Capítulo 4. Te la ligas

Me despierto temprano otra vez, pero al mover la mano para parar el despertador; mis nervios de todo el cuerpo se activan, mostrandome que me duele todo el cuerpo.

Aun así debo ser fuerte, hacer ejercicio un día y al día siguiente no; no sirve absolutamente para nada más, que prácticamente perder el tiempo y tras perder 5 años de mi vida con la Megarexia me he prometido a mi mismo no perdér más ni un solo día. Claro que es más fácil decirlo que hacerlo, pero voy a intentar cumplirlo a rajatabla; quiero ser la persona que era, antes de entrar en depresión y aunque no se si es posible ese es mi objetivo.

Hago mis ejercicios pasivos, luego me levanto con dificultad y desayuno; mientras desayuno no puedo dejar de pensar en la conversación de mi tío, su última frase y en todo lo que aprendí de baile ayer.

Tras desayunar dejo mi mente tan solo con el baile y sin pareja me pongo a practicar lo aprendido, la coreografía; y tras eso me voy a la ducha, quiero dar un paseo antes de ir a trabajar. Por el camino de refilon me pongo a reconocer el barrio, las muchachas de la zona; me doy cuenta de que las que no bailan tienen cuerpos menos exuberantes, aunque hay de todo tipo la mayoría están muy bien. Por un lado eso me alegra, pero por otro; si miro mi cuerpo, mis posibilidades se reducen.

Me paro a tomar un café con leche en un bar que hace esquina para ver pasar a la gente. A mi lado hay 2 preciosas muchachas, que no puedo evitar mirar y escuchar; al ver que las miro la rubia comienza a tocarse el pelo, su conversación es muy interesante.

Están hablando de que ella es la ex de Estefan un profesor de baile de Estepa, que de vez en cuando tienen encuentros esporádicos en hoteles; que trabaja de gogo y estriper en barcos llenos de mujeres, y que siempre está para ella.

Me pongo a fantasear con esa vida, mientras no dejo de mirarla; hasta que se van, pago mi cuenta y me voy al trabajo.

Me gustaría decir que me fue bien, pero me conformaré con no me fue mal; cuando apareció María sola...

- ¡Hola Pedro! ¿te tomas un cafélito conmigo? - soltó con una pequeña sonrisa.

Mire a mi tío nervioso antes de contestar, esperando que me dijera que no; para poder seguir con mi trabajo.

- Siéntate con ella, ahora os llevo los cafés.

Lo miro malamente mientras el me guiña el ojo por donde ella no lo puede ver, la sonrisa de ella se hace más grande; esperando mi respuesta.

- Venga escoge mesa, que voy para aya.

- Venga esta misma.

Sigo su trayectoria mirando su trasero, hasta que llega a la mesa se sienta y me siento a su lado; ella me sonríe mirándome a los ojos.

- ¿te gustó el show?

- es maravilloso, sobre todo cuando lo ves de cerca y aprecias cada detalle; los gestos definidos, cada mirada...

Su sonrisa se ensancha.

- eres muy observador, pero es tan difícil; no se ni siquiera si podremos hacerlo bien, y para la fecha en la que queremos estrenarlo.

- un poco, me gusta observar. Todo lo bueno en la vida es difícil,  pero eres una maquina Maria; tu eres capaz de todo, y a Miguel se le nota que sabe lo que hace.

Ella me acaricia la cara y mis ojos se abren de par en par, en ese momento mi tío llega con los cafés y ella me suelta con tranquilidad.

- aquí tenéis los cafés,  que aproveche.

Estoy como un tomate, ambos se dan cuenta; mi tío sonríe y María pone carita tierna, cuando mi tío se marcha...

- tienes razón, todo lo bueno en la vida es difícil; Miguel me enseñó y llevo bailando ya con el 3 años, ¿te gusta entonces como lo hago?

- si, me gusta mucho como lo haces.

Ella sonrie y no dice nada, casi ruborizada.

- ¿cuando queréis estrenarlo?

- en 3 semanas en la escuela, en un mes en el congreso; ¿vendrás al congreso?

- ¿que es eso, eso de congreso?

Ella da un trago a su cafe, tras echar su azúcar y moverlo.

- pues es un evento de baile que dura 3 dias, viernes; sábado y domingo, muchos profesores dan talleres...hay shows, y luego fiesta social.

- ¿shows, talleres; fiesta social? Que de cosas que no entiendo, 3 dias bailando todo el día y la noche debe de ser la muerte.

Ella sólo pudo reir.

Tras reir un poco.

- ya te iré explicando poco a poco, es que el mundo latino es un mundo nuevo; la verdad es que me gusta la idea de que entres en el, si te soy sincera.

- ¿si? Pero si soy muy torpe, no tengo ritmo; me cuesta mucho aprenderlo, soy muy lento.

Ella niega con la cabeza.

- que tonto eres, pero si llevas 1 solo dia; demasiado bien vas, para el tiempo que llevas. Yo tarde un año en empezar a bailar y tu no tardarás mucho, te lo digo yo ya.

- me gustaría que tuvieras razón, algún día sueño con dedicarme al baile; aunque lo veo una meta inalcanzable si te digo la verdad, pero estaría bien.

- si quieres eso, mucha práctica; ¿por qué no, algún día?

- brindó por algún día jeje

- ¿con café? - hace un mohin extraño.

- ¿que más da? Solo quiero brindar contigo.

Le sonrió y ella me sonríe de vuelta.

- ¿por qué brindamos, Pedro? - levanta su cafe.

- porque habernos conocido me ha llevado a bailar.

- porque seas algún día un buen bailarín y entonces te acuerdes de mi.

Sonreímos, chocamos la taza y bebimos entre risas.

- ¿para que quieres que me acuerde de ti? Si cuando yo sea un gran bailarín si es que lo soy algún día,  tu ya seras famosa.

- bueno...la vida da muchas vueltas y eso nunca se sabe. - dice muy seria tras un rato en silencio.

- bueno, me acordaré; te lo prometo.

- no hagas promesas que no piensas cumplír.

- yo siempre que prometo lo cumplo.

- a mi me gustan los tíos de palabra, espero que en tu caso sea asi; bueno tengo que irme, ¿cuanto te debo?

- nada, a este café invito yo.

- no puedo aceptarlo, a menos que al siguiente me dejes invitarte a ti.

- ¿a que piensas venir más veces?

- claro, ¿por qué no iba a venir?

Me dio un beso en el cachete muy lento, antes de levantarse para irse contoneando el culo como solo una bailarina profesional sabría hacer; recogí los cafés con cierta torpeza, y los lleve a la barra sin perder ningún detalle pero se me cayo un vaso de café al suelo y ella se río al darse cuenta.

Me avergonzo y mi tío me reprochó por ello.

- ligatela pronto o me vas a dejar sin tazas muchacho.

- pero tío...

- ni pero tío ni nada, te la ligas y punto en boca.

- ...

Al ver que me ponía serio hablando el gesto pero no cedió en sus palabras.

- ya sabes, te la ligas.

Gracias por leerme este capítulo me ha costado mucho escribirlo, y si lo he terminado ha sido por la gente que comenta; vota o ambas, seguid así, muchas gracias.