miprimita.com

Scherezade y Shoali, amor entre hermanas

en Amor filial

Yo y Scherezade 7: Scherezade y Shoali, amor entre hermanas

Shoali había observado todo durante las casi dos horas que estuvieron fornicando. Ella no pudo reprimirse al ver tanta pasión entre su hermana y su nuevo amo. Al final se llevo la mano a su sexo y se masturbo hasta en cuatro ocasiones. Tenía la mano encharcado con el jugo de su sexo. Y la respiración agitada de proporcionarse tanto placer.

Scherezade volvió a la tienda de campaña que compartía con su hermana Shoali. No pudo reprimir un gesto de asombro y de pudor ante lo que acaba de observar. Su cara se ruborizo al ver de vuelta a su pariente.

  • ¿Por qué pones esa cara, cariño?- dijo Scherezade.
  • Hermana he visto… Os he visto.
  • Nos has visto follar. Mirona , que estas hecha una mirona- dijo Schere con una sonrisa cómplice. Por su parte Shoali se encogió al oír a su hermana al hablar de esa forma tan obscena.
  • Si, es verdad. No debí observaros. – dijo bajando la mirada
  • ¿Eh? Cariño. Mírame
  • Si hermana
  • No te sientas avergonzada por eso. ¿Entendido?
  • Si
  • Es más, me siento alagada. ¿Qué te ha parecido lo que has visto?
  • La verdad es que he sentido muchas cosas.
  • Y me pareces que también te has puesto cachonda. Te lo noto, estas con el cuerpo agitado aún. Estoy segura de que te has masturbado viéndonos.
  • ¡No! ¡No he hecho eso!
  • Tus palabras dicen una cosa pero tu mirada dice otra, mi amor.

Shoali no continúo la discusión. Su hermana mayor la conocía muy bien. Y sabia cuando mentía. Shoali se llevo las manos a la cara y se puso a llorar.

  • Estoy avergonzada. Mi querida Scherezade.
  • ¿Por qué?
  • He sentido al veros cosas que nunca he sentido. He sentido deseo. Mi cuerpo se calentaba al ver vuestros cuerpos unirse.
  • ¿Y por eso estas avergonzada?
  • Si
  • Pues es hora de que te quites de la cabeza eso, hermana mía. Eso que has sentido es parte de los más hermoso de este mundo. Lo auténticamente vergonzoso es lo que has vivido hasta ahora.
  • Es verdad Schere. Mi amo me estuvo maltratando a diario. Mira mi espalda.

Shoali se levanta parte de su vestido y se giro. Entonces Scherezade vio las marcas de la fusta y varas en su espalda. Se cara se emblanqueció y no pudo reprimir llorar amargamente. Entonces se abrazo con fuerza su hermana. Ahora juntas pudieron de nuevo llorar. Pero ahora su dolor que parecía ser su destino estaba cambiando.

  • ¡Oh! Alabado se Ala que nos ha traído a Van a protegernos.
  • ¿Pero mi querida hermana? ¿Tan distinto es a todos los hombres?
  • Si mi hermana. Es un ángel. Me trata con cariño, con respeto. Hace cosas que no creía que ningún hombre haría. Le he visto hacer cosas que tú no creerías.
  • Hermana, seguro que exageras. Todos los hombres son unos salvajes y brutos. No ha habido ningún amo que no haya sido brutal con nosotras.
  • No, él es diferente. Verás hermana mía. Él no me quiera como esclava, no me trata como tal, nunca me ha pegado.
  • Si, es así estamos de suerte.

Scherezade se puso a reír.

  • ¡Ay! Mi Shoali. Van es alguien increíble. Hace cosas de las que cualquier hombre se avergonzaría. Pero él lo hace de manera natural. Como si de donde viniese fuese lo corriente y lo correcto. Juntos hacemos la cosas de la casa. El también limpia la casa y cocina. Además es un gran inventor. Ha inventado unas cosas muy curiosas que llama escoba, fregona y recogedor. Para hacerlo más fácil. Cocina bastante bien. Incluso está haciendo un diseño de una máquina para lavar la ropa.
  • ¿Un hombre que cocina, limpia y lava?. Me estas tomando el pelo.
  • Y además es consejero real. Es un ministro.
  • Y encima es ministro. Pero esas cosas entonces las deberías hacer tú. No un ministro.
  • Pues él se empeña en que las hagamos los dos.
  • Entonces es un loco.
  • Un bendito loco. Y además con el he conseguido cosas únicas. El me ha hecho disfrutar. Follando
  • Hermana mía no te reconozco. Tú nunca hablabas así. Nuestra educación de hijas de un sultán no es para hablar así.
  • Shoali, ya no volveremos a ser hijas de nuestro difunto padre. Ahora nuestra mejor baza para sobrevivir es nuestro nuevo dueño. Y es más. Qué cosa más maravillosa. Eso es. Follar , follar y follar. Lo estaría haciéndolo con él a todas horas.
  • Pero el te ha follado a lo bruto y te ha penetrado el ano, se ha comportado como un animal. Si que he visto que el disfrutaba y veía su cara de placer, pero lo que no entiendo es por tu sonreías al verle.
  • Porque veo en sus ojos agradecimiento, pasión y amor,... No veo desprecio, placer en verme humillada, como hacia tu antigua dueño...Veo lo único que en mi vida he podido identificar con el amor. Me siento tan feliz como sé que se lo hago a él
  • Creo que tienes razón Schere, Después de venirse os habéis besado apasionadamente, el te decía que te amaba y tu le decías lo mismo. ¿Pero lo que no entiendo es que por que te llamaba que eras su puta, y tu le decías que si?
  • Porque soy su aliada, su amante, su socia, ... y cuando practicamos sexo, su puta. Gozo siendo todo para él igual que él se ha convertido en todo para mí.
  • No lo entiendo mi hermana. Tú me contaste que el otro día el se ofreció a ti, y se dejo follar como si fuera el tu esclavo. Parece como si el amor os llevara a haceros entregaros al otro sin barreras. ¿Tan hermoso es, hermana?
  • Es hermoso,... tan hermoso como poner a mamar a tu bebé al pecho, como dar la mano a un amigo que sabes que nunca te la va a soltar, es hermoso hermana,... Ni yo misma creía poder sentir algo así por un hombre
  • Pero mi hermana salvo nuestro padre todos los hombres son unos malnacidos. Ninguno no has tratado de esa forma para que te entregues voluntariamente así como lo has hecho a él esta noche. ¿Qué es lo que lo hace tan especial?
  • Su voz, su forma de ser, incomprensible y adorable a la vez. El respeto con que me trata día a día, como si fuera algo importante, y... como me hace sentir una puta, porque le deseo ardientemente.
  • Siempre considere que las putas eran lo más bajo en la sociedad. Todas las desprecian pero a tú ser de él de esa forma tan completa para hacerte feliz. Por lo que me dices es el que ha venido a rescatarme gracias a que tú se lo pediste. Creo que empiezo a entenderte. Ningún hombre haría eso.
  • A él le importo, mis lagrimas son las suyas, mi placer es el suyo, ... Ojalá tu sintieras lo que él es capaz de transmitir, olvidando como te han tratado y como te has sentido. Te entiendo y estoy aquí para ayudarte a superarlo.
  • Oh mi hermana, gracias sea a Alá. Parece que el alabado nos hubiera enviado un ángel salvador. Si es así lo que tú dices hemos salido de las tinieblas gracias a Van. Tú eres su esclava pero por lo que me cuentas no te trata como tal sino como su amiga.
  • Y me gustaría sanar tus heridas si tú quieres, con él aprendí a gozar, y... si me lo permites desearía rescatarte de tus heridas en el alma,....
  • Oh si por favor, enséñame la alegría de vivir. He llorado amargamente en los últimos años. Pero parece que hay un resquicio de paraíso para nosotras. ¿Pero Mi amada Schere, que haremos? Ahora soy esclava también de Van. ¿No sé como encajar con vosotros?
  • Yo te quiero y Van te querrá también. Olvida lo sufrido, ambos te haremos olvidar. Sin presiones, cuando quieras,... si tienes una pesadilla, una mala visión,... Acude a nosotros. Te abrazaremos, te consolaremos y te intentaremos devolver lo que te han robado: el placer de querer y sentir.
  • ¡Ala! Cuanto te quiero Scherezade! ¡Cuanto te he echado de menos! Y ahora ha ocurrido un milagro. Somos dueños del mejor amo del mundo. Claro que me uniré a vosotros. Estoy llena de pesadillas pero con vosotros creo que se convertirán en sueños. Porque hemos sufrido tanto, Ojala Van hubiese venido antes.
  • Mi hermana, si, deja de llorar creo que me gustara estar con él. Me enseñaras a hacerlo lo que le has hecho, nunca he visto eso. ¿Te la has metido en la boca?
  • Si, y he sentido un placer infinito. Le he poseído hermana y él ha gozado
  • ¿Poseído?
  • Si, le he poseído.
  • ¿Entonces darle placer con la boca te hace sentirte dueña de él? Es tan extraño pero es tan maravilloso. Dar placer es también un acto de tomar.
  •  Es un toma y daca
  • ¿Y que sentiste cuando el te penetraba por el culo y decía que eras suya? Parecía que el estaba gozando más que nunca.
  • Me siento muy feliz de dar placer a alguien que quiero y me lo da a mí
  • Entonces es ambas cosas al mismo tiempo dar placer es poseer y entregarse. ¿No es así?
  •  Siento mi cuerpo maravilloso porque él otro lo ve así, y me siento yo toda maravillosa.
  •  Parece que es lo más maravilloso de este mundo cuando dos personas se quieren, y vosotros os queréis.
  • Querer es fácil, si alguien te trata bien y se da, ...lo que pasa es que nos hemos acostumbrado a odiar, a utilizar, a poner murallas,... Yo lo hice, pero él derrumbo todas mis defensas .
  • Oh Mi hermana, creo que el mundo sería el cielo si todos los hombres fuesen como Van. Creo que voy a ser dichosa siendo esclava de él.
  • Solo te puedo decir una cosa. Querida Shoali, soy feliz y deseo que tú lo seas.
  • Déjame abrazarte mi hermana. Siempre soñé con un hombre así, y creí que algún pretendiente me llegaría cuando fuimos princesas, pero parece que ser de Van es el mejor destino de este mundo. Dime Scherezade, ¿Podría ser yo también puta de Van, Te enfadarías?
  • No me enfadaría porque deseo lo mejor para ti, y lo mejor que puedo darte es mi amor Van.
  • ¡¡Oh mi amor!! Al final nuestras penas parecen disiparse. ¡Besémonos!
  •  Déjame que te acaricie y calme tus heridas querida hermana.

Juntas empezaron a besarse, lentamente Scherezade desnudo a su hermana quedando así como su madre las trajo al mundo. Sus miradas se cruzaron. Los pechos de Shoali quedaron al descubierto provocando el interés de su hermana mayor. Puso sus manos sobre aquellos dos pechos y los acarició. Shoali gemía, cerro sus ojos y mordió su labio inferior, y cuando sintió que Scherezade llevaba una mano a uno de sus muslos, abrió de nuevo ojos.

Ambas tenían los mismos ojos de color negro carbón, ardientes. Viéndolas se percibía que eran hermanas, del mismo linaje. Con un aspecto muy parecido. Las miradas se tornaron en deseo. Scherezade sonrió levemente llevando sus manos a los muslos de su amada hermana.

El modo de respirar de Shoali se altero, dando fuertes inspiraciones. Creyó perder la razón cuando su hermana hizo tacto en sexo. Poco a poco su pudor empezaba a difuminarse. El amor que se profesaban desde pequeñas ahora iba a tomar un matiz pecaminoso, pero ya eso dejo de importarles. Ahora su deseo es que le enseñara por primera vez el placer, ese placer que compartía con su dueño Van. Ahora eran hermanas y a la vez amantes. De esta forma Shoali abrió ligeramente sus piernas permitiendo a su pariente acceder más fácilmente a lo que deseaba. Al fin, la mano de Scherezade llegó al coñito de la madre de su amiga.

Cuando los dedos alcanzaron el sexo de su hermano noto que estaba lleno de fluidos.

- Ummmm, Shoali...estas muy mojada ¿Quieres que te haga el amor?

- O sí Scherezade. He visto por primera vez el amor contigo y Van. Muéstramelo. Házmelo.

-Yo te lo mostraré. ¿Ahora ya que importa lo que digan los demás?. Nosotras dos y Van sobreviviremos en este mundo cruel. Buscaremos nuestro trocito de felicidad.

Sus dedos recorrieron toda la amplitud del coño desde la entrada hasta llegar al clítoris.

. Luego, con las yemas de dos dedos acarició aquella perla, arrancando gemidos de placer a Shoali.

- ¡Ah!, Scherezade...no sé lo que siento … pero es maravilloso.

- Mi amor, es placer. Lo descubrí con Van. Bienvenida al mundo del gozo. ¿A que no imaginabas que tu cuerpo te proporcionaría estas sensaciones?

Sus bocas se buscaron la una a la otra. Donde antes sus mentes y corazones estaban llenas de tristeza, ahora eran dominadas por la lujuria, y deseaban ambas de ser prisioneras del pecado. Las lenguas se rodaban entre sí. Los dedos de Scherezade se comenzaron a mover con más intensidad, multiplicando las extrañas sensaciones que empezaba a conocer por primera vez Shoali.

Ahora con una mano introdujo uno de los dedos en el coñito realizando una penetración. Mientras la otra mano seguía frotando intensamente el clítoris. Shoali parecía entrar en una locura. Su cuerpo empezaba a temblar. Un chispazo eléctrico empezaba a recorrer su cuerpo.

  • ¡No sé qué me pasa! Mi cuerpo no me responde.. siiiiiiiiiiii

El orgasmo la atravesó de parte en parte, concentrándose en su clítoris que Scherezade tenía atrapado entre sus dedos. Sus piernas le temblaron, todo el cuerpo de ella empezaba a sufrir espasmos. Su hermana la miró cariñosamente viendo el resultado de sus caricias en querida Shoali. Vio todo aquello y le resulto hermoso. Acaba de comprender que ver a su hermana correrse era una obra de arte.

Shoali abrió lentamente los ojos. Su cuerpo se conmovía aún. Percibía que sus piernas estaban mojadas. Al mirar a los ojos de Scherezade vio que brillaban.

- Scherezade, no sé lo que me has hecho. Pero ha sido maravilloso.

- Eso mi querida hermana, eso es un orgasmo.

- Alabado se Alá. Jamás creí que esto existiera.

- Pues querida. Van me lo enseño. Y es una maravilla que Ala nos haya dado también unos cuerpos sensibles al placer. Según él me cuenta es algo muy parecido a los que ellos sienten cuando se vienen dentro de nosotras. Él es muy atento conmigo y le gusta hacerme correrme. Aunque hoy he querido ser yo la que le diese el placer.

- Cuando te penetro por el ano tú te hacías esto que me has hecho.

- Me he masturbado. Él me enseño a hacerlo. De esta forma sientes aún más placer mientras él disfruta de tu culito. Es una maravilla mi hermana. Sentir sus jadeos locos de placer mientras te da por el ojete y a la vez dándote a ti misma gustillo. Te sientes que el ser mujer es lo más maravilloso del mundo. Eres una persona que da placer tanto a él como a ti misma. Quiero que aprendas a darte placer a ti misma.

- Desde luego, esto no me lo pierdo.

- Pero también por él. Si vamos a hacer sus esclavas no nos podrá satisfacer a las dos. Él tiene mucha energía pero hay días en que le dejo muy cansado.

- Pues me gustaría que lo hiciésemos los tres juntos.

- ¡Vaya con mi hermana! Que rápido te animas.

- Quiero ver tu cara de placer mientras te hace el amor.

- ¡Ja! ¡ja! Pobre Van, lo que le espera.

Ambas se rieron a carcajada limpia.

  • Querida Hermana. Si de verdad Van va a tener problemas para atendernos a las dos. Tengo una idea
  • ¿Cuéntame Shoali?
  • Que nos amemos a tres bandas. O sea que también nos hagamos el amor entre nosotras a la vez que con él.
  • ¡Mi madre! Siempre fuiste muy imaginativa, hermana mía.
  • Enséñame.
  • Pues te voy a enseñar a comerme el coño. ¿Te parece bien?
  • ¿Comer el coño?
  • Es una cosa que me hace Van. ¡Y es una pasada!
  • ¿Sí?
  • Es hacerme lo que te he hecho pero con la lengua.
  • ¡Con la lengua?

Scherezade asintió y se tumbo en el suelo. Se abrió las piernas y mostro su vagina abriéndola con las manos.

  • Mira hermana, esto es mi clítoris. Aquí me puedes lamer para darme mucho gustillo.

Shoali entendió la invitación a hundir la cara entre las piernas. La invitación fue aceptada de buena gana. Pudo ver con mucha claridad el lampiño sexo de su hermana. Y era una preciosidad. Esos labios. Ese clítoris, esa abertura. Con él había proporcionada mucho placer a su nuevo amo. Ahora se dedicaría darle placer a ella.

Aquella vagina rebosaba de líquidos y el deseo de devolver el descubrimiento del placer era arrebatador. Shoali se tumbó a los pies de Scherezade introduciendo su cabeza entre las piernas de Scherezade.

Primero le dio como un beso, inocente de lo que debía hacer. Miró a Scherezade, que tenía sus ojos clavados en ella. Sin dejar de mirarse sacó su lengua y recorrió toda la rajita. Percibió por primera vez el sabor del sexo femenino, una curiosa mezcla de dulce y salado, le encantó. Empezó a lamerlo, luego comenzó una penetración con la lengua. Shoali volvía a mirar a su hermana y vio que esta estaba notando por primera vez el placer que le proporcionaba.

Atrapó con sus labios el clítoris de su amante. Todo su cuerpo se contorsionó de placer y un gemido salió de su boca.

-¡Ah!, Shoali..- gimió Scherezade, llevando sus manos a la cabeza de ésta y haciendo que su cara estuviese más cerca. - que placer...qué cosa más maravillosa. Va a ser una gloria bendita que me ames a la vez que Van.

Con sus dedos abrió los labios del coñito de Scherezade. Era un preciosidad, se dijo a si misma en sus pensamientos. Volvió a dedicarle atención con su lengua al lamiéndolo de lado a lado. Mientras lo hacia se relamía en la húmeda raja aquel sexo.

Entonces se fijo en el ano. Y vio que de él salía levemente un chorro de un liquido de color blanquecino.

- ¿Esto qué es hermana?

- Es leche de Van. Se ha corrido 3 veces en mi culo. Me ha llenado de cremita por dentro.

- Parece que le gusta darte por ahí.

- Le encanta. Y a mí me encanta sentirle como disfruta. Y yo también le estoy cogiéndole el gustillo. Me he corrido esta noche dándome por detrás. Y ha sido genial

- Voy a probarla.

Entonces con lametones empezó a recoger el esperma de Van que había depositado en el recto de Scherezade. Se relamió y percibió el sabor. Y le gustó. Mientras Scherezade jadeaba suavemente ante los roces en su entrada trasera.

Entonces con su lengua intentó penetrar. Pero el ano se había cerrado y apenas podía.

- Shoali...Es fantástico..tu lengua..en mi culito..ummmmm

- ¿Te gusta?

- Oh...sí, sí..sigue por favor..que te laman el culo es una maravilla.

Shoali abrió las nalgas con sus manos y volvió a lamerla. Hacía movimientos rápidos con la punta de la lengua en el hoyito. Tenía la cara metida dentro de tal forma que Scherezade percibía el alito de su hermana.

  • Van también me lame el culo, pero lo estás haciendo muy bien. Me estás haciendo rozar el cielo. Querida hermana.

Shoali se detuvo para ver cómo estaba reaccionado Schere. Tenía los ojos apretados con la boca abierta tomando fuertes bocanadas de aire y soltando potentes gemidos.

  • Schere, quiero … eso como la llamas… si .. follarte el culito. ¿Me dejas?
  • Si, hazlo.

Entonces, Shoali acercó su dedo índice y empezó a rozar el ano de la que era sangre de su sangre. Apretó con suavidad y consiguió su objetivo. Estaba penetrando a su hermana con un dedo. Scherezade dio un grito de placer, este era intenso. El dedo se removía a destajo en el interior. Shoali percibió que en el interior estaba mojado. Lo saco levemente y noto que estaba espeso del semen de Van. Se lo llevo a la boca y volvió a probarlo. Había descubierto un autentico elixir.

- Desde luego que te ha llenado de esperma, tienes el culo llenito, cariño.

- No pares sigue.

- Pues si que es verdad que te gusta que te den por el culo, hermana mia.

- Esto es diferente, mas suave. Con Van lo haga para que tenga la polla bien apretada, y a la vez sentir que me parten en dos. Pero esto es una delicia… No pares… si…

Volvió a penetrar pero ahora lo hizo con el anular también. Los dos dedos entraron, sin apenas dificultad, el culo de Scherezade estaba ya bien dilatado.

Shoali movía su mano haciendo rotaciones dentro del culo, esta se removía del gozo. Shoali volvía acerca su boca al coño de Schere para volver a lamerlo.

Toda esa combinación ya fue demasiada. El culmen de la excitación paso la barrera de no retorno y las sensaciones estallaron. Scherezade grito ante el potente orgasmo que percibía. Shoali ahora bebía el que iba a ser el otro líquido preferido, el fluido vaginal de su hermana.

El éxtasis llego a su fin, Shoali se tumbó al lado de Scherezade. Se besaron y se acariciaron con dulzura y parsimonia. Unas pequeñas lagrimas de alegría aparecieron en sus rostros. Ahora estaban unidas de nuevo y lo iban estar más que nunca. Juntas y con Van.

Se hizo el amanecer de nuevo. Scherezade y Shoali se levantaron con grandes ojeras.

  • Vamos chicas. Se nos han pegado las sabanas y se ha hecho tarde. Fijaros a qué altura esta el sol. No podremos hacer muchos kilómetros este día. – dijo Van.

Durante los siguientes días los 3 viajeros siguieron atravesando los terrenos semidesérticos para volver a Samarcanda. Shoali empezaba a ser feliz con su nueva situación. Van Heisenberg era muy atento con ella y los tres no paraban de hablar amigablemente en la travesía. Al llegar las noches abrían las tiendas de campaña. Scherezade se había vuelto muy activa sexualmente y se acostaba por las noches con su amo y con su hermana consecutivamente. Esta última ya empezaba a sentirse atraída también por el amo de ella y de su hermana. Y ya se deleitaba con la posibilidad de acostarse también con él. Las descripciones que le hacia su hermana de cómo lo hacía con su dueño animaban sus fantasías y a en ocasiones intentaba espiar a su hermana realizando el acto con el holandés.

A los tres días estaban ya a poco más de dos jornadas más para llegar a su destino. Las terribles calores del desierto de apaciguaron un poco haciendo más soportable el viaje para Van. El hecho de que el invierno se estuviera acercando era aun mejor.

En aquel momento circulaban en un desfiladero que atravesaba una pequeña cordillera de montañas. De pronto se vieron rodeados por cuatro individuos montados a caballo. Dos por delante y otros dos por detrás. Iban vestidos al estilo parecido a los tuareg. Completamente enmascarados.

  • Schere, esto huele mal. Creo que estamos en problemas.
  • ¡Van, son bandidos!

En ese momento . Los de atrás se aproximaron velozmente en dirección a los camellos de Shoali y Scherezade. Gritaban ferozmente empuñando cimitarras. El corazón de Van se desato y sintió un nudo en la garganta. Entonces recordó que el también estaba armado. Saco la pistola que hizo el herrero de Samarcanda con sus diseños y apretó el gatillo. Afortunadamente funciono y alcanzó a uno de los malhechores cayendo desplomado en el suelo.

  • ¡Van! ¡A tu espalda!

Van se giro bruscamente y tenía a los de delante a pocos metros ya. Veía sus ojos de ira deseosos de dar muerte. Volvió a apretar. Uno más cayó al suelo. El otro huyo dando la vuelta. Pero entonces oyó un fuerte ruido a su espalda. Scherezade gritaba. Volvió a girarse.

Scherezade había caído al suelo doliéndose y uno de los ladrones la había cogido del cuello y le amenazaba con un cuchillo. Abrió la boca y con un dialecto difícil de entender dijo:

  • ¡Suelta eso o me la cargo!

Una subida de terror golpeo a Van. Scherezade estaba a punto de morir. Y empezó a hacer el ademan de soltar su arma. Pero entonces. Shoali se acerco por detrás del malnacido y le golpeo con uno de los palos usados para las tiendas. El individuo se dolió y Schere aprovecho para zafarse. Entonces Van volvió a disparar . Una nueva detonación y la bala le alcanzo el abdomen. La sangre empezaba a brotar y se miro a su tripa. Se llevo las manos a la barriga y luego las miro fijamente. Estaba totalmente roja. Entonces miro a Van, con una mirada de saber que era sus últimos instantes. Una mirada de incomprensión, de no entender nada. De desesperación. Esa mirada marco a Van. Lo que él nunca quiso hacer ahora lo había hecho. Había matado a otro ser humano. Una oleada de culpa y arrepentimiento atravesó al doctor. Cayó de rodillas y se llevo las manos a la cara y empezó a llorar.

Las hermanas fueron hacia él y juntos se arrodillaron. A consolarse mutuamente , llenos de lagrimas y una cierta alegría por haber sobrevivido al ataque. Una sensación contradictoria.

(Continuará …)

Mas de Manny

La usurpadora (y 13): Unas vacaciones inolvidables

La usurpadora (12): Encerrona erótica bienvenida

La usurpadora (10): El precio de la lujuria

La usurpadora (10) Mi madre y mi tía. Mis putas

La usurpadora (9) El adiestramiento de tía Abigail

La usurpadora (8) Romance en Baviera

La usurpadora (7) Sacrificio anal

La usurpadora (6) Tía Abigaíl debe pagar

La usurpadora (5) Madrastra y esclava

La usurpadora (1) Prologo

La usurpadora (4) Las nuevas reglas de la casa

La usurpadora (3) Dominando a la puta de mi padre

La usurpadora (2) El funeral

Cuando conocí a mi ángel

Vini, vidi, vinci (y X): ¡Oh Fortuna!

Quien ama el peligro, en él perecerá.

El principe

La felicidad es breve, la pena dura largamente

Cualquiera puede errar

Nada es quien nada ama

La ceniza nos iguala a todos

Cuídate de los idus de Marzo

Ave, Caesar, Morituri te salutam

Vini, Vidi, Vinci

Editora agresiva

La segunda batalla de Mitilene

El dulce sabor de la venganza

Corrompiendo a Sophie

Compartiendo amor

Serás mía o de nadie

El reencuentro

La labor de una esclava

Marcando territorio

Sueños

¡Arde Lesbos!

Redención

La academia de Safo

Destino maldito

El corazón del demonio

Sultanas y ... putas

Harem de hermanas

La huida

El alto precio de la traición

Rescatando a Shoali

Alimentando a Elisabeth

Mi primera vez con Scherezade

Ojo por Ojo, culito por culito

Conquistando el culo de Scherezade

Yo y Scherezade (2)

El demonio vive en ti

La princesa de la dulce pena

Yo y Scherezade (1)

Regreso al jardín de las delicias

La violación de Elisabeth

Bacanal en honor a la diosa

Calentón en el coche patrulla

Detectives de medianoche

Compañeros con derecho a roce

Maridos, mujeres y amantes

Ejerciendo de semental

Sacerdotisa y consejera del sexo

La odisea de Virgilio (11: Un nuevo amanecer)

La odisea de Virgilio (10: Hijos de Lot)

Como lágrimas en la lluvia

La odisea de Virgilio (9: La redención de Lilith)

La odisea de Virgilio (8: La cantata del Diablo)

La odisea de Virgilio (7: Master of Puppets)

La odisea de Virgilio (6: Gehenna)

La odisea de Virgilio (5: Metalingus)

La odisea de Virgilio (4: Un regalo)

La odisea de virgilio (3: Los 4 jinetes)

La odisea de virgilio (2: Tempestad)

La odisea de Virgilio (1: Liliana)