Capítulo 3: ¿así se seduce?
Pincho me despierta dándome un placaje "cariñoso"
- ¡auch! Eso duele
- despierta Sayan vago, vamos a cazar tu dote.
- ¿mi dote?
- ya que tienes tan poco pelo, andas a 2 piernas; no tienes pinchos, y tus colmillos no asustan a nadie...no bastará con cazar Gracos de carne como siempre.
- ¿así que eso es la carne que comemos? Esta rica.
- vamos gandul.
- cómo ves pincho se ha levantado hoy con mucha energía.
Dice su mujer ajena a lo que paso anoche.
- si, lo se; tiene ganas de que me case.
El me mira mal.
- ¡vamos! Te estoy haciendo un favor...
- si, bueno; vale, vamos.
Por el bosque vemos varias manadas de pequeños Gracos de carne, los animales parlantes; comen animales no parlantes, supongo que tiene sentido porque yo hablo también y me los cómo.
Salimos a la playa, en la que se ven conchas marinas gigantes.
- ¿y ahora que?
- agachate
- ¡¿que?!
Pincho sacude sus pinchos, me agachó y esquivo todos; pero los pinchos han molestado a las conchas, y se acercan a nosotros.
- ¿y ahora que?
- ahora...buena suerte.
Se rie y desaparece de la playa.
Me distraigo un segundo y una de ellas intenta comerme.
Le atizo un golpe con todas mis fuerzas, la concha se raja; pero me sigue intentando tragar, como esta rajada al resistirme la rompo y consigo escapar.
Pero estoy rodeado de ellas, una con una forma viscosa me agarra un brazo; jalo y me consigo soltar, en respuesta aplastó la concha con una patada y esta se parte.
Una me intenta tragar por los pies, otra por la cabeza; una por el brazo izquierdo y otra por el derecho, forcejeo sin éxito contra ellas. Pero al ver que no me puedo soltar, a las de los laterales las chocó una y otra vez hasta que se parten; luego golpeo a la de mi cabeza y por último obligó a abrirse del todo a la otra y veo como muere ante mis ojos al darle el sol.
- ¡Bravo! Sabia que ganarías.
Grita pincho, saliendo del bosque; con una sonrisa maliciosa.
- ¡eres un mal tipo!, ¿sabes?
- ¿mal tipo? Me robas mi cueva y mi familia, que tanto me costó conseguir; pero el mal tipo soy yo.
- ah, lo siento; supongo que tienes razón.
- vamos coge las perlas, 6 perlas serán suficiente regalo; para que te tomen en cuenta, luego consigues una cueva y te la llevas a otra parte.
- entendido.
Lo hago sin rechistar.
- ¿que valor tienen estas perlas?
- se comen y son un manjar...
Las miro con la boca echa agua
- ¡no te las comas! Las has matado con facilidad, otro día vuelves aquí y consigues más.
- ...esta bien...todo sea por dejarte en paz.
El no sonrió, me miró raro y tras esto, cazamos Gracos de carne; al menos el doble de lo normal, como me sorprendió.
- ¿y esto para que tanto?
- ¿es que no tienes modales? Cuando vas a casa de alguien a pedirle la mano de su hija, lo normal es que lleves tu comida; comida para ellos, un regalo y una dote.
- entiendo, tenemos la comida, la dote ¿cual es el regalo?
- la fruta que recoges a veces.
- vaya, que trabajoso es procrear aquí.
- solo por curiosidad ¿que se hace en tu planeta? No es que me interese ni nada, es solo que el silencio; me molesta más que tu presencia.
- en mi planeta, coges a la muchacha que te gusta o te parece fuerte por los pelos; si ella no se resiste adelante, si se resiste o no te considera apto se defenderá con uñas y dientes ganando el mejor...si gana ella te quedas sin procrear y te has llevado una paliza, si ganas tu; la paliza se la llevó ella y la has germinado con tu semilla, eso vi al menos por lo general.
- ...que salvajes...
- supongo, así solo procrean los más fuertes en teoria; si eres débil solo buscas a una más débil que tu, si no la hay estas jodido.
- calla, me da ganas de vomitar.
- me preguntaste tu.
Tras eso volvimos a casa, al enseñar lo logrado; sonrisita bonita sonrió.
- ahora estoy segura no dirá que no, ¡¿que te ha pasado?!; estas quemado por algunas partes.
- tu marido intento salvarme, pero eran muchas; entre los dos pudimos abatirlas.
Ella frunció el ceño contra su marido, el suavizó su gesto contra mi.
- ahora voy a curarle y espero no digas nada.
- ¡no diré nada!
Tras eso salió para fuera enfadado.
Mientras la mujer me curaba, me interrogó.
- ¿que paso realmente Rape?
- nada, lo que he dicho.
- eres un buen tipo.
- siento haber molestado, no pensé que molestaría.
- ¿quien te dijo que molestabas?
- no nadie, es solo que lo pienso; que volarán mi planeta en mil pedazos, no me da derecho a quitarle su cueva a una familia.
- no se quien te ha metido esas ideas en la cabeza, pero daré con el.
- no de verdad es cosa mía.
Ella me sonríe triste y tras eso nos ponemos en marcha. Pincho me hace cargar más frutas que nunca y esta contento, saltando; cantando, su mujer solo frunce el ceño y el no se da ni cuenta. Uno de sus hijos esta triste a mi lado y el otro imita al padre, por mi parte; voy cargando con todo pensando, ¿merece la pena todo esto? Quien sabe..