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Colgada en Buenos Aires VI

en Amor filial

El avión aterrizo sin novedad en Buenos Aires.  Solo nos quedaba ese día de trabajo y después volvería a España con mi labor ya concluida con bastante éxito.

 

Desde el aeropuerto, todo el equipo compartimos una furgoneta de la empresa que nos dirigió hacia las oficinas de mis clientes.

 

- Rocio, te suena el móvil - me comentó Bruno ya dentro de la furgoneta.

 

Mire hacia él y vi que era mi ex.  Colgué la llamada y me dispuse a escribirle un whastapp.

 

- Dime Paco, estoy en Argentina trabajando

- Ah, perdona, no lo sabía - contesto él.

- No pasa nada dime.

- Bueno te escribía básicamente para invitarte a cenar y que así hablásemos.  Hace muchos meses que dejamos de vernos y por lo menos una cena me debes.

- No te debo nada, a lo mejor te debería algo si no te follases a la zorra de tu secretaría, pero viendo que te la has estado follando todo este tiempo, no dudes que no me volverás a ver el pelo en tu vida.

- Pero Ro, tenemos que hablar.

- Olvidame y no me vuelvas a llamar.

 

El whatsapp se quedó mudo.

 

- ¿Todo bien? - me dijo Bruno.

- Bien, ya sabes como son estas cosas - contesté.

 

El día fue largo y arreglamos todo lo que nos faltaba a nivel técnico, comercial e incluso cerramos los dos contratos que teniamos pendientes, mi recibimiento en Madrid sin dudas iba a ser tipo Julio Cesar cuando entraba en Roma.  Iba a ser la chica del momento, sin duda.

 

- Esta noche es tu última noche, creo que deberíamos celebrarlo como Dios manda - me dijo Bruno.

- Uff no se si podré, estoy muerta.  Ya conozco como son tus como Dios manda y no sé si aguantaré.

-  Bueno, algo relajado. Te lo prometo.

- De acuerdo, recogeme en el hotel a las 9 si te parece.

 

Y me dirigí a la puerta de la oficina para pedir un taxi.  Ya en el hotel, me preparé un baño, la verdad es que estaba agotada, pero sin duda quería disfrutar de aquella polla antes de irme.  ¿Quien sabe cuanto tiempo iba a pasar hasta volver a Buenos Aires y volver a tener otro atracón de sexo?.  Estaba realmente excitada pero decidí reservar mis agujeros y pepitilla para momentos mejores, ya que no estaban los pobres para demasiadas cosas extras.  Me sequé, peiné, vestí y pinté.  A las 9 en punto estaba en la recepción del hotel donde Bruno, puntual como siempre me esperaba.  Le di un pico y cogida de su mano me dirigí hasta su mercedes 4x4 aparcado en la puerta.

 

Me subí y dije:

 

- Osea que hoy cenita y sexo rápido, ¿no?.

- Te presento a mi amigo Sebas, -  me dijo Bruno mientras apuntaba con el dedo hacia el asiento de atrás.  Malditas ventanas tintadas no me había dado cuenta que teníamos compañía - Sebas es amigo mío desde la infancia y hoy le aparecía conocerte, le he hablado mucho de ti.

- Bien espero - le dije mientras estrechaba la mano de Sebas, un hombre como Bruno guapo y atractivo.

- Un placer Rocio, si solo ha hablado maravillas de ti.  Creo que lo tienes muy enamorado.

- Que aduladores sois los argentinos. La que solo habla maravillas de Bruno soy yo, y no solo a nivel profesional, tambien a nivel personal.

 

La cena fue divina, se comportaron como dos caballeros, Sebas era todo simpatía, anécdotas y humor , además un poco picante.  Se conocían desde la universidad y juntos lo habían vivido todo, desde lo primeros amores hasta, según me confesaron sus primeras aventuras sexuales.

 

- ja ja ja, en aquel viaje a Punta del Este fue la primera vez que hicimos un trío juntos.

- Juntos y separados, o ¿lo vas a negar?.

- Te acuerdas como chillaba aquella mujer cuando le dábamos los dos a la vez.

- Como olvidarlo, esa si fue una noche para recordar. O cuando nos fuimos a la tierra de la señorita y en San Fermines nos follamos juntos a una estudiante de medicina de noseque orden religiosa.

- Si, y luego dicen que en Pamplona follar no es pecado, sino milagro ja ja ja ja

- Había que ver que para nunca haber roto un plato como la muy nos iba organizando en la cama para siempre tener una polla en el coño.

- Si lo recuerdo.

- O cuando tuvimos que salir desnudos de la casa de aquellas niñas de papa pues apareció el bodyguard de su padre con una pistola en la mano

 

Poco a poco iban desgranando sus grandes juergas y sus grandes polvos, al principio muy generalmente y después con todo lujo de detalles, yo poco a poco me iba calentando de los lindo.

 

- ¿Y cuando nos follamos los dos a tu ex?

- Ja ja ja, ¿quien me iba a decir a mi que años después me casaría con ella?

- recuerdo que le encantaba recibir por el orto.

- Aún le gusta, creeme.

- Ah, es verdad que te la sigues encontrando.

- ¿Y con esta señorita esta noche que vamos a hacer? - dijo Sebas.

- Lo que ella quiera - dijo educadamente Bruno.

- Bueno chico, ¿sabéis lo que os digo?, de perdidos al rio, ya me echaré pomada en los lugares dañados cuando vuelva a España.  Hoy quiero que sea la traca final, que no olvide esta noche - dije deseando ya tener la pija de Sebas en mi boca. - ¿Vamos al club?

- Ummm - dijo Bruno - mejor vamos a casa de Sebas, con dos hoy vas a mas que suficiente y así no te compartimos.

 

Pagamos la cuenta y de nuevo al Mercedes.  La casa de Sebas era elegante, amplia y muy ordenada.  Nos servimos unas copas, la verdad es que estaba menos borracha que otras noches, pero tan excitada que mi clítoris pedía a gritos libertad.  Bruno empezó a desnudarme, primero me quitó los zapatos, despues me soltó la cremallera de mi vestido, después tiró de él hacia abajo y a continuación sacó mis tetas por encima de mi sujetador.   Sebas vio su oportunidad y empezó a chupar mis tetas con esmero.  Empezó pasandola alrededor de mis aureolas y poco después empezó a morderme los pezones dandome un gran gusto. Yo abrí mis piernas solo cubiertas por las medias, el ligero y mi minitanga como señal que esperaba más de aquello, ante lo que Sebas deslizó su mano dentro de mis bragas y empezó a masajear mi clítoris. con dulzura y certeza.  Poco a poco iba introduciendo un dedo en mi coño sin dejar de lado mi pepitilla, y cuando el mismo era una manantial de fluidos, esparció los mismo por ni ano introduciendome un dedo ahí donde hasta hacia poco, pocos habían llegado.  Estaba empezando a sentir un placer alucinante cuando me dí cuenta que Bruno ya no estaba, la cosa realmente era tan buena que me olvide de él hasta que le vi entrar en la habitación con una gran escalera de obra, de estas que abiertas quedan en V.  

 

Sebas y Bruno se miraron y afirmaron con la cabeza, algo tenían preparado y yo era la protagonista.  Me llevaron hasta la escalera y apoyando mi espalda contra un de los laterales levantaron mis brazos y con una cuerda ataron mi dos muñecas juntas y esta atadura en el último peldaño, de manera que quedaban totalmente inmovil de manos a arriba.  Cada uno de ellos bajo a cada una de mis piernas y ataron fuertemente mis tobillos a cada uno de los laterales de la escalera.  Allí estaba yo atada y abierta de piernas, cosa que no era la primera vez, pero si la primera vez en frente de Sebas. Dos pinzas regulables fueron colocadas en mis pezones y unos pesos de da cada uno de ellos, de manera que ese peso tiraba de los mismo hacia abajo dandome una especie de dolor y placer.  Me metieron una bala vibratoria de gran tamaño en el culo y la pusieron con el cable y mando a distancia que salía de mi recto a toda velocidad. Solo esperaba ser penetrada.  Un grandisimo vibrador se hizo pasó entre mi encharcada vagina y empezó a moverse con dureza y velocidad, estaba en el séptimo cielo, no lo puedo negar.

 

- Dime la clave de tu celular - me dijo Bruno.

- 4678 - conteste.

 

Vi como Bruno iba hacia mi bolso, cogía mi móvil, me lo ponía enfrente y ponía el facetime (videoconferencia) delante de mi cara y marcaba el nombre de mi ex.  Cuando la teleconferencia empezó Bruno se dirigió a él.

 

- Che voludo, ósea que para cogerte asistentes personales y no a tu señora eres muy hombre, pues bien ahora vas a ver como ella tambien sabe disfrutar - colocando el teléfono apuntando hacia mi, la cara de mi ex era un problema y tenia la boca abierta alucinando.  En España este capullo acababa de volver de trabajar y no esperaba esto.

 

Sebas me pusó una bola en la boca y empezó a dejar caer sobre mis desnudos pechos cera liquida roja, realmente no quemaba tanto como la cera de las velas, pero he de reconocer que la sensación de sentir la cera caliente cayendo sobre mis tetas y notar como esta se iba solidificando me encanto.  Me mastubaron con el pollón de goma hasta que me corrí una última vez en que mis fuerza se agotaron. 

 

Burno me soltó y me colocó en el sofá, las pocas veces que tenia fuerzas para ver la pantalla podía ver a mi ex con la polla en la mano masturbandose como un mico, pero la verdad es que no tenia el coño para ruidos, sobre todo cuando Bruno me colocó sobre la polla de Sebas en la que me dejó caer perforandome el coño hasta el fondo.  Bruno me empujó un poco hacia Sebas y me penetró mi ano con la misma facilidad que Sebas me la había metido.   Me estuvieron follando con saña todo toda la noche,  Mi culo pasaba de uno a otro, al igual que mi coño, boca, manos e incluso pies. Probaron conmigo toda serié de juguetes y me hicieron correr de lo lindo con mi ex como testigo y al que solo se le oía de vez en cuando gemir con mi ex-polla en su mano.

 

Me corrí entre alaridos.  Bruno cogió mi iphone, puso su cara en la pantalla y dijo:

 

- Bien boludo, eso es todo, follandote crias y siendole infiel a tu señora solo se gana esto.  Lleva cogiendo conmigo toda la semana y no entiendo como la dejaste llegar a esto - y colgó.

 

Nos tomamos unas copas más entre risas y bromas.  Eran las 4 de la mañana cuando Bruno me acompañó al hotel. La verdad es que esperaba que pasase la noche conmigo y me insinue en el coche todo lo que pudé, llegue incluso a sacarle la polla y metermela en la boca prometiendole que le llevaría en el hotel al séptimo cielo, pero fiel a su costumbre me beso en la frente y partió hacia su casa.  Nos despediriamos al día siguiente.

 

Eran las cinco de la mañana y me mataba el sueño, cuando sonó mi Facetime, al principio pensé en no cogerlo, pero me pudo la curiosidad y  le di al botón verde de respuesta.

 

- Que quieres cabrón.

- Mira putita - me contesto en un tono muy bajito- no eres tu la única que folla los jueves, además a esta la conoces - dirigiendo la cámara y apoyandola en algún lugar que enfocaba toda la escena hacia alguien que me resultaba familiar y que le esperaba a cuatro patas.

 

Mi ex se acerco a la hembra, cogió sus muñecas y como hacia conmigo la esposó a la espalda, cuando su peló se retiró pude ver con horror que la esposada era mi propia hermana.

 

- Paco, no se como siempre me convences, pero al final acabó aquí follando como una cerda, sobre todo cuando luego pasas meses sin llamarme.

- ¿Te gusta que te esposé y te meta esto por tu culito? - le dijo a mi hermana mientras la penetraba el culo con una polla de goma que en más de una ocasión había usado conmigo, ella espasmeaba con la entrada del objeto foráneo y agradecia con gemidos el trabajo de su compañero de cama.

- Ay cabrón, me encanta, me vuelve loca, pero llamame más, ya sabes que me has tenido siempre que has querido, pero yo en cambió no recibo tu cuerpo cuando lo necesitó.

- ¿Y cuando lo necesitas?

- cuando estoy caliente como hoy.

- ¿Y tu marido?

- Mi marido es un picha floja que no sabe como tratar a una hembra como yo.

- ¿Y tu hermana?

- ¿Mi hermana?, que le den por el culo, si no me importaba que me dieses cuando estabas con ella, ahora con mayor razón.  Llamame Paco por Dios, llamame más.- dijo mientras ardía en un fuerte orgasmo despues de 20 largos minutos de interminable bombeo.

 

Mi ex retiro la polla de goma y cambio la misma por su nabo que para esos instantes le reventaba en el pantalón.  La metió en el culo de mi hermana de un solo golpe de cadera y ella pareció renacer después de ese primer anuncio de su placer más absoluto hecho orgasmo.  No se como, desde luego no por la falta de polla previa empece a masturarme viendo como mi hermana era un calco a mi en la cama y como Paco se la follaba de la misma forma que tantas veces me había dado placer a mi.

 

Antes de correrse, mi ex sacó la polla del culo de mi adorada hermana y que ya se había corrido una decena de veces y se la metió en la boca, aquello fue la apoteosis.  Paco contrajo todos sus músculos y empezó a correrse como un geiser dentro de la boca de mi hermana, esta presa de la excitación se corrio convulsionando su cuerpo y a la vez yo estalle en un orgasmo de los que no había tenido en toda la semana en Buenos Aires viendome a mi reflejada en el culo de mi hermana.  No me había recompuesto cuando vi aparecer a mi ex en la pantalla de mi iphone que me decía

 

- Espero que te haya gustado.

- Eres un cerdo.... pero sí, me ha encantado

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A las putas no se le besa (la bomba II)

La bomba