"Prométeme que volverás sano y salvo".
Estalló una bomba cerca del campamento, tronaban por los cielos los motores de aviones de combate mientras los soldados salían presurosos de sus carpas. Te llamaron para salir
"¿Ves este anillo, Aurora? Ya, no te me emociones aún, ¿eh? te lo daré cuando regrese".
Un grupo de rebeldes había organizado un ataque sorpresa; bajo aquella noche de cielo estrellado se enfrentaron dos bandos en duelo a muerte.
Un enemigo logró filtrarse en la carpa, parándose frente a ti ambos se miraron sorprendidos; nadie se lo esperaba. Afuera el infierno, adentro desconcierto. Quedóse entonces su arma apuntándote.
"¿Y esta noche tan estrellada? ya sé, todas, absolutamente todas las estrellas quieren ser testigos de mi promesa de amor, Aurora".
Llevando una mano libre al bolsillo, empuñaste el anillo que le prometiste mientras tu enemigo sostenía firme el arma. Se escurría de tus manos la esposa que nunca tuviste. ¿Tu anillo rodaría por el suelo, marcado con sangre y lágrimas? Les lloraste a los hijos que nunca conociste.
"Las estrellas nos miran, preciosa, sonríen al vernos, no querrán deleitar con su belleza a quien se interponga entre nosotros, no querrán mirarle al idiota que rompa nuestra promesa de amor".
Jaló el gatillo, un sonido seco te indicó que el pobre rival no tenía carga; aprovechaste para arrebatarle el arma y liquidarlo con certeros disparos del calibre 37 que tenías en mano la otra mano. El rebelde, sumido en su desesperación, parecía rebuscar algo en su bolsillo, ¿aún tenía ganas de guerra a tan sólo segundos de morir? pero un par de disparos más terminaron la pequeña disputa.
Cayó el hombre, cayó su mano abierta contra el suelo. Entre los sonidos de explosiones, de gritos y desconsuelos viste lo que en realidad estaba buscando empuñar un anillo rodaba por el suelo, brillando amores rotos y lágrimas de acero.
Y supiste que aquélla era una guerra sin dioses. A lo lejos se encendían las luces para dar apoyo a la artillería antiaérea las estrellas desaparecieron del cielo nunca más te volvieron a mirar.