Prologo
Despierto dolorido y me pesa el cuerpo mas de lo normal, estoy en una jaula grande; afuera escucho animales y parlantes quejarse, me levanto con esfuerzo del frio hierro.
Recuerdo todo enfadado, frustrado; apenado y me siento muy mal...a pesar de todo el esfuerzo, no fui bastante fuerte; no lo bastante rápido, no sabia suficiente de combate y fui superado por un estúpido Namekiano.
Me agarro la cabeza, entre tanto pensar y la paliza que recibí me duele bastante; decido aprovechar esta gravedad tan fuerte, para entrenar una vez más.
Hago la primera parte, no consigo hacer ni la mitad; pero noto que me vale el doble, descanso unos minutos y me levanto. Empiezo a golpear el aire y a esquivar a la nada cuando soy interrumpido.
- ¿Rape?
Miro en la dirección pero no digo nada.
- ¿eres Rape?
- si, soy yo; ¿quien habla?
- soy Rosa, quiero disculparme en nombre de Lomo plateado; cuando estaba muriendo, se disculpo contigo.
- ...
- entiendo que no quieras hablar conmigo, no te tratamos al final como uno de los nuestros; lo siento por eso, solo quiero que sepas que mi hija y sonrisita bonita te han sido fieles todo este tiempo.
- gracias, ¿cómo murió Lomo plateado?
- luchando contra el Namekiano, según el; no quería un ejemplar tan viejo.
- lo siento por eso, pero creo que lo venge.
- ¿lo vengaste?
- antes de caer inconsciente, atravese su estómago.
- lamento decirte...
- que estoy vivo. - interrumpe el namekiano desde fuera de la jaula.
Me lanzo volando contra el a toda velocidad, toda la que me permite la gravedad actual; el no se mueve un milímetro, pues los barrotes no sufren daño alguno.
- ¿cómo estás vivo? - pregunto y el se rie.
- los namekiano se regeneran - contesta rosa.
- ¿la conoces?
- si, es mi suegra.
- ah, ¿tu suegra? ¿vamos a tener cachorritos Sayans?
- ...
- dime quien es tu mujer o mato a su madre, no me mires asi; sabes que no bromeó.
- no le hagas daño, Rosa gris y no no vamos a tener cachorros, antes de tocarla...llegaste tu.
- tenemos que solucionar eso ¿no crees? Si te pasara algo, tu raza se extinguiria y eso es malo para mi bolsillo.
- pero ella dijo... - contesto Rosa.
- ella mintió.
El se río a carcajadas.
- iTraed a Rosa gris! - ordenó a sus hombres.
- algún día...¡te arrepentíras de todo esto!
- ¿si? ¡avisame cuando llegue ese día!
Tras eso se marchó riendose.
- yo, lo siento...hable demasiado.
Lloriquea Rosa.
- no, yo lo siento; debí ser más fuerte y acabar con el, la próxima vez no fallaré.
Seguí entrenando con los ánimos de rosa, hasta que trajeron a Rosa gris.
- ¡¡Rape!! ¿estas bien? - pregunta y me besuquea con su lengua.
- si Rosa gris, lo siento; no pude rescatarte, no he sido bastante fuerte.
- shhh...lo intentaste, no importa ya estamos juntos.
- oye, hueles diferente.
- te dije que notarías cuando estuviera en celo. - aprecio sonriente
- lastima que sea aquí.
- no importa, ore a las Lunas poder tenerte aunque sea una vez; y mi deseo se ha cumplido, espero darte hijos poderosos y que algún día podamos escapar todos.
- entrenare duro y lo intentare.
- hija, me alegro que estés viva
- ¡madre!
- no quiero interrumpir el feliz encuentro, pero Rape es nuestro nuevo semental de Sayan; el tiempo apremia, tienes muchas hembras que preñar para el capitán Namek. - grita un soldado.
A Rape que no tiene sentido de la infidelidad o de la posesión no le duelen esas palabras, lo que le duele es ser obligado a ello y hacerlo porque no fue bastante fuerte para vencer; pero a Rosa gris y a Rosa que si tienen ese sentido, además saben que las de su raza también lo tienen se sienten muy desdichadas.
- ¡date prisa o las mato!
- grrr... - gruñe el Sayan.