Capítulo 6. Enviciada a mi
Ella se despertó de un salto, metió las manos entre sus piernas; las saco llenas de restos de semen, fluidos y sangre.
- ¡despierta! ¿que hicimos anoche?
Al ver su cara, y luego enseñarme su mano; supe con claridad que estaba enojada, intente explicarle lo que paso con toda claridad y sobre todo dejar claro que no fue culpa mía.
- vete de mi casa. - dijo cabizbaja sin mirarme.
- pero...
- ¡que te vayas de mi casa! - grito y me dio una cachetada.
Entre lágrimas, recogí mís cosas; de camino a afuera, me fui vistiendo y durante un segundo la vi por última vez en la puerta manchada de mi; desnuda y enojada.
- no vuelvas nunca más, violador asqueroso.
Y dio un portazo en mis narices.
No fueron sus palabras que también, fue que paso que hicimos anoche a que me hiciste anoche y su forma de tomarse todo; que me destrozo y me hizo mucho daño, para no volverme loco tuve que hecharle la culpa a que ella no estaba bien en este momento y que no podía aceptar que no era lesbiana. Y así ella estuvo llorando en su casa todo el día por mi culpa, yo estuve llorando en mi casa cada día; recordandola por sus arañazos en mi piel, y su tanga.
Pase toda la semana llena de apatía, pensando si mudarme; pero no podía, necesitaba más tiempo para recuperar mi inversión.
Al llegar el fin de semana, la noche del sabado; a las seis de la mañana, llamaron insistentemente a mi timbre. Me di la vuelta en la cama intentando dormir, pero no fue suficiente; ya que siguieron llamandome, entonces abri la puerta y me quedé de piedra.
Era ella, llorando; super arreglada, borracha y ella me sonrió al verme.
- ya era hora, ¿por qué no me abrias?
- ...
- dejame pasar, tenemos que hablar.
Me dijo, me empujó con su mano suavemente para apartarme; la agarre de su brazo para detenerla.
- ¿que quieres, que haces aquí a estas horas?
- quiero hablar contigo muy seriamente.
- ¿y no puede ser mañana?
- no, tiene que ser ahora.
- esta bien...pasa.
Negué con la cabeza, me dolía verla; este juego había pasado de ser algo sano, a ser algo enfermizo y que me estaba pasando factura. Cerré la puerta y con lentitud fui por el pasillo hasta el salón, me sorprendió no verla alli; entonces la busque por toda la casa, hasta encontrarla en mi cama.
- Laura, ¿que haces ahí? No tengo tiempo para esto.
- ven, vamos a hablar.
- no voy a meterme en la cama estando tu, no quiero que me llames violador o algo peor; por favor, sal de la cama.
- no pienso salir de aquí, hasta que te metas; prometo no llamarte nada.
- ...esta bien, tu ganas; cómo siempre.
Me meto en la cama vestido y me doy cuenta de que ella esta desnuda.
- ¿que haces desnuda, Laura?
- veras, nos quedó algo pendiente; te dije que me comieras el coño, pero no lo hiciste.
- no voy a comerte nada, dime lo que quieras decirme; y largate.
- ¿tu tampoco me quieres? ¿también te doy asco?
- ¿que dices, de que hablas? ¿a quien puedes darle asco tu?
- veras se lo conté a mi mejor amiga y amigo lo que paso, se lo han contado a muchas lesbianas; y no he ligado en toda la semana por culpa de eso, me lo debes porque es culpa tuya.
- ...
- no me hagas suplicarte, que nunca me ha hecho falta hacerlo; para que una tía quiera comérmelo, más aun con un tio que siempre queréis y con todas.
- eso no es así, mira quedate a dormir; yo te abrazo y ya está.
- no por favor, te necesito.
- ¿que dices Lau?
- estoy enviciada a ti.
- Venga no digas tonterías, mañana conocerás a otra chica y te olvidarás de mi.
- no lo haré, por favor; comemelo, dame placer como tu solo sabes.
- esta bien, ¿pero luego te iras?
- luego lo pensare.
- ábrete de piernas, que voy.
- primero desnudate.
- ¿para que?
- porque así no me pones nada.
- ¿así que te pongo?
Pregunto mientras me desnudo, mi cabeza es un caos; estoy triplemente dividido, mi cabeza me dice que no lo haga y mi pene junto a mi corazón me piden a gritos que lo haga...pero mi corazón me pide que no me enamore, cuando ya es tarde y estoy enamorado hasta las trancas; pero ya soy consciente de que nunca será mía, lo único que no se es cuando podrá resistirse a lo que la hago sentir.
Una vez desnudo, me meto bajo las sabanas de la cama; veo que tiene el chocho mojado e hinchado, además de perfectamente depilado. Nada más entrar su olor me inunda las fosas nasales, me pongo super cachondo; y lo primero que hago es olerselo de cerca, ella jadea al notar mi roce y mi aire caliente.
- si, comemelo; por fa.
- voy.
- calla y come, por favor; quiero pensar que eres una mujer.
Asiento lastimado y obedezco, se lo lamo entero primero como si fuera un polo; ya que será la última vez o de las últimas, quiero disfrutarlo de principio a fin. Ella suelta gemiditos esporádicos intercalados entre jadeos, cada vez voy lamiendoselo más grande; hasta que mis labios agarran su chocho y lo absorbo entre mis labios, ella suelta un gemido y me recompensa mojandome los cachetes. El aire vuelve a faltarle sobre todo cuando le hinco la lengua hasta el fondo y empiezo a moversela por dentro en circulo, como si le estuviera comiendo la boca; le abro con las manos las piernas de par en par, abro la boca grande y se la meto hasta el fondo. Su fluido cambia, ella pega un gritito; y empieza a tener su primer orgasmo, yo la vuelvo loca al no parar y mientras aun se está recuperando del primero...le empiezo a comer el clitoris, sus jadeos; gemidos y alaridos, no tardan en aparecer pronto la tengo apuntito otra vez.
- por favor, hazme lo de antes.
Se lo hago y se corre como una loca, quedando agotada en la cama; cuando salgo de bajo las mantas, ella se pone de lado preparándose para dormir.
- buenas noches Alfonso.
- no tan rápido, tu te has ido dos veces; yo al menos merezco irme una, ¿no?
- esta bien, te haré una paja.
- ¿una paja? ¡¿una paja?! ¡¡ni hablar!!
- ¿entonces que quieres que te la coma?
- exacto
- y una mierda, yo soy lesbiana y no hago esas cosas.
- pues es lo que hay, o me la comes o te vas de aquí.
- es que me da asco
- ¿el que?
- el sabor
- tranquila, eso tiene fácil solución; voy a la cocina y traigo el bote de nata.
Ella se rie
- ¿en serio?
- en serio
Asiente resignada y primero me la embadurna entera, le da tímidos lametones; cogiendo al principio solo nata y mirándome con cara de odio por obligarla a hacer algo así, en uno de los lametones coge de ambas y no parece disgustarle. La proxima vez echa la mitad y sus lametones son más osados, hasta que prueba la punta; su gesto cambia, por un lado pone cara de asco al ver y por otro cara de gusto al sentir.
- cierra los ojos y te será más fácil.
Ella asiente me mira mal, echa un poco de nata y con los ojos cerrados me empieza a chupar la puntita; poco a poco se va envalentonando más y va más profundo, llega a su tope y no baja más...pero veo que suelta el bote de nata en la mesilla, se recoge el pelo en una coleta.
- ayúdame
- ¿tengo tu permiso?
- Lo tienes
Agarro su coleta y la voy ayudando a metersela mas profundo, a veces tiene arcadas; pero intenta controlarlas, poco a poco ella va aumentando el ritmo y en un momento dado cae en algo pues se la saca.
- cómo te corras en mi boca, te la corto de un bocado.
- entendido jefa.
Se mete media de un tirón, veo que a veces se la saca para tragar.
- no tragues, me gusta más cuanta más saliba.
- entendido
Y se la vuelve a meter, ya no vuelve a sacárselo mas; cada vez aprieta más, cada vez se le humedece más la boca y se la mete más profundo. Cuando se la esta metiendo hasta el fondo, controlando las arcadas y aprovechando cuando la sacamos para respirar; empiezo a sentir que me vengo, pienso si avisarla o no.
Estoy apunto, se la saca para respirar; y cuando se la esta metiendo...
- mueve la lengua por dentro
Ella asiente me la mueve, cuando me voy a correr; le jalo hacia el fondo desde la coleta y meto un puntazo, hasta el fondo y en ese momento me corro en su garganta. Su mirada se vuelve odio e intento sacarla pero no me da tiempo, me pega un bocado; mientras me sigo corriendo en su boca, y mientras me quejo de dolor me muero del gusto.
Ella entre toses, se levanta; me pega en el hombro con ambas manos, y me insulta.
- idiota, imbécil; tonto, estúpido.
Busca su ropa y se empieza a vestir, esta llorando; yo lloro de dolor, me la ha dejado sangrando y con los dientes marcados. Pero sonrió, eso ha sido mi venganza por haberme hecho daño la otra vez; por jugar conmigo, y por cabezona.
Mientras se va la veo saborear con cara extraña y da un portazo, poco después la escucho masturbarse en su casa; niego con la cabeza, esa chica no tiene remedio.
- me masturbaria, pero me la ha dejado fuera de servicio; esta chica es un terremoto, creo que demasiado para mi.