Sexo de mañana.
Leticia3.
Este micro relato es continuación de El Alivio de tensiones y La puta esa.
Silvia oye roncar a su marido, le está costando dormirse. Lo hubiera hecho tranquila después de coger, pero ha tenido que preparar la cena para sus hijos adolescentes, que comen como salvajes, aunque Vicente no se queda atrás. La comida, lavar los platos son tareas que no le cuesta hacer. Nunca le gustó planchar.
Vicente no es mal hombre, llevan juntos casi veinte años, entre noviazgo y matrimonio. Prefiera que la coja como hoy de forma rápida, sin juegos, antes le gustaba la fase de precalentamiento, que durara, ahora no.
Su vida ha cambiado desde que ha conocido a Fabián, nunca había pensado en engañar a su marido, pero Fabián la sedujo desde que le vió. Y ahora no soporta los juegos eróticos con su marido, eso es sólo para su amante.
Son amantes de mañana, les marcó conocerse en DISCO, en la compra. No fueron a la cama el primer día, pero sí al segundo. Su amor es de 10.30 a 12.00.
Y le gusta jugar con él, ser su esclava, que la ate, que la posea brutalmente, o como hoy, que adoptar el rol de una bailarina de strip-tease, que lo excita y le pone hasta que la coge.
La verdad que le ha hecho un buen show. Para verle se ha puesto el viejo uniforme de cuando trabajaba en el shopping. Quería parecer una colegiala.
Al ritmo de la música se ha ido quitando la pollera, parada sobre los mocasines quedando con la blusa, la corbata, las bombachas y las medias. Ahora usa medias que se fijan a los muslos. Sabe que la hacen más erótica. Se lo ha pedido su amante. Le gusta cuando se disfraza para él. Hoy ha sido de colegiala perversa.
La corbata, la blusa quedando en una musculosa sin corpiño, y luego dejar los senos al aire, jugar con ellos hasta que sus pezones se pongan erectos.
La bombacha, toquetear sus partes más íntimas y bien mojada ponerse como una perrita para que la penetre.
Ha descubierto, que como más le gusta coger, es así. Nota toda la verga del hombre dentro. Cuando siente las nalgadas se vuelve loca, nunca pensó que que la pegaran mientras la cogían, era un placer. Pero la excita, ha llegado a irse, cuando jugando a la niña mala, se puesto sobre los muslos del hombre, para que la diera azotes con la cola al aire.
Ahora en la cama, mientras su marido duerme, su mano desciende por el vientre buscando el sexo. Se acaricia sin apenas moverse , no quiere despertarlo. Poco a poco llega al punto de no retorno, volviendo a sentir la leche de su amante sobre sus nalgas. Le suele gustar derramarse fuera.