Capítulo 3: viendo los problemas
Tras salir de casa de las brujas, lo único que me queda claro es que debo ayudar a la gente y que el cartel de misiones no funciona ya; por lo que voy a pasear por el pueblo y ver que puedo solucionar, sino saldré fuera y probaré mis habilidades de combate.
Lo primero que me llama la atención en este pueblo de lamentaciones y tristeza, es que la herrería tiene la puerta cerrada y que el herrero esta tirado en la puerta.
- hola señor, ¿puedo saber que le ocurre?
El tarda un poco en mirarme y se sorprende.
- Maese enano, jamás le vi por aquí ¿es nuevo?
- lo soy y vengo a solucionar problemas, ¿cual es el tuyo?
- le recomiendo no lo intente y menos solo, pero si insiste...fui a dormir pero me deje las llaves puestas, algún gracioso agarro las llaves y tras cerrarla se las llevo; cómo la puerta es de hierro y las ventanas tienen rejas no puedo pasar, ¿podrías encontrarlas?
- claro, lo intentare.
- si lo consigues, te regalaré un equipo de bronce.
- ¡echo!
Estrechamos las manos aunque el lo hace un poco sorprendido de mi repentina alegría, ir con un equipo de
madera no es lo mejor; un enano siempre se siente mejor entre piedras y metales, ya que no puede ser forjado por mi me conformaré con esto.
Sigo paseando por el pueblo y veo a un hombre junto a un monumento de piedra en ruinas, este parece desolado; al leer el monumento ves que pone: "a los 12 héroes de la antigüedad" no sabes nada sobre leyendas de este mundo, así que no te preocupas por eso.
- ¿que le pasa, amigo?
El tipo se quita con trabajo y lentitud las manos de la cara.
- ¿quien sois maese enano y que venís a hacer a las ruinas de Lago negro?
- Soy Rodrick y vengo a ayudar ¿cual es tu quebranto?
- mi amigo leyó el monumento, encontró una vieja espada de hierro oxidada y decidió hacerse el heroe; de eso ha pasado mucho tiempo y no ha vuelto, ¿podrías buscarlo por mi? Lo quiero mucho pero no tengo el valor de hacerlo.
- claro, ¿cómo sabes que esta vivo?
- cuando morimos sino morimos totalmente, aparecemos frente a este monumento; a mi amigo le quedaban 2 vidas, debe estar aquí en alguna parte.
- entendido, lo buscare.
- te regalaremos su arma.
- gracias.
Sigo caminando y veo un guardia al que le castañean los dientes.
- ¿que le ocurre soldado?
- estoy enfermo, junto al lago hay unas hierbas que curan la enfermedad del velo; he intentado ir varias veces, pero como no me encuentro bien y eso está minado no puedo acceder a ellas.
- entendido, ¿cómo es la planta?
- es como un trébol de 4 hojas, pero de color blanco.
- la buscare.
- gracias, te daré un sueldo mio.
- esta bien...
Subo a un altar donde hay una tabla de campeones.
- ¿quieres derrotar a 10 criaturas del velo por nosotros?
- lo haré. - digo intimidado porque me habla una piedra.
- si lo logras, juramos hacerte más resistente.
- echo, juro matar 10 criaturas del velo.
La piedra no me habla más, sigo andando por el pueblo; llego al cartel de misiones y veo una niña llorando.
- hola pequeña ¿que haces aquí?
- esperando a mi hermano, cansado de que nadie cumpliera las misiones; se fue el mismo y aun no regreso.
- vale, lo buscare.
- esta bien, si lo encuentras te daré un beso.
- ¿un beso?
- un beso de niña, aquí todo es mágico señor enano; puede que os sorprendan sus propiedades.
- esta bien, lo hare.
- ¡gracias! Confío en ti, no me defraudes.
El resto no te dicen nada, no confían en ti; se esconden bajo tu presencia o cuando te acercas huyen, se nota que todo anda muy mal...ahora toca explorar un poco fuera de las murallas para ver que rutas son posibles.
A pesar de que la guardia me recomienda que no salga solo, hago caso omiso; no he venido aquí a perder el tiempo, paseando entre el yermo muerto con árboles grises y tierra gris...encuentro 3 caminos, uno que baja al rio; uno que entra en una cueva y uno que sube a una montaña.
Me da la sensación que la cueva es más corto y más sencillo, así que entro en la cueva con hacha en mano y una hacha arrojadiza en la otra; voy alerta, mientras veo unos hongos que brillan en la pared.