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Enfermera para todo. la partida de cartas. parte 1

en Hetero: Infidelidad

ENFERMERA PARA TODO. LA PARTIDA DE CARTAS.

 

 

Salí del baño y fui de nuevo a la barra donde seguía mi copa.

 

Mis amigos y las 4 chicas se fueron alejando de nosotros. Julio el tipo delgado y alto me dijo señalando a mi mano derecha:

 

Julio.- Por cuanto me vendes la esclava de oro que llevas?

 

J.- No esta en venta, es un regalo de mi padre.

 

Julio.- Te lo pagaría a buen precio, se ve que es oro bueno.

 

J.- Lo siento, no la quiero vender.

 

Mientras el tipo alto hablaba conmigo, Rafael el otro tipo bailaba y reía con Mercedes, que ya había vuelto del baño tras mi filmada, este le metía una pierna entre las suyas y sujetaba el culo de ella con las dos manos, note que iba algo bebida, entre lo caliente que era y el alcohol Mercedes era una bomba de relojería y Julio dijo:

 

Julio.- Es muy simpática tu novia, no?

 

J.- No es mi novia, es mi amiga.

 

Tras oír esto Julio fue a la barra, pidió de beber para los cuatro, me dio una copa de lo mismo que estaba bebiendo y otra a Mercedes, después tomó posición tras el culo de Mercedes, los dos bailaban con ella en medio, vi como subían su vestido, incluso en alguna ocasión pude ver su tanga negro.

 

Vi que Mercedes se divertía y me fui con mis amigos, antes le dije a Mercedes.

 

J.- Me voy para el fondo.

 

M.- No te preocupes Javier .......gracias, estos chicos me quieren invitar a otra copa, ahora os busco.

 

Como Mercedes parecía a gusto con ellos, dejé que también ella lo pasara bien, pero la verdad es que las pintas de esos tipos eran muy desagradables.

 

Fue pasando la noche y acabamos jugando con las chicas al billar, en un rincón de la discoteca más tranquilo. Alfredo y una de ellas fueron a la barra a pedir de beber, mientras nosotros seguíamos jugando, daba la casualidad que eran cuatro chicas como nosotros y habíamos congeniado bastante bien, cuando vino Alfredo y la chica con las copas pregunte:

 

J.- Has visto a Mercedes?

 

A.- No, no esta.

 

La chica que hablaba conmigo, me dijo:

 

.- Pues esos dos tipos con los que estaba no son de fiar.

 

J.- A no?

 

.- Para nada, se dedican a trapichear dentro de  una furgoneta, no son trigo limpio.

 

J.- Voy a llamarla.

 

Llame al móvil de Mercedes pero no me lo cogió, imagine que estaba bien, ya era mayorcita.

 

Alfredo y Carlos tuvieron suerte y se besaban con dos de las chicas, las que en teoría eran para nosotros se perdieron por la discoteca, Nacho y yo nos sentamos en el billar y empezamos a charlar.

 

La discoteca se iba quedando vacía, vimos venir a los dos amigos de Mercedes y ella venía tras ellos, el vestido lo tenía descolocado por el escote y nos dijo:

 

M.- Hola chicos, que tal?

 

J.- Bien y tu?

 

M.- Bien, he salido a la calle con ellos, querían fumar.

 

J.- Nosotros nos vamos para la finca, Alfredo y Carlos han ligado, tu si quieres puedes quedarte.

 

M.- No, me voy con vosotros es tarde y aquí cerrarán pronto.

 

El más alto al escuchar aquello, dijo:

 

Julio.- Donde vais a ir? Os invitamos a la última, vosotros venís con nosotros.

 

La verdad es que no nos apetecía ir con ellos, pero se pusieron muy pesados, incluso algo amenazantes, la verdad es que eran sus formas. Nos propusieron jugar al mus y Nacho es un enfermo de ese juego, durante un tiempo estuvo federado y accedimos a acompañarlos.

 

Ellos subieron en su furgoneta y Mercedes, Nacho y yo en mi todoterreno, y pregunté:

 

J.- Qué tal con estos dos, cómo te ha ido?

 

M.- Bien, son un poco macarras y bastante sobones, me han metido mano por todos los lados, me he apartado con ellos para que pudierais ligar con las chicas de vuestra edad.

 

J.- Nada, no debías haberlo hecho. A ver si ahora les damos cera con el mus, vale Nacho?

 

N.- Sabes que yo soy un fenómeno.

 

Salimos del pueblo y a un kilómetro aparcaron frente a un club de carretera, nosotros lo hicimos junto a ellos, se bajaron y dije:

 

J.- Es aqui? Esto es un club, no?

 

R.- Si os parece jugaremos aquí, nos suelen dejar una habitación para hacer timbas. He llamado por teléfono al dueño, Mercedes nos puede acompañar pero se encargará de servirnos las copas.

 

Miré a Mercedes y asintió con la cabeza.

 

Entramos y el dueño nos esperaba en la puerta, había tres tipos mayores tomando copas con tres chicas, en la barra una camarera con mucho pecho nos miró, el jefe nos hizo subir unas escaleras y abrió una puerta con llave.

Encendió la luz y había una mesa en el centro, cuatro sillas y a la derecha una barra, una cubitera con hielos, copas y refrescos, el dueño dijo:

 

.- Que vais a beber?

 

N.- Nosotros ron.

 

R.- Nosotros whisky.

 

.- Tu acompáñame, y baja a por las botellas, si es ella la que os sirve os cobrare 100 euros por la sala y las copas.

 

Rafael sacó 2 billetes de 50 € y se los dio al dueño, Mercedes abandono la habitación tras el y a los dos minutos subió y se puso a preparar las copas,  Julio dijo:

 

Julio.- Bueno, que nos jugamos?

 

N.- Nada, nosotros no somos de jugarnos nada, si os parece las copas, los 100 euros que has dado al dueño.

 

R.- Con eso no hay emoción, olvídate de las copas, eso y el alquiler corre de nuestra cuenta, además con que nos sirva vuestra amiga eso ya es un regalo. Pero hay que buscar algo que jugarse.

 

Julio.- Yo desde que te vi, no paro de querer esa esclava de oro, a ver que te parece. Tu te juegas la esclava y nosotros 2000 euros. Si ganáis te quedas con la esclava y el dinero, si perdéis me das la pulsera.

 

J.- Es un regalo de mi padre, no puedo hacerlo.

 

J.- Otra opción, nosotros ponemos 2000 euros si ganáis vosotros, si perdéis nos dais la esclava, o dos horas con la otra esclava que tienes. Dijo mirando a Mercedes.

 

Mercedes se quedó de piedra, pero miró los 2000 euros que había sacado Julio y después volvió a asentir.

 

J.- Esta bien, si ganamos nosotros 2000, si por el contrario ganáis vosotros, mi pulsera o 2 horas con Mercedes.

 

Miré a Mercedes y no dijo nada, así que extendí mi mano y nos dimos un apretón Julio y yo.

 

La partida empezó, la enfermera sirvió las primeras copas, Julio mientras le servía metió la mano bajo su vestido, Mercedes gimió de gusto, seguro que pudo llegar hasta su coño sin dificultad, volvió a la barra y preparó el resto de copas. Cada vez que Mercedes pasaba junto a ellos, aprovechaban para sobar a la camarera. Nacho y yo sin embargo estábamos muy centrados en la partida. Decidieron que ganaba el que llegara a 3 juegos, el primero le ganamos sin dificultad y Rafael dijo:

 

R.- No estés ahí de pie, pon otra copa y siéntate aquí.

 

Mercedes muy obediente sirvió otra ronda, y se sentó sobre las rodillas de Rafael. Desde ese momento aquel tipo  sólo tocaba las cartas con una mano, la otra estaba perdida bajo el vestido de la enfermera. Ella intentaba disimular el placer que estaba recibiendo pero era imposible, sus ojos se cerraban y se mordía el labio inferior, aquello me estaba despistando, no veía si hacia señas a su compañero, tenia a Mercedes delante y no veía la cara de aquel tipo. Me tome rápido mi copa para que Mercedes se levantara a servirme otra.

 

J.- Ponme otro ron Mercedes.

 

Mercedes tardó en reaccionar no se quería mover de aquellas rodillas, tras unos segundos se puso de pie y me puso la copa, con el despiste nos empataron a uno y Nacho que se dio cuenta de su jugada dijo:

 

N.- Ahora siéntate aquí sobre mis rodillas, que a Rafael le has dado suerte.

 

Mercedes se sentó de lado sobre las rodillas de mi amigo, sin embargo Julio que la tenía a su izquierda, le puso una mano en el muslo, pero poco a poco fue subiéndola hasta llegar a su sexo, Mercedes se movía y Nacho que al principio la hizo sentar para pasarme señas, se estaba excitando bastante, al ver como aquel tipo tocaba a la enfermera y ella se movía rozando su polla. Aunque Nacho era un jugador de mus muy bueno, la suerte no estaba de nuestro lado, nos hicieron otro juego, ganaban dos a uno, uno mas y perdíamos la pulsera o dos horas a Mercedes. La enfermera sobre las rodillas de Nacho no había traído suerte,  Julio dijo.

 

Julio.- Vamos a estirar las piernas, que este juego es el definitivo, compañero solo nos falta uno para ganar, Mercedes levántate y pon 4 copas.

 

Ella se levantó y fue recogiendo las 4 copas de la mesa, Nacho y yo nos fuimos a charlar a un rincón de la habitación,  y me dijo al oído:

 

N.- Disfruta de la partida, estas jugando con miedo de perder la pulsera, en mi opinión no la vas a perder, ellos prefieren pasar las dos horas con Mercedes y por lo que veo a ella no le importa mucho.

 

J.- Ya me he dado cuenta, la están sobando por todos los lados y ella esta encantada.

 

Mientras nosotros hablábamos nuestros contrincantes observaban a la camarera, cuando esta paso al lado de Julio con las copas vacías, este le dio un cachete en el culo que hizo eco en toda la habitación, Mercedes le miró con muy mala cara y Rafael dijo:

 

R.- Joder como ha sonado.

 

Los cuatro hombres reímos mientras a Mercedes no le había hecho ni gota de gracia, los tipos estaban un poco borrachos y Julio dijo:

 

Julio.- Vaya, vaya parece que la morena se ha enfadado.

 

Mercedes ni se giró y siguió poniendo hielos a las copas, pero Julio seguía a lo suyo.

 

Julio.- Te has enfadado por el cachete......vamos a ver si le he dejado marca.

 

Julio intento subir el vestido de Mercedes para ver como había quedado su culo. Esta se resistió y se giró con muy mala cara, diciendo con voz elevada:

 

M.- Estate quieto.

 

Decidí intervenir viendo que la situación estaba siendo limite.

 

J.- Julio deja a Mercedes, su cometido es poner copas nada mas.

 

Julio.- Llevas razón Javier, pero como vamos dos a uno, me gustaría ver y tocar el premio, mira sobre la mesa están los 2000 euros puedes verlos y tocarlos, yo deseo lo mismo. Ademas tengo que decirte que no quiero tu pulsera si ganamos, prefiero las dos horas con Mercedes.

 

J.- Bueno, eso lo tengo que decidir yo. Si pago con mi pulsera o con Mercedes.

 

Julio.- Eso es verdad, pero a mi una mujer nunca me ha levantado la voz, las que yo conozco no se les ocurriría.

 

Julio sacó de su bolsillo una navaja bastarte grande, la puso sobre la mesa y mirándome me dijo:

 

Julio.- A las mujeres hay que educarlas, no deben alzar la voz a un hombre, tienen que ser obedientes, cuando digo que quiero ver la mercancía, es que quiero ver la mercancía.

 

Julio cogió la navaja en su mano derecha, todos estábamos asustados menos ellos dos, era cierto que eran unos tipos muy chungos, se fue acercando a Mercedes muy despacio cogió su vestido con la mano izquierda y lo levanto, pudimos ver el tanga de Mercedes mientras ella permanecía inmóvil, con su mano derecha puso la navaja en el muslo y fue subiendo hasta llegar al coño, ella intento ponerse de puntillas ya que notaba la navaja en su sexo, después la fue deslizando hasta la cadera, metió el arma bajo la tira del tanga de un golpe seco lo corto y el tanga cayo de ese lado hacia abajo, fue recorriendo su pubis con el filo hasta llegar a la tira del otro lado, otro corte hizo que el tanga cayera al suelo, dejándonos ver el coño de Mercedes, cogió la navaja con cuidado por el filo y coloco la empuñadura de la misma en la entrada de su vagina, poco a poco fue metiendo el mango de la navaja en el coño de esta, ella gimió de gusto, al principio se resistía a lo que le hacia Julio pero ahora mismo estaba entregada, sacó el mango y mostrándolo dijo:

 

Julio.- Habéis visto como son las mujeres, gritan, se resisten, ponen mala cara, pero al final mira como tienen el coño.

 

La verdad es que el mango de la navaja estaba lleno de flujo de la enfermera, tras esto le llevó el mango a la boca y le dijo:

 

Julio.- Quieres probar como sabe tu coño?

 

Mercedes no se pronunció, en el fondo estaba disgustada por como había reaccionado su cuerpo, Julio acercó el mango de la navaja a su boca, para que esta lo lamiera pero ella no hizo nada por abrirla. Mientras Julio con su mano izquierda hacía un dedo a Mercedes, seguía merodeando los labios con el mango, la excitación traicionó a Mercedes que abrió la boca para gemir y empezó a chupar el mango de la navaja como si de una polla se tratara, tras un rato así sacó la navaja de la boca de la mujer, volvió a coger el arma en su forma natural y fue bajando por el cuello, dejo de masturbar a Mercedes para retirar los tirantes del vestido, entonces pudimos observar un sujetador negro de encaje donde la zona de los pezones era transparente, con la navaja cortó los dos tirantes del sujetador,  bajo el filo por el canalillo y cortó esa parte del sujetador que quedó colgando, se lo quitó tirándolo al suelo también junto al tanga, sus pezones estaban erizados y tras esa exhibición Julio dijo:

 

Julio.- A partir de ahora vas a ser más obediente, verdad?

 

M.- Si.

 

J.- Este último juego nos servirás las copas así, con las tetas al aire y sin tanga.

 

El silencio reinaba en la habitación y Rafael lo rompió.

 

R.- Por cierto Mercedes, gírate, sube tu vestido y muéstranos tu culo.

 

Mercedes obedeció tambien a Rafael, se giró levantando su vestido y pudimos ver la mano marcada de Julio en su nalga derecha. Ambos rieron y dijeron:

 

Julio.- Vamos a seguir, esta partida no la podemos perder.

 

Mercedes se puso a servir las copas, sus mejillas estaban coloradas y sus pezones duros y de punta. De repente la puerta se abrió era el dueño del club, cuando vio las tetas de Mercedes se quedó alucinado y dijo:

 

.- Joder que partida tan interesante, veníe a decir que nos queda poco para cerrar, pero viendo esto me cojo una silla y me invitáis a una copa.

 

Julio.- Claro hombre, ve a por una silla que bebes ron o whisky?

 

.- Whisky.

 

Julio.- Ponle una copa a mi amigo.

 

El dueño desapareció y a los pocos segundos entró con una silla, se sentó a mirar la partida y Mercedes le dio su copa.

 

R.- No estés ahí de pie muchacha, sientate encima de este hombre, seguro que no le importa.

 

.- A mi en absoluto.

 

Mercedes tomó asiento sobre aquel tipo. Era un hombre de unos 60 años, con el pelo blanco y muy delgado. Tenía su copa en la mano y la pasaba por los pezones de la enfermera. Esos pezones con la copa helada estaban apetecibles y muy duros.

 

Nosotros intentábamos centrarnos en la partida pero era imposible, aquel hombre sobaba a Mercedes a su antojo, ante las risas de nuestros contrincantes. Nacho con maestría gano el juego solo, íbamos empate a dos y dijo:

 

N.- Vamos a hacer una pausa, necesitamos ir al baño.

 

Mercedes también se apuntó.

 

M.- Esperarme yo también tengo que ir.

 

Fue a subir su vestido para cubrir sus tetas y Rafael dijo:

 

R.- Deja el vestido así, estas mucho más guapa.

 

Los tres abandonamos la habitacion, nos indicaron que el baño estaba abajo, el club era cutre a mas no poder, bajamos las escaleras y un tipo hablaba con la camarera, el tipo miró con deseo las tetas de Mercedes, pasamos frente a ellos y entramos en el baño, el primero fue Nacho, la enfermera y yo nos quedamos en el lavabo, al estar solos no pude resistir agacharme y lamer sus pezones, ella sujetaba mi nuca y me apretaba contra ella, tras un rato dije.

 

J.- Que tal? Estas bien?

 

M.- Si, no te preocupes. Ya lo has visto me han sobado por todos lados, pero ya lo habían hecho antes en la discoteca.

 

J.- Si perdemos entrego la pulsera.

 

M.- No, se lo que significa para ti esa esclava, estaré dos horas con ellos.

 

Tras decirme eso bese su boca, se lo agradecí.

 

Salimos del baño los tres, tras pasar por el wc y subimos a la habitación, allí esperaban los tres tipos a cual más demacrado. Ya se habían tomado sus copas la verdad es que estaban muy bebidos y Rafael dijo:

 

R.- Vamos Mercedes que estamos secos, sirvenos otra ronda.

 

Cuando Mercedes intentó pasar entre ellos tres, para ir a la barra donde estaban las botellas, el dueño y Julio sobaron su culo al pasar. Sirvió las copas a aquellos tres hombres, iba a comenzar el definitivo juego y Julio dejó la navaja sobre la mesa diciendo:

 

Julio.- Ahora Mercedes te toca sentarte sobre mi, me he sacado la navaja del bolsillo para no hacerte daño.

 

Mercedes fue ver aquel objeto y obedeció de inmediato,  aún estaba muy presente la anterior escena y como las gastaba ese tipo. La enfermera caminó hacia el, mientras Julio retiro la silla ella en un acto de sumisión levantó su vestido y se sentó sobre sus rodillas directamente, sin ningún tipo de tela por parte de ella, Julio dijo:

 

Julio.- Buena chica, has aprendido a ser obediente, lo malo es que conforme tienes el coño de húmedo, me vas a poner perdido los pantalones, pero no importa.

 

Mercedes se sonrojo con el comentario y el dijo:

 

J.- Te toca repartir Nacho, comenzamos. Tu Mercedes abre bien las piernas, serás tú la que coja mis cartas, te iré indicando se que me vas a dar suerte.

 

Las manos de Julio se perdieron bajo la mesa, para sobar el coño de la enfermera, que apenas podía cojer las cartas por el placer que recibía.

 

Julio sacaba una mano para indicar cuál debía descartarse Mercedes, de paso ya sobaba las tetas de la atractiva mujer.

 

Era raro cada jugada de Julio era una mano buena, Nacho pensó lo que yo.......que nos estaba haciendo trampas y dijo:

 

N.- Porque no dejas a Mercedes que me sirva otra copa y sacas las manos de debajo de la mesa.

 

Julio se ofendió con el comentario.

 

Julio.-Estas insinuando que estoy haciendo trampas?

 

Sacó las manos de debajo de la mesa y la posó sobre la navaja, que estaba apoyada allí durante el último juego.

 

N.- No, he dicho que me apetece otra copa.

 

J.- Si la tienes entera.

 

N.- Me apetece otra.

 

Mercedes se levantó a servir la copa, pero el juego ya estaba muy cuesta arriba, en 2 manos más perdimos el tercer juego. Y  así la apuesta.

 

Tras ganar el último juego los dos hermanos se abrazaron, recogieron su navaja de la mesa y el fajo de billetes.

 

Nacho y yo estábamos jodidos, sabíamos que mientras bajamos al servicio y cuando Mercedes se sentó sobre Julio nos hicieron trampas, pero con aquellos tipos cualquiera decía nada y Rafael preguntó:

 

R.- Bueno con que vais a pagar la apuesta.

 

Antes de yo poder contestar Mercedes dijo:

 

M.- Dos horas conmigo desde este minuto, son las 4:49.

 

J.- Mercedes, de verdad? No me importa perder la pulsera.

 

M.- De verdad Javier. Pasaré dos horas con ellos.

 

Temía por la salud de Mercedes, aquellos tipos eran unos macarras, no se me iba de la cabeza la imagen de esa navaja recorriendo el cuerpo de Mercedes y Julio dijo:

 

Julio.- La última palabra es tuya, Javier.

 

J.- Bien, conservo la pulsera y entrego a Mercedes, pero con una condición, yo tengo que estar presente, me da miedo que le ocurra algo, si no aceptáis toma mi pulsera.

 

Los dos tipos se miraron y asintieron con la cabeza, Rafael dijo:

 

R.- Está bien puedes estar presente.

 

El dueño del club dijo:

 

.- Bueno pues nosotros cerramos a las 5, deberéis disfrutar de esta perrita fuera de aquí. Pero Julio, yo quiero mi parte.

 

Con esa frase quedaba claro que el dueño, les había ayudado con las trampas, facilitándoles otra baraja o vete tu a saber, Julio le contestó:

 

Julio.- Venga, tienes 10 minutos.

 

El dueño cogió del brazo a Mercedes, apoyo sus dos manos sobre la mesa dejando el culo en pompa, subió el vestido sobre la espalda de la mujer, desabrochó su cinturón y bajo sus pantalones y calzoncillos, las piernas de ese tipo eran muy delgadas, la polla era larga pero su grosor no era demasiado grande. Se puso un condón con mucha habilidad, colocó su polla en la entrada de la vagina de Mercedes y se la clavó de golpe. Ella gritó y la mesa se movió, el tipo empezó a follar a Mercedes con un mete-saca muy rápido, Mercedes me miraba mientras el dueño la follaba, sus ojos mostraban mucho placer, yo pensaba que aquel tipo iba a terminar rápido, pero estaba equivocado, tras un rato en esa postura, tomó a la enfermera del pelo y la hizo girar, la tumbó en la mesa subió sus piernas sobre sus hombros y la volvió a penetrar, el dueño tenía maña para follar y Mercedes pellizcaba sus pezones, mientras el hombre le daba duras embestidas, ella empezó a gritar de placer y Julio dijo:

 

J.- Menuda zorra, se está corriendo viva.

 

El dueño del club no tardó mucho más, tras 4 duros y profundos golpes de polla, gimió de placer y dejó de moverse, tras correrse recogió su polla, mientras Mercedes se incorporaba de la mesa, su vestido cayó al ponerse de pie, pero sus tetas aun seguían expuestas y vimos como sus pezones estaban duros y de punta, el dueño  se abrazo a sus dos amigos y nos marchamos de allí.

 

 

Continuará........

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