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Vicios y pecados

en Gays

Gracias por los comentarios, que siempre animan a seguir escribiendo. Para los nuevos, todos mis relatos estan relacionados, si os gustan os recomiendo que leais el resto en los que encontrareis a varios personajes conocidos.

VICIOS Y PECADOS

Isaac, el joven cura, se puso ropa de calle y decidió ir a ver a su amigo Ramón, el profesor de gimnasia del instituto de Lucas. Tenía clarísimo que a los que había visto follar eran Ramón y Paco.

Ramón era el profesor de gimnasia del instituto desde hacía un par de años. Tenía 32 años, y antes de estudiar INEF había estado en el ejército, donde le iba muy bien hasta que un general le pilló follándose a su hijo. Esto significó el final de una prometedora carrera, pero es un tío que no se dejaba amedrentar por nada. Por lo que tuvo que buscarse la vida de otra manera.  Era el típico chulito, un tío de 185, con un cuerpo impecable… se ejercitaba con disciplina y le encantaba que la gente se girase al verle. El cabello rapado y una gran cicatriz en un lado de la cara debido a un accidente en unas maniobras le daban un atractivo inusual. Era de estos tíos que según entraba en un bar a la mitad de las tías se le caían las bragas al suelo.

Paco era el típico chico perfecto que todos hemos tenido en clase, buen estudiante, buen deportista, guapo, con novia igual de perfecta… Una vida ideal, pero un vicio por las pollas que nadie se podía imaginar. Medía 180 y no estaba especialmente musculado ya que hacía atletismo y era medio fondista. Había ido a algún campeonato de España, aunque nunca podría vivir del deporte. Era moreno, con el pelo en algo largo sin llegar a la media melena y casi sin vello en el cuerpo, atractivo, sobretodo unos labios muy carnosos y una nariz grande y recta que le daba aspecto de modelo de ropa. La verdad es que el chico era muy atractivo. Sería el más guapo de clase si no fuera por Lucas, que era todo un adonis aunque sin el carisma de Paco, inocente y todo el día en la iglesia viviendo bajo la tiranía de un padre para lo que todo era pecado. Salía con María una chica un año menor, igual de perfecta que el como ya he comentado. Y su mejor amigo era Carlos, el hermano de María. A pesar de ser el típico macarra era buen estudiante y estaba en su primer año de ingeniería industrial en la Politécnica de Madrid. No se le conocía novia, pero iba cada día con una distinta. Era un tipo fuerte con un cuerpo trabajado de hacer deporte, e iba siempre con una chupa de cuero que le daba ese toque rebelde que tanto éxito le daba. Era castaño y tenía unos ojos azules muy claros, casi blancos que te atravesaban al mirarte. No era especialmente hablador, muy tosco en sus frases. Nadie entendía como se podían llevar tan bien entre ellos.

Isaac llegó al piso de Ramón, le abrió el portero de aquel lujoso dúplex. La gente pensaba que había sido una herencia de un tío lejano, pero en verdad es que Ramón tenía su propia forma de conseguir dinero. Al llegar llamó a la puerta aceleradamente. Ramón le abrió en bolas, con la polla muy dura y con un arnes que le marcaba sus potentes músculos.

-          No te esperaba… Padre. – esta última palabra lo dijo con cierto tono de sorna.

-          Tenía que hablar contigo urgentemente… Veo que no estás solo. - Miró a su polla que estaba manchada de semen. Cogió parte de leche batida que tenía en la base de la polla con el dedo índice y se la llevó a la boca.- Son conocidos.

-          Si, tranquilo. La puta de Paco y el cabrón de Carlos.

-          Joder que vicio tienen esos niñatos, tienen tu casa de picadero.

-          Jajaja, ya te digo, si te digo como han venido?

-          Que han hecho esta vez?

-          El Carlos lo ha llevado al parque a que se lo follen por 4 duros, y traia cinco preñadas dentro el cabrón. No se cómo puede aguantarlas dentro… este niñato tiene un control de su culito que ni Maradona con el balón jajajaja.

Ramón e Isaac mientras hablaban se dirigian al piso de arriba de donde venían sonidos de gemidos. El cura iba distraído mirando la potente polla del profesor que se bamboleaba de un lado a otro sin perder la dureza. Al llegar al cuarto de arriba que era un gran dormitorio de más de 80 metros cuadrados vio en el centro de la sala a los dos jóvenes. Paco estaba tumbado en un sling, con las piernas abiertas recibiendo bestiales pollazos de su “cuñado” y amigo Carlos. La imagen era muy excitante, estaban muy sudados, Carlos solo llevaba unas botas militares hasta casi la rodilla y su polla era impresionante, más grande que la de Ramón. Tenía el pelo púbico lleno de lefa que salía del culo de Paco, que gemía con cada pollazo. Paco tenía una imagen lamentable que al cura le excitaba mucho, queriendo ser el mismo quien estuviera en su lugar. Además de tener el culo totalmente abierto y lleno de leche batida, Carlos tiraba de una cadena que tenía con pinzas en sus pezones, y tenía la cara llena de babas de las arcadas que seguro ha tenido de las folladas de boca de esos dos cabrones.

-          Hombre… ha venido el cura. – Carlos sonrió maliciosamente mientras seguía envistiendo con fuerza a su amigo. Paco no tuvo fuerzas de hablar, solo miro al cura y sonrió ligeramente antes soltar un gran gemido por el fuerte tirón que le produjo Carlos con la cadena unida a sus pezones.

-          Tengo cosas que hablar con Ramón, no he venido a follar. – Carlos se había salido del culo de Paco y se dirigía andando lentamente hacia el ya excitado cura.

-          Vaya… pensé que venias a limpiarme la polla.

-          De que coño vas niñato… – Isaac intentó evitar al niñato y buscó a Ramón con la mirada que ya estaba ocupando el sitio en el vacio culo de Paco.

-          Pues voy de que me vas a limpiar la polla ahora mismo. – El joven estaba ya a pocos centímetros del cura, y cogiendo un poco de lefa de su capullo, la restregó en los labios del cura, que no se movió y mantuvo la mirada. – Venga, no te hagas de rogar… y limpiame la polla, que está muy sucia… hay lefa de todos los tipos. Hoy hemos sacado 50.000 pelas en el retiro, un culito joven como el de Paco tiene su negocio aunque solo sea para correrse dentro.

-          Sacar solo eso por este culazo no le veo tanto merito. – Dijo Ramón mientras quitaba las pinzas de los pezones del joven y empezaba a pellizcarlos y morderlos.

-          Cuando nos dejes entrar en tus negocios ya sacaremos más. – Dijo Carlos algo enfadado.

-          Bueno eso ya se verá. – Ramón tenía más interés en jugar con los pezones del joven que volver a discutir con esos adolescentes impacientes.

-          Y tu que curita, no te decides? – Isaac estaba mirando la polla del joven y ese pelo que la rodeaba sin recortar y lleno de lefa de dios sabe quien… La verdad es que se moría de ganas de limpiarla, pero no había venido allí por eso. – Que te la comas JODER!!! – El cura ni se inmuto ante las exigencias de Carlos. El cura empezó a coger sus huevos ante la sonrisa del joven que se veía vencedor en ese rifirrafe.

-          Me apetece, pero como te decía no he VENIDO PARA ESO. – Apretó fuertemente los cojones del joven que grito e intentó golpear al cura, que paró el golpe sin problema y apretó mucho más fuerte.

-          Hostia, jajajajajaja… - Ramón se descojonaba mientras Paco miraba sorprendido a su amigo retorcerse en el suelo. – Ya te dije que Isaac no es una de esas putitas que te acostumbras a tirar o un sumiso como Paco. Te queda mucho que aprender chaval.

-          Bueno, a ver… como decía quería hablar con vosotros. – Isaac empezó a acariciar el suave cuerpo de Paco y a repasar con los dedos las marcas de golpes, añarazos, pellizcos que tenía en su morena piel. 

-          Que pasa? - Ramón seguía lamiendo y mordiendo un de los pezones del joven que ni prestaba atención centrado en las sensaciones que le daban los dos adultos.

-          El otro día os pillaron follando en el vestuario del instituto. – Ramón dejó lo que estaba haciendo y se sentó en la cama a escuchar. Aunque no necesitaba el trabajo por dinero le gustaba su trabajo le gustaba y estar con esos chicos y chicas con pleno auge hormonal era un aliciente.

-          Quien te lo ha dicho?

-          El que os vio vino a confesarse.

-          Mierda… y quien era?

-          Lucas Corral.

-          Bueno, y a quien más se lo ha dicho? – Ramón estaba algo nervioso, Carlos tenía ya los 18 años, pero Paco no los había cumplido aunque estaba cerca.

-          A nadie de momento.

-          Bufff… bueno, entonces está controlado. Quieres que hable con él?

-          No tranquilo, creo que de momento estará callado. Pero tendremos que pensar como hacer que la situación siga así.

-          Bueno tío, para eso tu eres el experto. – Dijo Ramón sonriendo y ya más aliviado, mientras intentaba animarse su polla que con el susto había menguado.

-          Pero hay otra cosa más que te gustará saber. – Isaac decía esto mientras se desnudaba tranquilamente.

-          El qué? – Ramón admiraba el hermoso cuerpo de macho del cura, le encantaba ese culo lleno de pelusa rubia.

-          Es un Alpha.

-          Y como lo sabes? – Isaac se dirigía a gatas hacia Carlos que seguía tirado en el suelo.

-          Lo se, sabes que nunca fallo. – Tocó a Carlos que se asustó. – Shhhs tranquilo, ahora que ya hemos hablado podemos empezar a jugar. – Dicho esto empezó a limpiar sumisamente la polla y huevos del joven.

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Lucas estaba en la fila para comulgar como todos los domingos. Uno a uno los feligreses hacían cola esperando su turno para recibir el cuerpo de Cristo una vez libres de pecados. Estaba nervioso, a pesar de haberse confesado seguía teniendo sentimiento de culpa y no creía que fuera correcto recibir la sagrada comunión con el pecado dentro todavía. El cura recitaba uno a uno la conocida frase: el cuerpo de Cristo… Amen… el cuerpo de Cristo… Amen… Llego su turno. El cura le miró a los ojos, y el intentó evitarlos… El sabía que era un pecador, que soñaba con follar a lo bestia a otros hombres.

-          En el cuerpo de Cristo.

-          Amen… - Saco su lengua pero el cura no le dio la oblea consagrada.

-          No se puede venir a comulgar con el pecado dentro. – El cura le hablaba calmado. El se moría de la vergüenza, y observaba a sus padres que lo miraban de rodillas desde la primera fila de bancos.

-          Yo… lo siento…

-          Shhhsss. Tranquilo, yo te sacaré el pecado. – El cura se arrodilló y sacó su duro mientro del pantalón y lo engulló entero de una vez. Lo miraba con vicio, y el no lo paraba… estaba paralizado.

-          Padre… pero que hace…

-          Tu disfruta… fóllale la boca, destrózasela… - Al lado el profesor de gimnasia y Paco lo acariciaban y le iban quitando la ropa.

-          Pero que hacéis… - Lucas igual de asustado que excitado miró a sus padres. Este le gritaba… eres un pecador… no deberías haber nacido… y su madre solo lloraba y rezaba con el pequeño Juan en brazos. – Déjame en paz… - Intento escapar del ardiente cura que lo evitaba agarrando su poderoso culo y clavándose más allá de la garganta la enorme polla del joven.

-          Fóllale la boca… Reviéntalo y libérate del pecado. – le decía el profesor insistentemente.

Al final cedió, pensando que sería lo mejor, liberar todo ese deseo que lo controlaba. Empezó a follar la boca a lo bestia al cura que aguantaba como podía. Estaba rojo, con los ojos llorosos, pero con una cara de placer que no podía disimular el gusto de verse sometido por ese joven macho. Lo siguió follando, lo escupía, lo insultaba, sus babas caían por sus huevos peludos… hasta que finalmente se corrió… soltó todo ese mal y el cura lo trago con gusto… corriéndose a la vez que sentía los trallazos de lefa directamente en su garganta.

Se despertó agitado en la cama, desnudo como solía dormir en verano, y lleno de lefa y su gran polla todavía palpitando mirando al techo, tenía lefa hasta en la barbilla… La recogió con el dedo y la miró intentando entender donde estaba y que había pasado. Había sido todo un sueño, su respiración agitada se empezó a normalizar y entonces se sintió observado. Giró la cabeza y le pareció ver que la puerta se cerraba… no estaba del todo seguro, aunque creía que sí. Cogió la sabana y se tapó, dios estaba empapado de sudor y leche… en su vida se había corrido tanto y eso que sus corridas eran muy abundantes. Tendría que lavar las sabanas cuando sus padres se fueren a misa.