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Estrenando la temporada de piscina.

en Intercambios

ESTRENANDO LA TEMPORADA DE PISCINA.

CELIA. Juegos entre parejas.

-“ ¿ Voy bien?”- le pregunto a Emilio antes de salir. Sé que le gusta que le pida opinión antes de salir. Se siente como si fuera mi dueño y señor.

-“Estás muy buena y se te ve provocativa. Se nota que eres mi yegua.”-

Mirándome en el espejo, me encanta coincidir con él. El pelo corto, sin maquillaje, sin joyas, pero con una musculosa blanca de escote en V que muestra el canal de mis pechos, realzados por el top del bikini y la mini azul dos palmos por encima de la rodilla que al agacharme casi deja ver el tanga. Llevo unas sandalias de taco bajo. Me contoneo coqueta, momento que mi chico aprovecha para darme un azote en las nalgas.

No tardamos mucho en llegar a casa de Carmen, vamos a pasar el día con un asado para festejar la inauguración de la temporada de pileta. Llegamos los primeros a propósito. Carmen, su marido Alfonso, Emilio y yo tenemos sexo en grupo.

Nos besamos tranquilos, sin testigos, llevamos un par de semanas sin estar juntos, hoy nos quedaremos cuando se vayan todos. Alfonso se sale de guapo, es uno de los hombres más atractivos que conozco, alto, delgado pero fuerte, pelo largo en el que todavía no hay canas, nariz recta sobre una sonrisa perenne que deja ver sus dientes de lobo. Carmen es una muñeca, lo primero que destacan son sus ojos  violeta, como los de la Liz Taylor, pero chispeantes, enmarcados en una carita redonda, con pecas. Es más bien baja, no llega al 1,60, por eso usa tacos altos siempre , que le hacen andar erguida, destacando sus tetas grandes y erguidas.

-¿ Sos capaz de pasar todo el día con las bolas chinas puestas? Si te las pones, me las pongo y a estos dos les ponemos toda la jornada, que puede ser un poco aburrida.”-le pregunto a Carmen, sé que me va a decir que sí, le encanta jugar a ser una señora perversa.

-“De acuerdo, te presto unas si no has traído las tuyas. ¿ quieren ver como nos las ponemos?”

Entramos en la casa, vamos a su dormitorio, está en la planta alta, abre un cajoncito del placard y saca dos juegos. Vestidas como estamos, ella con una túnica, nos sacamos las bombachas, y dejamos las conchas al aire. Nos acariciamos un poco para dar jugo a nuestras vaginas y despacito, mirando a los ojos a nuestras parejas nos vamos introduciendo las tres bolas.

La excitación flota en el ambiente, los hombres están calientes cuando nos volvemos a poner los tangas.

-“Carmencita, creo que vamos a tener  que aliviar a los chicos. Así van a ser unos toros buscando vacas cuando lleguen las mujeres.”-

Carmen ni siquiera contesta, se arrodilla ante Emilio, y con habilidad le saca la verga dura, yo la imito con su marido.

-“Vamos a ver cuál de las dos es más hábil. Cuida niños la que pierda”- me dice la anfitriona mientras con la mano libre va indicando uno, dos y tres con los dedos, dando la señal. Y las dos comenzamos a mamar  pija. Yo procuro esmerarme, sé que voy a perder, Emilio siempre está caliente  y además a Carmen lo que le gusta es la sensación de poder que te da el sacar la leche del macho. A mí , el sentir que la persona a la que se la chupo, va volviéndose loca de placer con mi boca experta.

Emilio ha acabado, Carmen se retira como gata gozosa que saborea el semen. Decido acelerar, a mi pareja no le apetece ser el speedy gónzalez del sexo. Uso la mano para masturbar el vástago, mientras con los labios juego con el glande que recorro con la lengua. La explosión de Alfonso me llega a la garganta.

No paramos, cómplices de nuestro intercambio, del placer de nuestros hombres.

ALFONSO. Tetas al aire.

La verdad es que es agradable juntar a varias parejas para pasar el día. Es la ventaja de tener una casa, en un departamento es más incómodo. La razón de nuestra amistad es el trabajo, soy el abogado de la empresa de Lalo y Paco, donde trabaja y es socia minoritaria Marga. Emilio se apuntó porque conocía a Paco del colegio en España. Y así se formó el grupo.

Celia, la pareja de Emilio, convenció a mi mujer para entrar en el intercambio de parejas, y tengo que reconocer que desde entonces cojo más y mejor que nunca.

Hemos puesto a punto la pileta, y les he invitado a todos a pasar el día en casa, con sol, baño y asado incluido. Obligaciones comerciales y además de placer. Nuestros hijos se han ido a pasar el fin de semana con los padres de Carmen.

Los primeros en llegar son los que tienen niños. Lalo y Elena con sus dos retoños, junto a Paco y Verónica con su pequeño. Vienen en el mismo coche, un Renault familiar de Lalo. Viven en el mismo edificio, una torre que construyeron en Palermo, con pileta y seguridad.

Ellos son agradables y listos, no son el prototipo de gallegos más bien brutos, se saben manejar, y siempre han ganado dinero en el proceloso mundo argentino. Las mujeres están buenas, sobre todo Verónica, un minón, alta, guapa de cara , con un lomo bárbaro. Lo mejor: las tetas como dos melones. Elena es una morochita pizpireta, agradable, divertida y coqueta. Parece menor que los años que tiene.

Nos saludamos con besos, picos ente las chicas y en pocos minutos, ya estamos todos en mallas. Los hombres por un lado, las mujeres y los niños por otro. Paco ha venido con el vino, dos cajas de L´Argentin de Malartic, que sostiene, es un clarete de los mejores del mundo y encima barato. La verdad es que está bueno y por mucho que bebas no te duele la cabeza.

Lalo me pide ir a la cocina para cocer los langostinos que ha traído. Y allí nos vamos los hombres.

Estamos preparando los mariscos cuando entra Marga en la cocina, causa sensación entre nosotros. Viste un pantalón negro y un top sin espalda que se anuda al cuello, al no poder usar corpiño, se le marcan los pezones de los senos alegres en la seda. Alta, delgada, pelirroja, con carita de niña buena, es un bombón. Nos besa en plan compañeros y luego mete en la heladera seis botellas de champagne Barón B.

-“Nos vamos a poner como chanchos, y soplar como salvajes. La verdad es que da gusto estos almuerzos que pueden acabar en cenas, y encima con bañito incorporado.”- nos dice alegre .-“ Mario se ha quedado fuera con las chicas y jugando con los niños. Ahora viene. Yo voy al baño a ponerme el bikini. Os esperamos fuera, no tardéis mucho, que somos demasiadas mujeres para un solo galán.”

Lalo continúa con su cocedero y aclara que si queremos ir fuera a él le quedan unos cinco minutos y que no le importa acabar solo.

Le abandonamos y nos vamos con las mujeres. Mario está entreteniendo a los niños. Marga ya ha salido con un bikini fucsia que le sienta de diez, aunque están todas buenas cada una en su estilo. Son cinco hembras pasados los treinta y que ninguna llega a los cuarenta. Carne experta y con capacidad de lujuria, eso pienso al verlas, y la polla se me endurece pese a la reciente mamada.

-“Nadie nos ve, es mi casa ¿ por qué no hacemos topless?”-propone mi mujer , Carmen. Es algo que hemos hablado con Celia y Emilio, para animar la fiesta, pero no sabíamos como iban a responder.

-“Por mí, no hay problemas, en España soy habitué.”- contesta Elena soltándose la parte alta del bikini. Las demás la imitan, y ante mis ojos aparecen cinco pares de lolas, al aire, incitantes y deliciosas.

Las de Carmen son grandes, un 95, un poco caídas. Las de Celia bien paradas, medianas, un 85-90,  los pezones de las dos erectos, las bolas chinas hacen que las puntas de los senos estén duros. Las de Elena como las de Celia, pero un poco más caídas, ha tenido dos hijos y los ha dado de mamar, pero apetecibles con esa elasticidad que da el ejercicio. Las de Marga son pequeñas, colinas en un cuerpo delgado, donde los pezones rosas invitan a ser lamidos. Los senos de Verónica son una joya de la naturaleza, en el entorno de 100, para mí que los pasa, pero están erguidos , desafiando a la ley de la gravedad.

Es Elena, la que ofrece el protector solar.

-“Daros bien de crema para no quemaros las tetas. El de niños tiene un factor de protección que os inmuniza del sol y  les da color.”

El verlas poniéndose la leche sobre los pechos, me excita mucho, en Argentina no es normal el topless, y tener cinco mujeres en mi casa en tetas, me levanta no sólo la moral.   

Es Celia la que pregunta con una sonrisa de oreja a oreja:

-“ Vero, ¿ estás embarazada?”-

-“Si, de un par de meses, cómo se ve que sos ginecóloga.”-

-“ Es que tienes las lolas muy duras y tiesas y …”-

Todas besan y abrazan a Verónica , se rozan los pechos sin darle importancia, sus cuerpos entran en contacto, y yo me pongo caliente. Decido ir a preparar el asado. Lalo ha salido ya de la cocina y trae una botella con un plato con jamón crudo y queso.

La única que no bebe alcohol es la embarazada y todo empieza. El carbón y la leña en la parrilla, el vino, otra picada, los cuerpos semidesnudos al sol, los baños, el aprovechar estar en el agua para rozar a las mujeres, más vino, el preparar la ensalada, los langostinos, más vino….

Nos sentamos a la mesa en el porche, ninguna se cubre, yo estoy hambriento de sexo, Marga a mi lado coquetea conmigo, la toco siempre que puedo, tiene una piel suave que el sol ha puesto más rojiza, desearía cogerla, con el alcohol ha perdido inhibiciones y a veces apoya su torso desnudo en el mío.

CARMEN.  La verga majestuosa.

Por un lado el vino, por otro el solecito en tetas y sobre todo las bolas me tienen caliente perdida. Las madres se ocupan de los niños, Emilio como lobo en celo está junto a ellas, sé que le ponen las mamás jóvenes, Alfonso habla con Marga tumbados en dos reposeras, Mario y Lalo siguen sentados en la mesa con dos güisquis hablando de cine y literatura. Paco ha entrado en la casa y se ha tumbado en el sofá  del salón. Celia se me acerca, vamos a la cocina y nos besamos, sus manos me recorren y yo respondo a su caricia con furia. Somos dos lianas entrelazadas, necesito un orgasmo, mis dedos buscan dentro de su bikini buscando su concha , para que ella me imite.

Celia me rechaza, saca mi mano de su tanga y me susurra al oído mientras me lo lame.- “Espera tengo un plan mejor, seguro que te da más placer”

-“Pues rápido que estoy como perra en celo”- nuestra relación es tan abierta que podemos decirnos todo, se ha ido tejiendo a lo largo de meses de compartir sexo y hombres.

-“¿ Te has fijado en la verga de Paco? Parece una tranca, es enorme, con ella hacen la de Emilio y Alfonso.”

-“Sí, pero…”-

- “Todos están entretenidos , tu Alfonso intentando ligar con Marga, mi Emilio encelado con Elena, y Lalo y Mario dándole a la copa. Y nuestro superhombre tumbado en el salón, en malla, en un sitio donde nadie nos ve , y encima adormilado. Anda quítate las bolas y vamos a por él”-

-“Estás loca se puede organizar un lío. “- le contesto preocupada , pero al tiempo excitada.

-“He visto como nos mira, y además ¿ conoces a un hombre que le diga no a dos hembras como nosotras?”-

Nos sacamos las bolas y vamos al salón, Celia tiene razón nadie nos ve y están todos entretenidos. Paco dormita tranquilo tumbado en el sofá. Las bermudas apenas pueden ocultar su enorme paquete. Mi amiga se pone junto a su cabeza y le tapa la boca, se despierta asustado, pero Celia le besa antes de que pueda reaccionar.

-“No grites que te vamos a violar y vas a ver el gusto que te damos la Carmen y yo”-

Cuando tiro del bañador , él levanta el culo para facilitar  la tarea, y semierguida tengo ante mis ojos una maravilla de la naturaleza. Su mástil, su árbol, su tranca. De largo mas de dos de mis palmas y creo que para agarrarla voy a necesitar las dos manos.

Apenas le doy dos lametones se convierte en un rascacielos apuntando al espacio. Sé lo que debo hacer, me bajo el bikini y sin preámbulos coloco una pierna a cada lado de sus caderas. Estoy empapada, los flujos lubrican mi vagina, pero cuando voy descendiendo y entro en contacto con su ciruelo pienso si me cabrá. Las mujeres estamos diseñadas para meternos cualquier cosa , nos costará más o menos, pero entrar entra casi todo, y salir salen los hijos , así que me armo de valor y me voy dejando empalar.

Nunca había sentido algo que me llene tanto, la elasticidad de mi interior se pone en juego para recibir semejante estaca.

No tengo más remedio que moverme despacio, deslizándome sobre el falo y sin poder llegar a metérmelo entero. Subo y bajo, intentando cada vez llegar más bajo, hasta que mi cuerpo se amolda y logro que los labios de mi sexo sientan el vello de su pubis. Y entonces con toda la monstruosa tranca dentro, me quedo quieta y comienzo a acariciar el clítoris acelerando el orgasmo que se encuentra próximo. Las oleadas que me vienen las aprovecho para reiniciar las subidas y bajadas. Sin dejar de tocarme me vengo quedando rendida con su arma dentro.

Celia me conoce bien, sabe que yo he acabado y que le toca su turno.

-Anda ven a darle gusto a la lengua de este tigre, mientras yo me lo monto, que veo vale la pena.”- me ordena en voz baja. La obedezco, me retiro dejando el mástil erguido en el aire y  le pongo los senos al alcance de la boca al gallego.

Ella le cabalga sin contemplaciones, me quedo admirada de cómo debe ser su concha, tan elástica, capaz de absorber tanto volumen. Paco me acaricia la vulva mientras me chupa los pezones, no es bueno, no lo hace mal, pero no es un experto, claro que con esa poronga debe pensar que no tiene que esforzarse.

De pronto casi grita un “si sigues me corro”, y Celia se desensarta y me dice un “ven” y las dos agarramos la verga y como si fuera un helado lamemos el glande hasta que la leche sale, seguimos hasta que lo bruñimos.

-“ Creo que si no dices nada y te portas bien, podemos aliviarte el embarazo  de tu mujer.”- le suelta Celia tras besarle en la boca.

EMILIO. La mujer dormida.

 

Acaban de irse Paco y Lalo con sus hijos y sobre todo con sus mujeres, ¡qué buena está Verónica!  Y ¡qué puta es Elena!, no contenta con el despelote de todas, con las tetas al aire, se ha pasado casi toda la tarde poniéndome cachondo, jugando a que había bebido mucho, que es verdad  pero ….Uno se da cuenta cuando le están pidiendo guerra, desde el “por favor , pásame la toalla” al “ tengo bien extendida la crema en la espalda” y todo eso con agarradas de mano, roces en los que alguna vez le he tocado una teta,  y ese beso de despedida , en fin que me ha puesto como una moto. Porque ella de por sí, me excita, ¡es tan india!, morocha, con esa piel aceitunada tan suave , esos pechos elásticos, con las areolas color marrón y los pezones erectos casi negros, de mulata, me entras ganas de violarla, como mis antepasados debían hacer a alguna salvaje como ella.

Busco a Carmen, le gusta que la dominen y yo necesito una hembra sumisa.

Está en el salón con su marido, Celia, Marga y Mario. Es Alfonso el que me pregunta: “ ¿ Cómo llevas el nivel alcohólico?. Porque creo que ninguno de los cuatro está para conducir. Verónica no había bebido y por eso les he dejado ir, ya que conducía ella. Pero creo que, como es sábado y hay camas y no os espera nadie, deben quedarse a dormir en casa hasta que estén mas serenos.”

Yo con ganas de romperle el culo a Carmen y su marido jugando a prudente, me agarro un cabreo de cojones, se me debe notar, porque Carmen me susurra mientras me sirve una copa de champagne: “A Celia se le ha ocurrido una perversidad que te va a encantar. Así que di a todo que sí, vicioso”

Celia apoya la propuesta  y Mario y su mujer no tienen más remedio que aceptar, además él está un poco pedo, creo que los güisquis con Lalo le han dejado perjudicado. Entonces se puede tomar otra copa, como sostiene Alfonso, mi chica como médica se ocupa de preparar unos gin – tonic, que nos ofrece en mano, brindamos y comenzamos a tomar, aprovechando para comer algo de lo que ha sobrado.

El ambiente se ha medio adormilado, yo necesito follar, a ver si nos vamos a la cama y puedo coger. Le toco el muslo a Carmen, y la cojo de la mano para llevarla a la cocina y metérsela hasta el fondo. Cuando salimos del estar y nos quedamos solos , la beso y le sobo los senos, Tiene los pezones bien erectos, también está caliente. Me saco la polla, está dura como una piedra.

-“Obedece y date la vuelta para que te la clave de una puta vez.”-

-“Lo estoy deseando, pero creo que si sueltas la leche ahora, no vas a estar preparado para lo que viene. Anda, volvamos al salón”-

Me da un golpe pequeño en el cabezón de mi verga. La guardo, me las va a pagar, no se puede tener a un tío tan salido y no darle gusto.

Parece un velorio, o una cuadrilla de derrotados, y yo como una moto.

Alfonso propone acostarnos,  le indica el dormitorio de invitados para Marga y Mario, a Celia y a mí nos manda arriba, al lado de su alcoba.

Mientras Carmen y Alfonso recogen  las copas, Celia me hace subir.

-“Cago en la hostia, ¡ qué cojones pasa!”- le digo apenas nos quedamos solos.

-“ Gallego de mierda, ¿ por qué no te fías de mí?. A parte de nosotras te vas a follar a Marga. ¿No te apetece? Y además , dormida, sin que se pueda resistir.”

-“ Eres la leche, ¿qué la has dado?. A ellos un somnífero , a vosotros un estimulante para que aguantéis todo lo que queremos sacaros.”-

Mi chica es una perversa: joderme a una tía dormida , es alucinante. Nos vienen a buscar nuestros amigos. Se les nota la excitación de lo prohibido.

Celia nos insiste en que hablemos bajo, al llegar a su cuarto, entra primero ella sola, cuando vuelve su sonrisa indica que los tenemos dispuestos para nuestro placer.

Al levantar la sábana aparecen desnudos. Marga es flaca pero está buena, tiene el coño depilado, me doy cuenta que Alfonso se la quiere tirar ya, ha estado coqueteando con ella todo el día. Así que como si me quitara el sombrero le cedo el primer puesto. Las chicas la abren de piernas, boca arriba, con los muslos separados, está dispuesta a ser el blanco de la polla de Alfonso, que apunta y la clava de un golpe. Marga gime, me parece que va estar muy bueno, está dormida, pero siente como una buena puta.

Carmen me chupa la pija mientras su marido se folla a la dormida, lo sabe hacer bien, sólo tiene que darme gusto y mantenerla erguida, pero no tiene las manos quietas, masturba a Mario mientras Celia le lame la verga al galán en sueños.

Mi compa debía venir muy caliente  porque se corre enseguida, me doy cuenta como mueve el culo con los últimos empujones. Cuando se separa, entre los labios de la vulva, chorrea su lefa.

Ahora me toca a mí, me divierte joder a una tía que se acaba de joder otro, la meto sin problemas, está lubricada por el semen del argentino y se desliza suave. Le doy un buen mete y saca, Marga gime y susurra ayy Mario …que lindo …sigue así.., y yo sigo hasta que me doy cuenta que se ha corrido. La han follado dos tíos y creo que sólo se ha ido una vez. A mí todavía me queda tajo.

-“Carmen , limpia bien con la lengua toda la leche de tu marido”. – le mando sacando la polla dura de la durmiente.  Se inclina entre sus muslos y solícita y obediente comienza a lamerle el coño. La puta de Marga vuelve a gemir, se ve que le va la bollería. Carmencita  tiene el culo en pompa, y yo la pija bien untada, así que la pongo en la puerta de su orto y le enculo sin miramientos. Da un salto, la muy guarra , pero sigue, sé que le gusta. En un agujero tan estrecho, y con los trallazos que he dado  no aguanto mucho. Cuando suelto la leche, le doy un par de azotes en las nalgas.

-“Lávate bien que no te has puesto forro.”-  La Celia no olvida nunca que es médica. Me voy a lavar la polla en el lavabo. Cuando vuelvo Carmen está pajeando rápido a Mario hasta que la leche le salta en las tetas. – “Conviene que crean que han follado entre ellos. Nosotros subimos y qué hacemos”-  comenta Celia con cadencia profesoral.

-“ Pues montárnoslo nosotras, porque a estos dos les queda un rato hasta que se vuelvan a armar”- le contesta Carmen dándola un beso en la boca.

 

 

ELENA. Una felina salvaje..

 

Ha acostado a sus hijos, va al dormitorio, desnudo su marido duerme con un ligero ronquido, el alcohol y el tabaco han podido con él. Pero ella necesita sexo, como una gata en celo, está hirviendo, se toca la almeja que rezuma sus flujos. Se sabe perversa, y le encanta. Ha estado poniendo caliente , como un burro a Emilio, le cae mal, pero le pone a mil excitarlo, jugar con él viendo como se le endurece la polla sin que la ropa  pueda evitar que se note. Le tocaba con malicia, le rozaba con picardía, como si no se diera cuenta, y el tío cada vez más cachondo. Sabe que a su marido le divierte que juegue a excitar a los hombres. Eso sí, es un moro, y sólo la deja  eso, excitarles, para follarla está él. La miraba divertido mientras bebía y hablaba de cine con Mario, y ella se sentía cada vez más puta, más golfa, como una yegua que encela a un burro. Es uno de los recuerdos que más la excitan, aquel asno encampanado por el olor de la yegua , y tres hombres tirando de él para que no la montara. Lo vio con doce años y no se le olvida. Es más, le apetecería poder sacar la leche de un caballo, es una de sus fantasías secretas.

Se desnuda y vuelve a mirar a su marido desnudo, la polla gruesa, pero en descanso, morcillona. Del placard  saca unas esposas, una cinta de terciopelo negro ancha, una fusta de goma y un vibrador pequeño.

Sigilosamente se acerca a la cama, esposa a Lalo al cabecero del lecho. Se escupe en las palmas de las manos y empieza a pajear a su marido. La polla se pone dura y el hombre se despierta.

-“ Coño, ¿ me vas a follar? ¡ Que gatita mas puta eres!”- le dice con una sonrisa.

-“Calla , que te tapo la boca. No me has hecho ni caso en todo el día. Te lo has pasado dándole a la copa y a la conversación con el marido de esa mosquita muerta de arquitecta.”-

Le muerde en los labios, nota el dolor de su marido. Aprovecha el miembro en alto para anudar la cinta de  terciopelo en la base de la verga.

-“Cabrón , vas a aguantar hasta que yo quiera.”- Sin preámbulos se empala en el macho, está tan mojada que el miembro desliza fácilmente por la vagina.

Con la verga bien dentro, empieza un movimiento adelante y atrás, enciende la vibrador, se lo pasa por los pezones, le gusta sentirlo en sus puntas erguidas, el nudo del lazo de terciopelo le roza el clítoris inflamado, la mirada de su marido es la expresión de la lujuria. Con la fusta le golpea los muslos, “Cerdo , te gusta tu ama”, el macho asiente con la cabeza, le vuelve a azotar, se inclina hacia atrás para que la polla endurecida le friccione mejor el punto G, usa el vibrador en el botón rodado, no le queda mucho, se viene en un orgasmo con descarga, ya lo ha experimentado antes, ha fantaseado que era la leche de hembra. Sigue empalada notando las últimas oleadas, unta el dedo índice en sus jugos, se lo da a probar al macho, le divierte ver que se relame. Le azota fuerte, “Guarro, saborea a lo que sabe tu dueña” ,le vuelve a golpear, gira la cabeza para ver como se han puesto rojas las piernas de su marido.

Se inclina, su boca queda junto a los pechos del hombre, y los muerde, suave al principio, fuerte después, quiere que le duela, se da cuenta que el oleaje le vuelve, ahora se mueve arriba y abajo, como una amazona montando un caballo, pasa de paso , al trote y cuando se lanza al galope, le da con la fusta, “Muévete cabrón”, el hombre deja su pasividad y empuja con sus caderas haciendo que la polla insertada juegue en un mete y saca en la concha de Elena.

La mujer transpira, jadea, deja la fusta y el vibrador, sabe que puede volver a irse, de un tirón suelta el nudo de terciopelo, queda poco para que se derrame el hombre, es una gata salvaje, le muerde en las tetillas muy fuerte, luego en el hombro, Lalo responde con penetraciones más profundas ante el dolor.

Elena tiene las uñas clavadas en los muslos de su marido, subiendo y bajando como una posesa.

“¿ Quién soy?”

“Mi dueña, mi ama…mi esposa…mi amor..”- responde Lalo casi gritando suelta su semen en la mujer. Elena se viene, cayendo hacia el hombre y mordiéndole el cuello cuando estalla.

“También soy tu putita y tu yegua”- le susurra mimosa mientras le desata.

 

Estas historias tienen que ver con un grupo de parejas amigas de la autora y su marido. Parte de lo contado es fantasía calenturienta de una gata que narra pero otra es real aunque como la vida misma un poco pasada por el tamiz de la lascivia.

Los relatos de este grupo de amigos pueden leerse en TR y son: “El bailecito sexual”, “Asadito con infidelidad”, “Lecciones para mantener la pasión en el matrimonio”, “Para el intercambio hacen falta 4” y “Sexo en día de elecciones”

 

 

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