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La odisea de Virgilio (4: Un regalo)

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La odisea de Virgilio (4: Un regalo para mi autoestima)

Nota: Es absolutamente imprescindible leer las 3 primeras partes para poder entender la historia.

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Notaba otra vez una gran excitación. Estaba adormilado pero esas sensaciones me hacían despertarme. La cama estaba dulcemente cálida e invitaban a seguir durmiendo pero era imposible. Empecé a abrir los ojos. Y volví a ver una escena familiar. El bello rostro de Liliana subiendo y bajando. Sus profundos ojos negros. Y esa mirada tan hipnótica y ese brillo profundo en su retina que parecía ser de fuego. Mi corazón volviendo a latir desbocado ante esa mirada. Pero había otra cosa. Mi pene duro como una piedra estaba otra vez siendo atendido por su ardiente lengua. Sus labios descendían por el tronco y a la vez se entretenía en mis testículos y me dedicaba esos deliciosos lametones. Ahora se metía en la boca mi miembro y descendía hasta tocar con la nariz mi pelvis mientras la lengua en su interior le daba caricias adicionales a mi pene que me hacían desfallecer de gusto. Irremediablemente empecé a gemir.

  • Buenos días mi bello durmiente.
  • Buenos días Liliana. ¡ Oh Dios ¡ ¡ UFFFFF !

Esta se había vuelto una deliciosa costumbre en las últimas semanas. Nuestra relación era maravillosa y yo me sentía el ser más querido del mundo. Liliana la llamaba gloria mañanera . A veces era yo el que se despertaba primero y conseguía ser el que daba el tratamiento pero otra vez Liliana se había salido con la suya.

  • Tengo que dejar bien satisfecho a mi hombre. Hay que vaciarle los huevos a diario. Semen Retentum venenum est.
  • Joder Liliana ni que fuera yo una vaca lechera.

Liliana rio a carcajada limpia mi ocurrencia. Luego volvió a su maravillosa labor de ordeñado.

Nuestra vida sexual era ardiente a más no poder. Todos los días follabamos como locos, como si fuese el último día en la tierra. Me sentía agotado pero prefería reventar con ella a cualquier otra cosa. Mi pene se empezó a acostumbrar al calor de su cuerpo y cada vez aguantaba más. Sonó el despertador de la habitación de mi piso.

  • Virgilio se está haciendo tarde y tenemos que coger un avión dentro de 3 horas. Así que voy a terminar con esto.

Entonces dirigió su mano izquierda por debajo de mis testículos y con su dedo corazón enfilo a mi ano. Lo introdujo. Di un ligero respingo y ella giro el dedo hacia mi próstata. Vi las estrellas y tuve una fuerte convulsión. Mi cara se desencajo y cerré los ojos con fuerza. Todos los músculos de mi cuerpo empezaron a agitarse en movimientos caóticos. Empecé a correrme desaforadamente y a gritar. Mi esperma salió otra vez disparado a su cavidad bucal en abundantes chorros. Ahora llego el relax mientras Liliana lamia mi pene limpiándolo de restos de mi corrida.

Así es, al final acepté que mi culo formará parte de sus juegos. Qué más da lo que digan pero a la vez me frustraba de este truco. Mi cuerpo estaba totalmente a su merced y sabía mis puntos débiles a la perfección para llevarme al clímax cuando ella consideraba oportuno. Cuando follabamos independientemente de cómo lo hiciésemos al final me sentía yo el follado. Si intentaba alargar mi duración en la jodienda ella lo impedía después de que ella disfrutase de sus orgasmos. Cuando ella se colocaba encima hacia el truco de la Cleopatra y si lo hacíamos en misionero ella me hacia masaje prostático. A mí me encantaba por que el orgasmo era de una intensidad tremenda y como bien ella decía, aquí estamos para disfrutar a tope y yo me sentía como vaciado. Pero a la vez estaba ligeramente frustrado porque siempre estaba a su merced.

Liliana me permito descansar para recuperarme pero eso se acabó.

  • Arriba ya de una vez- me dijo tirando de mi brazo

Nos vestimos y cogimos el taxi con nuestras maletas hacia el aeropuerto. Allí nos esperaba Laura que nos iba a acompañar a este viaje a Nueva York. Nos subimos y yo me coloque en ventanilla. Laura en pasillo y en medio estaba Liliana. Convencí al departamento de que la precisaba, contratamos habitaciones separadas para no llamar la atención, pero yo de manera oculta contraté una habitación doble con la esperanza de poder disfrutar de una noche de pasión con Liliana en la gran Manzana. El viaje fue agotador durante el cual Liliana me hacia sutiles caricias en mis manos. Y yo le miraba agradecido pero de forma cuidada de que Laura no se percatara. Aterrizamos 6 horas después. Nos dirigimos al hotel en la sexta avenida. Después de deshacer las maletas Laura nos comentó que iba a repasar su parte de la conferencia para el día siguiente. Habíamos sido citados por el comité de la ONU para asuntos de medio ambiente. Fred O’Conell había organizado un grupo multidisciplinar e internacional para informar a los miembros permanentes del consejo de seguridad de nuestros hallazgos. Le dije a Laura que iba a visitar la ciudad en compañía de Liliana. Ella asentío sin mucho entusiasmo.

Liliana y yo bajamos al hall del hotel y salimos a disfrutar de la ciudad que nunca duerme. Paseamos como dos tortolitos agarrados y llenándonos de besos mientras paseamos por las calles de la metrópoli. La ciudad de los rascacielos estaba a nuestros pies. Central Park, Empire State, la estatua de la libertad. Yo no quise perderme el mundialmente famoso jardín botánico y ella insistió a asistir a una actuación de Broadway. Fue una maravillosa velada que se nos hizo corta.

Llego el día siguiente y cogimos un taxi los tres hacia el East River en la vecindad de Turtle Bay. Allí estaba el edificio donde nos esperaba una gran labor. Nos encontramos allí a Fred que me saludo con gran entusiasmo en ingles con su particular acento de Boston.

  • Bienvenidos, muchas gracias por venir.

Le acompañaba una mujer oriental de unos 30 años.

  • Ella es la Doctora Tanaka de Japón. Ella será nuestra experta en climatología. Tiene el master de la universidad de Tokyo
  • Konichiwa – le salude respetuosamente y ella me devolvió el saludo
  • Konichiwa
  • Ella es Laura, fue la encargada de la construcción del modelo de predicción
  • Excelente trabajo- dijo Fred saludándole con la mano
  • Y ella es Liliana, secretaria del departamento.
  • Bienvenida a Estados unidos señorita- Le saludo besándole en el rostro.

Su mirada parecía querer desnudarla, a Fred le acompañaba su fama de mujeriego. Intente no reaccionar ante este saludo tan afectuoso. Liliana me miro como intentando decirme "Pues anda que este". Era irremediable, Liliana era tremendamente atractiva y tendría que acostumbrarme a este tipo de cosas. A pesar de ello no pude evitar sentir una cierta molestia.

  • Tengo malas noticias Virgilio. He hecho averiguaciones y me he enterado de que ni el representante ruso ni el chino van a asistir a la reunión.
  • Vaya es una lástima. Esto es extremadamente importante y deberían asistir los países más influyentes
  • Al parecer China está demasiado ocupada con sus problemas con la gripe aviar, así como está intentando intervenir en el conflicto entre India y Pakistán. Pero del ruso no tengo ni idea de que ha pasado. De todas formas hay más. Al parecer va a ser a puerta cerrada, nos van a hacer firmar una clausula de confidencialidad y van a ir acompañado por militares, dicen que esto es asunto de seguridad nacional. Esto me da mala espina.
  • Y que lo digas Fred. Cuando los militares intervienen lo estropean todo. Y además este tipo de asuntos debería llegar al público. La gente debe saber el peligro que corremos todos.

Nos dirigimos a la séptima planta. Allí nos esperaban los ministros de medio ambiente de Estados unidos, Francia y Reino Unido. Tuve un mal presentimiento al entrar por la puerta y ver las inquisitivas caras de los representantes. Nos dispusimos a realizar nuestra exposición. Comenzó la doctora Tanaka que hizo un repaso a como el deshielo de Canadá y Groenlandia debido al calentamiento en las últimas décadas había inundado de agua dulce las aguas del Atlántico. Al producirse ese fenómeno las condiciones de presión y temperatura cambiaron radicalmente modificando el comportamiento de las corrientes marinas. También expuso como estas corrientes marinas son de vital importancia en las condiciones climáticas del hemisferio septentrional.

Luego intervino Laura. Su parte era posiblemente la peor de todas. Trató en la medida de lo posible explicar a los representantes con lenguaje profano como funciona un sistema de predicción. Su exposición fue demasiado simple para su nivel. Pero no era el sitio adecuado para exhibir pedantería. Luego enuncio sus predicciones. Los cuchicheos y las miradas se cruzaban en los miembros del comité.

  • ¿ Bien y que podemos hacer ?- Pregunto la ministra francesa
  • ¿ Hacer ? Poca cosa. La situación ha superado el límite de no retorno. El punto de equilibrio del clima será la glaciación. – Comentó Fred
  • Entonces hagan propuestas – Pidió el representante de Reino Unido
  • Señores miembros del comité – me atreví a intervenir – tenemos que empezar a pensar a largo plazo. Debemos empezar a hacer planes para una migración masiva. Según nuestras predicciones todos los habitantes por encima del paralelo 40 deberán establecerse más al sur.
  • ¿ De cuantas personas estamos hablando ? – pregunto el estadounidense

Me tomé un tiempo para responder. Lo que iban a escuchar no iba a ser de su agrado

  • De unos 500 millones de personas. Por encima de dicho paralelo la vida humana será casi imposible. Será un clima polar. Sufrirán temperaturas que solo conocen los habitantes de Siberia. Olvidense de las fronteras nacionales. Para el año 2070 la casi totalidad de los habitantes de países del primer mundo tendrán que trasladarse a países del actual tercer mundo.

Los cuchicheos pasaron a ser un alboroto. Los militares que acompañaban hicieron gestos de furia. Los representantes gubernamentales negaban con la cabeza. Estaba claro que no habían aceptado la mala nueva. Un militar americano muy condecorado, por sus medallas general, y muy corpulento con unas gafas de sol muy intimidantes tomo la palabra.

  • ¡¡¡Esto son chorradas!!! En un momento de crisis económica mundial. Con gran malestar social. Con una gran peste en oriente medio y con los jodidos musulmanes intentando mandar al mundo al infierno ¿Vamos a perder el tiempo con estos cerebritos tocapelotas? Yo veranee en Seattle el verano pasado y hacia un calor de puta madre. Antes nos decían que iban a subir las temperaturas y ahora nos dicen lo contrario. Iros a mamar pollas por ahí. ¿ Sabéis que ? Voy a hablar con vuestros gobiernos y como soltéis alguna de estas gilipolleces fuera vais a estar tragando mierda hasta que yo lo diga. Os vais arrepentir de haber sacado vuestros asquerosos títulos y preferiréis haberos dedicado a trabajar en un jodido Mac Donnalds.

Un estruendoso aplauso se escucho en la sala. Y todos los miembros del comité desfilaron hacia las puertas y allí nos quedamos Yo, Liliana, Laura, Fred y Tanaka solos en la sala. Laura empezó a llorar. Liliana fue a consolarla. La humillación había sido brutal. Los demás teníamos las caras muy largas y estábamos abatidos. Yo me senté y me lleve las manos a la cabeza. " ¿ Que había pasado ?" me repetía mentalmente. Estuvimos media hora atolondrados, paralizados, desesperados. Al final Liliana consiguió sacarnos de nuestro pesar y que por fin reaccionáramos.

Liliana nos saco de allí y nos dirigió al hotel. Laura y yo éramos zombis. Respirábamos y la sangre circulaba en nuestras venas. Pero la mente la teníamos muerta. Liliana comprendió que no estaba de humor para una noche de amor. Así que me despidió con un beso que apenas sentí y se dirigió a su habitación individual. Yo me desvestí y me introduje en la cama con una sensación de amargura que no había sentido desde que Liliana y yo rompimos. Aquella noche no dormí.

A la noche siguiente salimos de la ciudad y cogimos el avión de vuelta. Durante el viaje Liliana me acariciaba la cara tratando de consolarme pero yo estaba ensimismado mirando las estrellas en el cielo por la ventanilla del avión. Liliana me acompaño hasta mi piso y me ayudo a deshacer las maletas y quiso darme calor. Pero aquella noche paso otra cosa más para mi pesar. Mi pene no obedeció y se negó a erguirse. Liliana de forma cariñosa intento elevarlo con mamadas, con las tetas, con las manos. Pero no hubo manera. Mi inconsciente me estaba jugando una mala pasada y no quería sexo. Pero yo lo deseaba fervientemente, necesitaba su calor más que nunca. Su calor era la mejor cura para la tristeza pero mi cuerpo no quería colaborar. Liliana al ver mi tristeza desistió y me abrazo con dulzura.

  • Entiendo perfectamente lo que te pasa. Es absolutamente normal. Estás hundido. Pero yo tengo una cura para tu autoestima. Dentro de una semana te hare un regalo que te va a encantar. Lo que haremos durante esta semana es que después del curro nos vamos a ir a pasarlo bien todas las noches. Voy a evitar a toda costa que te hundas.

Esa noche no hubo sexo. Pero nos la pasamos abrazados. Durante los siguientes siete días aprovechamos para ir al cine, pasear por el parque de la ciudad, ir al teatro.

Una noche fuimos a bailar a una discoteca. Estaba especializada en música latina. Yo no sabía bailar así que básicamente deje llevar mi cuerpo al ritmo de la música. Muchos hombres miraban a Liliana con un deseo descarado. Liliana ante el panorama se arrimo a mí y se puso a bailar prácticamente pegada a mi cuerpo. Dedicándome una mirada seductora. Cuando se separaba hacía gestos con sus dedos animándome a volver acercarme. Quería dejar bien claro a mí a todos los presentes quien era su pareja.

Una noche me invito a cenar a su apartamento. La cena fue deliciosa. Liliana no paraba de sorprenderme, además tenía virtudes en la cocina. Ostras acompañadas de un buen vino en un ambiente cálido de velas. La tele estaba encendida en dicho momento y comenzaba el informativo. Sonó la fanfarria de inicio y salió el primer titular.

El ejército de la federación rusa la conquistado los países de Georgia y Ucrania en menos de 24 horas. Las defensas de ambos países han sido aniquiladas de una forma feroz con una combinación de ataques aéreos y artillería, ahora la infantería y los tanques han tomado prácticamente el país. Cruz roja informa de que las capitales de ambos países, Tiblisi y Kiev han sido barridas del mapa y que no queda ningún edificio en pie. Médicos sin fronteras afirma que no habían visto un panorama similar desde Hiroshima y Nagasaki en 1945, cuando fueron bombardeadas nuclearmente por la aviación de estados unidos. Solo se pueda hacer una comparación con la ciudad de Grozni cuando fue reconquistada por los rusos en las rebeliones en Chechenia. Human Right Watch anuncia que intentará imponer una denuncia por crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra contra el gobierno ruso en el tribunal penal internacional. Sus representantes afirman que los hechos acaecidos en el último día son contrarios a los principios de Nuremberg y de la convención de Ginebra. Los servicios sanitarios apenas pueden atender a los civiles y según sus cálculos el número de víctimas mortales pueden alcanzar los millones en ambos estados. El presidente ultra nacionalista Zirinosky afirma que no acatará ninguna protesta por parte de naciones unidas ya que se trata de asuntos internos para volver a ser la gran Rusia. Los gobiernos de los países fronterizos de Letonia, Lituania, Estonia, Polonia y Rumanía han invocado la clausula de mutua ayuda de la OTAN. Ahora mismo estamos recibiendo imágenes provenientes de la CNN, un corresponsal desde la cubierta del portaaviones norteamericano Eisenhawer situado en el mar báltico. La actividad es frenética. Según fuentes militares la situación es crítica ya que el gobierno ruso no parece atender a razones y la política MAD (mutua destrucción garantizada) puede no tener efecto.

Se hizo el silencio en la salita. Liliana apago el televisor.

  • Ahora entiendo porque no apareció el representante ruso- Dije, la ira me dominaba- Lo estaban preparando todo. ¡Malditos políticos y malditos militares! ¡Deberían arder todos en el infierno!

Liliana me miro, ella también estaba disgustada. Y habló

  • Los hombres nunca aprenderéis. ¿Cuando os dejareis de llevar como borregos por esos falsos lideres sin corazón ni alma? Ellos no son hombres, tienen corazón de máquina y cerebro de máquina. Han cambiado el amor por el amor al dinero. Sus intereses mezquinos llevarán la ruina a todos. Y detrás de ello usan las excusas de la religión, la patria o el partido. Hablan de Dios y lo denigran con cada una de sus palabras y actos. Porque ellos solo piensan en el poder.

No pude más que asentir. Los humanos somos los seres más inteligentes del planeta. Eso dicen, en realidad es una falacia, somos los más estúpidos por que nos dirigimos al autoexterminio. El homo sapiens extinguido por sus propios actos delirantes. Tenía razón Drake en su ecuación, quizás el proyecto SETI no contacta con otras civilizaciones extraterrestres por que cuando llegan a un nivel tecnológico suficiente se aniquila a sí misma. Quizás la inteligencia sea al final una maldición para una especie, sobre todo para la nuestra que en su contradicción es social y territorial al mismo tiempo.

  • Virgilio no te apresumbres por ellos. Ignóralos y por favor disfrutemos de esta bonita velada.

Le hice caso. EL mundo podía irse al infierno si es lo que quería. Ahora le dedicaría toda mi atención a Liliana.

La situación en la facultad tampoco era buena. Los estudiantes ante la degradación económica empezaron a organizar huelgas y manifestaciones. Tenían razón, su futuro laboral era del color de un agujero negro, la luz no escapa de allí. Yo me sentaba en la silla junto a la mesa mirando a un aula vacía. Y vi como toda mi vida se volvía a derrumbar. El mundo parecía haberse vuelto completamente loco y yo un matemático, por mucha fama internacional que tuviese, no podía hacer nada ante la tragedia que se avecinaba. Había fracasado en todo, como docente, como científico. Había fracasado hasta como hombre, ya no podía ni satisfacer sexualmente a mi amada Liliana. Trate de contener el llanto. Me dirigí al departamento y pude ver a Liliana recogiendo documentación de mis colegas. Vi que hacia un gesto extraño al andar, lo achaque a los tacones de sus zapatos.

Pasó una semana y volví a mi piso. Todo ya me daba igual. Allí me esperaba Liliana.

  • ¡¡ Feliz un día cualquiera !!- me dijo con un beso
  • Hola Liliana – le respondí sin entusiasmo
  • Hoy es el día de tu regalo- No me acordaba de ese tema – por favor ponte cómodo en la sala de estar. Voy un momento al baño, no tardo – me dijo con una picara sonrisa.

Pocos minutos más tarde vino con un vestido negro francamente sexy. Se dirigió al reproductor de CD’s y le dio al play. Empezó a sonar "You can Leave your hat on" de Joe Cocker. No pude evitar una ligera carcajada cuando ella empezó a bailar sexy enfrente a mí. Empezó a desvestirse lentamente, ahora me quito ahora no me lo quito. Sus gestos y su mirada eran la seducción personificada. Al final se quedo solo con unas bragas curiosamente grandes. Ahora sonaba "Sex Bomb" de Tom Jones y su baile se volvió frenético. Se tumbo en la mesa y alzo las piernas, con sus manos se las acaricio. Ahora de un golpe se abre de patas en el suelo. Tumba su cuerpo hacia adelante con una mirada de loba, su melena rizada y rojiza parece bailar con ella mostrando y ocultando su mirada. Se pone a cuatro patas y se acerca hacia a mí como si fuera una gata. Yo en el sofá alucinando en colores. Definitivamente hasta las profesionales del baile erótico deben envidiarla. Entonces se sube por el sofá y con un movimiento de cadera hace que yo la anime aullando como un lobo. La sonrisa apareció en su rostro. La música se paró.

  • Me ha encantado el espectáculo nena.
  • Si, pues esto solo es el comienzo. Ahora viene lo bueno.

Entonces se quito las bragas. Y pude ver que llevaba una correa atada a la cintura. Eso empezó a extrañarme y luego con un movimiento seductor giro el cuerpo y me enseño su trasero. Entonces comprendí lo de las correas, estaban sujetando algo que estaba incrustado en su ano. Parecía un dildo. Mis ojos se abrieron como platos y sin percatarme mi polla se puso dura como el hueso. El complejo X de mi cerebro tomo el control y las fantasías aparecieron inmediatamente en mi mente. Quería quitarle inmediatamente el juguete y substituirlo por mi polla. Liliana miro el bulto en mi entrepierna y no pudo reprimir una sonrisa. Entonces cogió un neceser y lo abrió

  • Fui a un Sex shop y me compre este kit de entrenamiento anal. La correa permite introducir diferentes dildos. Los primeros días empecé con el más fino.

Comprobé que era de un grosor un poco mayor a un pulgar y de en torno a 10 cm de largo. Había un hueco vacio y luego había otro dildo un tamaño muy grande.

  • Ahora mismo tengo puesto el mediano. He querido que mi culo se fuera acostumbrando. La verdad es que me ha molestado un poco pero para eso está este bote.

En el bote se podía leer lubricante sexual.

  • No me he puesto el grande porque quiero que el estreno final lo hagas tú. Hacía mucho que no practicaba sexo anal así que debía volver a coger ritmo.

Me empezaba a poner como una moto. Estaba totalmente ansioso y entendía que es lo que me estaba ofreciendo y quería probarlo cuanto antes.

  • Calma Virgilio. Voy a entregarte mi culo. Sacrifico mi ano al altar de tu polla. Pero tú eres primerizo en esto así que hazme caso y déjame guiarte.

Se saco el juguete. Era de un grosor de al menos 3 cms y de 14 de largo. Su ano dilatado se cerró progresivamente. Me desnudo con urgencia y vio que mi pene estaba listo.

  • Anda mira quien da señales de vida

Intento lamerlo pero la interrumpí.

  • No Liliana, no. Estoy listo. Por favor déjame disfrutar del regalo.
  • Eres muy impaciente Virgilio. Está visto que esto de dar por el culo a los hombres os encanta y os pone locos. Vale pero no me la metas inmediatamente. ¿Me prometes que me vas a hacer caso?
  • ¡ Si ! - respondí con ansiedad

Nos dirigimos al sofá. Ella se puso en cuatro agarró su nalgas y se las abrió poniendo a la vista su orificio rosado y con forma de asterisco.

  • Bien ahora debes prepararme un poco. Lámeme un poco mi culito como yo hago contigo.

Me dirigí con mi boca inmediatamente a su ano. Trate de frenar la ansiedad y la excitación. Lo surque dándole vueltas e intentando penetrar con mi lengua. Su ano se dilató y Liliana comenzó a gemir de gusto.

  • ¡Ah! ¡Qué bueno! Sigue Virgilio

Un minuto después, que me pareció una eternidad, me dio nuevas instrucciones.

  • Ahora vas a meterme un dedito mojándolo con mucho lubricante. Y un poco más tarde otro.

Obedecí mientras mi pene empezaba a dolerme con una erección tan potente que parecía apuntar al techo.

  • Lo estás haciendo muy bien Virgilio. Ahora me vas a penetrar. Pero esto es muy importante, hazlo lentamente. Centímetro a centímetro haciendo paradas. Primero déjame que te lubrique el pene.

Liliana vertió una generosa cantidad de líquido sobre mi polla y volvió a colocarse en posición. Yo me coloque detrás de ella, y pensé "Por fin". Apunte a su puerta de atrás y realice un suave empujón. Su ano pareció abrirse como una flor. Liliana relajo los músculos de los anillos exteriores permitiendo la entrada de mi lanza. Frene mi ansia y lo hice con mucha suavidad. A pesar de ello Liliana daba ligeros quejidos.

  • No pares , todo va bien.

Después de casi 5 minutos mi pene ya estaba a medio envainar. La deliciosa estrechez y calidez de su ano empezó a hacerme gemir. ¡Qué sensación!. Aún ahora me deleito con aquellos recuerdos y la excitación hace acto de presencia rememorando mis memorias. Seguí el proceso de la toma de su culo como de un ritual se tratara. A los 10 minutos mi pelvis choco con sus nalgas. La tenía toda dentro. Liliana estaba sintiendo un ligero dolor, pero ya mi consciente empezaba a desvanecerse y el cerebro de cocodrilo que todos llevamos dentro quería gobernar la situación.

  • Virgilio ahora haz movimientos de penetración, pero muy suaves.

Así lo hice durante los primeros dos minutos. Pero las fantasías empezaron a fluctuar en mi imaginación. El pene parecía estar siendo aplastado y yo quería empezar a taladrar esa gruta con fuerza. Liliana dirigió una de sus manos a su vagina y empezó a masturbarse , yo me sujete con firmeza a sus caderas.

Desde luego eso si que era un regalo para mi autoestima. Así era en toda su extensión. Por fin yo controlaba la situación por completo. Liliana y su culo estaban a mi merced. Me sentía el rey del mundo. Ella ahora no me podía hacer trucos sucios, yo era el que le estaba haciendo un truco sucio a ella. Me la estaba follando con todas las letras. Mis movimientos empezaron a hacer bruscos.

  • Virgilio, ¡ Más suave ¡ ¡ No seas burro ¡ ¡ Me estás haciendo daño ¡

Esas palabras llegaron al nervio auditivo pero no alcanzaron al cerebelo. Ahora todas las insatisfacciones vividas en los tiempos recientes se difuminaban. Que les jodan a los políticos, que les jodan a los militares. Ahora yo era dueño de mi destino. Y estaba sodomizando a una de las más bellas mujeres.

  • ¡ Vale Virgilio ¡ ¡ Como quieras ¡ ¡ Soy tuya ¡ ¡ Rómpeme el culo !

Aquellas palabras fueron el acicate final. Me puse como un salvaje y mis penetraciones eran profundas, fuertes . Sacando y metiendo el miembro a tope. Mis gemidos eran descontrolados. Todo aquello era un oxímoron, una violación consentida. Las hormonas se desataron en el corriente sanguíneo, los transmisores neurocerebrales trabajaban a destajo. La dopamina se expandía dentro de mi cráneo como una onda. Mi pene se endureció hasta el máximo. El delirio y el éxtasis eran las percepciones dominantes. Las glándulas seminales empezaron a verter líquido, mis huevos se encogieron levemente como en un acto de tomar carrera para lanzar. Luego las convulsiones, un temblor que se expandía desde la uña del pie hasta el más largo de mis cabellos. La eyaculación fue gloriosa y derrame una buena cantidad de mi lefa dentro de sus entrañas. Me desmayé sobre ella. Liliana había sido mía. Mi leche ahora circulaba por sus intestinos. El orgasmo tanto física como psicológicamente había batido todos los records.

Liliana se estaba masturbando y consiguió llegar al clímax. Me había corrido antes que ella y me sentí culpable por lo que acaba de hacer. Un cierto miedo me entro por su reacción.

  • Lo siento Liliana, perdóname. He perdido el control y me he comportado como un animal.

Ella se giro y de forma inesperada no había odio en su mirada. Todo lo contrario, era una sonrisa. Me beso con dulzura. Mi corazón pasó de tener un peso enorme a sentirme como una pluma.

  • No tengo que perdonarte por nada. Este era mi regalo. Quería que por fin te dejaras de sentirte débil. Y creo que lo he conseguido. Se nota que lo has pasado en grande. Así que te garantizo que esto lo repetiremos. Pero eso sí, no será ni hoy ni mañana. Me has dejado el culo hecho papilla. Menos mal que hoy es viernes y no tenemos que ir a trabajar, no me imagino tener que sentarme. Eso si vamos a tener que rebajarte el ansia. La próxima me coloco yo encima y así evito que te pases de ímpetu.

Esa noche dormí como los ángeles. Mientras a mi lado estaba mi amada Liliana. Por ella moriría.

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