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Chofer y niñera, la alegría de la casa 3

en Grandes Series

Una semana estuve con el culo al rojo vivo. Pero algún día llegaría mi venganza.

Me dolió más el megaorgasmo que tuvo mi mujer con ese impresentable.

 

Nuestrra relación personal, siempre fué buena, pero desde que estábamos en esa casa, había mejorado

muchísimo. Ahora teníamos mucha más confianza.

Llevaba mucho tiempo intentando tener algúna relación liberal, sin éxito ninguno, mi mujer,

se negaba en redondo, pese a tener algunas amistades en ese mundillo.

Estaba convencido que a partir de ahora, tendría más suerte.

 

Quizás algún día le contara, el incidente que tuvimos en casa de su amiga Alicia.

Ella era su mejor amiga, una morenita bajita, con unas peras enormes,una cinturita de avispa y una líbido

descomunal.

Habíamos quedado para cenar con Alicia en su casa, y mi mujer se quedó dormida sin avisar,

Alicia me miró con una cara pícara, y me dijo que si no era así, ella nunca accedería,

La verdad es que no me hice de rogar mucho, y al momento estábamos desnudos, y desnudamos a mi mujer también.

Alicia me preguntó, ¿ te has follado alguna vez a una mujer drogada ?

yo le dije que no, y mientras espatarraba a mi mujer en el sofá, comenzó a lamerle el clítoris, con una habilidad

pasmosa, al rato me dijo, ya puedes, que está a punto.

No se si sería por lo que habíamos bebido, pero no tuve ninguna duda, ni problema, mi prepucio se fué abriendo

camino entre  sus labios lubricados, y empecé a moverme,  y me estaba gustando.

Alicia me dijo,

-hey, hey, no gastes todos los petardos ahí, que yo estoy aquí.

Me cogió por la cintura y me saco literalmente de mi mujer. para ponerse en el sofá con el culito en pompa,

y de dijo-

¿Te gusta mi culete?, entra que ya lo tengu lubricado.

Me lo pensé durante........  2 milisegundos.

Y estaba agarrado a aquellas dos enormes melones, mientras me la follaba por el culo,

estaba perfecto, estrechíto y suave,como me gustan.

Ella seguía lamiéndo el conejito de mi mujer, que rezumaba por todos lados.

Y en esas, se abre la puerta, y entrá un chavalín con una mochila, que nos mira con los ojos como platos.

Nos quedamos congelados, no sabíamos donde meternos. yo no sabía si sacarla, o dejarla dentro, para

que no se viera que estaba en el culo.

El chaval en vez de irse,  no dejaba de mirar las tetas de mi mujer, y se le caía la mandíbula,

mientras babeaba con cara de estupefacción.

Alicia dijo en voz baja. - Es mi hermano pequeño, si se enteran mis padres, me quedo sin piso.

Se levantó,se puso una bata y se fue hacia su hermano, para llevárselo fuera, pero él, le habló al oído a su

hermana.

Estuvieron un buen rato hablandosé al oido, y Alicia cada vez estaba más nerviosa.

Al final vino a hablar conmigo, y de dijo, que si el chaval no se follaba a mi mujer, elaa

tendría muchos problemas.

Mi vista iba de Alicia a su hermano, una y otra vez, aquello, era una situación ireal. Si era un mocoso que no

tendría ni pelo en los huevos.

Alicia me miraba con cara suplicante,

Joder, como se podía complicar aquello. al final asentí con la cabeza.

El chaval se quitó la ropa a la velocidad de la luz, y como pensaba, tenía poquillos pelos, pero tenía una polla

como un lápiz, delgadita, larga, y dura.

Se acercó a mi mujer y le tocó las tetas. le puso la punta del capullo en el pezón, y lo restregó.

Y se corrió al momento. un litro por lo menos, una barbaridad.

Yo me alegré de que aquello, no fuera a más, ya estaba limpiando y tapando a mi mujer, cuando alicia me dijo

que el chaval decía que no había valido, que el trato era follar, y no lo había hecho.

Le dije que ya estaba,

El chaval le dijo algo a su hermana en el oído, y ella me volvió a mirar con una cara suplicante.

Leches, esto no iba a acabar nunca, le ice un gesto de asentimiento.

 

El pirulí del chaval, ya estaba tieso otra vez. Se puso en el borde del sofá, y miró a su hermana, con las palmas

abiertas, haciendo gestos de que no llegaba.

Era demasiado.

Entre Alicia y yo movimos a mi mujer, hasta que le quedara el coño en el borde del sofá.

El chavalín le levantó las piernas, y le pidío a su hermana que se las aguantara arriba,

Hay que ser vago, leches.

La metío en el chochito lubricado y se agarró a las tetas, como si le fuera la vida,

Cuatro meneos y se corrió como si tuviera epilepsia, debía tener un depósito enorme, porque cuando

la sacó, empezó a chorrear un rio de esperma del conejito depilado.

 

Hicimos tiempo hasta que se despertó, y nos fuimos a casa,

No he vuelto a ver al chaval.

Aunque seguimos siendo amigos de Alicia.

Quizá algún día, me atreva a contarle lo sucedido, pero no sé si lo entendería.

De momento no digo nada.