PAMELAS AL SOL

Este relato está dedicado a CLAU PAMELA ¿la conocéis? Una putita muy viciosa que me tiene virtualmente loco.

Tras un largo año de duro trabajo, por fin llegaron las vacaciones, y con ellas mi sueño de siempre, visitar las islas del Caribe, gozar de sus exóticos paisajes y de sus espontáneas fiestas a pie de playa. Llevo solo un día aquí y ya me he levantado con dolor de cabeza. Mucha fiesta... mucha música... mucho alcohol ¿podré aguantar esto durante una semana?

Desnudo, con un batido en la mano, me acerco al balcón del apartamento, me siento y me quedo observando medio dormido la inmensidad del paisaje que se ofrece a mis ojos. El mar, ese inmenso mar azul que se funde en la lejanía con el cielo. Sí, nada mejor que esto para ir despertando. Un mar quieto, irisado por los reflejos del tórrido sol de la época veraniega, que se entrecorta zigzagueante en sus orillas arenosas adornadas por palmeras al sol, y ya más acá, cerca del hotel donde me alojo se puede ver... ohhhhhhhh, el ring de mi portátil me avisa de que tengo un correo-msn. Vaya si es Nati, la única a la que no le he dicho que me marchaba de vacaciones.

Nati se acababa de desconectar. Joder ¡Qué palo! Tengo que llamarla esta noche para intentar calmarla. La verdad es que podía haberle pedido que me acompañara pero me apetecía venir solo y gozar por mi cuenta de todo lo que ofrecen estas paradisíacas islas.

Volví al balcón del apartamento ya algo más despejado por la conversación y estuve gozando de las instalaciones del hotel. Mucha arboleda, mucho mulato y mulata yendo y viniendo de aquí para allá, y una piscina enorme abarrotada de turistas como yo. La tenía justo enfrente, muchas sombrillas, algunas pamelas y mucho culo lascivo que despertaban hasta a un muerto con sus movimientos. Decididamente me iba a dar un baño en esa piscina antes de comer. Puse más atención y observé como una morenaza con biquini blanco reptaba voluptuosa como una serpiente nadando por aquella parte de la piscina que había más agua y por tanto menos gente. No se podía hacer pie. Estaba prácticamente sola, cuando se sumergía su enorme culo desaparecía tras ella, para luego volver a aparecer para tomar aire. Se apoyaba en los cantos de la piscina y entonces observé como una de sus manos desaparecía bajo el agua. ¿Se estaba masturbando? Posiblemente. Me puse unos bermudas, casi que olvido las chanclas, y salgo disparado hacia la piscina.

Llego a la piscina, la morenaza sigue con una mano oculta, el pelo mojado le llega hasta las tetas y medio le tapa la cara, pero así y todo observo que es muy guapa y con cara de puta... parece que me recuerda a alguien. Me zambullo y voy buceando hacia ella. A medida que me voy acercando su culo se me va haciendo más grandea mi vista, uffffffff, un culo inmenso para no dejar de comerlo y follarlo, ufffffffffffffff. Emerjo un momento, tomo aire y me vuelvo a zambullir, ella no se da cuenta. Me acerco y sí... se estaba masturbando la muy puta. Me acerco a ella debajo del agua, le sobo ese culazo imponente, le aparto la mano y le meto dos dedos en el coño. Ella se mueve inquieta pero al no ver a nadie, queda quieta gozando de mis dedos esperando a que salga para tomar aire. Sí, sigue quieta, apoyada en el canto de la piscina y abre sus piernas para que mis dedos no tengan dificultad en follarla mejor.

Cuando ya no puedo aguantar más la respiración, emerjo y dándole besitos en sus hombros y sobando sus tetas con lujuria por el interior del biquini le digo...

Los dos reímos por la casualidad. Nos fundimos en un beso y mis manos volvieron a bajar a su coño y empezaron a castigarlo con pasión y lascivia. Un beso de tornillo que no acababa nunca mientras me gozaba su culo y su coño con mis manos. ¡Impresionante y deliciosa la sorpresa! Pamela era una antigua amiga a la que hacía tiempo que no veía... toda una leona en la cama, no digo más. Al rato, sulfurosos como estábamos, me dice Pamela...

Me apoyo en los cantos de la piscina y Pamela baja a saludar a mis excelencias. Me baja los bermudas y empieza a chuparme la polla, así, debajo del agua con una lascivia que me deshacía, pero tenía que disimular, por la gente que pasaba andando fuera de la piscina.

Pamela sale del agua para tomar aire, nos miramos y los dos pensamos lo mismo... esto hay que continuarlo fuera del agua. Me subo los bermudas ella se sube su tanguita y salimos del agua para secarnos.

En esto que baja a darse un baño el mulato, el fotógrafo. Me lo presenta, se llama Richard, tiene buenas hechuras y seguro que una buena verga, negra y todo.

Richard se zambulló en el agua y Pamela y yo nos fuimos al apartamento.

Voy al apartamento, tomo el portátil y me quedo pensando ¿qué se le habrá ocurrido a esta zorra? bueno, para que pensarlo... todo sea por ese culazo de ensueño. Me puse cachondo solo de pensarlo. Subo a su apartamento y Pamela ya estaba toda desnuda, toda buenísima. Unos pechos turgentes que medio ocultaba su cabellera rizada en negro azabache para más lascivia, y un culo de lo más macizo para saborearlo... ¿Y las caderas? Duras como las de una buena amazona para empujar con ellas hasta el fondo. NO se si me encontraba ante una puta o una diosa. Me acerco hacia ella apresurado y me dice:

Sorprendido, me quedo auténticamente sorprendido. La puta, la zorra, la diosa, esta nena lo era todo, y si en la cama ya me pareció en su día una leona, imaginación no le faltaba tampoco. Voy a la habitación contigua, nervioso sin dejar de frotarme la polla. Enciendo el portátil, y la polla cada vez me duele más, conecto con ella por msn, y bueno....

Abriendo de piernas, ha dicho que se está abriendo de piernas, no puedo, uffffffffff, no puedo escribir con una sola mano, me tengo que masturbar, no puedo aguantar.

Esa puta de Pamela me pedía más y tenía que contestarle. Alguien tiene que chupármela a mi mientras escribo. Era un martirio gozoso, pero a la vez injusto.

Su culo... eso era lo que me veleidaba, sí, tenía que follárselo por msn, a ella le gustaba y a mi también. Aún no había empezado a escribir cuando escucho su grito...

Qué extraño, aun no he empezado a escribir y esta puta ya está gimiendo y gritando... esto es muy extraño. Me levanto voy a su habitación y ohhhhhhhhhhhhh, lo que ven mis ojos... el mulato había regresado, la tenía sentada encima y la estaba follando por el culo hasta reventarla. ¡Cómo la follaba el muy cabrón! La levantaba en vilo y luego la hundía en su polla, una verga de mas de 20 centímetros, ¡Qué cabron! Claro así gritaba la muy puta, la estaba destrozando de placer.

NO me lo pensé dos veces, me acerqué y tomándola del pelo le hice comerse mi polla hasta la garganta. Polla en culo , polla en boca, y follo porque me toca. Cómo gozaba la muy zorra. El moreno me miraba y se sonreía sin dejar de embestir a la pendeja. Lo miré, y acordándome de sus palabras en la piscina me pensé... esto tampoco está en el contrato, cabronazo.

El mulato, con unos brazos musculosos de gimnasio y una polla de hierro, tomó por los muslos a la princesita y la levantó en volandas sin dejar de follarla hasta que llegó al sofá y se estiró todo con la zorra encima. Me acerco, le abro las piernas y su coño chorreaba a ríos. La miro y la muy puta me dice:

La cojo y le apalanco la polla hasta los huevos. Tenía los labios vaginales abiertos y mi polla resbalaba en su coño como en una pista de patinaje. La muy guarra me cogía del culo para que la follara más y más adentro, y el mulato no se cansaba de calzarla por el culo. Pamela parecía morir de placer, cerraba los ojos y aguantaba las embestidas gimiendo entrecortadamente. Sus tetas mórbidas y jugosas vienen a caer en mi boca y se las chupeteo con ansia y pasión. ¡Uhhhmmm, deliciosas! Al rato digo:

Joder, y tan abierto –pienso- con ese pedazo de verga que me gasta el moreno, lo mismo me la ha desflorado y me queda poco que hacer. Me puse a Pamela a cuatro patas como una perra y empecé a cogerla por el culo... me encantaba sentir sus orondas y lascivas nalgas golpeando en mis huevos cada vez que la embestía.

Tiraba de sus caderas duras y macizas apretando su culo contra mis huevos. Un placer indescriptible. Mientras la zorra no dejaba de acariciar el vergajo del moreno comiéndole los huevos con chupetones que se oían en su desidia y lujuria. Luego se la acabó chupando hasta donde su boca podía, y así se iba corriendo la muy puta, sus muslos chorreaban mojados, y la perra aguantaba y así aguantó hasta que los machos no pudimos más. De pie ante ella, empezó a masturbarnos la polla con la boca abierta como una puta esperando nuestra leche caliente, hasta que nos derramamos en su cara, en su boca, en sus tetas... y aún restregamos nuestros penes en su cara dejando en ella hasta la última gota de nuestra leche.

Pamela se encontraba muy satisfecha, se la veía feliz. Por primera vez en su vida había conseguido follarse a dos pollas a la vez.

El moreno, enmudeció y obedeció. Y una vez solos, me dice Pamela:

En esto aparece el mulato ya lavado y vestido, y Pamela le dice:

FIN DEL CAPITULO.

* a partir de aquí va a empezar una serie de capítulos dedicados a CLAU PAMELA, en los que puede pasar de todo.