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Chofer y niñera, la alegría de la casa 2

en Grandes Series

LLegamos a la casa donde nos habían contratado, era impresionante, de un lujo exquisito.

El dueño, un anciano agradable, nos estaba esperando, nos presentó al servicio, y no dejó en manos

del ama de llaves, una mujer de unos 60 años, almidonada hasta las orejas, que nos explicó,

nuestros deberes, horarios, etc...

A la semana, ya estábamos perfectente integrados, y formábamos parte de una gran familia.

El primer incidente especial fue cuando una noche, estando durmiendo en nuestra habitación, me

desperté,y noté que la cama se movía, estaba oscuro y no veía nada, pero estaba claro, que alguien

se estaba follando a mi mujer, muy suavemente, sin hacer ruido.

No hice hada hasta que hubo acabado, y salió de la habitación, entonces encendí la luz, y vi a mi

mujer con el camisón semitransparente, subido hasta la cintura, el conejo chorreando semen  y toda

la barriga llena de lagos de esperma tambíen.

Le pregunté.

¿Te ha hecho daño ?, y me dijo, que no, que había sido muy suave, y que debía de haber sido alguien

joven.

La imagen de mi mujer me ponía a mil, tendría unos treinta y picos, voluptuosa, con unos pechos

grandes y bonitos, caderas amplias, piel suave,  con las tetas al aire y el camisón en la cintura,

bufff.

rezumando semen de un desconocido.

Si no me la follaba, me estallaría, la polla, y se la metí hasta el fondo, de un golpe, a las cinco

embestidas, ya me había corrido, y su chocho rezumaba como un río.

Esa noche dormí como un bendito.

Por la mañana el hijo mayor del dueño,que se llamaba miguel, un tipo alto y musculoso, vino a

buscar a mi mujer, para que le ayudara. A las dos horas, llegó mi mujer, andando con dificultad, me

dijo que el tío tenía la polla más grande que había visto nunca, y le había estando dando por culo,

sin lubricarlo, una hora sin parar, tenía todo el ano enrojecido.

Miguel era, como fuimos sabiendo después, un cabronazo.

Le puse crema y la dejé descansar, mientras comunicaba al ama de llaves que mi mujer no se

encontraba muy bien, y yo me iba a hacer mis faenas.

Cuando volví, ya se encontraba mejor, y estaba arreglándose para la cena.

Desde ese día, ya no iba a ningún sitio, sin su bote de crema lubricante.

Esa semana tuvimos un par de visitas más, del desconocido, que se la follaba muy suavemente por

las noches.

Mi mujer decía que le rozaba las tetas suavemente, y que lo hacía muy despacito, hasta que se

corría dentro, sin ruidos, sin gemidos, silenciosamente.

El tiempo fue pasando, y ya llevábamos un mes cuando cobramos nuestro primer sueldo,

el ver esa cantidad de dinero en nuestra cartilla del banco, nos daba la seguridad de

haber hecho lo mejor.

En ese primer mes, las únicas relaciones que había tenido yo, eran algunos polvetes con mi mujer,

no muchos, porque ella necesitaba descansar.

Estábamos hechando un polvete, cuando se abrío la puerta y etnró el dueño,

Nos quedamos quietos esperando, y nos dijo que siguieramos, por favor.

Nos contó que se le levantaba muy de tarde en tarde, que al pasar por la puerta nos había oído, y

había sentido un cosquilleo, y que si iba a más, tenía que aprobecharlo.

Allí estaba yo, con mi mujer a cuatro patas en la cama, y yo depié en el borde, dándole.

El dueño se quitó la ropa y se tumbó en la cama con un pene flácido, a la altura de la boca de mi

mujer, que le daba lametones y lo chupaba, mientras le acariciaba los huevos,

Yo acabé, y la polla del abuelo no se levantaba ni de casualidad.

Mi mujer seguía intentándolo, pero con pocos resultados. hasta que le dijo que lo dejara,

que otro día seria.

Y así fué, a los dos dias, volvió, y esta vez si que pudo dejar que mi mujer se pusiera encima suyo

y el pene semifácido, entró en el conejito, pero se corrió, a los dos minutos. entre jadeos, y

pensábamaos que le iba a dar algo.

Cuando decía que miguel era un cabronazo, es porque lo era,

Una noche, que estaba haciendo el amor con mi mujer, en mayúsculas, tras dos horas de caricias,

lamidas de clítorís, parando varias veces cuando veía que iba a llegar al orgasmo,  para que luego

fuera más intenso.

En el momento en el que iba a hacer que tuviera el orgasmo, entró Miguel, por la puerta, pues nos

estaba escuchando, y sin decir nada, me apartó a un lado, y le metió su pollón hasta el fondo a mi

mujer, que estaba boca arriba, ella que estaba excitadísima ya, se corrió, al momento, y tubo uno

de los orgasmos más intensos que he visto nunca.

Mi mujer se quedó en ese estado de relajación total, y el tio me dijo que me pusiera a cuatro patas

encima de ella,

Joder, me esta untando el culo con crema, me iba a joder de todas las maneras.

En un momento, tenia la polla metida hasta los huevos, y estuvo un buen rato dándole, hasta que

noté que me inundaban de semen. Mi mujer que iba saliendo del éxtasis, me miraba con preocupación.

pués nunca me habían dado por culo, y miguel no había sido suave precisamente.

Sacó la polla aún erecta, y se limpio con el camisón de mi mujer, mientras le sobaba las tetas.