de pelo rizado y ojos azules y cara dulce, de niño… imberbe lo que le hacía parecer más joven de lo que era. Tenía 25 pero aparentaba como mucho 20 y siendo buenos.

Después de cenar me acompaño a la habitación, pero se fue diciendo que tenía unos temas personales que hacer. Yo me quede organizando la ropa y decidí que ya era hora de una ducha. Me desnude, cogí la toalla y el gel y me fui en busca de las duchas. No tenía ni zorra de donde estaban… y como suele ser normal en mi me fui en dirección contraria. Así que me veis a mí en bolas solo con una toalla buscando las duchas. La gente ya estaba durmiendo y no encontraba a nadie a quien preguntar. De repente se abrió una puerta y salió un hombre en calzoncillos con la toalla al hombro y un neceser en la otra mano.

-          Quien coño eres tú? Y que haces por aquí? – me dijo mirándome con unos ojos azules extremadamente claros.

-          So… soy Juan Corral, el nuevo ingeniero mecánico. Estaba buscando las duchas.

-          Pues por aquí vas mal chaval, son el la dirección opuesta. Ven anda te enseño donde está el vestuario de los altos cargos y mañana te enteras donde está tu puto vestuario.

-          No hace falta… enserio encontraré los del resto de personal.

-          Que no coño, sígueme. – Dicho esto empezó a caminar echándome una mirada de condescendencia.

Yo me puse a seguirlo detrás como si fuera un criado. El hombre imponía mucho, facciones masculinas muy marcadas, mandíbula cuadrada y nariz prominente, era bastante canoso aunque y tenía algo de entradas, tendría unos 50 años muy bien llevados. Media un poco más que yo 185 cm, y tenía unas espaldas muy anchas y brazos fuertes, algo de barriga pero sin exagerar y piernas fuertes que muchos treintañeros querrían para sí.

Llegamos al baño, amplio con zona de bancos duchas abiertas y los lavabos… y supongo que tras los espejos de los lavabos estaba la zona de urinarios, tampoco me importaba yo iba siguiéndolo como una marioneta.

El se quito el calzoncillo, los tiró al suelo y fue a las duchas… yo me quede mirando ese culazo de hombre maduro por primera vez, era fuerte como sus piernas, y muy peludo entre las nalgas… seguro que olía de maravilla sudado después de un día de trabajo aunque fuera sentado en la oficina.

-          Te vas a quedar ahí mirando como un gilipollas? – Dios no me había dado cuenta de que estaba de pie con el rabo morcillón mirando su culo.

No hubo otra que quitarme la toalla y que viese mi pollón a medio camino del empalme. El vio que me iba a una ducha más alejada de él, pero al verlo abrió el agua de la que estaba a su lado y miro mi polla con una media sonrisa. No tuve más opción que ponerme a su lado. Nos pusimos a ducharnos, el ahora ignorándome y yo atreviéndome a mirarlo de reojo, mi rabo por suerte no subía mas de donde estaba. El se frotaba los huevos y la raja del culo de manera más asidua de lo normal, lo que hizo que su polla empezase a crecer… Joder no me lo podía creer, tenía un pollón de la hostia, parecido al mío, gordo blanco con venas muy gordas y sin circuncidar. Cerro el agua y hizo algo que me sorprendió… se puso a mear. Yo no podía dejar de mirar su rabo echar ese chorro potente de liquido amarillo. El olor a meo se hizo presente en el baño, se notaba que llevaba mucho sin mear y tampoco había bebido mucho; era amarillo oscuro con mucho olor. Acabo de mear y yo seguía mirando.

-          Vamos… no te quedes con la duda. – Esa frase me saco de mi mundo en el que solo había un pollón lleno de venas.

-          Qué? Perdona.

-          Que no te quedes con la duda de cómo sabe mi polla después de mear.

-          Perdona… yo… - No sabía dónde meterme, ahora sí que estaba rojo.

-          Cállate y ponte de rodillas joder. – No grito mucho pero sus palabras eran puras órdenes.

-          Lo sient…

-          Que te he dicho… Mira como tienes la polla, lo estas deseando más que yo. – No pude negarlo y me agache delante de ese pollón todavía a medio camino.

La olí, pena que se hubiese duchado, y metí la lengua entre el prepucio y el capullo, solo la punta, sin manos, disfrutando de cada segundo. El olor a meo era fuerte y su sabor salado me fascino. Me la metí en la boca y poco a poco empezó a crecer… joder era muy gorda, como la mía al menos. Y seguía creciendo, yo chupaba y le ponía toda mi experiencia. Aquella polla creció hasta los 22 cm al menos, con lo que tenía alguna arcada pero mi experiencia dejaba que la tragase entera sin rozarle con los dientes.

-          Así, muy bien… ves como lo estabas deseando más que yo. – El tío estaba disfrutando con gusto, se curraba un pezón con la mano derecha y la izquierda la tenía en mi cabeza pero sin hacer presión, dejándome hacer. No dejaba de mirarme.

-          Ought… - Me dio una patada en los huevos, suave pero seca en cuanto vio que me iba a coger la polla que no dejaba de babear.

-          Quien te ha dicho que puedes tocarte el rabo. Aquí el que manda soy yo, ya te enteraras. – Eso fuera de molestarme me excitó mas, me encantan los juegos de roles, y aquí aunque no era un juego, tenía claro mi papel.

Me fue dirigiendo a sus huevos, que colgaban grandes, sin un pelo… el derecho era muy grande, lo que hacía parecer pequeño el izquierdo. Llevábamos así más de 20 minutos cuando empezó a follarme la boca lo bestia.

-          Seguiría mucho más tiempo pero mañana hay reunión a las 8 de la mañana.

La follada de boca era bestial, con ese pollón me ahogaba, yo me agarraba a sus fuertes muslos y aguantaba las arcadas como podía. Mis babas caían por sus gordos huevos y el dejaba su capullazo encajado en mi garganta hasta que estaba rojo por falta de aire. Estuvo así unos 10 min, que se me hicieron largos pero mi polla delataba que me estaba encantando. En un momento dado, empezó a gemir más fuerte y aceleró la follada. Cuando sentí que se hinchaba lo bestia la saco… aunque el primer trallazo cayo de lleno en mi boca… el resto fueron a la cara. Yo abrí la boca todo lo que pude y cerré los ojos porque sabía lo que venía. Dios me cubrió de lefa la puta cara, que cabron y que morbo. Nos quedamos gimiendo los dos con la respiración acelerada.

-          Bienvenido Juan. – Me dio un lametazo en la boca recogiendo parte de su lefa y me susurro al oído. – Tu hermano tenía razón, naciste para mamar pollas.

Tras esto se fue, yo seguí de rodillas con la cara llena de lefa, sin poder abrir los ojos y pensando de qué coño conocía este tío a mi hermano, del que no sabía nada desde hacía 16 años…

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Mi primer relato, despues de mucho leer me he animado... espero que os guste y caiga alguna paja. Este relato es bastante introductorio y no hay mucho sexo... pero por algo tenemos que empezar.