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Cinco hombres me violan delante de mi marido

en No Consentido

Antes de nada, me presento, soy una mujer, tengo 34 años, la gente me dice que soy atractiva, pechos naturales con forma de pera, muy sensuales, cuerpo estilizado. Cuido mucho mi figura y tengo una cinturita estrecha, que me cuesta muchos sacrificios, pese a tener dos hijos, me conservo muy bien, media melenita rubia.

Soy lo que se puede considerar una mujer agradable, sin ser explosiva en ningún sentido.

Mi vida también era vulgar y aburrida, no me entusiasma el sexo, pero tampoco me desagrada, tengo mis orgasmos de vez en cuando con mi marido, y ya está, casi siempre hago el amor cuando él me lo pide, todo muy normal, según me cuentan mis amigas.

Hasta que un día, todo eso cambió.

Estábamos en un pueblo de vacaciones, y una noche salimos a la fiesta mayor de otro pueblo cercano.

Fuimos mi marido, yo, mi hija de trece años, y mi hijo pequeño de ocho años.

Estábamos disfrutando de una velada agradable, orquesta en directo, baile, música, unas copitas, buen rollito por todos sitios. Volvía de la pista, para sentarme en mi mesa, junto a mi marido, cuando me tocaron el brazo, me giré, y vi a un chaval que tendría unos 18 años. Con una pinta horrible, sucio, sin afeitar, pelo grasiento, olía mal y daba repelús.

Me dijo.

-Mira nena, no te pongas nerviosa, y no hagas tonterías de las que luego te arrepentirás,

Te ha tocado el gordo esta noche, te vamos a sacar de tu aburrida vida monótona.

Esta noche te vamos a follar, yo y mis cinco amigos, como lo hagamos, depende de ti.

-Yo voy a ser el primero, luego irán aquellos dos que están al lado de tu hija, ¿Los ves?

-Miré donde estaba mi hija hablando con chicos de su edad, y vi, detrás, a dos tipos con aspecto patibulario, que me saludaban agitando la mano, con una sonrisa que dejaba ver sus asquerosos dientes.

-Y por último los dos que tienes al lado de tu marido.

Miré a la mesa donde estaba mi marido, que estaba ajeno a todo disfrutando de la música, y vi a otros dos tipos parecidos a los que estaban con mi hija.

Uno de ellos al ver que los miraba, se abrió la cazadora tejana, y dejó por un momento fugaz a la vista un machete enorme, que le llegaba desde el muslo hasta el pecho.

Sentí miedo, pánico, terror, eso no me podía estar pasando a mí.

A la más mínima tontería, los que están con tu marido, le cortan el cuello, y mientras la gente ve como se desangra, los otros dos se llevan a tu niña a un sitio tranquilo, y te aseguro que le haremos cosas que no te gustarán, te obligaremos a mirar, y cuando acabemos con ella, la rajaremos también.

Te vamos a follar, sí o sí, tú decides si quieres destrozar a tu familia, o lo quieres hacer discretamente.

No tienes elección. Te ha tocado.

Yo estaba anonadada, no daba crédito a lo que estaba pasando, no podía articular palabras, estábamos en la fiesta mayor de un pueblo, esto no estaba pasando, era una pesadilla de alguna mente pervertida, no podía ser.

El tipo me dijo,

-Dile a tu marido, que vas a buscar un lavabo, da la vuelta a la manzana y te espero detrás del escenario, no hagas ninguna tontería, si te portas bien, solo acabarás follada, nada que no te hayan hecho ya, si lo estropeas, esto será una tragedia,

-Me dio una palmada en el culo, y me empujó hacía la mesa donde estaba mi marido.

Yo estaba blanca, aterrorizada, me acerqué como un zombi, a la mesa donde estaba mi marido, y el tipo de detrás, me dejó entrever por segunda vez, el enorme machete, que me alteraba la respiración.

Llegué hasta mi marido, como pude trastabillando e hice exactamente lo que me habían dicho.

Mi marido, me notó rara, pero pensó que algo me había sentado mal, y me dijo adiós con la mano.

Andaba lentamente, buscando alguna manera de salir de esto, pero las alternativas eran horrorosas, mi marido degollado, mi hija violada, y asesinada después.

Cuando me di cuenta, ya había dado la vuelta a la manzana y estaba detrás del escenario, el tipo de antes, que me estaba esperando, me cogió del brazo y me metió  debajo del escenario, yo me dejaba llevar, nos paramos casi al final, desde donde veíamos por unas rendijas, a mi marido y a mi hija.

El tipo intentó quitarme la blusa, pero yo me resistía, y no podía, tras un rato de forcejeo, se paró en seco y me dijo.

-Mira, no me gusta la violencia, me gusta la sumisión, si para que colabores has de aprender lecciones, así será, sacó el móvil y marcó un número, al momento dijo.

_Córtale el cuello.

Miré por la rendija, y vi como el del machete lo sacaba de debajo de la chaqueta y se acercaba a mi marido lentamente.

Grité con todas mis fuerzas Nooooooooooooooooooooooooo.

Y el hombre me dijo sólo.

-La blusa fuera.

Ya no dudé más me quité la blusa rápidamente, y él dijo en el teléfono.

-Espera, no lo rajes aún, para

Ahí me rendí, cuando vi que se guardaba el machete, decidí, que no iba a arriesgar más la vida de mi familia.

-Todo, quítatelo todo.

Sin duda ninguna, ya había pasado bastante miedo. Me lo quité todo,  y me quedé como dios me trajo al mundo.

El también se quedó en pelotas, y empezó a sobarme las tetas, yo le dejaba hacer, me metió la lengua hasta la garganta, el dedo en el coño, me manoseó, me magreó, y estaba en un estado catatónico, no me importaba nada.

Me puso  a cuatro patas, y me metió el pene hasta el fondo, no estaba excitada, estaba reseca, y la polla se deslizaba con mucha dificultad, yo  lo estaba pasando muy mal, pero él estaba ajeno a todo, y yo le importaba una mierda, me folló cuanto quiso mi conejo seco, mientras me magreaba las tetas, y se corrió dentro de mí, sin preservativo ni nada. Yo parecía una muñeca rota.

Solo miraba por las rendijas, los personajes que estaban al lado de mi marido y de mi hija.

 

El tipo que me acababa de llenar de semen me dijo.

-Te has portado muy bien, esto va a tener un final feliz. ¿Quien quieres que venga ahora, los de tu niña, o los de tu marido?

Yo estuve un rato pensando, y  dije,

-Todos, que vengan todos, dejad tranquila a mi familia, por favor,

-Si vienen todos, te has de portar muy bien, no habrá nadie vigilándolos.

-Me portaré  bien, lo juro, dejadlos tranquilos, haced conmigo lo que queráis, no habrá ningún problema, de verdad.

Tras un par de llamadas, allí estaban los otros cuatro, uno venia con una moqueta de escenario que desenrolló en el suelo.

El más feo de todo se tumbó de espaldas, en la moqueta, y entre los otros cuatros me ensartaron el culo encima de él, me subían y me bajaban, mientras una polla enorme me iba desgarrando el ano seco. Notaba como caían hilillos de sangre por mis muslos.

En esa misma postura, otro se me tiró encima, y clavó su polla pequeñita en mi coño, mientras me morreaba, se corrió en un momento, salió, y vino otro con una polla gigante, que me folló salvajemente, mientras aún tenía la polla del otro clavada en el culo.

Si las cuentas no me fallaban, me faltaba uno aún. Que estuvo esperando a que se corriera el que estaba  en mi culo.

Que desastre, todos  se habían corrido dentro, sin preservativos, sin nada, podía haber pillado cualquier cosa.

Cuando el que tenía la polla en mi culo, la  sacó, chorreando semen, el último que quedaba me puso en pié. Y con un trozo de moqueta humedecida en una botella de agua, me limpió, de semen, sangre, fluidos, etc. Cuando estaba "limpia" me puso de espaldas en la moqueta, y empezó a jugar con su lengua en mi clítoris, mientras su dedito acariciaba mis labios vaginales.

Debe de ser algo fisiológico, algo que yo no controlo, porque empecé  a notar como mi coño empezaba a lubricarse, como se humedecía, y me sentí mal, me estaban violando cinco tipos sucios, y mi cuerpo estaba reaccionando, me estaba traicionando.

Me estuvo comiendo el coño hasta que estaba chorreando jugos como una perra, como no recordaba haberlo estado nunca.

Cuando vio que estaba a punto de correrme, paró, y se sacó un pollón enorme, que apoyó en mis labios vaginales.

Estuvo un buen rato deslizando suavemente la punta del glande sobre mis labios vaginales, arriba y abajo, me rozaba el clítoris, bajaba hasta mi ano, volvía a subir, yo pensaba que iba a estallar. No podía más.

Hasta que realmente ya no pude mas, y fui yo quien agarró esa tranca enorme, y la introduje, en mi coño chapoteante.

El me agarró mis nalgas y me folló con frenesí, en menos de un minuto, tuve un orgasmo intenso, mientras notaba como me llenaban mi coño de esperma caliente.

 

Cuento me corrí, ellos siguieron follándome a su antojo, me dieron por el culo, se corrieron en mi boca, tragué mucho esperma, cada uno sabía diferente, no lo sabía, les hice pajas, les metí el dedo en el culo, cuando me lo pidieron, me sobaron, me magrearon, me estrujaron las tetas, fui un juguete en sus manos.

Pero no me pegaron, ni me dejaron marca ninguna, en el fondo, no eran mala gente.

Iba a estar un mes perdiendo líquidos por todos mis agujeros.

Cuando se iban, el cabrón con la polla gorda, que había hecho que me corriera, me dijo.

Te has portado muy bien, ten mi teléfono, dijo mientras me daba un papel, si alguna vez puedo ayudarte en algo, llámame.

Estaba alucinando, ¿para que iba yo a necesitar a un matón delincuente, con una polla enorme?

Cuando se fueron y me quedé sola, me lavé como pude con el trozo de  moqueta, y una botella de agua que me habían dejado, mire por la rendija, y no vi a los tipos, mi marido estaba en su mesa, y mi hija con sus amigos.

Era un día de fiesta mayor, y la gente estaba feliz, la orquesta encima de mí tocaba "paquito el chocolatero".

Estaba confusa, pero bien, no tenía heridas físicas, mi familia estaba a salvo. A ver cómo me afectaría esto psicológicamente.