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La odisea de Virgilio (7: Master of Puppets)

en Dominación

La odisea de Virgilio (VII: Master of puppets)

…

Pain monopoly, ritual misery
Chop your breakfast on a mirror

Taste me you will see
More is all you need
Dedicated to
How I'm fucking you

Come crawling faster
Obey your Master
Your life burns faster
Obey your Master
Master

…

Master, Master, where's the dreams that I've been after?
Master, Master, you promised only lies
Laughter, Laughter, all I hear or see is laughter
Laughter, Laughter, laughing at my cries

…

Monopolio de dolor, miseria ritual

Lanzo tu desayuno a un espejo

Pruébame y veras

Tú lo que necesitas es

Que me dedique

A follarte

Ven aquí más rápido arrastrándote

Obedece a tu amo

Tu vida se quema más rápido

Obedece a tu amo

Amo

…

Amo, Amo, ¿Donde están los sueños de los que me hablaste?

Amo, Amo, solo me has prometido mentiras

Risas, risas, de ti solo oigo y veo risas

Risas, risas, riéndote de mis llantos.

…

Master of Puppets. Metallica

Nota: Es útil leer las primeras partes para entender la historia.

Nos pasamos la noche abrazados. El miedo era la nota dominante. De vez en cuando llegaban ruidos de explosiones lejanas. Juntos y acurrucados, yo temblando de miedo, ella parecía serena y feliz viéndome en su regazo. Con ella la confianza se recuperaba porque su mirada no tenía ni el más atisbo de temor. Yo, aunque mayor en estatura y corpulencia que ella me sentía un liliputiense por las terribles circunstancias que ahora dominaban nuestro mundo y ella desplegaba una paz que me aturdía. El sueño nos tomo y nos dormimos.

La luz sobresalía en los recodos de las persianas haciéndome despertar. Aún estaba abrazado a ella y percibía el calor de su cuerpo. Las sabanas nos protegían simbólicamente del exterior. Ya no había ningún motivo para abandonar esas paredes. Mi trabajo en la universidad ya carecía de importancia. Ahora preferiría estar junto a ella hasta el fin de los días. ¿Cuánto seguiríamos en este mundo que había enloquecido? Nadie lo sabía, pero había que disfrutar hasta el último segundo de la compañía de Liliana. No había ni un cuanto de tiempo que debería desperdiciarse.

Ella abre los ojos y me ve. Sonríe y se acerca quedamente a besarme con ternura.

  • Buenos días mi cielo
  • Buenos días Liliana
  • No sabes lo maravilloso que hoy estés aquí. Virgilio, tú ahora eres mi vida.
  • Tú Liliana, eres más importante que el aire que respiro.

Me acerque con cierto temor a la ventana con la persiana casi bajada. Mire con mucha prudencia entre los huecos de la persiana. Intentaba asegurarme que las últimas 24 horas no habían sido una pesadilla. Pero así era, estábamos en una pesadilla de la que no me conseguía despertar. Vi a unos jeeps del ejercito patrullar las calles colindantes armados con ametralladoras y unos helicópteros militares volando en el cielo. El golpe de estado era real. Por mucho que el coronel en la televisión amenazase a los que no se presentasen a trabajar, yo no pensaba salir a la calle. Mire por la calle Sol. Todas las persianas de los edificios estaban bajadas. Los vecinos al igual que nosotros deberían estar sumidos en el mayor de los miedos. La basura no se había recogido, estaba claro que el servicio de limpieza no estaba funcionando. Todos los comercios en la calle estaban cerrados, menos uno. Vi que el supermercado estaba levantando las persianas. Un momento de lucidez me vino a la mente. Tenía que arriesgarme y comprar suministros. No podríamos mantenernos encerrados indefinidamente sin comida.

  • Liliana voy a bajar al super. Debemos comprar cosas y llenar la nevera.
  • De acuerdo Virgilio, pero ten cuidado.

Mire mi cartera, tenía bastante metálico y suponía que las tarjetas de crédito seguirían funcionando. Baje a la calle y mire hacia ambos lados para ver si no había moros en la costa. Corrí a la acera de enfrente y me introduje con el carro de la compra. Compre una enorme cantidad de fruta, verduras, pan, mantequilla, algo de carne y multitud de comida en conserva. También me hice de una buena provisión de pilas, velas. Vi que había una oferta de un kit de bricolaje, me pareció que me podría ser útil, y así fue. Pague al cajero mientras este me miraba con la inquietud lógica dada las circunstancias. EL carro lo había llenado hasta los topes. Volví corriendo y pase como un rayo al bloque de Liliana. Durante mi corto trayecto observe que en el horizonte había humo. Parte de la ciudad había sufrido incendios. Note que tuve contraído mi ano debido al miedo. Liliana me abrió la puerta y volví a ese refugio que era su apartamento.

Juntos preparamos un desayuno y las miradas de amor mutuo me tranquilizaron. Por un extraño instinto mi intuición me decía que con ella no había nada que temer. Terminamos y recogimos la mesa y limpiamos los platos juntos.

  • Virgilio. ¿Disfrutaste de lo que hicimos ayer tarde?
  • Bueno pues fue divertido, original y muy placentero.
  • ¿Te gusto mi juguetito?
  • No estuvo mal
  • ¿Qué quieres decir con que no estuvo mal?
  • Pues eso mismo. Hacer el papel de sumiso también tiene su encanto. Pero si me permites ser sincero me gusta dar más que recibir en el culo.
  • Ya me lo imagino yo. Pero quería que tuvieras una experiencia de empatía. Y que disfrutaras como yo lo hago contigo.
  • Y no estuvo mal.
  • Voy comprendiendo. Pues voy a darte lo que tú pareces querer. Hoy vamos a intercambiar los roles de ayer. Y si ayer lo pasaste bien hoy voy a hacer que llegues a unas cotas de placer que ni te imaginas.
  • Uy. Eso tiene una pinta la mar de interesante lo que me comentas. – Le dije con una sonrisa de oreja a oreja.
  • Jejeje. Juguetón que eres un juguetón. Pero primero debes darme un tiempo para hacer los preparativos. Acompáñame al baño.

Fuimos hacia allí y se desnudo. Ella saco de uno de los cajones del mueble del baño una jeringuilla de las que se usan para hacer lavativas. La lleno de agua templada y me pidió que le llenara el culo con ella. Apunte a su ano y empecé a presionar con suavidad. Cuando descargue todo el líquido ella se sentó en el servicio y soltó lentamente la lavativa. Luego fue a por lubricante a su dormitorio y se dispuso a dilatarse ella misma el ano haciendo uso de primeros dos dedos y luego de tres.

  • Conociéndote se que me vas a dejar el culo como la bandera del Japón.

Sonreí a la vez que empecé a sentir una excitación que hizo efecto en mi miembro.

  • Ven a la cocina tengo una cosa que te va a encantar.

Fuimos allí y saco un frasco de la nevera. Era de un liquido de un color verdoso parecía que había unos restos de hojas trituradas en su interior. Ella lo sirvió en un vaso.

  • Esto es una receta de mi invención. ¿Has oído hablar del Viagra? Pues esto le da mil vueltas. Es una mezcla de mandrágora y de otras hierbas exóticas. Su uso debe ser muy cuidadoso y no se puede abusar ya que puede ser peligroso para la salud, así que ni se te ocurra tomarlo sin mi prescripción. ¿De acuerdo?
  • Ok Liliana. ¿Pero para qué sirve?
  • Pues esto te va a permitir aumentar tu placer hasta una cota que ningún hombre ha sentido. Tiene multitud de efectos secundarios desagradables si se toma en exceso como te he dicho, pero en las dosis adecuadas es el elixir del placer en grado sumo. Entre sus efectos está aumentar la sensibilidad del pene, aumenta el riego sanguíneo en él. Se te va a poner más dura que nunca. Eso es parecido al Viagra pero hay más. Aumenta considerablemente la producción de fluido seminal y lo mejor de todo. Recorta al mínimo el tiempo de resolución. Ese en el cual os tenéis que recuperar por que la serotonina después del orgasmo hace que perdáis la erección, es el mejor afrodisiaco para un varón. Su efecto dura varias horas seguidas y con ello un hombre puede sentir una enorme serie de orgasmos de gran intensidad gracias a estas propiedades. Con esto un hombre siente una cosa muy parecida al multiorgasmo.
  • ¡ Joder ! Me da hasta miedo tomarlo no me vaya a dejar seco.
  • Exacto, esa es la razón principal por la que no se puede tomar más de una vez por semana. La deshidratación es una mala cosa. Venga tómalo.

Me arrimo el vaso y bebí directamente de sus manos. El sabor era temiblemente amargo y no pude evitar poner mala cara y dar una pequeña arcada.

  • ¡Maldita sea, que mal sabe!
  • Al final del día vas a decir que es la bebida más sabrosa que has probado. De todas formas su sabor no tiene remedio, no se puede rebajar con azúcar o agua ya que pierde las propiedades. Has hecho muy bien en tomar un buen desayuno. Vas a gastar más energía que nunca. Creo que hoy hasta adelgazas.
  • La dieta de la follada. A esa se apunta todo el mundo
  • Jajajaja. Venga termina el vaso

Aguantando las nauseas vacié el contenido.

  • Venga ahora vamos a que elijas los juguetes. Al dormitorio.

Fuimos allí y vi que en la mesita estaba colocando un conjunto bastante numeroso de juguetes. Dildos, consoladores, bolas chinas, esposas recubiertas de plumas para evitar las molestias... Allí también estaba el cinto, la fusta y las hojas urticantes de ayer. Evidentemente me tomaría la revancha. Mientras observaba todo aquello Liliana abrió el armario y saco una correa de color azul. Tenía una argolla y se la puso en el cuello. Cogió también una cadena metálica con una agarradera que se parecía a la correa de un perro, la engancho en la argolla. Estaba definitivamente disfrazándose para el papel que había escogido hoy.

  • ¿ Y bien que escoges ?
  • Hoy la única polla que quiero que haya será la mía.
  • O sea nada de dildos ni de consoladores, eliminando a la competencia. – Los recogió y los metió en el cajón. – Estas hecho un macho alfa, así me gusta. Bien Virgilio, quiero que disfrutes de mí al máximo. No te retengas el placer, cuando te acerques al orgasmo déjate llevar por él y eyacula. Compórtate como un adolescente cuando lo hace por primera vez. Hoy la responsable del gozo soy yo. No te preocupes ni una pizca por el mío. Usa mi cuerpo como si quisieras masturbarte con él. Hoy el objetivo es que te corras una y otra vez. Que Asherat y Yaveh ,al igual que yo, disfrutemos del canto de tus gemidos.

Entonces Liliana se arrodillo ante mí ofreciéndome la correa con sus manos abiertas. Aquella escena era algo antinatural. Una persona de carácter tan fuerte como Liliana ahora se me ofrecía a mí de esa manera. Era un poco como el mundo al revés. El débil gobernando al fuerte, el fuerte sometiéndose voluntariamente al débil. Liliana parecía percatarse de mis pensamientos ya que no recogía la cadena. Entonces con la cabeza agachada me dijo:

  • Hace mucho tiempo te conocí y cuando lo hice prometí que sería tu compañera, tu amante, tu protectora. Aliviaría tus penas y haría lo imposible por hacerte feliz. Hoy además seré tu sumisa, obediente y complaciente esclava. Mi cuerpo esta a tu servicio para que te lo folles hasta saciarte. Soy tu sierva y tu puta. Te ruego que me aceptes.

La oferta era demasiado tentadora para rechazarla y cogí la correa. Mi mente empezó a maquinar como hacer uso adecuado del día. No tenía que tener prisa, podía disfrutarlo lentamente deleitándome con cada instante. Me dirigí a la salita y ella me acompaña a gatas, como si fuera una perrita. Cogí un Cd de bailes agarrados. Ordene a Liliana que se levantase y que bailase conmigo. Ella estaba desnuda y yo aún vestido. Ella se quito momentáneamente la correa metálica ya que iba a molestar. Bailamos durante 10 minutos en los que ella se agarro en mis hombros y yo me sujete con fuerza a su trasero. Ese culo era mío. No hubo ningún acto de rechazo por su parte de una forma tan descarada de abusar de sus nalgas. Luego apague el reproductor. Fui a una habitación que hacía de trastero y cogí un pequeño colchón fino. Aparte las mesas de la salita y lo coloque en el suelo. Empuje sus hombros haciendo entender que se tumbara.

Ella abrió las piernas entendiendo que quería penetrarla pero eso no era mi intención por el momento. Me tumbe sobre ella y dirigí mi boca a sus pechos. Me los mete en la boca con lujuria, me intente meterlo todo lo que podía, los llene de saliva. Luego la lujuria fue en aumento y empecé a morderlos con suavidad. Pero a pesar de todo le deje marcas. Luego la cogí y me senté en el sillón y ella delante de mí. Agarre sus tetas con furia, le hacía daño de tanto presión. Ese cuerpo iba a ser mío y estaba disfrutando de mis partes preferidas con deleite. Luego yo me levante y le ordene que se siente y que se masturbara delante de mí.

Ella lo hizo con lentitud y solo masturbándose el clítoris permitiéndome ver su coño. Se esmero en darme un buen espectáculo y ella se proporciono su propio orgasmo.

  • Muy bien esclava. Ahora escúchame detenidamente. A partir de ahora no te puedes masturbar. Tu culo, tu boca y tu coño ahora están a mi servicio. Puedes correrte si quieres pero solo con mi polla.
  • Si mi amo. Soy esclava de tu polla.
  • Desnúdame la parte abajo.

Ella me quito el cinto y me bajo los pantalones. Luego me empezó a lamer el pene por fuera del slip. Mi polla ya estaba dura como piedra y sobresalía del slip. Ella bajo el slip y cogió mi pene.

  • No uses la mano, usa la boca. Pon tus manos a tu espalda.

Se introducio el pene y empezó a lamerlo. Mi hizo una de sus maravillosas mamadas. Lamiendo el glande, el frenillo, luego el tronco, más tarde los testículos. El placer era delicioso pero me apetecía algo más intenso. Cogí su cabeza cuando volvió a meterse el pene en la boca entonces hice un movimiento conjunto empujando su cabeza hacia adentro a la vez que mi pelvis hacia un movimiento de vaivén. Le estaba follando la boca. Primero la obligue a introducirse la mitad, pero poco después lo hice a tope y mi polla atravesó su campanilla y choco contra el fondo de su garganta. Ahora me follaba su garganta. La polla la albergaba en su totalidad. Era una garganta profunda pero yo gobernaba la penetración y trataba su tracto digestivo como si fuese un coño. Ella sentía ligeras arcadas y empezó a salivar en grandes cantidades mientras con una mano en su nuca forzaba la mamada. Unas lagrimas involuntarias salieron de sus ojos ante la invasión de su garganta, el rímel se le corrió y unas manchas de color negro aparecieron en su rostro. Me retuve un momento y le saque mi polla, ella inspiro desaforadamente y la saliva formo un arco desde los labios a mi polla. La había mojado en grandes cantidades, la arcada le había provocado una intensa salivación.

  • Si mi garganta es tuya- me dijo cuando recupero la respiración. Estaba claro que mi penetración había sido tan profunda que había bloqueado las vías respiratorias. Pero fue ella la que se metió de nuevo la polla hasta el fondo.

Seguí los movimientos de mete y saca. El morbo de la situación era total y la mamada era placentera a tope. Me acercaba al orgasmo y recordé lo que me dijo que me corriese sin dudar. Entonces el clímax empezaba a ser inminente entonces volví a apretar a tope tanto que me encorve. Su nariz estaba pegada a mi pelvis e inicie los movimientos pélvicos involuntarios de orgasmo mientras el cuerpo me temblaba de gusto. Ahora sí que estaba metiéndosela hasta el final. Estaba follandome su garganta como si fuera un coño mientras me corría incluyendo los movimientos automáticos para que el semen llegue profundamente y bien profundo que llegaba, mi leche estaba cayendo directamente a su estomago. Los ojos de Liliana se estaban poniendo blancos y de forma desesperada me empujo con sus manos en mis piernas para separarse. El semen salió a borbotones y en una cantidad inusitada. Parte golpeo en el fondo de la garganta y reboto. Alguno salió hasta por las fosas nasales y otra salió por fuera de sus labios. Liliana no pudo contener tanta cantidad. Jamás había disfrutado de una mamada tan salvaje, el orgasmo fue brutal y más que gemidos solté gritos y gruñidos de placer. El clímax, que fue sorprendentemente largo, termino y deje de hacer presión, Liliana se deshizo de la traba y respiro dificultosamente. Cuando habitualmente suelo eyacular en tandas de 4 chorros ahora había soltado 12 trallazos voluminosos. Mi pene pareció un grifo de leche.

Me tumbe en el sofá y mi esclava se arrodillo a la altura de mi pene desde el suelo, esa posición era la terapia oral. A pesar de que le sobresalía una enorme cantidad de leche ella siguió, quería ahora hacerme una mamada limpiándome el pene. Se entretuvo en el glande y las sensaciones de placer aparecieron de repente. El jarabe estaba haciendo el efecto que me dijo Liliana. Había soltado una enorme cantidad de esperma y ahora mi pene seguía duro y sensible, el placer seguía transmitiéndose y mi pene sensible después de la follada de garganta me estaba haciéndome gozar de nuevo. Deje que mi esclava hiciese el trabajo y pocos minutos más tarde ya me estaba acercando de nuevo a otra eyaculación. Cogí de nuevo la cabeza de mi sirvienta y volví a hacer como si la follase por el orificio bucal. Mi follada en el orgasmo volvió a ser brutal y sin consideración alguna. Se la volvi a meter al fondo mientras con la mano empujaba la cabeza hacia abajo y mi pelvis empujaba hacia arriba. Otra vez el orgasmo llego a las cotas más altas que nunca había sentido y la eyaculación fue prodigiosa. Otra vez Liliana no pudo contener la avalancha de esperma y volvió a salir por nariz y boca.

La cara de angustia por los momentos de asfixia me hizo comprender que le debía dar un tiempo muerto. Entonces acordándome lo que había pasado en el día anterior se me ocurrió una idea para descansar.

  • Eres una esclava inútil. No te la has tragado todo. Vas a ser castigada.

Fui al cuarto y cogí la correa del pantalón, la fusta y las hojas urticantes. Cuando volví Liliana se había limpiado con un pañuelo los restos de mis dos corridas. Al verme entendió mis intenciones de inmediato y se coloco en mi regazo para ser azotada. Repetí el mismo orden, primero nalgadas con mis manos, luego con la correa 50 veces, pero yo no me corte y le di fuerte. Luego toco el turno de la fusta, el culo se le lleno de marcas. Para finalizar use las hojas urticantes, eso le dolió a Liliana y empezó a quejarse y a soltar unas lagrimas. Yo empezaba a disfrutar del morbo de la situación.

  • Mi amo ¿Puedo usar crema?

Fui justo y accedí. Ella se fue gateando hasta su habitación. Allí supongo que se junto en el trasero. Luego volvió sumisamente otra vez gateando.

  • Esclava debes seguir con tus labores, lámeme el culo bien lamido.

Ella se coloco a mi espalda abrió mis nalgas estando yo de pie y ella de rodillas. Entonces sentí su lengua. Mi pene que había bajado empezó de nuevo a erectarse con el calambrazo de placer. Le regale a Liliana un buen gemido de placer. Disfrute de la penetración de su lengua un ratito haciendo que me recuperara. Cuando mi pene se puso de nuevo bien duro le ordene parar.

  • Bien tú te has encargado de mi culo, ahora yo me encargare del tuyo. Pero lo hare como se merece el ano de una esclava. Rompiéndoselo. Ponte en el colchón en cuatro. No te vas a poder sentar en una semana.

Ante esta situación podía hacer varias tácticas. Una hacer una sodomización larga para dejarle el ano para el arrastre o la alternativa mejor dado el jarabe que me proporcionó ella misma. Que sería reventarle el culo y inundarlo de mi lefa de correrme una buena cantidad de veces seguidas. Quería sentir esa forma de multiorgasmo con el pene. Así que no me iba a cortar a correrme. Con lo que apretaba su ano y el tremendo morbo iba a ser fácil alcanzar una eyaculación detrás de otra. Recordé mi obsesión en aguantar dentro de ella, hoy no me iba a preocupar por ese tema lo más mínimo. Para disfrutar más cogí un espejo y lo puso delante para así ver su cara. SI su cuerpo era tan placentero, pues mejor que mejor. De esta forma apunte mi polla a su puerta trasera, su anillo exterior estaba abierto. Era claro que Liliana quería que me la follase a tope. Enfile bien y de una sola estocada se la metí entera. El grito de dolor era el esperado. Luego empecé la violación. No hubo ni una pizca de piedad por mi parte. Me tumbe sobre su espalda, le agarre las tetas con fuerza y le chupetee el cuello , a veces mordiéndolo. En el espejo pude ver que soltaba algunas lagrimas mientras se quejaba . Esa visión me provoco que no durase ni 5 minutos en gruñir de placer y mi primera carga entraba en su dolorido culo.

  • Agradéceme que te lo estoy lubricando
  • Si mi amo, soy tuya, mi culo es todo tuyo. Rómpelo, viólalo. Sáciate en él.

Empuje su cara para que la pegara al colchón. La agarre de las caderas, esa posición era aún más humillante. Estaba iba a ser la follada de mi vida, la saliva salida de mi boca a borbotones debido a la excitación. Me percate que mis envestidas en sus nalgas aún le molestaban por el resultado de los azotes. El culo lo tenía rojo como un tomate. Volví a gruñir y otra vez tuve un orgasmo larguísimo y de una enorme intensidad pero ahora paso algo distinto. Liliana se había percatado y con sus músculos me hacia sesiones de apretar y soltar el pene. Me estaba haciendo una Cleopatra con el culo. El culo me apretaba a mi polla de una manera que rozaba el delirio de placer. Ahora cambiamos de posición y nos colocamos en cucharas. A pesar de que ya llevábamos semanas de hacerlo al menos una vez en su culo al día, seguía siendo muy estrecho. Y cada vez que hacia el movimiento de entrada parecía que simbólicamente estaba conquistando una ciudad intentado derribar al modo medieval la puerta de la fortaleza. Estaba dirigiendo a un ejército que de manera cobarde atacaba por el flanco más débil, la retaguardia Y cuando yo me corría mis soldados penetraban en la ciudad para provocar violaciones masivas en las mujeres. El morbo de mi ensoñación provoco una tercera venida en el culo de Liliana. Empezaba a notar que mi semen estaba muy espeso en su recto, mis corridas habían sido muy abundantes en ese sitio. Liliana no se quejaba, pareció que ya se había adaptado a mi cogida. Estaba algo cansado así que ordene a Liliana a colocarse encima de mi y que continuara.

Ella Se coloco y cogió mi pene e intento apuntarlo a su vagina.

  • No, en tu culo.
  • Pero mi amo. Lo tengo muy dolorido
  • Me da igual. Es en tu culo donde disfruto más.
  • Hay que ver los hombres, parece que solo existiera ese agujero.
  • Deja de protestar esclava

Llevaba casi una hora y me había derramado 3 veces en el culo de Liliana. Ahora me estaba empezando a costar más alcanzar el cuarto. Le apretaba las tetas sin consideración para aumentar mi excitación. De pronto veo que Liliana esta alcanzado el segundo orgasmo del día, después de su masturbación. Era extraordinariamente inhabitual que un hombre se corriera tantas veces con respecto a una mujer. Y al contrario de lo que ella decía lo había alcanzado el suyo solo a base mis puyazos. Verla correrse me estimulo y por fin volví a descargar. Era la hora de comer. Así que decidimos que era tiempo de parar. Mi cuerpo estaba agarrotado del esfuerzo. 6 a 2 en el marcador a mi favor en el primer tiempo. Desde luego el jarabe de Liliana era cosa fina. Lo estaba pasando a lo grande.

Tomamos un abundante almuerzo. Tenía que recuperar energías para la segunda tanda. Liliana uso una almohada al sentarse. Evidentemente le había roto el culo bien roto. Pero no por eso lo iba a dejar en paz. Tenía planes para su ano para la tarde. Me entro modorra después de comer y el cuerpo estaba aún agotado, así que procedí a echarme una siesta. Liliana me acompaño y se acostó a mi lado.

El sueño reparador duro hasta las 5. Me desperté con una sensación familiar. Liliana me la estaba mamando con suavidad. Me deje hacer disfrutando de las sensaciones. Cuando mi pene se puso bien duro quise disfrutar de algo más intenso. Cogí a Liliana y coloque su cabeza en el borde inferior de la cama de forma que colgara. Cogí una almohada para mis rodillas y me puse a follarle de nuevo la garganta. Se la iba meter hasta el fondo. Y la posición me lo permitió hasta límites inimaginables. Ahora mi pene no chocaba con el fondo de la garganta sino que podía ir aún más allá. Y quede sorprendido al comprobar cómo su garganta se expandía cuando penetraba a tope. Aquella visión era tremendamente excitante. ¡ Guau ! Que pasada es ver como tu polla llega hasta el esófago. La respiración de Liliana era dificultosa y oía como hacia fuertes inspiraciones con la nariz cuando retiraba mi pene. Entonces Liliana se apresuro a darme aún más placer. Vi como los músculos de su cuello se contraían, me estaba apretando la polla con la garganta. Eso ya fue demasiado y me corrí como un animal. Otra vez no tuve ningún reparo en correrme con mi polla envainada hasta el final con mis huevos tocándole la nariz. Parecía yo un cerdo con los gruñidos de placer que estaba dando. Ahora toda mi leche fue directamente al estomago y a Liliana no se le escapo ni una gota.

Me tumbe en la cama agotado. Mientras Liliana recuperaba la respiración, unos pocos minutos y fue otra vez a mamarme la polla. Era muy gratificante tener una esclava que colaborase tanto en recuperarme una y otra vez. Y eso que me la estaba follando de mala manera. Aquella parecía más una violación que una follada. Ahora mi mente recordó lo que vi en una peli porno y quise probarlo. Nos dirigimos a la salita de nuevo. Liliana era mi puta, pero ella no me cobraba nada y no había servicio que me negase. Si tuviese que pagar por el servicio creo que no habría suficiente oro en el mundo.

Coloque a Liliana de forma que su cabeza estuviese en el colchón tendido en el suelo. Sus piernas levantadas hacia el sofá y yo sentado en el apuntado de nuevo a su ya más que dilatado ano. Ahora podía penetrarla por allí sin apenas dificultad pero su agujero trasero seguía comportándose como una ventosa, apretándome la polla de manera extraordinariamente placentera. Su ano era perfecto, estrecho y a la vez profundo, ideal para maximizar el placer de él que la sodomizase. Liliana parece que ya no sentía dolor en su trasero y durante mi nueva penetración pareció disfrutar de un leve orgasmo que se pudo apreciar debido a que soltó un pequeño chorro en su vagina. Estaba corriéndose con su culo sin necesidad de tocarle el clítoris. Me entraron unas ganas enormes de correrme pero ahora quería probar algo distinto. Retire mi pene de su ano y le indique con el dedo que mamara de nuevo. Aquello se conocía como de culo a boca, era muy morboso y la limpieza con lavativa de su ano permitía hacerlo sin que hubiera restos de heces que me hubiesen hecho pensármelo. Un par de minutos de mamada bien profunda y ahora la dirijo a la mesa. Ella se tumba en la mesa abre las piernas y vuelvo apuntar a su maltrecho culito. El morbo era total ante la indefensión de mi esclava ante todos mis deseos. Ahora la penetro con furia, agarrándola sin consideración a la cintura. Me tumbo sobre ella y empiezo a jadear y lamer su cuello. Allá va otra buena colección de trallazos y gruñidos.

Retiro el pene de golpe con un quejido por parte de ella. La levanto y la tumbo sobre el sillón. Ahora quiero disfrutar del calor de su coño. Sera la primera vez en lo que iba de día. Me lo encuentro mojado hasta las trancas, tanto que su líquido sobresale claramente de su vagina y mi penetración está acompañada de un sonoro chapoteo. Al final de toda mi esclava estaba disfrutando a tope de esta sesión de sexo salvaje y sin ninguna consideración. El coño de Liliana siempre ha sido ardiente y también era estrechito, no tanto como su bendito ano. Lo que lo hacía apetitoso de follar y francamente difícil de aguantar en él. Como yo era el anfitrión de la fiesta no había ningún problema en gozarlo sin miramientos. Cojo sus piernas y me la coloco en mis hombros. Siempre que fuese posible una posición en el que yo tuviese total control y ella parecer indefensa. Esto era muy importante para mí a nivel psicológico. Ahora yo me sentía el fuerte, el dominante. La saco y la hago que me la chupe desde esa posición tan incómoda. Quiero volver a sentir su ano tan estrecho. Con él yo me siento grande en espíritu al sentir que su agujero es pequeño y estrecho, parece como si ella fuese pequeña. Es una penetración desigual, asimétrica, mi polla hoy quiere abusar de su frágil culo. Ese ano era esclavo de mi polla.

Se me ocurre una nueva idea y nos dirigimos al balcón. Hoy mi calenturienta mente no para de trabajar. Ella se apoya a la reja de pie, le abro las piernas y desde atrás vuelvo a iniciar una penetración salvaje a su ano.

  • Virgilio aquí nos pueden ver los vecinos
  • Están todas las persianas bajadas y no creo que nos vea nadie.
  • Pero nos oirán
  • ¿Y a mí que me cuentas? Ayer saliste en pelota picada al pasillo. No te hagas ahora la modosita.

Para hacerla callar le hago mamarla otro buen rato y vuelta otra vez al culo. El morbo de que nos pudiesen ver hizo aumentar la excitación de los dos y nos corrimos juntos en breve tiempo.

La tarde estaba siendo colosal. El resto de ella nos la pasamos desnudos en su apartamento, su cuerpo era también afrodisiaco de forma que recuperaba una y otra vez las ganas de follarla. Casi siempre en el ano. La lleve a la cama y coloque una almohada bajo su barriga, con ello elevo y trasero y puedo apretar más en su ano mientras me tumbo sobre ella echándole mi peso. Y así hasta la noche, siempre había una gota más de esperma a la que derramarme dentro de ella, y ella complaciente cada vez que se lo pedía. Prácticamente repasamos el kamasutra entero para dejarle el ojete requetefollado. Ya se había hecho de noche y el efecto del jarabe de mandrágora dejo de hacerme efecto y mi pene termino de relajarse sin vuelta atrás. El pobre había trabajado más que nunca en un solo día. Creo que estuve follando a Liliana durante 8 horas y me corrí unas 20 veces. Unas 12 veces me derrame en su ano, 6 en su garganta, una en las tetas y otra en el coño. Liliana estaba en lo cierto, estaba obsesionado con su culo. Y había aprovechado esta oportunidad para saciarme de él. Por otra parte según mi apreciación Liliana se había corrido unas 7 veces.

  • Liliana – le dije con la respiración entrecortada- creo que … es mejor que … lo dejemos ya. No puedo con mi pelleja … y mi polla ya la tengo irritada … No puedo más
  • Si, Virgilio. Menos mal que ya termino. Me duele el culo como si me hubiesen empalado. ¡ Que bruto eres , por Dios ! – me dijo mientras se quito la correa del cuello.

Se puso de pie estando yo tumbado en el sofá sin resuello. Entonces se giro yendo a su habitación entonces pude ver su ano. Lo tenía dilatadísimo y veía que una enorme cantidad de mi esperma había salido de él. Tenía un par de hilos que descendían por cada una de sus piernas y llegaban hasta los tobillos. Pero entonces sonó el timbre. Pero Liliana volvió a hacer de las suyas, se dirigió como dios la trajo al mundo y miro por la mirilla. Y sin previo aviso abrió la puerta, yo fui corriendo al dormitorio a taparme. Cuando volví con una bata puesta vi que se trataba de Laura. Estaba llena de lágrimas. Me sorprendió enormemente que no se incomodara al ver a su amiga en pelota picada delante de ella o de mi presencia.

  • Liliana , cariño, estoy desesperada. El ejército está deteniendo a todos los profesores universitarios. Me llamó Eduardo cuando vio a una patrulla de policía militar acercándose a su vivienda. Me dijo que huyera como fuese. Pero no se qué hacer.

Laura lloraba en el hombro de Liliana y esta le acariciaba consolándola.

  • Espera un momento Laura, ahora vengo.

Liliana se dio la vuelta y se dirigió a su cuarto. Al ver su trasero Laura me dirigió una mirada de fuerte reproche. Liliana volvió con su bata puesta.

  • De acuerdo Laura. Tranquilízate y escúchame. ¿Has traído ropa?
  • Si , hice las maletas a toda prisa.
  • Muy bien mi chica. Virgilio no podemos arriesgarnos a acércanos a tu casa. Lo más probable es que te estén esperando. Así que nos tendremos que ir con lo que llevabas puesto ayer.
  • Por mi no hay problema. ¿ Pero adónde vamos a ir ?- Pregunté
  • No podemos quedarnos en la ciudad. Más tarde o más temprano averiguarán que ambos estáis aquí. Y tengo un plan. Tengo una parcela de cultivo con un chalet en un pueblo del interior. Es un pueblo pequeño y allí pasaremos desapercibidos.
  • La verdad es que no me hace mucha ilusión ir a vivir al campo pero creo que será mejor al menos hasta que se calmen las cosas.- comenté con desazón
  • Virgilio las cosas no se van a calmar sino que van a ir a peor, a mucho peor. Si nos alejamos de las ciudades tendremos posibilidades de sobrevivir

Laura puso cara de no entender nada. Pero yo entendí a la perfección que su predicción se iba a cumplir si o si. No me atreví a preguntar pero estaba claro que una gran tragedia se cernía sobre la ciudad, sobre el país, sobre el mundo.

  • Bien nos iremos en el coche de Virgilio que es más grande. Ahora no nos podemos ir por que nos pillará el toque de queda. Mañana a primera hora intentaremos comprar todas las provisiones posibles y nos iremos de aquí. Bueno Virgilio esta noche tú dormirás en el sofá. Laura y yo dormiremos juntas.- una sonrisa salió del rostro de Laura, no entendí ese gesto hasta poco después.
  • De acuerdo.- Dije

La verdad es que estaba agotado. Cenamos los tres una agradable cena que Laura se empeño en cocinar. Entonces me fije que Laura nos miraba detenidamente a Liliana y a mi alternativamente. Era una mirada de enamorada. Después del acoso y derribo que me hizo ayer esto me dejaba aún más descolocado. ¿Qué narices le había pasado a Laura en los últimos días ? Luego yo me dispuse a lavar los platos mientras ellas preparaban la cama del dormitorio para acostarse.

Me acosté derrotado en el sofá. Pero minutos más tarde algo interrumpió mi sueño. Eran gemidos. Aquello levanto mi curiosidad. Me acerque cuidadosamente y desde el resquicio de la puerta del dormitorio vi algo que me dejo helado. Laura tenía las piernas abiertas y Liliana entre sus piernas le estaba practicando una comida de coño. Se me pusieron los ojos como platos. Entonces me fije que Liliana me miraba, se había percatado de mi presencia y con un gesto con su cabeza me dijo que me marchase. Toda la noche dormí con sueños de confusión. ¿Qué narices estaba pasando? ¿Porque Liliana se acostaba con otra mujer? ¿Eran lesbianas Liliana y Laura y yo sin saberlo? No podía ser. Tuve sueños entre de celos y de deseo. Pero después de la intensa actividad sexual que había vivido lo último que quería en ese momento era follar. De todas formas mañana era un día crítico para nuestras vidas.

Continuará …

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