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La odisea de Virgilio (10: Hijos de Lot)

en Trios

La odisea de Virgilio (X: Hijos de Lot)

Si el esplendor de un millar de soles brillasen al unísono en el cielo, sería como el esplendor de la creación. Ahora me he convertido en La Muerte, Destructora de Mundos.

Robert Oppenheimer. Director del proyecto Manhattan. Poco después de detonar con éxito la primera bomba atómica. Recitando unos versos del poema hindú Bhagavad-Guitá.

Nota: Es importante leer las primeras partes para entender la historia.

Llevábamos ya medio año en la masía de Lilith. Habíamos hecho la primera cosecha de trigo y de maíz. Con ello obteníamos ya por primera vez pan propio y alimento para nuestros animales. Laura disfrutaba del cuidado de las gallinas y los cerdos. Aunque el olor que le dejaban le hiciera tener que ducharse a conciencia.

Una tarde estábamos los tres trabajando en la plantación del cereal y algo sucedió. Multitud de chemtrails surcaban en dirección suroeste, en la misma dirección que el rio del valle. Allí había una gran ciudad a más de 100 kilómetros que apenas se divisaba en el horizonte. Tantas líneas de aeronaves en paralelo me llamo la atención.

Minutos más tarde se dio la explicación de aquello. Las baterías antiaéreas de la ciudad empezaron a disparar hacia los aviones, eran bombarderos. Luego estos soltaron su mortífera carga. Luces incandescentes, fuego e incendios y humo. Aún desde nuestra posición veíamos dicha hecatombe. La guerra mundial debía haber empezado y nuestro país, si importaba ya ser de un país, estaba siendo cruelmente atacado.

Horas después solo se veía una cortina de humo donde antes había una ciudad de cientos de miles de habitantes. Fue reducida a cenizas.

Paramos nuestro trabajo durante el ataque. Laura y yo nos arrejuntamos. Lilith se interpuso entre la ciudad y nosotros, como protegiéndonos. Nos acercamos a ella y nos arrodillamos a sus pies. Nos abrazamos cada uno a una de sus piernas, temblando de miedo. Ella nos miro y nos acaricio la cabeza con ternura.

  • No temáis mis hijos. Yo me encargaré que el mal no os alcance. Hoy dejaremos de trabajar. El mundo se está llenando de dolor y sufrimiento como nunca antes lo ha conocido. Pero Asherah y Yaveh necesitan paz y amor. Y nosotros nos encargaremos de proveerles. Hoy dejamos de trabajar y volveremos a casa a cantarles.

Fuimos hasta allí y nos duchamos los tres juntos. Era maravilloso yo me dedique a enjabonar a Laura mientras esta enjabonaba a Lilith y ella a mí. Es curioso como el agua de aquella ducha parecía disolver los miedos. En nada se nos olvido los temores y las risas fueron sus sustitutas.

Tras secarnos fuimos desnudos a la habitación rojo. Yo bese apasionadamente a Laura y ella se tumbo en la cama, me acerque a ella y procedí a lamerle todo el cuerpo para estimularla. Ella recogía mis caricias con risas y jadeos.

  • Tomame Virgilio. Entra en mí.

La penetre con suavidad y me tumbe junta a ella montándola en misionero. Lilith se acerco a mi espalda y me empezó a masajearla. No tardo mucho en acercarse con su boca a mi ano. La sensación me hizo gemir y Laura me vio con una sonrisa. Después de estar un rato penetrándome el ano con su lengua siento que lo sustituye por un dedo untado con lubricante. Di un grito de placer.

  • Lilith. No hagas eso. Si no me correré demasiado rápido.
  • Relájate y disfruta.
  • ¡¡Ahhh!!

Lilith parecía querer ensancharme el ano por sus movimientos circulares. Poco después siento que retira el dedo y noto algo mucho más grueso. Siento una ligera punzada dolorosa y miro hacia atrás, me estaba penetrando con el bend over boyfriend. No tardo en metérmelo entero y la próstata empezó a transmitirme unas sensaciones gigantescas de placer. Era único estaba dando y recibiendo al mismo tiempo. Sintiendo el suave calor de la vagina de Laura en mi pene y del juguete de Lilith en mi ano. Aquello era demasiado y empecé a temblar de placer. Sabía que el orgasmo era inminente.

  • ¡No Lilith ¡ ¡ Harás que me corra ! ¡ No puedo resistir ¡
  • ¡Córrete cariño!¡ Riégame bien el útero !- me grito Laura
  • ¡Ahhhhhhhhh!

Esa solicitud de Laura quebró la última fuerza de resistencia que tenia y mi voluntad se quebró. Fui arrasado por una avalancha de sensaciones y otra vez sentí un orgasmo épico. Eyacule abundantemente dentro de Laura en menos de 5 minutos de penetración. Sabía que ella no había alcanzado el suyo y yo me sentía abochornado. Lilith me pidió que me retirase y me acosté a un lado. Ahora Lilith sustituyo mi ano por la vagina de Laura. Así estuvieron durante media hora con Lilith dándole placer a Laura. Pude contar hasta 3 orgasmos por cada una de ellas. Ellas terminaron y se recostaron con la respiración aún agitada. Laura me miro.

  • Virgilio. ¿A qué viene esa cara de tristeza?

Me acerque a ella y la abrace con posesividad

  • Perdonarme, Laura y Lilith
  • ¿De qué te tenemos que perdonar? – pregunto Lilith
  • De ser tan mal amante
  • ¿No te entendemos? ¿De qué hablas?
  • Vosotras dos me llenáis de felicidad. Y yo no estoy a la altura. Os necesito como el aire y estoy avergonzado. Os ruego que me dejéis seguir con vosotras.
  • ¿Pero por que te vamos a abandonar? No tenemos ningún motivo. Dinos de que hablas con claridad.
  • Perdóname Laura por haberme corrido antes que tú. Pero no es solo eso desde hace meses me veo incapaz de satisfaceros y sois la mayor parte de las veces vosotras las que os dais entre vosotras los orgasmos mientras yo tengo que descansar. Y si además como hacéis últimamente de darme caricias mientras penetro entonces aguanto muy poco. La sensación de penetrar y a la vez que me laman los huevos o parte del pene es excesivamente placentera. Trato de pararme pero es imposible, es demasiado para mí. La cosa aún empeora cuando me hacéis una mamada intercalada mientras penetro a la otra. ¿Recordáis la de veces que me he corrido en la boca cuando me habéis hecho eso? Es que tanto a nivel emotivo como sensorial es demasiado. Pero aún la cosa es peor. Me siento intimidado por los juguetes. Me comparo con ellos y me siento insignificante. Ellos son invencibles. ¿Sabes ese consolador que tienes con protuberancias para estimular el punto G, Lilith ? Veo que mi pene es poca cosa comparado con eso. Y la cosa empeora con los dildos. Cada vez que hacemos una doble penetración me siento incapaz cuando después de correrme vosotras seguís. O aquella vez que le hicimos una doble vaginal a Lilith. Compartir la vagina con el juguete me hizo sentir que estaba compitiendo contra una maquina con la que no tenía ninguna posibilidad y también me corrí en un pis-pas.
  • Así que se trata de eso. Ay mi niño.- dijo Lilith- No te enteras. Tú eres un hombre no una maquina y te queremos como hombre no como maquina. Eso para empezar. No te avergüences, se que haces todo lo que puedes y eso es más que suficiente. Te equivocas así en una cosa, no compitas con los juguetes. Ellos no son tus rivales, sino tus aliados. Y es más ellos son incapaces de cosas que nos das tú.
  • ¿ Cuáles ?- pregunté
  • Por ejemplo besarnos, bailar con nosotras, acariciarnos. Decirnos palabras de amor, abrazarnos…
  • Si lo entiendo Lilith. Pero eso os la podéis dar entre vosotras también, pero en la cama veo que soy poca cosa. Y mi pene es un trasto inútil.
  • ¡Basta ya de autocompasión! Es más tu polla nos da cosas en la cama que ninguna maquina nos da. Dile Laura, ¿Qué prefieres la polla de Virgilio o los juguetes del armario?
  • Sin dudar tu polla, Virgilio y con mucha diferencia
  • ¿Pero por qué? – Le pregunte a Laura
  • Porque tu cipote es sensible y forma parte de ti. Y detrás de tu gran palo sabemos que dicho palo siente placer cuando nos penetras y cuando te la mamamos. La mitad del placer es el recibir. Pero la otra mitad, tan o más valiosa, es dar. Y cuando vemos esas maravillosas caras de placer que pones nos encanta. Y tus gemidos, son música celestial. Oírte disfrutar es una de los hábitos diarios preferidos.
  • Y luego está el agua de vida.- interrumpió Lilith - Ninguna maquina nos da esperma. Solo tú nos proporcionas leche. Y la leche hay que tomarla todos los días, como recomiendan los nutricionistas- me dijo con cara de broma-. Y tenemos que cumplir el mandato divino de recibir agua de vida. Y tus nos das mucha y deberías sentirte honrado por ello. Que te corres un montón de veces. Pues mejor.
  • Gracias pero aún así me siento algo culpable. Tengo la sensación de que me hacéis disfrutar más que yo os hago a vosotras.
  • Eso no es cierto. La mayoría de los días el número orgasmos que sentimos es varias veces mayor al tuyo. Es al revés, según tu criterio deberíamos pedirte disculpas nosotras a ti. Mira vamos a hacer un trato…

Lilith nos conto un plan que íbamos a adoptar. Las semanas en las Laura tenía regla era un poco a estilo libre. Pero el resto estaban planificadas.

Los lunes me acostaba por la noche con Laura y solo con ella en mi dormitorio. Los martes era la noche lésbica pero aún así insistían en que les echase un polvo rápido a alguna de ellas para que así vaciara mis huevos y me fuera a dormir relajado, luego ellas jugarían con mi leche. Los miércoles era el turno de que me acostase con Lilith en su dormitorio. Los viernes era el día del sexo oral y por las noches nos acostábamos los 3 en la cama del dormitorio de Laura lamiéndonos nuestros sexos. A veces hacíamos curiosos triángulos equiláteros mamándonos mutuamente los sexos en un circuito cerrado. Lo hacíamos tumbados de lado y con la cabeza de cada uno en la entrepierna de otro. Otras veces formábamos cadenas de placer con alguien al principio recibiendo, uno en medio recibiendo y dando y uno al final solo dando y masturbándose. Pero lo que más nos gustaba era el ataque dos contra uno. Uno se quedaba en inferioridad y recibía las atenciones orales de los otros dos. El receptor tenía unos orgasmos prodigiosos y regaba su agua de vida a los otros dos que la compartían.

Los sábados era el día de la dulzura. Esos días lo hacíamos un poco más tradicional y yo iba primero a un dormitorio a acostarme con una de ellas y luego iba a por la otra a hacer lo mismo y dormir con ella. Por supuesto alternando semanas.

No he hablado de los jueves y los domingos. Lilith decía que eran fiestas de guardar en los que no se trabajaba. Ella nos explico el por qué de dichos días. El día sagrado de Asherah era el jueves y el de Javeh era el domingo. El día de la mujer era por tanto el jueves y el del hombre el domingo. De esta forma se dispuso que los jueves ellas mandaran y el domingo era mi día. Cuando digo mandar me refiero a eso precisamente. El del sexo contrario tenía que hacer de sirviente sexual.

De esta forma los jueves me tocaba disfrazarme de sirvienta. El vestido estaba pensado para que los genitales fueran accesibles. Aunque todos los colaborásemos en las tareas de llevar la casa mi disfraz solo era más bien para resaltar el rol que me tocaba ese día para las relaciones. Me tiraba buena parte del día ocupado en comerles el coño una y otra vez. Una tarea que yo disfrutaba con deleite. Los juguetes sexuales tenían una labor primordial. Ellas usaban los dildos a menudo para penetrarse entre ellas y a mí.

El dildo de doble pene era su favorito y yo mientras realizaba la labor de doble penetración a alguna de ellas que realizaba el papel del fiambre del bocata. Generalmente yo debajo penetrando la vagina y una de ellas encima penetrando el ano. También intentábamos dobles penetraciones vaginales y anales. Lilith las toleraba y disfrutaba sobremanera pero Laura apenas podía disfrútalas así que desistíamos al poco tiempo. Laura ya soportaba la sodomización sin problemas con ayuda de nuestro amigo el lubricante.

Con el paso del tiempo me di cuenta de que mi pene cada vez aguantaba más la actividad sexual. Era todo lo contrario de lo que debería pasar. Lilith me dijo que era resultado de follar con ella. Empecé a poder mantener la erección después de eyacular al menos en una ocasión. Aunque hubiese aumentado mi aguante el poder tener satisfechas a dos ardientes mujeres como eran Lilith y Laura era francamente difícil. Llegaba un momento en que me costaba mucho volver a erectar después de tantos orgasmos. Pero Lilith se las sabía todas y conocía mis debilidades. Así que ya entrada la tarde Laura y Lilith me estimulaban de forma adicional y la forma de hacerlo era con mi culo. Inicialmente con un masaje prostático me empezaba a estimular con un dedo. Luego si era preciso con dos.

De esta forma después de eyacular si aún no era suficiente llegaban a usar un dildo conmigo para que mi pene se volviese a poner en forma. Y si la cosa aún se resistía me introducían un consolador y lo ponían vibración intensa. Ya con eso mi pene ya se ponía duro de nuevo para realizar su labor. Con lo cual cuando me pedía que las penetrase me tenían con un vibrador metido en el ano haciéndome sentir un gran placer mientras se las proporcionaba a ellas. Tanto Laura y Lilith me repetían que si consolador preferido era el mío.

  • Laura déjame descansar un rato. Estoy hecho polvo. Si quieres te como el coño o te masturbo con un dildo pero no puedo más.
  • Calla o te pongo el consolador al máximo- me dijo amenazándome con el mando a distancia.
  • ¡ No lo hagas ¡

Esto me ocurrió el primer jueves que lo hicimos. Al poco rato ella empezó a jadear denotando su clímax. Entonces le doy un click al mando y puso al máximo al consolador de mi ano. En ese momento sentí tanto las vibraciones de su vagina en mi pene consecuentes del orgasmo de ella y el consolador como loco dándome vibraciones desatadas en mi culo. Ni que decir tiene que volví a correrme sin remedio.

  • Ahora me toca a mí, Laura. Déjamelo.
  • No seas cruel. Déjale descansar un rato.- Pidió Laura.
  • Vale. Descansa un ratito mientras Laura y yo nos damos cariñitos. Pero eso sí, el consolador sigue en tu culo.
  • Se te va a quedar el ano bien abierto. Como tú nos los dejos los nuestros a nosotras.- Comento burlonamente Laura.

Esa era la rutina típica de los jueves. En realidad yo también disfrutaba de atenderlas y satisfacerlas en la medida en la que yo podía. Afortunadamente ellas también trabajaban en darse placer entre ellas con lo cual al final del día estaban muy contentas y yo con los huevos secos y disfrutando del día también.

Los domingos eran mi día favorito, como no. Ellas se ponían las correas de colores en los cuellos para denotar la función que ellas adoptaban en ese día. A primera hora de la mañana bajábamos al cuarto de baño. Después de recibir un reparador baño que ellas de forma delicada me ofrecían, luego se dedicaban a prepararse para el día. Luego se maquillaban suavemente y más tarde se dedicaban a afeitarse sus chuminos la una a la otra delante de mí.

  • Mira lo guapitas que nos ponemos. ¿ A qué te gusta ?- Me dijo con una sonrisa Lilith y dándose una vuelta para mostrar su cuerpo
  • Me gusta, estáis preciosas.
  • Ay mi pobrecito. Mira que ya tienes fiebre. ¿Mira que caliente estas?- Dijo Laura palpándome mi miembro ya duro.
  • Vamos a aliviarte la fiebre. Ven a la ducha que tenemos un tratamiento antipirético que deja a la aspirina a la altura del betún. Ven aquí y abre un poco tus piernas. – Sonrió Lilith
  • ¿Piedra, papel o tijera Lilith?

Ambas hicieron los gestos asociados al juego infantil. Laura mostro la mano abierta, Lilith el puño cerrado.

  • Yo elijo. Me pido detrás. Quiero darle una buena sesión de lengüetazos a ese culito que me vuelve loca.- Dijo Laura

Yo me puse de pie y abrí un poco mis piernas. Ellas se arrodillaron. Lilith delante y Laura detrás. Está ultima abrió ligeramente las nalgas para acceder mejor a su objetivo. Lilith por su parte empezó a hacerme una de sus frenéticas mamadas. Mis mujeres estaban empeñadas en hacerme empezar el día con una corrida brutal. Y yo gimiendo como un animal.

  • ¡Madre de dios! ¡Vais a hacer que me corra en menos de lo que canta un gallo!
  • Pues adelante. Suelta tu primera lechada en la garganta de Lilith- Me pidió Laura.

No hizo falta esperar mucho para que eso ocurriese. En un pis-pas ya estaba viniéndome en aquella boca que era el paraíso estimulado al mismo tiempo por esa lengua que martilleaba mi entrada trasera volviéndome loco. Luego Laura se dirigió a Lilith.

  • Vamos mamaíta, déjame compartir un poco de la leche de mi hermano.
  • Toma hijita mia- dijo Lilith abriendo a tope su boca para recibir la lengua de Laura.

Se dieron un beso con lengua que hizo endurecer mi polla otra vez. Un buen espectáculo lésbico siempre te pone a punto.

  • Estas hecha una pervertida. Mira que acostarte con tus propios hijos, que digo hijos tatataranietos. Estas hecha toda una vieja verde. Liándote con jovencitos como nosotros dos de ni más ni menos que 6.000 años más jóvenes que tú.

Todos nos reímos a carcajada limpia

  • Bueno Virgilio. Hoy vas a volver a usar el jarabe de Mandrágora.
  • ¿Jarabe de Mandrágora? – Pregunto Laura
  • Si, es un jarabe mío. Le va a permitir tener la polla tiesa, bien dura y muy sensible a Virgilio todo el día. Va estar todo el santo día regándonos con su leche, perdiendo la cuenta de las veces que se va a venir en nosotras. Para que así nos disfrute al máximo a las dos.
  • Y de paso nosotras, jejejeje.

Fuimos a la cocina y viendo el mortero y restos de hojas daban a entender que lo preparo la noche anterior. Yo la bese apasionadamente para agradecer ese regalo tan maravilloso.

  • Bueno ya casi estamos. Vámonos los tres a la habitación roja.

Subimos a toda prisa las escaleras. Fue Laura la primera en llegar y abrir las puertas entre risas.

  • ¡Prime!
  • Una ultimilla cosa- dijo jadeando Lilith- Laura vamos a hacer un 69, pero para ablandarnos nuestros culitos para que Virgilio los goce toditos. – Dijo mientras recogía un bote de lubricante, bendito invento, del armario.
  • Por supuesto. Por que como ya lo sabemos. Este pervertidin nos va a querer rompérnoslos a todas horas.

Ellas se enroscaron en la posición quedando Laura debajo. Ellas accedieron con sus lenguas a sus respectivas caras B. Después de una buena sesión de lamidas usaron sus dedos para ensancharse esas 2 entradas al séptimo cielo mojándolos con lubricante.

  • Bueno Virgilio, tu espera ha terminado. Ya estamos las dos listas para que nos folles hasta que te hartes. – Dijo Lilith
  • Venga mis amores. Vamos a hacer una escalera hasta el cielo.

Ellas entendieron lo que les pedía. Ambas se pusieron en cuatro poniéndose Lilith encima de Laura. Hay tenia a mi disposición 2 deliciosos coños y 2 placenteros culos. Me decidí a disfrutar primeramente de sus chochetes un ratito. Primero ensarte de un tirón al de Laura.

  • ¡ Ay ¡ Que ganoso estas.

Unas 12 estocadas y salto al de Lilith. Repitiendo la operación.

  • ¿Qué? ¿Cómo están nuestros coñitos?- pregunto Lilith
  • Están maravillosos. Bien calentitos como a mí me gustan.

Estuve así saltando de un sexo a otro durante unos minutitos.

  • Bueno cariñitos. ¿Estáis listas para que os de por detrás?- pregunte mientras penetraba a Lilith
  • ¡¡¡¡Siiii!!!! – Contestaron las dos
  • ¿Y cómo queréis que os de?
  • ¡¡¡ Bien fuerte!!!
  • Pues abrir bien los ojetes que va un misil. Tu primera Laura
  • ¡¡¡ Todo tuyo Virgilio!!! ¡ Rómpemelo !

Apunte mi vergota al estrecho canal de Laura. Afortunadamente lo tenía flexible con lo cual puede metérsela entera en segundos. El hoyito trasero ya estaba bien acostumbrado a mis invasiones y ya no le dolía apenas. Pero a pesar de todo protesto un poco.

  • ¡ Ay ¡ Así muy bien Virgilio ¡ Ay ¡ Eso es métemela entera. ¡ Ay ¡

Hice tope con las nalgas de mis amadas.

  • Venga Virgilio. A saco. Que sé que es como te gusta.
  • Te amo Laura. Muchas gracias por tu regalo.
  • Todo tuyo corazón.

Di una buena colección de estocadas.

  • Es tu turno Lilith.
  • Vamos precioso. Ahora disfruta de mi agujerito que está bien estrechito . Como a ti te gusta.

De esta forma estuvimos en esa posición más de media hora en la cual me corrí en sus culitos un par de veces en cada uno. Luego continuamos en multitud de posiciones.

  • Qué gran cosa es tu jarabe Lilith- comento Laura- Virgilio no para de correrse y no se le baja. Tengo los intestinos encharcados. ¡Vaya manera de venirse!

Lilith paro un momento de lamerme los huevos mientras yo sodomizaba a Laura por n-ésima vez.

  • Laura si notas que se te sale, me lo dices. No hay que desperdiciar ni una gota de su sagrada leche.
  • No te preocupes amor. Que yo te aviso y luego la compartimos.

Al medio día cuando paramos a comer Laura me dijo:

  • Por favor Virgilio. Sé que estas disfrutando mucho de mi culito. Pero ya lo tengo dolorido de tanto uso.
  • ¡ Vale ¡ No es necesario que sufras.
  • No te preocupes Laura- Dijo Lilith- yo te substituyo por detrás. Puedes seguir ofreciéndole tu coñito y sobre todo tu boca.
  • ¡ Anda es verdad ! ¡ Se me había olvidado ! He estado entrenando esta semana con un dildo y Virgilio. Agárrate. Te voy a hacer la primera garganta profunda completa.

Puse los ojos como platos y mi miembro se puso más duro si cabe.

  • Anda no me mires de esa manera , tontín. Ven aquí.

Me acerque a ella y ella se arrodillo ante mí. Empezó a lamerme el glande. Se entretuvo un ratito con el frenillo haciendo que el placer empezará a acelerarse, luego bajo a mis testículos a lamerlos un ratito. Y luego ¡ zas ¡ Se la metió de golpe chocando por primera vez su nariz contra mi pelvis. Entonces note que me estaba lamiendo hasta los huevos. Grite de excitación. Cogió mis manos y las puso sobre su cabeza.

  • Venga Virgilio. Ahora a la tarde te toca follarme la garganta.
  • De acuerdo, métetela cariño.

Entonces procedí a hacer un vaivén con mi cintura mientras forzaba la mamada con mis manos. Todo eso mas su deliciosa lengua pegándome deliciosos lengüetazos hizo que no tardase mucho en venirme de nuevo. Mi leche choco contra su garganta mientras una buena parte se la tragaba para dejar espacio a nuevos trallazos que le inundaban la cavidad bucal.

Laura se retiro tosiendo ligeramente mientras aún se le escaba algunas gotas que ella presurosamente las recogía con los dedos de las manos.

  • ¡ Guau ! Estoy segura que ha sido la vez que te has corrido más fuerte con una de mis mamadas. Me he vuelto experta en sacarte la lechita. He debido hacerlo muy bien porque me has venido bien rápido.

Mi respuesta fue un beso profundo que le di compartiendo mi semen.

El resto del día los pasamos follando. Cada vez me costaba más así que había tiempos muertos en las que mientras una me recuperaba con su boca la otra se entretenía en lamerle el coño a la primera. Cada vez que hacia penetración la otra se entretenía en lamerle el pene, o los huevos o el culo. Dando estimulación extra que me provocaba terribles oleadas de placer. Hubo una vez que me hice una cubana en las tetas de Lilith y cuando en mi vaivén salía de ellas mi polla recibía lengüetazos de ambas. Todo era una combinación de placeres que me volvía loco y que nunca me hartaba. Pero llego lo inevitable y el jarabe paro de hacerme efecto y eso más el cansancio fue la señal del fin del día. Después de cenar yo me dispuse a irme a dormir a mi cuarto. Pero ellas aún no estaban del todo satisfechas así que se quedaron a darse un ratito de amor lésbico. Ese era un típico domingo.

Llevábamos en este paraíso en la tierra ya casi un año. Laura y yo estábamos recogiendo la cosecha de trigo. Esta había sido abundante. Teníamos pan para todo el año y para vender en el pueblo. Ya entrada la tarde sentí una cierta inquietud. Notaba algo extraño. Como unos movimientos entre los matorrales limítrofes a nuestros cultivos. Al poco nos sorprendió. Eran unos 4 soldados que agazapados se nos acercaron hasta llegar prácticamente junto a nosotros. Sus uniformes de campaña estaban rotos, harapientos. Ellos tenían barbas de muchos días y su estado general era de no haber comido en días. Me di cuenta que eran de nuestro ejército, del mismo que había provocado el golpe de estado. Nos apuntaron con sus armas.

  • Mira que tenemos por aquí. Si son unos jodidos civiles que tienen de todo. Mientras nosotros hemos pasado calamidades. No sé si os habéis enterado. Pero el mundo se ha ido a la mierda. Apenas ha quedado nadie con vida mientras nosotros nos hemos partido el culo por defender a este par de ingratos.- Soltó uno de aquellos desgraciados
  • Caballeros, en la masía hay comida y os podéis bañar. Siempre nos viene bien unas manos más para trabajar. Aquí en el pueblo hay tierras de sobra para más agricultores.- Dijo Laura
  • Trabajar en el campo. Estas como una puta cabra. Yo no me alisté para ponerme a currar removiendo tierra. Eso es para gallinas como vosotros. Eso es lo que sois, unos putos cobardes. Es más según la Ley de Sitio nos podemos quedar lo oportuno.
  • Nos has dicho que no ha quedado nadie con vida. Entonces no hay gobierno y por tanto no hay ley de sitio.- Protesté
  • Mira el listillo. ¿Ves esto?- me enseño su pistola- esto es la ley ahora. Es más nos vamos a llevar a tu amiguita. Hace mucho tiempo que no sentimos calor. – Dijo agarrando por los pelos a Laura mientras esta gritaba
  • ¡Suelta a mi mujer!
  • Mira el cretino este. Si se pone gallito y todo. –

Entonces apunto su pistola hacia mí. Apretó el gatillo. Una punzada de terrible dolor alcanzo mi pecho. Me lo toque y empezaba a sangrar. Había sido alcanzado en el pulmón derecho. Caí al suelo mientras me retorcía de un dolor que jamás había conocido. Empecé a tener dificultades para respirar, me sentía como si me ahogase. Laura gritaba desesperada. Entonces vi que Lilith se acercaba y mire sus ojos. Estos se habían vuelto completamente negros. No era su iris, sino todo el ojo era completamente negro, toda la cornea. Lilith hablo pero su voz era distinta. Parecía una voz salida del más profundo del averno.

  • ¡¡ Soltad a Laura!!
  • Tú no eres nadie para dar órdenes. Es más nos vamos a divertir contigo también mientras este desgraciado se desangra.

El que hablo se acerco y le agarro con fuerza del brazo. Pero un segundo después lo soltó entre gritos de dolor y terror. Su brazo empezó a incendiarse, todo su cuerpo empezaba a entrar en combustión instantánea. Los otros soldados soltaron a Laura, cayendo esta al suelo. Y agarraron los fusiles. Los ojos de Lilith ahora parecían desprender fuego en su mirada. Los soldados dispararon pero Lilith pareció arder todo su cuerpo. Aquello parecía la visión de un demonio, incluso hasta se veían alas fungiferas. Las balas se derritieron antes de poder alcanzarla. Lilith grito y una onda pareció dirigirse a aquellos malditos, entonces estos parecieron volatilizarse como si hubiesen sido alcanzados por una explosión. Lilith volvía a aparecer como siempre la habíamos conocido. Laura fue corriendo hacia mí. Ambas se arrodillaron junto a mi cuerpo.

  • ¡¡¡¡ Noooo !!! Lilith ¡¡¡¡ Nooooo ¡!!! – Gritaba Laura entre lágrimas y llantos.

Lilith poso sus manos sobre mi pecho y estas tomaron una luz rosada. Volví a sentir una tremenda punzada de dolor. Al poco vi que la bala salía de mi pecho levitando. Pero entonces mi boca se lleno de sangre, mi visión se puso borrosa. Empecé a dejar de respirar. Empecé a ver como si fuera una película a cámara rápida todos los recuerdos de mi vida. Desde que era niño hasta mis 2 últimos años con Lilith y Laura. Luego sentí que me introducía en un túnel infinito con una luz brillante al fondo que se acercaba continuamente. Estaba claro que ese era mi fin.

(Continuará … , si me escribís comentarios )

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