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Amores de juventud III

en Confesiones

Después del espectáculo de la noche anterior esperaba que nadie me pudiese mirar a la cara. Ante mi sorpresa tanto Rosa como Susana estaban como el día anterior, igual de simpáticas, abiertas y cercanas, ni pizca de vergüenza por ningún lado.  Por supuesto Paco y Alberto actuaban como si nada hubiera pasado.

 

- Buenos días - dije.

- Hola Cariño, ¿que tal has dormido? - me preguntó amablemente Rosa.

- Bien muchas gracias - conteste -  la verdad es que estábamos cansados y hemos dormido como lirones.

- Como para que no lo estuvieseis.  No creáis que no os oímos - dijo Susana guiñándome un ojo.

- Si, teníamos ganas de querernos un poco.  Vosotros también debéis de estar molidos - conteste sin ninguna malicia.

- Bueno chica, ya sabes, la costumbre, ahora aprovechamos y descansamos mientras estos tres nos llevan a surcar los mares - me dijo una risueña Rosa.

 

Preparamos un rico desayuno y mientras los chicos se preparaban para partir rumbo a Palma,  Susana, Rosa y yo nos fuimos hacia proa a tomar el sol.  Era la primera vez que lo hacia en mi vida, me sonreía pensando que pensarían mis amistades de la alta sociedad catalana si me viesen allí con las domingas al aire por lo que me puse en topless imitando la actitud de mis compañeras de viaje.  Ayer les había visto a todos desnudos, no pasaba nada por que ellos me viesen las tetas hoy a mi.

 

Aunque hacia calor, el viento y las gotas de agua que salpicaba el Mediterráneo cuando chocaba con nuestro barco nos permitían no morirnos de asfixia.  Eso y por supuesto los mojitos que los chicos nos iban trayendo por turnos.

 

Comimos de bocadillos ya que íbamos a navegar 9 horas hasta la isla de Palma y no podíamos parar, además que con el barco al pairo lo normal es que en menos de 5 minutos todos estuviésemos vomitando por la borda.  Llegamos a punto de hacerse de noche.  Fondeamos en una cala cerca de El Toro, un sitió paradisiaco.  Discutimos entre todos si era buena idea bajar con la zodiac al pueblo y salir por allí o tomárnoslo con calma, cenar abordo y tomarnos unas copas.  Nosotras estábamos relajadísimas, pero los chicos estaban cansados de tanto subir y bajar velas.

 

Cenamos un riquísimo pollo al vino que Alberto preparó para a continuación tomarnos unas copas.   Aunque la conversación era de los más animada Rosa decidió jugar a prenda y confesión.

 

- Prenda o confesión - dije yo

- No hija, no, estos chicos juegan a que alternativamente tienes que quitarte una prenda y en la siguiente contar algo sucio de tu vida, así alternativamente - me dijo Susana.

- Ah, que corte – dije.

 

Todos aceptaron menos yo que no dije nada, Juan solo me guiño un ojo y yo le sonreí.

 

- Bueno señores - dijo Rosa - ya saben las reglas, solo pueden tener 5 prendas puestas, cuando se le acaben las prendas y hayan contado 5 intimidades el respetable le pedirá a que no tenga ni prendas ni confesiones que cumpla un castigo. Cojan su carta y que dios reparta suerte, por que como sea justicia...

 

Alberto puso el montón de cartas a nuestro alcance y cada uno cogió una carta.  Rosa tenía la más baja.  Se deshizo de una zapatilla.  Dejamos las cartas y en la siguiente ronda Juan perdió, se quito su camisa ante los vítores de Susana y Rosa, también de los míos, desde luego.  En la siguiente ronda Rosa volvió a perder.

 

-  Bueno, mi secreto es que cuando Alberto y yo éramos novios le pillé follándose a su secretaria.  Ya hablábamos de casarnos por lo que una mujer normal, que yo no soy, hubiese roto el compromiso en ese momento.  La chica trató de bajarse de aquella mi polla y salir huyendo,  pero yo simplemente le di un grito a la zorrita esta y la amenace con darle una paliza si se bajaba de la polla de mi prometido.  Me senté en un sillón de la habitación y abierta de piernas me masturbe como si no hubiese un mañana.  Cuando se corrió Alberto, la bajó de su polla y la despidió allí mismo.

- Y que pasó después, preguntó Paco.

- ¿que que pasó?, pues que va a pasar, me montó toda la tarde, ¿que iba a pasar?.

 

Repartimos las cartas de nuevo y fue Paco quien perdió e imitando a mi Juan se quitó la camisa, nosotras por supuesta volvimos con nuestros vítores.  En la siguiente ronda Susana perdió y se quitó el pareo que llevaba, en la siguiente Rosa volvió a perder, quitándose la chancla que le quedaba.  La cosa se iba animado cuando Alberto perdió e imito al resto de los chicos, en la siguiente perdí yo.

 

- Bueno mi secreto es que perdí la virginidad con Juan minutos antes de mudarme de ciudad.  Para mi fue muy importante que el primero fuese el.  Nunca imagine que fuese el último también.

- ¿No? - dijo Juan entre risas.

 

Yo volví a perder y me tuve que quitar la segunda chancla.  Era un momento tenso.  Susana, Paco, Alberto y Juan estaba los tres a punto de caramelo.  Juan perdió.

 

- Durante 4 años en el instituto yo conocía a esta señorita - dijo señalándome - pero ella no me conocía a mi, sencillamente tenía otros intereses, yo era demasiado poco para ella.  Me masturbe desde el primer día de 1º de BUP hasta el último día de COU pensando el ella.

- Eso nunca me lo habías dicho - le dije sonriendo y un poco chisposa.

 

Volvimos a repartir y Paco perdió.

 

-  Me follé a mi ayudante en la sala de togas del juzgado de los social de Leganés.  Era la primera vez que iba a ese juzgado, no había mucha gente y había perdido una apuesta con ella, que en aquella época me la estaba follando de vez en cuando.  Creo que entraron dos letrados mientras ella se apoyaba sobre un montón de togas con la falda levantada y yo le daba por detrás.  Pensé que acabábamos en el mismo calabozo que el empresario al que íbamos a intentar sacar.

 

Repartimos de nuevo y Rosa volvió a caer.  Esta vez se quitó su pareo.  En la siguiente ronda Susana perdió.

 

- La vez en la que tuve mi mayor orgasmo fue el día en que secuestre a Paco y cuando estaba a punto de correrme después de un largo, intenso y maravilloso polvo, le pedí a Paco que me fuese poniendo las esposas.  Sentirme dominada, atada, cortada en seco, vulnerable, llena, follada me hizo entrar en un estaxis tal que no fui capaz de darme cuenta que en segundo iba a entrar la policía a llevarme presa y que iba a acabar en la cárcel.  Imaginaros como fue que le pedí a Paco que me comiese el coño sin darme cuenta que ya no podía exigir nada.  Eso si, lo volvería a hacer todas las semanas (http://www.todorelatos.com/relato/117118/)

 

Rosa volvió a perder.

 

- Hubo un día que Alberto me perdió, como estoy haciendo yo hoy, en una partida de pocker ante un Albano-Kosovar.  Al acabar la partida Alberto insistió en arreglar el tema con dinero constante y sonante, pero el Albano se negó... empezaron a discutir, discusión que yo zanje diciéndole a Alberto que el chico había ganado y que debía pagar.  Menuda noche que me dio el tipo, me folló por todos mis agujeros.  NO sabéis la de noches que Alberto se masturbó o incluso me folló mientras le relataba la noche en la que me perdió.

 

Volvimos a repartir y perdí. 

 

- La segunda noche en que me reencontré a Juan y que se nos pasó el día hablando y en la que amablemente me volvió a ceder su habitación de invitados me masturbe bien abierta de piernas con la esperanza de que Juan entrase en la habitación ofreciéndome cualquier cosa y me tomase sin cuartel.

 

Volví a perder. Me quité el pareó yo también.  En la siguiente mano Juan perdió y se quito, una chancla, Susana perdió y se quitó una chancla a su vez, volvió a perder, era la segunda que lo hacia dos veces seguidas.

 

-  Todo ocurrió cuando Paco me había dejado, había salido sola de marcha y conocí a un par de negros.  Bebimos como cosacos y me los llevé a casa.  Uno de ellos tardó poco en meterme la polla cuando el otro empezó a pasármela por la boca... yo estaba excitadísima, quería esa polla en mi boca, cuando ante mi asombro el negro empezó a mearme en la boca... me encantó.

 

Todos reímos.  En la siguiente mano volvió Rosa a perder quitándose el sostén, lo que en cualquier situación hubiese subido el ambiente en ese barco parecía imposible, nadie dijo nada, nadie actuó de manera distinta.  Yo perdí. Me quité el sujetador.  Volvía perder y me toco contar de nuevo

 

- Llevaba un tiempo en Barcelona follándome a un hombre al que yo creía no casado.  Yo soy mucho más conservadora en ciertos temas que vosotros y la verdad es que si hubiese sabido que era casado jamas hubiera empezado aquello.  Me medio enteré por amigos en común y se le pregunté, el negó la mayor.  Aquella noche mientras me tenía poseída a cuatro patas y cuando estaba a punto de caramelo para irme me confesor que tenia mujer y cuatro hijos.  Me corrí como en años no lo hacia.  Oír sus palabras fue un golpe de adrenalina que provocaron en mi un orgasmo único.

 

Paco volvió a perder y se quito una chancla.  Susana volvió a perder y se quitó la braga del bikini - uff tenía calor ahí -  confesó mientras reía su propia broma.  Rosa volvió a perder.

 

- Jooo menuda nochecita.  En cierta ocasión salí con unas amigas y acabamos en un sitió de esos que es un pasillo lleno de hollyholes, ósea de esos en los que los tíos sacan sus pollas a través de un agujero en la pared .  Aposte con mi amiga a ver quien hacia correrse mas pollas en media hora... por supuesto gane.  Mientras Amparo logró que 4 se corriesen con ella, yo lo logré con 9.

- ¿Y como hiciste? Preguntó Susana

- Pues chica, coño, boca, manos.  Amparo iba de una en una y yo una tenía siempre al menos de dos pollas funcionando,  Cuando llegue a casa le mostré las braguitas de Amparo a Alberto y le conté la apuesta, nos habíamos jugado las bragas.  Mientras me follaba para celebrarlo se las metí en la boca y el respondió con una jugosa corrida en mi coño.

 

Nos partimos de risa cuando Rosa volvió a perder, fuera el sujetador, estaba en pelota picada.  Actuaba con naturalidad y yo como un poco ruborizada y como excitada por la situación.  Todas estábamos medio desnudas, los chicos con el pecho al aire, yo solo con la braga.

 

Alberto perdió.  Tenia curiosidad por saber que contaba por que realmente las aventuras de su mujer eran las hostia.

 

- Me dirigía en avión a Coruña, en el avión de Iberia había una azafata muy mona, no me quitaba ojo y yo a ella tampoco. Le pedí un bolígrafo y un papel.  Simplemente le escribí "cena conmigo esta noche, mi teléfono es el 7667766", cuando volvió a pasar por el pasillo le di el bolígrafo de vuelta con el papel doblado.  La chica no me contestó, simplemente siguió con su trabajo.  Estaba un poco jodido por que pensé que había hecho el ridículo, pero cuando aterrizamos y encendí mi móvil me llegó un whatsapp.  De Coruña vuelvo a Madrid, de Madrid a Turín, de Turín a Madrid y llego a Coruña a las 22.  Si me esperas... Le dije que a las 10:20 la esperaría en la sala de espera del aeropuerto.  Nos pasamos el día mandándonos mensajes y a las 22:20 la recogí, la lleve a cenar.  Era una hembra sensual, guapa y un poco paleta.  Follamos hasta altas horas de la noche.  Creo que los dos tuvimos una buena velada je je.  Cuando se fue ni me se despidió dejándome dormir. 

- Buuuuua, menuda mierda de confesión - dijo Paco.

- Espera, espera - dijo Alberto.  Al día siguiente en el vuelo de las seis cogí otra vez el vuelo de vuelta.  Allí estaba ella. Me sonrió.  A medió vuelo entre en el baño, no se como lo hizo pero ella abrió y la puerta y entró.  No se si os habéis follado a alguna azafata de Iberia pero la camisa es una especie de body difícil de quitar, desde luego la dirección sabe la cantidad de zorras que tiene per cápita. Le di por el culo hasta que se encendió la luz de los cinturones y un poco más.  Sus compañeras sabían lo que ocurría, lo digo por las sonrisas con la que me despidieron todos.  Algún pasajero de la zona de atrás también se hizo cargo.  Cuando me baje del avión bloquee su numero en mi móvil,  Ni idea si volvió a llamar.

 

Repartimos una vez más y Juan volvió a perder.  Rosa y yo vivíamos en el filo del cuchillo.

 

- El día que me reencontré a esta moza medio gallega medio catalana, Claudia, todos la conocéis - dijo mirándome - me comunicó por Facetime, me preguntaba si estaba solo y si podía pasar por casa, me dijo que estaba con Fátima y que si quería vendrían las dos. Me negué, pero hablando y hablando nos acabamos masturbándonos los tres por video conferencia.  Ella se iban pasando el teléfono una a la otra e incluso se daban algún piquito o chupadita de pezón.  Casi les digo que viniesen a un segundo asalto, pero como digo 22 años son muchos como para escandalizar a una ex novia.

- !Ósea que te la meneabas mientras me tenias a escasos metros.!

- Tu imagínate si llegó a entrar en tu habitación el viernes.

- Pues me hubieses follado idiota, y yo no me hubiese hecho la estrecha. Hay que ser bobo.

 

Se volvieron a repetir las cartas y Rosa perdió por última vez.  Estábamos todos borrachísimos, como decía Alberto, si aparecía un guardacostas y nos hacía un test de alcoholemia dormíamos todos en comisaria.  Nos reímos, la puteamos un poco y empezamos a debatir que le pedíamos.  Algo sexual, por supuesto.

 

Yo me temía que le pidiesen que se follase a Juan para darme envidia y no sabia como actuaria, pero entonces,

 

- Yo digo que Rosa le coma el coño a la nueva - Dijo su marido.

- Me parece bien - dijo Paco

- Me parece muy gracioso, lo apoyo - dijo Susana

- Yo no voto - dijo Juan

- A mi me parece estupendo - dijo Rosa, yo me quedé muda.

 

Rosa se agacho y se situó entre mis piernas, simplemente aparto mi bragas y empezó a pasar su húmeda lengua por mi ya mojado sexo.

 

- Quítale las bragas a esa monjita - le dijo Paco.  Rosa, casi me las parte cuando las bajo con violencia.  A la vista de todos quedaba mi cuerpo desnudo mientras la lengua de Rosa volvía lamer mi coño,  Aquello era constante pero se notaba a las leguas que la amiga Rosa era una experta lamiendo coños… Alternaba la punta de su lengua que pasaba rápidamente por mi clítoris y su ancha lengua que pasaba lentamente por mi vagina.  Estaba disfrutando mucho y mis manos aterrizaron en mis pechos, podía ver a Juan mirarme con una copa en la mano y su polla claramente marcada en su bañador.  Susana empezaba a chupársela a su novio Paco y Alfonso empezó a tocar el culo de su mujer que tan a huevo se lo estaba poniendo por su posición.

 

- Juan no se la metas a ninguna, por favor -  lograba articular entre gemidos y respiración entrecortada.

 

Susana se había subido en la polla de Paco y botaba con desesperación.  Alfonso ya estaba perculizando a su mujer mientras esta no dejaba de lamer mi dilatado coño.  Juan no se movía de su sitio.  Susana empezó a gritar presa de un obvio orgasmo, a Rosa le costaba chupar pero cumplía a la perfección con su castigo.  Yo gozaba como una cerda, eche mi cabeza para atrás y cerré los ojos. No me hubiera imaginado nunca follar en un barco pero menos que me comiense el coño una mujer y menos delante de amigos del amor de mi vida.  Note la punta de una polla rozar mis labios, abrí mi boca y empecé a chupar.  Casi me muero cuando me di cuenta que estaba chupando un pene y ni siquiera sabia de quien era.  Para mi tranquilidad era de Paco, estaba demasiado borracha para reconocer su olor.  Casi me corro cuando vi su cuerpo a continuación de esa maravillosa polla que me había dado las mejores noches de amor de mi vida.

 

Rosa dejo de chupar por que literalmente se estaba corriendo como una posesa gracias a su marido. Alberto no estaba teniendo piedad de ella y seguía bombeando, algo que hizo hasta que se corrió en todo su culo según pude ver después que le salía por su ojete.

 

Susana hacia ya tiempo que caía rendida sobre el pecho de Paco, yo me había corrido un montón de veces y solo quería que Juan disfrutase como todos y me esmeré por que se corriese de la manera más deliciosa , algo que hizo llenando mi boca de abundante leche.

 

Le di las gracias a Rosa y me fui a la cama.

 

- Me debes una bombón - me dijo Rosa.

 

CONTINUARA...

 

 

 

 

 

 

 

  

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