Capítulo 3: Pueblo Besolla

     Entro en el pueblo, normalmente me fijaba en otras cosas; los muchachos y muchachas jóvenes jugando, los viejos haciendo la compra...ahora me fijo que todo el pueblo está echo de madera, los tejados de paja; el suelo de tierra, hay bastante vida para ser un simple pueblo de montaña ya que tiene muchas granjas y campos de labradores alejados de la civilización por aquí. También hay algunos aventureros, el mercado no sólo tiene fruta; verduras, pescado y carne.

También hay armas, armaduras; escudos, accesorios y utensilios varios que no se para que sirven.

Sin embargo aunque varias veces estoy tentado de hacerlo no me paro en sitio alguno, llego en pocos minutos al gremio de aventureros; me intimida un poco, pero avanzó sin miedo y una vez dentro...me fijo en que hay varios tipos rudos.

Todo el mundo me mira al entrar, algunos se rien; otros niegan con la cabeza, uno tiene la desfachatez de gritarme delante de todo el mundo.

- Oye, te has equivocado de establecimiento; el mercado de productos agrícolas, esta a la vuelta de la esquina.

Casi todos rompen a carcajadas, lo miro de reojo al gracioso y a todos los demas; sigo con mi cara seria, llego al mostrador donde hay una chica hermosa.

Tiene cogidas dos coletas altas, el pelo morado; esta vestida con un pantalón negro y una camisa blanca, guantes negros y pajarita negra.

- ¡bienvenido al gremio de aventureros! Los pedidos son en la ventanilla de fuera.

- no, no vengo a pedir; vengo a apuntarme. - digo con confianza, mientras aun se escuchan risas; susurros y comentarios por detrás.

- esto...¿estas seguro? Si mueres la responsabilidad será sólo tuya.

- estoy completamente seguro.

Ella suspira, algunas risas se cortan; otras aumentan y las demás persisten.

- aquí tienes el formulario, leelo si sabes y son 18 monedas de cobre.

Pago sin leer, luego leo por encima; pone en resumen que debo portarme cómo un aventurero, que si muero toda responsabilidad recae sobre mi y que un porcentaje de los premios se los llevan ellos. También tengo ciertas ventajas, comida; médico y techo caliente; en cualquier sitio con gremio de aventureros, información y posibilidad de renegociar el premio a veces.

Firmó sin dudar y ella viene con un collar de bronce.

- pontelo en el cuello y ya eres oficialmente un aventurero de bronce.

- gracias - digo mientras lo hago.

Saco el collar y los brazaletes.

- ¿hay recompensa sobre esto?

Tanto la muchacha cómo los aventureros que no han perdido el interés en mi, se quedan en silencio asombrados; ella mira entre todos los papeles que tiene bajo el mostrador y encuentra ambos, son precisamente 2 misiones para bronce.

- 2 misiones de bronce, empiezas fuerte Bradley; por la del collar dan 100 de cobre, por los brazaletes 50 de cobre. En total te pertenece...120 de cobre.

Ella me lo da y lo guardo junto al resto de monedas.

Monedas:

Oro: 1

Plata: 11

Cobre: 122

- gracias, ¿hay por aquí algún maestro en combate sin armas?

- si, en la escuela superior de combate; creo que llegó uno hace poco, ¿no vas a coger otra misión?

- ya hice dos, por hoy está bien; necesito mejorar mis puntos flacos, gracias señorita...

- Curny, tienes que hacer una misión por semana para no perder el grado de aventurero; escepto si estás enfermo, herido o de vacaciones.

- de acuerdo Curny, gracias.

Busco la escuela superior de combate, y entro en ella; en la recepción mucho más pequeña que la entrada del gremio de aventureros, hay un anciano.

- disculpe, ¿tienen un maestro de combate sin armas?

- si, señor. ¿que servicio deseas?

Tarifas:

- aprender lo básico(1 hora): 5 Cobre

- curso intensivo(3 días): 3 plata 6 cobre

- curso corto(7 días): 2 plata 1 cobre

- curso de experto en combate sin armas(1 año): 3 oro 6 plata 5 cobre

- quiero aprender lo básico.

- esta bien, paga primero.

- aquí tienes.

- primera puerta a la derecha.

Entro y veo a un hombre calvo de color meditando, al escuchar crujir el tatami; este me mira y se endereza, luego al ver la factura.

- esta bien, durante una hora te enseñaré...

Durante 1 hora me estuvo enseñando la posición que debo adoptar, a atacar y defenderme sin armas; aunque observó con curiosidad toda la hora la espada, luego observó mi aspecto.

Al acabarse el reloj de arena, nos saludamos.

- eres el primer guerrero que viste así como tu, y que viene a aprender a luchar sin armas.

- bueno estoy empezando y quiero superar mis debilidades.

- eso es interesante, pero ¿sabes que en una hora no hago milagros; cierto?

- lo se, pero al menos ya se lo básico.

- si sabes justamente eso lo básico, si tienes tiempo te recomiendo hacer al menos un intensivo; hay sí te podre preparar mucho más, eso te dará al menos conocimiento extra.

Le hago una reverencia.

- gracias, lo hare.

Tras despedirme, fui al gremio de aventureros de nuevo; para pedir una habitación, donde adecentarme y definitivamente descansar hasta el próximo día.

Tras cerrar la puerta, caí muerto sobre la cama.