miprimita.com

Harem de hermanas

en Amor filial

Yo y Scherezade 10: Un harem de hermanas

Capitulo Anterior:

http://todorelatos.com/relato/71713/

Al fin llegamos. Fue un viaje más largo en tiempo que realice en mi vida. Pero lo conseguimos sin contratiempos. Los hombres del sultán consiguieron traernos a salvo a nuestro destino. A nuestra nueva ciudad. El Cairo.

El Cairo, Al-Qahira La Triunfante, fue fundada por el fatimí Yawhar al-Qaid, en 972, al norte de los palacios y abarcando al-Askar y Al-Qatta'i, y allí se construyó la mezquita de Al-Azhar, la primera universidad  de la historia. Esta ciudad se convirtió en el centro urbano con los años, aunque al principio del Califato Fatimí  Al-Fustat siguió siendo la capital.

En 1176 Saladino construyó La Ciudadela para fortificar la ciudad, ampliándola y sustituyendo las viejas murallas por otras de piedra. La Ciudadela separa la ciudad vieja de la nueva creada por Ismael Bajá.

La ciudad creció hacia el oeste y el sur, con la Ciudadela como centro administrativo. La construcción de palacios y mezquitas atraía a gran número de artesanos y comerciantes, con lo que El Cairo se convirtió en una próspera ciudad con cientos de mezquitas, madrasas, baños públicos y otros edificios, así como gran número de fuentes.

Nos dirigimos a Palacio como estaba previsto. El-Jalali era el regente del sultanato de El Cairo. El cual ahora rivalizaba militarmente con el de Samarcanda. Mis primeros temores eran conocer de qué pasta estaba hecho el máximo dirigente del reino. ¿Sería un psicópata como el autoproclamado Califa de Samarcanda? ¿Cuáles eran sus pretensiones con respecto a mí y a las hermanas? Había demasiadas incógnitas por resolver. Fuimos llevados hasta él y alguien que parecía ser uno de sus ministros hizo las presentaciones.

  • ¡Su majestad real el sultán El-Jalali!

Apareció un tipo enjuto, ya algo mayor. Le acompañaba una mujer a la que tenía la cabeza cubierta por un hiyab. Algo peculiar que un rey musulmán permitiese ver el rostro a la que parecía su esposa a unos desconocidos. Su rostro denotaba serenidad. Aunque su mirada parecía inquisitiva. Mirando detenidamente, como intentando evaluarme. Nosotros por nuestro lado hicimos las reverencias oportunas.

  • Bienvenidos a mi reino. Ahora estáis bajo mi protección. ¿Quiénes sois vosotras?
  • Somos Scherezade y Shoali- dijo Schere- hijas del antiguo sultán de Bagdad.
  • ¡Ah! Las hijas de Kalib. Que grandes os habéis hecho. Me parece que no me recordáis. Hice una visita a vuestro padre hace unos 18 años. En aquel momento erais unas pequeñas revoltosas que eras la fuente de alegría para vuestro padre. Aún recuerdo vuestras carreras en el palacio. – dijo con una sonrisa alentadora que fue respondida por otra por parte de las hermanas.
  • Mis respetos a su majestad- enuncio Shoali.

Entonces el sultán se acerco a las hermanas y les dijo con un tono sereno.

  • Y Mis respetos a las herederas de Kalib.

Esa frase abrió los ojos de par en par a Scherezade que miro fugazmente a su hermana y luego a mí.

  • Mi señor…
  • Tranquilízate princesa Scherezade. Se de tus infortunios y que has sido prisionera del heredero del sultán de Samarcanda desde que cayó tu reino. Esa no es forma de tratar a unas princesas. A ese califa habrá que enseñarle modales. Empezando por quitarle ese título suyo. "Califa". ¡Ja! Menudo insulto a Mahoma. Además sus ansias de conquista no han tenido freno desde hace varias generaciones. Son un peligro que hay que atajar. Ya ha habido diversos altercados en la frontera. Está visto que quiere provocarme. Bueno pues si quiere provocar una guerra la tendrá. Acabaré con sus ínfulas. Ya he tratado con él. Se cree que por llamarse a si mismo califa me puede tratar con esa condescendencia con la que me trato hace un par de años.
  • ¡Mi señor! – dijo Scherezade- se que no estoy en condiciones de pedir nada. Ya solo puedo estar agradecida de tenerme bajo su protección. Pero aún así en el viaje hice una parada en la capital de mi antiguo reino y pude contactar con varios notables. Todos están de acuerdo en que el caído reino de Bagdad está en condiciones de iniciar una rebelión y unirse contra la tiranía de Samarcanda.

El-Jalali hizo una pausa mirando detenidamente a Scherezade.

  • ¿Eso es así?
  • Así es, mi señor.
  • ¿De cuantos hombres estamos hablando?
  • Si liberáis Bagdad los notables creen que pueden reclutar más de 50.000 soldados.- dijo Abdul
  • ¿50.000 soldados? Una cifra impresionante. Demasiado bonito para ser cierto. Es más dudo mucho que esos hombres estén dispuestos a obedecer a otro rey. Ese pueblo estará interesado en sus propios intereses. – reflexiono en voz alta el Sultán. Hizo una parada y volvió a mirar a Scherezade. Esta devolvió la mirada. Estaba claro que había una negociación silenciosa. Como queriendo comunicarse mentalmente.
  • ¡Vale! ¡Vale! Veamos. Y si, un suponer. Yo, El-Jalali restituyo el sultanato de Bagdad. Sería una oferta interesante para asegurarme la lealtad de esos hombres para atacar Samarcanda.
  • Creo que sería un aliciente suficiente. – dijo Scherezade
  • Entiendo. Pero a cambio de la liberación seria un precio justo que Bagdad fuese un protectorado de El Cairo. Sería un reino independiente pero aliado del mío. ¿No le parece?
  • Me parece que sería un trato justo.- dijo Scherezade.
  • Sea así entonces. Le comunicaré a mis consejeros que empiecen los preparativos.

Las hermanas no pudieron reprimir dar gritos de alegría y abrazarse. El-Jalali sonrió al ver la escena.

  • Creo que esta siendo una mañana provechosa. Bueno, vayamos al otro asunto. ¿Abdul es este hombre del que me hablaste?
  • Si, es Van Jeidelbej
  • Heidelberg – corregí
  • Van Heidelberg, no es nombre musulmán. ¿De dónde eres?
  • De Flandes, su majestad.
  • ¿Flandes? ¿Eso está en Europa?
  • Así es mi señor.
  • Curioso, Los reinos cristianos están terriblemente atrasados en su mar de oscurantismo cristiano. Desde que cayó el imperio romano ese continente no levanta cabeza. ¿Y eres un gran sabio?
  • Bueno, tanto como sabio. Pero si se bastantes cosas acerca de matemáticas, geometría, astronomía, física.
  • Veo que eres humilde. Pero aún así por lo que me ha contado Abdul eres una eminencia. Quiero que me hables con mi consejero Ar-Yarid. Tengo un gran proyecto en mente. Lo llamo AL-Azhar. Quiero que sea una cuna de cultura y conocimiento. Que sea un brillo para el mundo, como lo fue la antigua Alejandría.
  • Estaría encantado en colaborar con su proyecto.
  • Y serás honrado. Yo al contrario que la mayoría de los reyes del mundo vivo en un país que fue cuna de las primeras civilizaciones. Y ese legado debe ser honrado. Y que mejor forma que hacer como hacían los antiguos alejandrinos. Que sea el conocimiento el mayor tesoro de mi reino. Y tú, mi querido Van, quiero que seas el que lo lleves a cabo.
  • Sera un gran honor. – dije con una gran sonrisa.
  • Estupendo. Lo dicho, ha sido una provechosa mañana. Bueno. Aquí tenéis a mi ayudante Ar-Yarid. El os establecerá en vuestros nuevos aposentos. Ahora tengo que preparar mucho y sobre todo tú Abdul eres ahora la pieza fundamental. Tienes que informarme de todo lo que puedas acerca del Califato. Tropas, defensas, murallas, etc.
  • Si mi señor. Sobre el tema de las murallas creo que Van nos puede ayudar. El realizó diversas reformas en las murallas de la Capital.
  • ¡Uhmm! Interesante. Pero lo dejaremos para más tarde. Ahora quiero que acompañéis a Ar-Yarid. Después de un viaje tan largo merecéis un buen descanso.

~ ~ ~ ~

Samarcanda, unos meses más tarde.

Los rastreadores que buscaban a Van y a sus esclavas volvían para informar.

  • Mi señor hemos podido localizar a los fugitivos.
  • ¿Dónde están? Estáis detrás de ellos desde hace ya medio año. Sois una panda de inútiles.
  • Los hemos localizado en Al-Qahira.
  • ¿En el Cairo? Tan lejos y en el reino de mi rival. ¡Habéis fracasado! ¡Guardias! ¡Detened a estos fracasados! ¡Habéis arruinado todos mis planes! ¡Seréis ejecutados al amanecer!.
  • Mi señor. Siempre he sido un leal servidor
  • ¡No me has sido leal! – dijo con la boca babeando de furia- Necesitaba al científico. ¡Su arma no funciona! ¡Algo le pasa a los planos que le sacamos al herrero! Las piezas de plomo no salen disparadas como me decía mi asesino. ¡Lo necesitó! He torturado al herrero y no he sacado nada. Parece que oculto algo, no sé que es. ¡Y lo quiero! Y ahora está bajo protección de El-Jalali. ¡Le dará su arma a él!

~ ~ ~ ~

El Cairo

Así es como volví a construir mi nueva vida en el Cairo. Dirigiendo la primera universidad del mundo. Aunque la mayor parte de los alumnos se dedicaban a los estudios islámicos para ser ulemas yo me dedique a las labores de dirección así como dar clases de matemáticas y física. Fui lo suficientemente inteligente para no exponer demasiados conocimientos. Esa sociedad en continuas guerras y barbarie no estaba aún en condiciones de tener tecnologías avanzadas. También fui cuidadoso en no exponer cosmología avanzada. Expresar un modelo distinto a ptlomeico era complicado para la mentalidad medieval pero aún así me atreví a proponer la posibilidad de que un modelo de orbitas elípticas explicaba a la perfección la irregularidad de las trayectorias de los planetas. Basicamente adelante el trabajo Kepler. Mis ideas por supuesto fueron polémicas pero muchos astrónomos fueron a escucharme y aceptaron que "mi" teoría era muy buena. Creo que fue una maniobra arriesgaba pero que merecía la pena aunque muchos tildaron a mi proposición de hereje. La tierra era el centro de la creación y no podía ponerse al sol en el centro de la interacción de los planetas y poner a nuestro planeta fuera del centro. Pero afortunadamente la mayoría acepto entusiastamente mi versión. Eso fue muy importante, romper la tradición, abrirse a nuevas ideas, tener espíritu critico es la única manera de que la humanidad se salve. Yo quería poner mi semilla en el camino. En mis clases también abogaba por la tolerancia, la paz y tratar de construir una serie de derechos a los individuos. Todos estos actos provocaron que me empezaran a salir enemigos como champiñones por parte de las vertientes más conservadoras.

Pero mi mente había cambiado. Ya decidí no amilanarme nunca más y el sultán parecía apoyar mis decisiones. De todas formas la situación se volvió tan hostil que fue una de las razones por las que tuve que dejar Al-Azhar.

Otra decisión que provoco muchos quebraderos de cabeza fue mi insistencia en que Scherezade fuera la bibliotecaria jefe de la universidad. Para muchos era intolerable que una mujer trabajase, que aquello era indecente. Que su lugar era en la casa. A pesar de las presiones no me eche a atrás en mi decisión. Scherezade ahora siendo mujer libre no la quería como una ama de casa. Cuando le di el trabajo se lo tomo con gran alegría. Ella disfrutaba con los libros y estaba claro que era su mejor sitio.

Con Shoali la cosa fue aún peor. Era una apasionada de la poesía y muy capaz. Tome la decisión de crear una "licenciatura" de poesía para mujeres. El jaleo fue monumental pero fui cauto en el aspecto de que solo fuera para mujeres. La separación de sexos del mundo musulmán no podría permitir que diera clases a varones. Pero aunque las primeras semanas apenas tuvo alumnas, poco a poco las hijas de los acaudalados y la nobleza decidieron darle un poco de cultura a sus hijas de forma que Shoali pudo instruirlas en un arte que dominaba con maestría.

El sultán me dio una vivienda de tamaño medio. No era un palacete pero lo suficientemente grande para vivir acomodados. Sin muchos lujos y florituras. Aún teniendo un buen sueldo una cosa que decidí es no tener esclavos nunca más. Las labores de la casa las hacíamos los tres.

~ ~ ~ ~

Las hermanas habían salido de la universidad antes que su antiguo amo y ahora prometido. Durante la caminata de vuelta no pararon de departir acerca de los nuevos trabajos. Y lo tremendamente agredecidas que se sentían por Van al conseguírselos. Se sentían plenas. Scherezade disfrutaba enormemente entre libros y Shoali disfrutaba enormemente de dar clases de poesía.

Ya una vez en su domicilio decidieron irse a dar una ducha.

  • Bueno hermana. Voy a preparar el agua caliente- comentó Shoali
  • Te acompaño. – dijo Scherezade

Se dirigieron a una habitación designada como una pequeña despensa donde además había leña. Las hermanas se dispusieron a llevarlas para quemarlas en otro de los inventos de Van. Lo llamaba "termo" y con el que se podía disfrutar de agua caliente.

  • Me parece recordar que Van vendrá dentro de una hora.
  • Somos un poco egoístas en no esperarles. ¿No?
  • Seamos un poco prácticas. Seguro que le gustará que tengamos la ducha lista.
  • Quería preguntarte una cosa Schere.
  • Dime
  • Veras. Cuando hacemos el amor juntos los tres. Me he dado cuenta de que lo hacéis mucho por el culo.
  • Pues sí. ¿No me digas que te parece mal?
  • ¡Qué va!. No tendría ningún sentido que me pareciese mal. Si la gente se enterase que somos unas indecentes que practicamos incesto. ¡Bufff! Prefiero no imaginármelo.
  • No se enterarán y me da igual lo que piensen hermana. Nuestros cuerpos están hechos para el pecado- dijo con un guiño complique que Shoali respondió con una dulce risa- Así que también pecamos de sodomía.
  • Pero hermana. ¿Tanto os gusta?
  • Bueno la primera vez que lo hicimos me dolió bastante pero este culito tragón ya está bien entrenado para tragar la polla de Van.
  • Pero ¿Qué tiene de especial?
  • Pues me siento muy llena cuando me la mete por el agujero estrecho. Siento como su polla me abre de par en par. Me siento muy mujer al hacer realidad su más intenso deseo. Y es más. Cuando la tengo dentro, por el ano, siento hasta la última de sus venas pulsando. Percibo como crece en mi interior. Siento hasta como vibra. De tantas veces que me la ha metido por el ojete soy capaz de percibir cuando se va a correr antes de que él lo diga. Y lo mejor viene con su leche. Me encanta sentir como se vierte en mi interior. Sentir su caliente esencia circular por mis entrañas. Es tan espiritual sentir como parte de él queda dentro de mí. Y el placer… el placer es una pasada.
  • ¿Qué tendrá el culo que le gustará tanto a Van? Me he fijado cuando practicáis el anal y parece que lo disfruta enormemente. ¡Tiene una cara de excitación y felicidad!
  • Bueno por lo que le he preguntado al metérmela por el estrecho siente que la polla esta apretadísima y le provoca muchísimo placer. Y luego está el aspecto del morbo del pecado. Romperme el ojete es un símbolo de dominio, de conquista.
  • ¿Y te gusta eso? ¿Qué te utilice para sus fantasías?
  • Cariño, yo te quiero y quiero a Van también. El amor es dar y recibir. Entregarse y poseer. Darlo todo para hacer feliz al otro. Y yo amo a Van. Es más, es para mí un honor ser de él. Él más que nadie merece mi cuerpo y mi alma. Ya ahora mi vida no tendría sentido sin su compañía. Y si le gusta darme por el culo, yo encantada. Pero fíjate bien. El también nos ama. ¿No te das cuenta que se desvive por nosotras? Y que después de hacérmelo es extremadamente cariñoso.
  • Eso sí que te doy la razón. Me has convencido. Ahora lo entiendo. Pero, ¿Por qué no quiere hacerlo conmigo?
  • Bueno pues por lo que te he dicho antes. Las primeras veces duele bastante y sabiendo eso creo que le da apuro pedírtelo.
  • Entiendo. Pero no es justo Schere.
  • ¿Por?
  • Tú misma me lo has dicho. Le encanta hacerlo por detrás.
  • No sé a dónde quieres ir a parar.
  • Que yo también amo a Van. Y estoy de acuerdo en lo que has dicho antes. Le amo hermana querida. Y si vamos a compartirlo tengo que entregarme enteramente a él también.
  • ¿Quieres … Quieres que te la meta por detrás?
  • Si hermana. Si a Van le gusta tanto el anal te tomará como favorita. Es más eso creo que ya está pasando. Se le nota. Está deseando tomarte porque contigo puede meterla por el culo. A veces le veo ansioso por dejar de hacerme el amor a mi para pasarte a sodomizarte.

Scherezade se puso a pensar mirando fijamente a su hermana.

  • Creo que tienes razón. Y hay que evitar que ocurra eso. Van es el mejor hombre de este mundo y quiero que este contigo también. No tengo celos de que este contigo. Es más me excita veros juntos.
  • A mi. Esto de estar follando los tres es una forma de excitarse mutuamente. Así que. Hermana. ¿Me ayudaras en esto?
  • Por supuesto. Pero ya te lo he dicho, te va a doler.
  • No me importa. Tengo que estar a la altura de mi adorable hermana- respondió dándole un profundo beso.
  • Tengo una idea. Creo que lo haremos haciéndole a Van flotar de placer, así creo que se le irán los temores.

~ ~ ~ ~

Aquel día termine de dar clases sobre magnetismo. En el laboratorio mis alumnos quedaron fascinados con las propiedades de la ferrita sobre los objetos de hierro. Así que volví a mi hogar.

  • ¡Hola chichas!

Qué extraño. Ellas salían antes que yo de la universidad antes que yo y no estaban.

  • ¡Chicas! ¿Dónde estáis?

Empecé a buscarlas por la casa. Me dio un poco de miedo el no tener respuesta. Hasta que llegue al cuarto de baño. Aquella habitación la modifique ampliamente de forma que instale una gran bañera que estaba alimentada por agua caliente proveniente de un termostato de leña de mi invención. Al abrir la puerta allí me las encontré desnudas besándose entre ellas

  • ¡Vaya con vosotras dos! ¡No me esperáis a la salida de Al-Azhar y no me esperáis tampoco para darnos el lote! ¡Egoístas que sois unas egoístas!

Las risas fueron la respuesta esperada.

  • ¡Lo siento cariño pero estábamos muy calientes! – dijo Scherezade
  • Venga. Como compensación déjate que te demos un baño relajante.
  • ¡Me apunto!

Rápidamente me quite el kirsh y me metí en la bañera. El agua estaba bien calentita.

  • Ya se te está empinando- comentó Shoali con una mueca de burla- Bueno eso lo solventaremos más tarde. Ahora toca un buen enjabonamiento. Venga a limpiarse después de una larga jornada.

Las hermanas tomaron las esponjas y me repasaron con un jabón oloroso, de una fragancia relajante. Allí estaba yo en medio de esas dos esculturales mujeres recibiendo las caricias y los besos. Un suave vapor inundaba la habitación.

  • ¡Oh Dios! Estoy en el cielo.
  • Así es querido. Bienvenido al paraíso. Ala te ha designado dos huríes para cuidarte, para consolarte. Haremos todo lo que esté en nuestra mano para hacerte feliz.- dijo la mayor de las hermanas.
  • Yo y mi hermana seremos tu pequeño harem.
  • Soy demasiado afortunado. No os merezco.
  • ¿Qué dices tontorrón? Yo no quiero estar nadie más que contigo.- respondió Shoali
  • Y yo. ¡Jamás nos separaremos! Venga, ponte de pie.- continuo su hermana.

Scherezade se colocó a mi espalda y Shoali me empezó a lamer todo el cuerpo. Comenzando con unos dulces besos bajando a mi cuello. Scherezade también usaba su lengua. Di un buen jadeo cuando Shoali me dedico a darme unos sugerentes lametones en los pezones. Yo por mi parte no me quedaba quieto y respondía con caricias. Pero ellas querían tomar la iniciativa así que me deje hacer en la mayor parte. Scherezade volvía a coger la esponja y de forma sutil bajo a mis nalgas. Con su mano derecha las abrió y con la izquierda metió parsimoniosamente la esponja accediendo lentamente, como quien no quiere la cosa a mi parte de atrás. Shoali con la suya limpiaba mi ya erecto pene a veces masturbándolo. Yo empezaba a estar a cien. La heredera de Bagdad ya no tenía reparos en limpiarme en profundidad mi ano.

  • Mi hermana me ha dado consejos de cómo hacerte una buena mamada. Ojala lo haga bien- me dijo Shoali
  • Has tenido una gran maestra, seguro que lo harás estupendamente.
  • Prepárate que te vamos a hacer un tratamiento digno de un sultán.- añadió Scherezade.
  • Para nosotras eres nuestro sultán y nosotras dos tu harem de esclavas.
  • ¿Pero que me vais a hacer?
  • Queremos hacer que disfrutes como un loco. Así que relájate y disfruta de tu viaje al cielo.

Scherezade se arrodillo a mi espalda y me abrió los cachetes. Al instante sentí su lengua dando delicadas punzadas a mi ano. Shoali se arrodillo delante y me daba lengüetazos en el glande. Recorriéndolo, dando círculos. Su lengua empezó a recorrer todo el tallo. De arriba abajo. Bajando hasta los testículos, donde cogió uno con la boca y se lo metió, lamiéndolo por dentro. Por detrás la lengua de su hermana ya estaba más impetuosa e intentaba dilatarme el culo con la suavidad de su lengua.

Shoali seguía lamiéndome los huevos y con la mano me masturbaba. Entonces hace el recorrido inverso pero esta vez se introduce mi polla en su boca. Su lengua sigue dándome caricias deliciosas en el glande mientras va aumentando la profundidad. Pero además la lengua de Scherezade sigue atacándome por detrás. Estaba en un delirio.

  • ¡Hermanas!¡ Uhmmm! ¡Ufff! ¡Creo que deberías parar!
  • ¿Por qué, amado?- dijo Schere
  • ¡Que me corro, jolines!
  • Hermanita, ¡dale caña!

Shoali se volvió un pistón y se la metía a tope y luego vuelta atrás. Shoali también me la chupaba pero era la primera vez que me la hacía de forma tan frenética. Estaba claro que su hermana le había dado unas cuentas instrucciones. Gemí como un loco. Un chispazo brotó de mis testículos y partió por todo el pene. Empecé a eyacular mientras el orgasmo me hacia estremecer. Todo mi esperma fluía hacia la boca de Shoali que parcialmente tragaba mi leche. Después del clímax llego la calma y Shoali aún me relamía el pene dejándomelo limpio.

Me retiro a descansar y las hermanas se besan apasionadamente. Parte de mi leche es compartida por ellas en el cual parecen relamerse.

  • ¡Qué rico! ¡Me encanta tu leche calentita! – dijo Shoali
  • Venga chicos, vámonos al dormitorio. Allí estaremos más cómodos.

Fuimos los tres en el que yo les cogió los traseros y ellas tenían mis manos en mi polla y huevos. Estaba un poco cansado después de correrme así que me derribe sobre el sofá.

  • Por favor, ahora me retiro sigilosamente
  • ¿Ya estás así? Que poco nos duras chico.- se burlo Shoali.
  • Bueno, para eso está tu hermanita. Verás como en nada le entran otra vez ganas.

Las hermanas volvieron a besarse mientras se acariciaban con suavidad sus cuerpos. Sus manos recorrían delicadamente toda la extensión de la piel de la otra. Qué maravilla de cuerpos ligeramente tostados. Que cuerpos de curvas tan torneadas que siempre me extasiaba de verlas. Y sus ojos negros azabache que parecían pozos insoldables. Sus miradas parecían leer mi mente, sabían leer mi estado de ánimo. Si estaba triste, feliz, preocupado o lujurioso. Porque eso era lo que más me producían. Una incontenible y perpetua lujuria.

Allí estaban ellas dos. Cometiendo el pecado del incesto. Después de todo lo que vivimos. De todos los padecimientos que sufrimos. Del infierno que pasamos los tres ya esos aspectos de la moral eran irrelevantes para esta pequeña familia. Ya no eran de mi propiedad, ya no eran esclavas. Ahora eran mis aliadas, mis amigas, mis amantes. Teníamos planeado casarnos los tres. Si Scherezade conseguía el sultanato adoptaría nupcias conmigo para poco después casarme con su hermana también. El único problema pendiente seria esta relación entre ellas que deberíamos mantener en secreto. Qué más da lo que digan, la vida es muy corta y dura. No renunciaremos a este amor por muy prohibido que este. Las hermanas seguían dándose atenciones mutuas, ahora lamiéndose. Intercambiando chupetones en los pezones de la otra.

Scherezade se tumbo en la cama y abrió sus piernas. Su hermana se dirigió a probar el dulce néctar de su sexo. Su lengua ya le daba suaves atenciones al clítoris y la hermana mayor ya respondía con suaves gemidos. Sus miradas se cruzaban y Shoali veía con atención las reacciones de su hermana.

  • Hoy soy la señora del sexo oral. Antes chupe polla y ahora como coño. Vamos hermanita, goza. ¿Qué tal lo hago?
  • Lo haces de maravilla mi amor. Qué bien me lames el chichi. ¡Ay! Que gusto das. Nos matas de placer a Van y a mí.

Shoali empezó a hacer uso de los dedos para penetrar la vagina de su hermana. Entonces hizo un giro. Sabía que era eso, estaba buscando el punto g de su hermana. Una técnica que yo les enseñe. El resultado fue fulminante. Scherezade empezó a gritar como una loca. Se estaba corriendo. Hasta un pequeño chorro salió de su vagina y entro en la boca de Shoali.

  • ¡Uhmm! Que rico. Ahora miel. Esto es maravilloso. No paráis de alimentarme los dos.

Era fantástico. Shoali nos hacia gozar a los dos arrastrándonos hasta el orgasmo para extraer sus líquidos mas preciados, mi leche y la miel de su hermana.

  • ¿Quieres un poco hermanita?
  • Si déjame probar mi propia miel.

Ahora volvían a fundirse en un beso para compartir el líquido vaginal de Scherezade. Yo empezaba a tener otra vez una potente erección. Me acerque a ellas a besarla.

  • Chicas darme un poquito a mi

Ellas atendieron mi ruego y probé el clásico sabor característico del sexo de mi antigua esclava.

  • Puedo volver a unirme a la fiesta.
  • ¡Pues no! ¡Ahora te esperas! – se negó Scherezade
  • Venga no seáis malas. Mirad, veis. Mi amigo ya está listo.
  • Si ya vemos que ya tienes otra vez ganas de fiesta. Pero se paciente. Lo agradecerás.
  • Pero … - protesté
  • Jolines Van, cálmate. Espera un momento que Shoali quiere darte algo especial.
  • Pero podemos hacerlo juntos.
  • ¡No! Tengo que prepararla
  • ¿Prepararla?
  • Si, no seas niño y siéntate otra vez en el sofá.

Acepte con resignación el mandato de Schere. Se había vuelto un poco marimandona desde que la liberé. Evidentemente estaba algo irritado. Estaba muy excitado y éramos los tres juntos. ¿Por qué dejarme de lado?

Shoali se puso en cuatro sobre la cama y Scherezade se coloco debajo de sus piernas para lamer su sexo. Al parecer ahora le tocaba a ella. Aunque la posición era un poco incomoda. Eso me extraño. Pude ver una cosa. Shoali también se había afeitado su sexo. Ahora las hermanas tenían su monte de Venus lampiño.

  • ¿Te lo has afeitado Shoali?
  • Bueno lo ha hecho mi hermana. ¿Te gusta?
  • Sí, esta precioso tu coñito.
  • ¡Uhmm! Me encanta tu lengua hermanita. Sigue, sigue…

Ahora Scherezade lamia la almeja de su pariente. Los jadeos de Shoali empezaron a llenar la habitación. Pero de pronto veo que hace algo que poco antes me había hecho a mí y nunca se lo vi a hacer a su hermana. Le estaba lamiendo el ojete.

  • ¡Oh! ¡Si! Que gusto, también por el culo es muy rico. ¡Oh si! Sigue , sigue

Scherezade estaba penetrando con su lengua el ano de su hermana. Pero entonces cambia de plan y ahora se lleva un dedo a su propio sexo. Parece que quiere masturbarse pero me fijo que no se trata de eso se estaba mojando con los restos de fluido vaginal. Se lo saca y dirige su dedo mojado hacia el ano de Shoali. Ahora su boca vuelve al coño mientras su dedo intenta poco a poco dilatar el ano de su hermana. La lengua ha realizado bien su trabajo. Scherezade es ya conocedora de las vicisitudes del culo y presiona lenta y pausadamente. Se saca el dedo y vuelve su mano a su propio sexo. Otra vez se vuelve a masturbar para mojarse ahora dos dedos. Repite la operación siendo ahora aún más delicada. Poco a poco van penetrando el orificio anal hasta conseguir meterlos enteros. Ahora hace giros con ellos. Shoali por su parte está ya extasiada y grita. No esconde para nada el placer y su orgasmo esta próximo. Scherezade ahora comienza a realizar un ataque por triplicado. Su otra mano penetra con 3 dedos la vagina mientras sigue lamiendo el clítoris. El orgasmo hace acto de aparición y el cuerpo de Shoali tiembla mientras ella casi se desmaya del gusto. Se derrumba sobre la cama mientras intenta recobrar una respiración pausada.

  • ¡Guau! ¡Qué pasada! Gracias amada hermanita.
  • Bienvenida al mundo del sexo anal. ¿Quieres ir al siguiente nivel?
  • Si, por supuesto.
  • Van, tu espera ha terminado.
  • A ver si lo he entendido- dije- ¿Quieres que le folle el culo a tu hermana?
  • Si. Ya es hora de que se lo rompas a ella también. Porque mi ojete de tanto joderlo me lo tienes frito. – dijo con un claro tono de burla- Así que me hermana se ha ofrecido voluntaria para sacrificar el suyo para compartir la carga.
  • Pero por lo que sé tu hermana es virgen de culo.
  • Así es- me confirmo Shoali
  • Pero Shoali, yo no quiero lastimarte.
  • Pero Van, me ha dado cuenta de que te gusta hacerlo mucho por detrás. Y me temo que me veas como segunda.
  • No, nunca te veré como segunda. No tienes por qué hacerlo. Lo hago con Scherezade así porque ella ya está habituada y no le molesta.
  • Pues yo también quiero que me lo hagas también a mi. Y eso que dices no me preocupa. Si tengo que habituarme yo también, lo hare.
  • Bueno. Como quieras. Pero si cambias de opinión me lo dices.
  • Entonces vamos a ello- dijo Scherezade

Entonces apunte mi glande al ya ligeramente dilatado ano de Shoali. Empecé a presionar y mi glande encontró una fuerte resistencia a entrar. Era claro que era un culo virgen y era un orificio sin estrenar.

  • No puedo entrar Schere.
  • Hermanita relaja los músculos de tu culo. No tengas miedo, déjale entrar.

Shoali obedeció pero daba ligeros quejidos. Parecía que le dolía

  • ¿Cómo lo llevas Shoalí?- le pregunte
  • Duele un poco, pero sigue. ¡Ay!
  • No estoy seguro de esto.
  • No te preocupes Van. Quiero regalarte mi culo, y mi culo tendrás. Así que soportare un poco de dolor.

Mi penetración fue muy pausada como requería la situación. Avanzando muy poco a poco, casi centímetro a centímetro. Shoali se quejaba ligeramente y Scherezade fue con su mano a masturbar su coño. Dándole así algo de placer para anular las molestias. De esta forma en unos minutos mi pelvis hizo contactos con sus nalgas.

  • ¡Felicidades hermanita! Ya la tienes toda dentro
  • ¡Joder! Creía que no terminaría esto.
  • Vamos, ya ha pasado lo peor. Van, como tú sabes. Estate quieto un rato para que el culo de mi hermana se acostumbre.

Obedecí al requerimiento de la hermana mayor y permanecí inmóvil. Scherezade seguía masturbando a Shoali y esta empezó a dejar de quejarse y emitir suaves gemidos. Esta era la señal para comenzar un suave vaivén.

  • Sigue doliendo pero empieza a darme un gustirrinin. Tenías razón hermanita, estoy llena de polla. Dame Van, dame con tu mástil.

Poco a poco fui acelerando y en un momento dado me vino a la mente la situación en la que estaba. Lo que realizaba. Estaba tomando un culo que nadie más que yo me había follado. Era un terreno impoluto. Era un culo que era mío. Entonces me acorde de la primera vez que lo hice con Scherezade casi un año atrás. Y recordé todo los pensamientos que me vinieron a la mente, ella era mi esclava entonces y de igual manera se ofreció a sí misma para que yo me la follara a mi gusto. Y le pedí su culo y ella me lo ofreció. Ahora me estaba pasando otra vez. Esa deliciosa experiencia. Este culo que yo estaba estrenando, que apretaba mi polla dándome sacudidas de placer. Una autentica delicia para un hombre, un ano bien estrecho. Y el de Shoali era deliciosamente estrecho y lo mejor… virgen. Yo estaba teniendo el honor de follarlo por primera vez. Me acorde de la situación que viví con su hermana tiempo atrás. Yo no quise tratarla como esclava porque yo detestaba la esclavitud. Pero fue ella libremente la que se me ofreció y yo dispuse de su ojete para disfrutarlo. Y me la folle salvajemente, mis escrúpulos se difuminaron aquel día. Y tome analmente a Scherezade para mi lujuria. Esos recuerdos hicieron presa de mí y la lujuria me volvió a tomar la mente. Con ello acelere el ritmo y disfrutaba enormemente de lo que el pene me trasmitía así como del morbo de la situación. Entonces ya decidí romper el culo a Shoali. Ella al igual que su hermana se me ofreció y yo tomaría su regalo: su ano. Así que mi ritmo se hizo frenético y Shoali volvió a quejarse.

  • Más suave, más suave Van.
  • ¡Eres mia! – fue mi respuesta

Durante unos instantes solo oía los quejidos de Shoali , mire a Scherezade y su mirada era de lujuria incontenible. Creí que me iba ordenar parar, pero no fue así. Todo lo contrario. Me beso con pasión. Entonces fue hacia la cabeza de Shoali y volvió a abrir las piernas.

  • Vamos, ¡eres nuestra puta! ¡Cómeme el coño otra vez! ¡Guarra!
  • Sí, soy vuestra puta. Estoy aquí para haceros gozar. Follarme como queráis. Trae ese coño y córrete sobre la boca de la sucia de tu hermana.

Shoali se había convertido en nuestro juguete sexual por voluntad propia. Shoali se tumbo sobre la cama mientras volvía a lamer la almeja de su hermana mientras yo coloque una almohada debajo de su vientre para hacer la penetración aún más profunda.

La situación era de una excitación incontenible. Scherezade agarraba la cabeza de su hermana para forzarla a comerle aún más el sexo yo por mi parte daba unos terribles zambombazos en las nalgas con mis pelvis. Los sonidos que emitía Shoali eran parcialmente de placer y de dolor.

El hecho de que me estuviera follando de esta manera tan salvaje a su querida hermana le provoco a Schere un delirio que le llevo al orgasmo en nada de tiempo. Ver a Schere correrse mientras usábamos a su hermana me llevo al mío. Me vacié por primera en las entrañas de Shoali. Desde luego fue un orgasmo de una grandiosa intensidad. Culo estrecho, virgen y una situación de morbo desatado me hizo tocar el cielo. Mis piernas me temblaban mientras eyaculaba. Me derrumbe sobre la espalda de Shoali por unos instantes pero me aparte en seguida.

Scherezade y yo resoplábamos en la cama mientras Shoali se dio la vuelta. Mientras comenzaba nuestro relax ella se masturbaba intensamente con la mano. En un par de minutos alcanzo un suave orgasmo.

Entonces me percaté de lo sucedido. Y acaricie el rostro de Shoali que estaba en el centro de la cama a mi izquierda. Ella me miro. Tenía los ojos ligeramente húmedos. Debió llorar un poco por culpa de mis envestidas. Pero al notar mi caricia fue a besarme y acariciar también mi rostro.

  • Lo siento Shoali. Tu culo me ha vuelto loco. Tuve que ser más suave.
  • No importa cariño. En realidad me ha gustado mucho. Aunque la próxima por favor no me des tanta caña. Que no soy mi hermana y mi culito me lo has dejado para el arrastre. Así que a partir de hoy soy completamente tuya. Todo mi cuerpo te pertenece. Poséelo cuanto y como quieras. Seré tuya hasta que la muerte nos separe.
  • Gracias mi amor.

Scherezade nos escuchaba atentamente.

  • Y yo también soy tuya.
  • Y yo soy de vosotras.
  • Hermanita, vamos a recuperar a Van. Que yo también quiero que me rompa el ojete.
  • Un momento hermana, siento algo por detrás.
  • A ver déjame ver. Quizás te haya provocado un desgarro el bruto este.

Shoali volvió a poner el culo en pompa y Scherezade fue a verlo.

  • Pues no , no es sangre. ¡Menuda dilatación! Te lo ha dejado abierto, abierto, abierto. Es leche y no hay que desperdiciarla.

Scherezade recogió con su lengua los restos de mi corrida que empezaban a fluir hacia afuera. La operación fue respondida con suaves gemidos por su hermana. Una vez terminada la limpieza de culo fueron con sus bocas a mi pene. Ahora lo que limpiaban era mi polla y ponérmela dura de nuevo. Cuando alcanzo una buena dureza Scherezade aprovecho para cabalgarme como una amazona follándose ella misma el ojete. Como me había corrido 2 veces este polvo fue más largo. Shoali masturbaba la vagina de su hermana y la de ella misma. Estuvimos un largo rato en el cual Scherezade se vino un par de veces. Al ver que me costaba derramarme volvió a hacer su técnica de apretarme la polla con su culo hasta que por fin alcance el mío.

Estábamos ya muy satisfechos por esa noche, Yo por fin complete el circulo. Disponía de dos tetas, dos coños, dos bocas y … dos culos. Todo para mí. Ahora conociendo mi situación toda la locura que he sufrido ha merecido sobradamente la pena para alcanzar este paraíso.

(Continuará …)

Mas de Manny

La usurpadora (y 13): Unas vacaciones inolvidables

La usurpadora (12): Encerrona erótica bienvenida

La usurpadora (10): El precio de la lujuria

La usurpadora (10) Mi madre y mi tía. Mis putas

La usurpadora (9) El adiestramiento de tía Abigail

La usurpadora (8) Romance en Baviera

La usurpadora (7) Sacrificio anal

La usurpadora (6) Tía Abigaíl debe pagar

La usurpadora (5) Madrastra y esclava

La usurpadora (1) Prologo

La usurpadora (4) Las nuevas reglas de la casa

La usurpadora (3) Dominando a la puta de mi padre

La usurpadora (2) El funeral

Cuando conocí a mi ángel

Vini, vidi, vinci (y X): ¡Oh Fortuna!

Quien ama el peligro, en él perecerá.

El principe

La felicidad es breve, la pena dura largamente

Cualquiera puede errar

Nada es quien nada ama

La ceniza nos iguala a todos

Cuídate de los idus de Marzo

Ave, Caesar, Morituri te salutam

Vini, Vidi, Vinci

Editora agresiva

La segunda batalla de Mitilene

El dulce sabor de la venganza

Corrompiendo a Sophie

Compartiendo amor

Serás mía o de nadie

El reencuentro

La labor de una esclava

Marcando territorio

Sueños

¡Arde Lesbos!

Redención

La academia de Safo

Destino maldito

El corazón del demonio

Sultanas y ... putas

La huida

El alto precio de la traición

Scherezade y Shoali, amor entre hermanas

Rescatando a Shoali

Alimentando a Elisabeth

Mi primera vez con Scherezade

Ojo por Ojo, culito por culito

Conquistando el culo de Scherezade

Yo y Scherezade (2)

El demonio vive en ti

La princesa de la dulce pena

Yo y Scherezade (1)

Regreso al jardín de las delicias

La violación de Elisabeth

Bacanal en honor a la diosa

Calentón en el coche patrulla

Detectives de medianoche

Compañeros con derecho a roce

Maridos, mujeres y amantes

Ejerciendo de semental

Sacerdotisa y consejera del sexo

La odisea de Virgilio (11: Un nuevo amanecer)

La odisea de Virgilio (10: Hijos de Lot)

Como lágrimas en la lluvia

La odisea de Virgilio (9: La redención de Lilith)

La odisea de Virgilio (8: La cantata del Diablo)

La odisea de Virgilio (7: Master of Puppets)

La odisea de Virgilio (6: Gehenna)

La odisea de Virgilio (5: Metalingus)

La odisea de Virgilio (4: Un regalo)

La odisea de virgilio (3: Los 4 jinetes)

La odisea de virgilio (2: Tempestad)

La odisea de Virgilio (1: Liliana)