Mis vecinas: El portero del edificio.
Continuación: Mis vecinas: Los taxis de Madrid.
Era raro encontrar al portero en el edificio a esas horas y le dije:
J.- Hola Alberto. ¿Haciendo horas extras?
A.- Bueno, la verdad es que no he podido pensar en otra cosa, que en estas tres chicas.....
Los cuatro reímos, y le pregunté.
J.- ¿Que es lo que quieres Alberto?
A.- Bueno...... cuando salieron esta tarde, y Ana subió su vestido para que viera que no llevaba bragas, pensé bueno........, no se........que quizás........me quería decir usted algo Javier.
J.- No Alberto, no quería decir nada, solo que vieras como las gastan las chicas de hoy día.
A.- Ya..., ya... pero había pensado que quizás usted, podía volver a enseñarme ......, o si podía tocar......, o que se yo........la verdad es que no se como pedírselo.
J.- Se de sobra lo que quieres pedirme, pero mañana tenemos que madrugar y venimos cansados.
A.- Por favor Javier.
Me sorprendió la reacción del portero, no solía ser muy amable conmigo, estaba loco por mis vecinas, y ellas se sentían alagadas por el interés de aquel hombre maduro, y dije:
J.- Bien chicas, pasaremos al cuarto de Alberto, quiero que vea esos chochitos y nos vamos a dormir, ¿Entendido?.
Las tres sonrieron y asintieron con la cabeza, les gustaba calentar, y a ese hombre le tenían en llamas. Pero este dijo:
A.- No en el cuarto no, podíamos subir a su casa Javier?
J.- ¿A mi casa?. No Alberto, si quieres en el cuarto.
A.- Bueno es que........, en el cuarto esta mi señora.
J.- ¿Como?
A.- Si bueno....., le dije que me quedaba aquí a dormir, que había una rotura de agua y no podía moverme del edificio, y como no se fía de mi porque le puse los cuernos, vino aquí sin avisar.
J.- ¿Y esta dentro?. ¿Y no se entera de lo que estamos hablando?.
A.- No. Desde hace 2 años cuando descubrió que le era infiel, esta deprimida, y toma unas pastillas para dormir, son muy efectivas y duerme seguidas entre 6 y 8 horas.
J.- ¿Y porque no te has ido a casa y cuando se tomara la pastilla venías?.
A.- Por si ustedes volvían en ese rato, y no les veía subir.
Pensé para mi, que ese hombre había perdido la cabeza por mis vecinas, fui a ver lo que contaba Alberto, rodee el lugar donde estaba Alberto y pase a la habitación, donde tenia una mesa para comer de dos metros, un sofá de color marrón muy mugroso y antiguo, una cama pequeña en apenas 20 metros cuadrados, hacia mucho calor en aquel cuarto, en la cama dormía una mujer, era bastante mas joven que Alberto, tendría algún año mas que yo 38 quizás, llevaba un camisón negro y estaba boca arriba, sus tetas eran enormes, morena con el pelo largo, y un cuerpo delgado pero con muchas curvas, la señora era un bombóm, no daba crédito a la pedazo de mujer que tenía el conserje, mi polla reacciono al instante, salí del cuarto y le dije:
J.- Vamos a hacer un trato, dices que no se despierta ¿verdad?
A.- No, nunca lo hace pase lo que pase.
J.- ¿Estas seguro?.
A.- Seguro.
J.- Bien yo me follo a tu mujer y tu haces lo que quieras con mis amigas, ese es el trato ahora si se despierta tenemos un problema.
A.- No lo hará, yo me la he follado así muchas veces y no se entera de nada.
J.- Entonces, ¿hay trato?.
A.- Perfecto.
Nos dimos un apretón de manos, y con la cabeza hice un gesto a mis vecinas para que pasáramos al cuarto.
Alberto entro el último y cerro la puerta con llave, las chicas miraban a la mujer que dormía en la cama, me quite la camisa y dije:
J.- Desnudaros las tres, y apoyad las manos en la mesa mirando a la pared, que Alberto vea los agujeros por los que os puede follar.
Mis tres vecinas quedaron desnudas al instante, se colocaron una junto a la otra, y abrieron sus piernas mostrando sus culos en pompa, sus chochos aun brillaban por los fluidos, estaban muy apetecibles, y dije.
J.- Esta es mi mercancía, ahora muéstrame la tuya.
Alberto se acerco al bolso de su mujer, y cogió otra pastilla, un vaso de agua y dijo:
A.- Vamos a ser precavidos.
Le dio otra dosis a su esposa, esta se atragantó con el agua, pero entendí que no era la primera vez que Alberto hacia esto, después bajó los tirantes de la mujer, dejando ver esas tetas enormes, con unos pezones preciosos, no eran proporcionales aquellas tetas con un cuerpo tan delgado, siguió bajando el camisón, hasta sacarlo por los pies, vi unas braguitas color negro, muy pequeñas con transparencias a la altura de su coño, el portero se incorporó dejándome seguir a mi, y dije:
J.- Mi mercancía no tienda ropa, la tuya la quiero igual.
Alberto cogió de los laterales de las bragas, fue bajando hasta que la mujer perdió la prenda, y dijo:
A.- ¿ Así?
J.- Mucho mejor.
Comencé a sobar las tetas de aquella mujer, pellizcaba sus pezones, ella no se enteraba de nada, Alberto empezó a desnudarse a la vez que yo, cuando se quito el calzoncillo supe porque tenia tanto éxito con las mujeres, su polla era descomunal, digna de cualquier actor porno, era gruesa y larga, con muchas venas, ademas tenia unos huevos gigantes, menos mal que mis vecinas estaban de espaldas, sino se hubieran asustado con aquella polla.
El tipo se dirigió a la primera que estaba colocada en la mesa, el privilegio fue para Noelia, yo de reojo miraba mientras chupaba las tetas a su esposa, Alberto coloco su pollón a la entrada del coño de mi amiga y muy despacio fue introduciendo su miembro, a la vez que Noelia empezó a gritar como una salvaje, Auxi y Ana, miraban a la izquierda para averiguar que estaba pasando, Noelia intento abrir más las piernas para paliar el dolor, pero no era posible.
Mi polla iba a reventar, estaba muy excitado sobando a esa mujer inerte mientras veía aquella magnifica follada, por el contrario la mujer de Alberto no experimentaba ninguna reacción, abrí sus piernas y pase mi mano por su coño, estaba completamente depilada, le metí uno de mis dedos y comprobé que estaba seca, para mi era una sensación extraña, y dije:
J.- Alberto, te voy a quitar a mis otras dos amigas, cuando las necesites me avisas.
A.- Vale, dijo aquel hombre con la voz cortada mientras daba pollazos a Noelia.
J.- Chicas venir aquí.
Auxi y Ana se retiraron sus manos de la mesa, y movieron a la cama mirando con deseo la follada de Noelia, y les ordene:
J.- Ana coge las piernas de la mujer y lleva sus rodillas hacia atrás, que peguen con el colchón.
Ana cogió el peso de las piernas y las llevo hasta donde ordené,así pude tener a aquella mujer totalmente expuesta para mi, y mirando a Auxi volví a ordenar.
J.- Auxi quiero que le comas el coño, esta demasiado seco.
Auxi se puso de rodillas a los pies de la cama, mostraba su culo en pompas, empezó a comer ese chochito, con sus manos abría su vagina y metia toda su lengua, Ana excitada por la escena, empezo a comer esos enormes pezones mientras sujetaba las piernas, mi polla iba a reventar, me arrodille detrás de Auxi tenía el coño empapado, y sin dudar metí mi polla hasta el fondo, ella lo agradeció con un sonoro gemido de placer, mientras la follaba ella llegaba con su lengua al clítoris de la mujer del portero, Ana se coloco para sujetar las dos piernas con una sola mano, y con la otra empujaba la nuca a su amiga para que mamara bien ese chochito, la situación la rompió el portero que dijo:
A.- Quiero otra puta aquí ahora mismo.
Saque mi pene del coño de Auxi, la cogí del pelo para que se levantara, y se la entregue al portero del edificio, Noelia que había tenido varios orgasmos se sentó en una silla dolorida, y Auxi muy despacio al ver la polla que tenia aquel hombre, fue con miedo caminando hacia el, y el dijo.
A.- De rodillas puta.
Auxi se arrodillo frente a el, y este acerco la polla hasta su boca, mi amiga empezó a chupar aquel enorme capullo, e intento tragar aquel mástil de dimensiones extremas.
Tras observar un rato aquella mamada, me fuí a por la mujer del portero, Ana seguía sujetando sus piernas, y me dispuse a follarme a aquella mujer inerte, coloque mi polla sobre su vagina, y despacio se la fui metiendo, Auxi había realizado un buen trabajo y la mujer estaba muy lubricada, a Ana le costaba aguantar mis duras embestidas, sosteniendo las piernas, me miraba excitada por aquella situación, con mis manos a la vez que me la follaba sobaba y azotaba sus tetas, no se enteraba de nada, de vez en cuando miraba a Auxi que tenia serios problemas para acaparar aquella polla, sus arcadas eran constantes, hasta que Alberto la hizo levantar, la llevo de la mano hasta la mesa, hizo que apoyara sus manos sobre ella dándole la espalda, en la misma posición que Noelia, sin previo aviso le metió un pollazo de impresión, y el alarido de Auxi retumbo en todo el cuarto, ella gemía y gritaba mezcla de placer y dolor, Ana no perdía detalle a ambas folladas, miraba a Alberto y después me miraba a mi, un gruñido brutal del portero nos hizo saber que se había corrido dentro de mi vecina, entonces yo también decidí terminar, no quise hacerlo dentro pensé en algo mejor, quería que Alberto limpiara mi leche del cuerpo de su mujer, saque mi polla y me puse de pie, y ordene de nuevo:
J.- Ana hazme una paja hasta correrme sobre esta zorrita.
Ana cogió mi polla y comenzó a mover su mano rapidamente, de arriba a abajo, cuando vio en mi cara que me corría apunto sobre el cuerpo de la mujer del portero, el primer chorro fue el mas grande y termino sobre la cara de aquella mujer, los otros dos ya mas pequeños calleron sobre las tetas y el ombligo de aquella mujer, cuando Ana retiro su mano de mi polla fui yo quien derramo las ultimas gotas en aquel coño depilado, el orgasmo fue brutal, Ana me miraba con deseo, y dije:
J.- Buen trabajo Ana, ahora limpia mi polla.
Ana se dirigió a comer mi polla para retirar todo el semen que quedaba en el. Mientras dije:
J.- Un placer Alberto, hay te dejo a tu mujer ha sido muy excitante.
A.- Igualmente Javier.
J.- Venga chicas vestiros y a descansar.
Mis vecinas cogieron sus vestidos, Alberto cogió una toalla para limpiar el semen que había vertido sobre su mujer, mis vecinas miraban la escena excitadas y nos despedimos subiendo a descansar, al día siguiente iríamos al desfile de las fuerzas armadas
CONTINUARA.........