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Método cuatrifásico, made in Peters

en Amor filial

MÉTODO  CUATRIFÁSICO, MADE IN PETERS

 

California, “Método Cuatrifásico, made in Peters” © España 2011

La dieta mediterránea que estaba guardando contra el colesterol, tuvo un efecto afrodisíaco muy sorprendente en mi prima y su amiga... ¡Fue una noche inolvidable!

Después de otra noche ansiosa, como todas desde que estaba guardando dieta, en la que me tuve que pajear pensando en mi prima, pensando en el polvazo que nos habíamos dado, y en la que las horas de la madrugada avanzaron hasta rendirme al sueño casi al alba... fue en esas agraciadas horas en las que el cuerpo se sacia en el descanso permaneciendo en ese estado “de aquí a la eternidad”, que sonó en mis oídos de manera estridente y molesta la melodía de la canción “We are in American Band” del grupo de los 70 GRAND FUNK RAILROAD. El móvil estaba sonando... le dí un puñetazo a ciegas y medio durmiendo para que cesara aquel heavy metal tan intempestivo a esas horas. Miré el indicador de llamadas y era mi prima.

-          Sí –le dije cansinamente-.

-          Primo... ya estamos listas –contestó Julie-, ¿Vamos a recogerte o vienes tú a por nosotras?

-          Pues... Pues... estoy en la cama durmiendo... me habéis despertado.

-          Vaya, pues vamos a tu casa... tómate un café caliente y vete despertando que ya llegamos...

Pensándolo fríamente, me esperaba un día superguay, de playa con mi prima y su amiga, con chuletitas de corderitas desfilando en la orilla, pero, Joder,  en estos momentos estaba que me dolía hasta el alma, me faltaban horas de sueño, debido a mis insomnios. Con un café no creo que bastara, me levanté, fui a la cocina a ver que salía de la cafetera...

Mientras tanto, en el camino de venida hacia mi casa, mi prima y su amiga comentaban.

-          Pero bueno Julie, ¿Cómo es que con tu primo...? Nunca me comentaste que habías follado con él, ni nada de eso.

-          Sí, es cierto Laura, nunca antes se propició esta situación, pero no sé... será debido a la dieta que lleva y a su delgadez, que me excitó su cuerpo y él mismo se manifestó como nunca antes lo había hecho. Vamos, que cuando me metió mano en el ascensor me puse calentorra como una puta.

-          ¿Ah pero.. en el ascensor...?

-          Sí Laura, el ascensor se detuvo y me metió la mano hasta en el coño, el muy atrevido... me recordó algo de nuestra infancia y me volví loca. Cuando metí mi mano en el interior de sus pantalones, su verga me quemó de gusto... creo que llegué a correrme y todo. ¡Qué pedazo tiene! Lo vi después en la cocina y se lo chupé todo. Ufffffffffff, impresionante. ¡Que vergazo!

-          Pero ¿Qué pasó en la cocina?

-          ¿Que qué pasó? Eso no se puede contar, eso hay que vivirlo y gozarlo. Pues que se bajó los pantalones y me pidió que se la chupara. Y ante tal vergamen no loe pude decir que no. Me arrodillé y se la chupé con mucha dificultad de grande que era... mi primo me ayudó tirando de mi cabeza, hasta que se la comí toda. ¡Fabulosa! ¡Cómo golpeaba en mi garganta! Me asfixiaba pero no me importaba, se la estaba mamando de vicio... ¡Insuperable! El primo acabó corriéndose todo en mi cara, en mi boca, en mis tetas... ¡Impresionante!

-          Julie... me ha puesto cachonda tu comentario, creo que me he corrido, toca.

Laura se levantó la falda y Julie tocó la parte del bikini que rozaba su coño y así miró diciendo:

-          Ah no, eso no Laura, se te nota la mancha de la corrida y eso en la playa va a quedar un poco ridículo. Subimos a casa de mi primo y si tiene un secador, te quitas el bikini, le aplicas aire caliente y esa mancha se disipará. Ya no te cuento lo que siguió con mi primo después de comer que me folló toda.

-          Si Julie, cuéntamelo, después con el secador de tu primo ya lo disipo todo...

-          Pero ¡Cómo estas Laura! A ti te hacen falta unos cuantos buenos polvazos de esos, de los de mi primo, por ejemplo, jajaja.

-          Pues después de haberme follado por la boca en la cocina y que se hubiera corrido como dios manda, le preparo la sopita, el cafetito y le enseño los modelitos que me compré ayer, pero no en la mano, sino puestos, y el muy Rambo tenía de nuevo la metralleta cargada y con cartuchos. Me tiró del cordón del tanga, que pensé que me lo iba a romper antes de estrenarlo y me dio un polvazo de antología. Toda esa polla que le había comido en la cocina, la tenía después en mi coño follándome...

Le pasé a Laura mi mano por su coño y noté que se acababa de volver a correr, la mancha se hacía más grande y más extensa en su bikini.

-          Y no te digo nada Laura, cuando me levantó en volandas y cogiéndome por las nalgas, su polla me folló inmensa contra la pared. La sentía toda en mi coño, me rompía de placer, le pedía más y más, es un placer inmenso Laura. Al rato se me corrió dentro, duro y placentero...

-          ¿En tu coño Julie? ¡Puedes quedar embarazada!

-          Ah, yo no sé, en esos momentos solo sentí como su leche caliente deshacía mis entrañas.

Laura no hacía más que pasarse la mano por el coño por encima del bikini... la mancha de sus orgasmos se había extendido por todo su frontal.

-          Todo esto creo que es debido a que en su rigurosa dieta, los vegetales que come actúan como afrodisíacos y lo ponen excitado y cachondo... Así que he pensado que vamos a acercarnos a un supermercado y le vamos a comprar unas lechugas y  esas zanahorias y rábanos que tanto le gustan, y cuando vengamos de la playa vamos a su casa, le preparamos la ensalada y esperamos a ver como se nos pone de cachondo como para follarnos a las dos...

-          Sí, Julie, como tú digas, pero yo no lo conozco, me da un poco de corte.

-          No te preocupes Laura, cuando volvamos de la playa, se meterá en el baño, yo entraré desnuda y le haré un enjuague oral, y cuando esté bravío, entras tú desnuda y me ayudas en el enjuague y en la comida de su polla, jajaja.... Después de comer nos follará a las dos seguro, su vergazo da para eso y para más.

Y así lo hicimos, nos metimos en un supermercado que nos pillaba de camino y le compramos a mi primo legumbres y hortalizas de todo tipo, sin olvidar esos rábanos y zanahorias. Cuando llegamos a su casa, mi primo aún  andaban tomando cafés para acabar de despertarse. Laura se metió en lo aseos y se pajeó el bikini con el secador hasta que las manchas de sus corridas se disiparon. Cuando salió me guiñó un ojo y lo comprendí todo. Nos fuimos a la playa y allí, clávate en la sombrilla, quédate en bikini y enséñale a mi primo las tetas y el culo. Su periscopio rápidamente se presagió abultando bajo sus bermudas.

---(Ahora habla y piensa el primo)---

¡Cómo no me iba a despertar de la panoplia de la falta de horas de sueño! Los dulces cachitos que se adivinaban en la parte superior e inferior de los bikinis de mi prima y su amiga Laura, eran como para mojar el churro en sugerentes vasos de leche con todas sus sacarinas (las de ellas). ¡Qué tetitas! ¡Qué culitos! Lo que no se veía era lo que me rompía la polla de gusto. Esos pezoncitos, esos triangulitos púbicos y depilados, necesitaban del agua para que se apretaran y me mortificaran más a mí y a ellas. Me dijeron que si me iba con ellas al agua, pero les dije que algo más tarde. Y allí marcharon sus culitos bailando al ritmo del calor y la excitación de verano. Al poco me metí en el agua y las alcancé, viendo como se metían mano y se compinchaban en no sé que historias.

-          ¿Qué pasa con vosotras-pregunté-?

-          Nada Primo, -me dijo Julie- que hace mucho calor y hay que refrescarse. Estoy por quitarme el bikini del calor que tengo...

-          Pues si te lo quitas me quito yo mis bermudas...

-          No te atreverás.

-          ¿Qué no me atreveré? Pero también se lo tiene que quitar tu amiguit Laura –la miré a ver que gesto ponía-.

No hubo tiempo para más porque Julie se quitó el bikini y se quedó desnuda. Yo bajé mis bermudas y las dos bucearon bajo el agua. Empecé a gozar sintiendo como sus dos bocas me comían la polla y los huevos. Una me chupaba los huevos, no sabía cual de ellas era, y la otra me comía la polla todo lo más que podía... Me excité ante esa situación de sexo acuático. Noté que después se intercambiaron en las chupadas de mi polla y de mis huevos, pero me daba igual, me las estaba gozando a las dos en mi placer. Cuando la polla rozó el infinito y dijo no puedo más, me corrí y ambas salieron de agua para mostrarme mis efluvios en sus caras, manchadas de mi semen para su propio placer, me sonreían. Y así me dijo mi prima:

-          Y ahora nos vamos a tu casa...

-          ¿A mi casa?

-          Sí, te hemos comprado y te vamos a regalar algo de lo que más te gusta... No, no me preguntes primo, es una sorpresa.

-          Bien Julie, me dejas intrigado y con la duda.. vámonos a mi casa.

---/---

Cuando llegamos a casa, me metí en el baño para quitarme el pegajoso salitre del agua de la playa, mientras mi prima y su amiga imagino que aprovecharían para prepararme su sorpresa. Cuando ya casi acababa mi baño, entró Julie desnuda a saludarme...

-          Pero ¿Qué haces aquí Julie? ¿Es que no me vas a dejar bañarme tranquilo?

-          Sí, primo, solo vine a ver... ¿Pero que pendulona y flojas la tienes? Esto hay que animarlo.

-          ¿Pero animarlo porqué? ¿Es que no vamos a comer?

-          Claro que sí, primo, a comer polla en un momento dado, déjame que toque.

Empezó a sobarme la polla y los huevos, y pronto se me puso dura y membranosa ante sus manos. Comenzó a chupármela hasta ponérmela tiesa y mortífera. Y cuando ya estaba que claudicaba con sus mamadas y chupadas, entró en el baño su amiga Laura, desnuda, y le quitó a Julie mi polla de su boca para comérsela ella. Toda mi polla en su boca. Ingente placer el que sentí... una boca nueva, unos labios nuevos recorriendo mi polla de arriba abajo. El placer que sentí me decía que había que correrse, no tocaba otra. Las rocié con mis semen en sus caras. Y cuando acabamos, le metí dos dedos a Laura en su coño y le dije:

-          Laura, nunca lo hubiera pensado.. ¡Qué bien me lo has hecho!

---/---

La comida trascurrió super simpática. Ellas se prepararon dos ilustres viandas de pollo al horno con todo su jugo y un enorme bol repleto de ensalada para las dos solitas. A mi me calentaron la sopa... una sopa que hervía y quemaba mis entrañas con cada cucharada, en la que no había caído ningún garbanzo (esto me recuerda a otro relato, jajaja), y luego mi ración de dieta mediterránea.

Estaba todo delicioso. Pero qué guapas y qué ricas mi prima y su amiga, ¡cómo me ayudaban a guardar la dieta contra el colesterol! Ellas no habían pasado por la ducha y allí estaban en bikini, despeinadas oliendo a salitre de la playa, trinchando el pollo y haciéndolo desaparecer poco a poco de sus platos. Yo trasladé la sopa del tazón a la tripa y me dediqué a mi ensalada, mientras las observaba. No paraban de hablar de cosas suyas y se reían continuamente. Cuando acabaron con el pollo, empezaron con el bol de vegetales que se habían preparado, y ahí empezó el juego.

Cuando pinchaban una zanahoria con el tenedor la cogían con las manos y se la metían en la boca chupándola y mirándome, hasta acabar mordiéndolas y comiéndolas. Y así esto se repetía una y otra vez con cada zanahoria que encontraban en el bol.  Mi temperatura corporal empezó a subir y así también mi polla que se puso morcillona hasta endurecer. Me acordé que tenía en el frigo dos enormes pepinos pelados, pero enteros, sin cortar. Fui a por ellos y cuando regresé al comedor, les dije a mi prima y su amiga:

-          Habéis olvidado poner pepinos en vuestro bol de vegetales.

-          ¡Oh, que grandes, que hermosos! –exclamaron al verlos-.

-          Sí, dos ejemplares descatalogados que encontré en un super... jajaja.

-          Vamos a partirlos y meterlos en el bol junto con lo demás –dijo mi prima-.

-          No Julie, esto hay que comerlo así...

Me puse en medio de las dos, metí los pepinos en el bol hasta untarlos de aceite. Después los restregué por sus labios, que rápidamente brillaron aceitosos, y cuando hilillos de aceite resbalaban por sus barbillas, se los lamí ascendiendo con la lengua hasta encontrarme con sus labios, primero a una y luego a la otra, alternándolas con rapidez. Después eché un poco de sal a los pepinos y se los metí en la boca. Empezaron a chuparlos y encajarlos en la boca como podían mientras me frotaban la braguetas de mis bermudas. MI temperatura subía... el calor que sentía era de vicio, viendo como los pepinos entraban en las bocas de mi prima y su amiga. Sus manos se peleaban en mi bragueta, palpando... tocando esa morcilla que erectaba con cada una de sus pasadas.

No conforme con esto, saqué los pepinos de sus bocas y los volví a remojar de aceite dentro del bol. Ellas mientras tanto exploraban con sus manos el interior de mis bermudas acariciando esa basílica alta y dura que se me había formado dentro.  Saqué los pepinos del bol, untados de aceite, y los introduje en el interior de sus sujetadores... no, no, hubo que bajar sus tirantes, y así los hice con la ayuda de los pepinos, que luego untaron sus tetas hasta en los pezones. Las nenas gemían de placer disfrutando de mis pepinadas sobre sus cuerpos. Avancé con los pepinos pechos abajo, rebañando por sus barriguitas hasta llegar a sus pubis. Allí los metí dentro de sus braguitas frotando sus clítoris, mientras las oía gritar morbosonas y guarronas del placer que estaban sintiendo. No podía avanzar más con mis pepinos porque estaban sentadas. Pero ellas mismas me facilitaron el trabajo. Se levantaron de sus asientos, hicimos sitio en la mesa, apartando platos, vasos y cubiertos, se quitaron sus bikinis, se sentaron en la mesa y abrieron sus piernas esperando mis pepinos.

Al verlas desnudas, con las piernas abiertas y sus coños morbosamente dilatados, me acordé o me inventé en ese momento el “Método cuatrifásico de uso culinario e industrial, made in Peters”. Un método que consistía en:

1 LUBRICACIÓN DE EJES Y PUESTA A PUNTO DEL CIGÜEÑAL

Restregué los pepinos por sus labios vaginales, que enrojecían, hasta ponerlos brillantes y resbaladizos de aceite. Gemían de placer rasgando mis oídos y mi polla. Después metí los pepinos en sus coños, aplicándoles bendita dieta para comprobar la puesta a punto de sus cigüeñales...¡Cómo gemían! ¡Cómo extasiaban! Sus miradas perdidas me pedían más...

2 LIMPIEZA DE IMPUREZAS Y PULIMENTO DE EXTERIORES

Me apresuré a comerles las tetas, de manera alternativa, comiéndolas y chupándolas a lametones,  limpiando las impurezas del aceite que hacía resbalar mi boca y mi lengua libidinosas, mamando y mordiendo sus pezones erguido y brillantes. Ellas yel palcer se manifestaban unidos, con gemidos de inherentes vicios anhelados y esperados de mi Ser y de mi cuerpo sobre ellas.

3 BATIDA DE COÑO “BOCALOCA”

Mi boca se arrastró sobre sus cuerpos, succionando y libando el aceite esparcido en ellos con los pepinos, mimoseando sus ombliguitos y continuando hasta desfallecer herida en los arrabales depilados de sus pubis.  Una morbosa sensación de carne blandita y afeitada que precedía a sus clítoris pinchados e hinchados de placer reclamando más de mi lengua. Y así mis labios, profanos e indecorosos y mi lengua, reptil y pecadora, se fue comiendo sus clítoris, a chupetones y a mordiscos, mientras ellas entonaban cantos de vicio desvanecidos, entremezclados con los chopeos de mi boca.

Me llegué con la boca a sus coños y mi lengua tuvo que nadar entre sus orgasmos. Amamanté sus labios vaginales aceitosos, y mi lengua se apareó con sus entrañas hasta ahogarse con sus lujurias

4 IGNICIÓN, PUESTA EN MARCHA Y RODAJE

Mi prima Julie y su amiga, estaban gozosamente hervidas y cocidas de sexo a la espera de mi mejor postre... Tomé la polla entre mis manos, me la sobé y observé deteniamente la abertura de sus coños para afinar la puntería. ¡Vaya dos coños! Grandes... lucidos y brillante, acuáticos y correosos de orgasmos. ¡Vaya polvo que les iba a meter a las dos! Cuando ya estaba presto para acoplarle la polla a mi prima y follarla toda, se revolvió y me dijo:

-          Un momento, primo... un momento. Resulta que nuestros coños también quieren probar tu Dieta Mediterránea.

-          ¿Mi Dieta Mediterránea? -pregunté extrañado..

Mi prima Julie y su amiga metieron las manos dentro del bol de ensalada, frotándolas con la lechuga, las zanahorias, los rábanos... todo. Las sacaron untosas de aceite y empezaron a frotarme la verga de arriba abajo, que pronto se puso gozosa y brillante. Y cuando ya estaba toda untosa, se volvieron a tumbar sobre la mesa, abrieron sus piernas y sus coños y mi prima dijo:

-          Venga primo, danos de tu Dieta Mediterránea y fóllanos a las dos...

Y así, allí, sobre la mesa del comedor, las estuve follando toda la noche con la dieta mediterránea de mi polla. Y cuando se secaba me la volvían a untar de aceite, me la chupaban y luego me volvían a pedir más y más dieta... y asílas continué follando, de frente, de espaldas, por la boca...

.../...

Al día siguiente despertaría comiéndome sus culos y follándolos después... pero eso ocurrirá en el siguiente capítulo.

* En ningún modo es intención del Autor menospreciar y ridiculizar al sexo femenino con este “método cuatrifásico”, que ha de entenderse como una metáfora que escapa a la monotonía del clásico mete-saca de estas situaciones.

 

California, “Método Cuatrifásico, made in Peters” © España 2011

FIN.