Rodeé la cintura de mi primo con mis piernas y lo empujé hacia mí. Pasé mis brazos alrededor de su cuello. Seguíamos besándonos.

-Dormida no estaba. –Dijo el chavo mientras acomodaba la cámara en un sillón. Se miraba toda la cama. –Caliente sí.

-Sácate la verga. –Le dije al chavo sin soltar a mi primo.

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Me entró terror al ver lo que estaba pasando. Por más que pensaba, no podía recordar nada de lo que veía en el video. “Cogí con ¿Dos?”, pensé y me llegó un remordimiento y arrepentimiento enorme. Hace unos instantes me había decepcionado al ver que mi novio se había cogido a mi hermana virgen, ahorita pensaba: “Mi novio y mi hermana me vieron coger con dos. Saben de esto. Yo ¿Estoy enojada con ellos? Tendría suerte si mi novio no termina conmigo”.

Vi como rápido el chavo se quitó toda su ropa, no alcancé a ver su verga porque estaba de espaldas a la cámara.

-Acércate. –Le dije mientras soltaba a mi primo. Le mamé la verga mientras mi primo me desvestía hasta quedar desnuda completamente.

Le seguía mamando la verga al chavo, puso una de sus manos en mis pechos mientras mi primo metía su cabeza en mi panocha. Solté un gemido.

-Grandotas y duras las chichotas de tu prima wey. –Dijo el chavo.

-Mámalas. –Le dije mientras me sacaba la verga de la boca, y lo jalaba del brazo.

El chavo se puso a acariciarme, a masajear, a chupar, a morder mis dos pechos.

La escena que veía ante mis ojos provocó que me excitara. Me olvidé de los sentimientos que me llegaron al saber que Rafa y mi hermana habían cogido. Me concentré en mí, desnuda, en la cama, el chavo chupando mis tetas y mi primo mamándome la panocha.

-Mas. Sigan. Sigan. Me vengo. –Les dije y arqueé la espalda, seguido de un fuerte gemido. Señal de que tuve un orgasmo.

Mi primo se levantó y se empezó a desnudar. Yo también me levanté.

-Pónganse en el sillón. –Les dije. –Se las voy a mamar a los dos.

Los dos chavos se vieron y corrieron a sentarse. Alcancé a ver dos vergas casi del mismo tamaño, ni muy grandes ni muy chicas. Las dos depiladas.

-Vamos a jugar. –Les dije.

-Yo te la meto primero. –Saltó mi primo. -¿Qué tengo que hacer?

-Tranquilo. –Les dije. –Los 2 me la van a meter y a los dos se las voy a mamar y los dos me van a dar su lechita en mi boca.

Se vieron y sonrieron.

-¿A qué vamos a jugar? –Preguntó mi primo.

-Jugaremos a… si lo hacen, yo les haré algo.

-Dinos. –Dijo el chavo desesperado.

No podía creer lo que estaba escuchando. Me di cuenta que andaba bien tomada. Seguí viendo el video.

-Me la va a meter por el culo y luego le voy a mamar la verga y a sacarle la lechita al que masturbe al otro durante 15 segundos.

Se quedaron en shock los dos.

-No. –Dijeron al mismo tiempo.

-¿No quieren? –Dije, empinándome frente a ellos, abriendo mis nalgas y enseñándoles mi culo.

-Si quiero. –Dijo el chavo.

Estiró su mano para agarrarle la verga a mi primo.

-Hazte para allá. –Dijo mi primo levantándose. –No seas joto.

-E wey, solo es un rato.

-No, ni madres.

-Siéntate. –Le dije a mi primo.

Así lo hizo y me puse de rodillas frente a él. Me metí su verga a mi boca. El otro chavo me agarró la mano y la llevó a su verga, lo empecé a masturbar.

Dos chavos desnudos, y yo, desnuda, mamándole la verga a uno y masturbando al otro. Me excité. Me mojé.

Luego me pasé a la verga del chavo y empecé a masturbar a mi primo.

Estuve unos 5 minutos así. Levanté mi mano y agarré la de mi primo, la jalé y la llevé a la verga de su amigo y sin dejar de mamarle la verga, le acomodé su mano en el palo. Mi primo cedió y sentí como empezó a masturbarlo.

-Sigue así. –Dijo el chavo. Y a los 5 minutos. –Me vengo. Dale rápido.

En eso escucho que tocan la puerta y la abren. Los 3 voltean pero yo no veo quien está ahí por la posición de la cámara.

Empieza a gemir el chavo y me tira su leche en la cara. Mientras me cae en la cara me habla la persona que está en la puerta:

-July –Escuché la voz de mi hermana.

-Olga, ven. –Le dije. –Ahorita te voy a enseñar a mamar verga. Andas de curiosa.

Se escuchó cómo se cerró la puerta.

-Apretada. –Dije.

Los dos chavos rieron. Al minuto se escuchó de nuevo abrir la puerta.

-¡July! –Escuché la voz de mi hermana de nuevo. –Aquí estamos.

Volteé hacia la puerta.

-Amor. –Grité.

Sentí un nudo en el estomago al darme cuenta de lo que hice la noche anterior. Una vergüenza enorme. Lo peor. No miraba la puerta por la posición de la cámara pero sin duda sabía que ahí estaban parados mi hermana y mi novio. Y yo estaba de rodillas, desnuda, frente a dos chavos, desnudos, mamándoles la verga y con leche en la cara. “¿Por qué hice eso?”, pensé.

Me levanté y corrí hacia la puerta, desaparecí. Luego aparecí de la mano con mi novio, lo jalé lejos de los chavos, me puse frente a la cámara (claro que no sabía de la existencia de la cámara). Solo se veía mi cintura, mis nalgas y la verga de mi novio.

-Te amo mi amor. –Escuché que le dije.

-Te amo. –Me dijo.

-¿Has cuidado bien de Olga? –Le pregunté.

-Claro. –Me respondió.

A lo lejos miré al chavo levantarse y salir del cuarto.

-Mi amor, estoy con estos dos chavos porque ellos se quieren coger a mi hermanita. –Le dije con tono infantil. –Discúlpame. –No respondió Rafa. “¿Se enojó? ¿Terminamos?”, pensé.

-Esto es solo sexo. –Habló mi novio. –Yo sé que me amas.

Me pegué a mi novio y le di un abrazo.

-Sí. Te amo. –Le dije. –Te confieso algo mi amor.

-Dime.

-He estado cogiendo con otras personas, amigos de la prepa. –Guardé silencio.

-Yo he estado cogiendo con mi prima. –Me dijo Rafa.

-Pero no es lo mismo. Tú y yo quedamos en que te cogerías a Andrea. En cambio, yo estoy cogiendo con un amigo de la prepa, con su primo, con el novio de mi hermana. –Silencio. –Hasta con un profe, eso fue por un favor que le hice a un amigo. Y no te dije nada. Soy una puta. Me encanta la verga.

-Te gusta el sexo pero me amas, ¿Verdad? –Preguntó Rafa.

-Te amo, contigo siento lo que no siento con nadie.

-Ayer me cogí a tu prima. –Me dijo.

-Está bien. Nos amamos y lo otro es solo sexo. –Le dije. Silencio. Añadí. –Quiero coger con mi primo. ¿Puedo?

-Claro que si amor. –Me dijo.

-Por favor amor, quiero que te cojas a mi hermana.

-¿Qué? –Dijo sorprendido Rafa.

-Cógetela. Ella quiere contigo, te dará su virginidad. Y puedes coger siempre que quieras con ella. Te amo, tengo total confianza contigo.

-¿Estás segura? –Preguntó Rafa.

-Sí. Ve y cógetela. Yo quiero que te cojas a mi hermana. Tú me coges bien rico, quiero que ella tenga un hombre como tú.

Ahora Rafa me abrazó.

-Te amo. –Me dijo.

-Te amo. –Le dije.

Rafa se alejó de la vista de la cámara. Se escuchó la puerta cerrarse.

-Ahora sí, tu y yo solos. –Le dije a mi primo.

-¿Qué hablaban? –Me preguntó.

-¿Quieres coger o platicar?

Vi que sacó un condón y se lo puso.

-¿Esperamos a mi amigo? –Me dijo.

-No y cierra la puerta con llave para que nadie entre.

Mi primo se levantó y se perdió de la vista de la cámara. Luego regresó.

-Dijiste que te la metería por tu culo si masturbaba a mi amigo.

-Claro. –Me puse en 4 en el sillón. –Aquí está.

Sentí como mi primo me agarró las nalgas y las abrió. Luego sentí su verga en la entrada de mi culo.

Empujó pero no entró. Empujó un poco más fuerte y no entró pero sentí un poco de dolor.

-Espera. –Le dije. –Me duele.

-Estas bien apretada, prima. –Me dijo. –Tu novio ¿No te la mete por aquí? –Me preguntó.

-Casi no.

Sentí como empujó de nuevo. Dolor.

-Detente. No se va a poder. –Le dije. –Y me duele.

Quitó su verga de mi culo y la acomodó en mi panocha. Entró fácilmente, empezó a bombearme, rápido, con fuerza. 10, 20 segundos de placer.

Me empujó hasta caer totalmente en el sillón y de esa manera siguió bombeando.

-Mas. Mas. –Dije mientras gemía. No quería que parara.

-Me vengo. –Me dijo. La sacó y sentí como me caí la leche en la espalda.

Estaba agitada, cansada pero insatisfecha. Ni siquiera había empezado cuando mi primo terminó.

-Vamos a la cama para que me la limpies.

Se acostó en la cama y me metí la verga a la boca. Sabia agrio. Se la limpié toda y me acosté a su lado. Nadie dijo nada durante algunos 10 minutos.

-¿Qué tal estuvo? –Me preguntó. No respondí. –Prima. –Me movió. Nada. –Se durmió. –Dijo.

Tocaron la puerta del cuarto.

-Hermano. –Dijeron. Reconocí de inmediato la voz de mi prima. Se levantó mi primo y fue a abrir la puerta. –Se te hizo hermano. –Dijo mi prima.

Mi primo se acostó a mi lado. Vi a mi prima y a mi primo el mayor, parados frente a la cama.

-Si hermana. –Dijo mi primo el menor.

-Que tetas tiene. –Dijo mi primo el mayor. –Están enormes. Se antoja una puñeta rusa.

-Y ¿Qué esperas? –Dijo mi prima. Se puso de rodillas frente a su hermano, el mayor, le bajó el short y saltó la verga de mi primo. Empezó a mamársela, a masturbarlo. “¿Quiénes son estas personas?”, pensé al no creer lo que veía. “Se meten entre ellos”.

Luego de unos 3 minutos, la verga de mi primo el mayor ya estaba erecta.

-Listo. –Dijo mi prima. –Te ayudo.

Mi primo el menor corrió a agarrar la cámara y nos empezó a grabar de cerca.

Mi primo el mayor se puso encima de mí. Mi prima agarró mis pechos de tal forma que quedaron juntos, mi primo metió su verga en medio. Se empezó a mover como si me estuviera penetrando y mi prima movía mis pechos.

Podía verme totalmente dormida.

-Me cubren la verga completa. –Dijo mi primo. –Y están duritas y bien redonditas. Y aun no se caen.

Se empezó a mover más rápido.

-Sí. Sigue así Rafa. –Dije entre sueños. Los 3 rieron.

Mi prima, en ocasiones, le mamaba la verga, o escupía entre mis pechos. También me los mamaba y mordía.

Luego de unos 5 minutos.

-Me vengo. –Dijo mi primo. Vi como salió la leche y cayó en mi cara, dormida. Estuvo así hasta que soltó la última gota de leche. Mi prima me soltó los pechos y  se agachó a limpiarme con su boca. Limpió hasta el último rastro.

-Guarda eso. –Dijo mi primo el mayor. –Quiero una copia.

-De acuerdo.

Salieron del cuarto mis primos y me quedé ahí sola con mi primo el menor.

-Y así fue como me cogí a mi prima. –Y apagó la cámara.

Levanté la mirada y me perdí en el aire. Estaba intentando analizar todo lo que había pasado. Vi a mi primo acostado en la cama. Habíamos cogido.

Pensé en mi hermana. Yo había provocado que perdiera su virginidad y con mi novio. Yo le di permiso. No podía sentirme mal por eso, pero me sentía lo peor. Pensé en que le confesé a mi novio que había estado cogiendo con otras personas. No quería ver a mi novio. Me odiaba.

Desperté de mi pensamiento y debía sacar las memorias de las cámaras para hacer como si nunca hubiera pasado. Tardé unos 5 minutos hasta que descubrí como hacerlo. Salí del cuarto y me dirigí al baño, las destruí y luego las eché por la taza. Me acerqué al espejo y me vi la cara, aun traía marcas del semen de mi primo el mayor.

Me toqué la espalda por debajo de mi camisa y traía el semen de mi primo el menor. Me metí a la regadera y cerré la cortina. Me desnudé. Antes de abrir la llave del agua, me quedé pensando. Me asusté y di un brinco al escuchar la puerta del baño abrirse y cerrarse.

No me moví, me quedé en silencio escuchando.

-Siéntate. Quiero tu lechita, quiero tomármela. –Escuché la voz de mi hermana.

-Apenas anoche cogiste por primera vez y nos has dejado de coger.

-Me encanta coger. Dime que siempre me la vas a meter, que siempre me darás tu lechita.

-Siempre que no esté con July.

-Ella ya nos dio permiso de coger cuando queramos y yo quiero siempre coger contigo.

-Así será.

Silencio. Solo se escuchaba el mamar de verga que le estaba haciendo mi hermana a mi novio.

-Esta ropa, ¿No es de July? –Preguntó mi hermana. Me asusté, dejé mi ropa fuera de la regadera.

-Creo que sí. –Dijo mi novio.

-Se ve que se la pasó muy bien anoche. –Le dijo mi hermana.

-Nosotros también la pasamos bien con la amiga que conocimos. –Dijo mi novio. –Sigue mamando.

Me asomé por un ladito, intentando no mover nada la cortina del baño y vi a mi novio sentado en la taza del baño y a mi hermana frente a él, de rodillas, mamándole la verga. Estuvieron por 5 minutos hasta que:

-Me vengo. –Dijo mi novio.

Mi hermana se metió la verga, y no se movió. Mi novio empezó a gemir, estuvo así durante unos 20-30 segundos.

-Ya cuñada. –Dijo mi novio. Mi hermana se salió y empezó a tragar la lechita. -¿Qué tal estuvo?

-Para ser la primera vez que tomo semen… podría hacerlo de nuevo.

-¿No te gustó?

-El sabor no, pero es parte del sexo y lo haré siempre que quieras.

Se levantaron, mi hermana iba vestida con pantalón y una blusa y con sandalias. Mi novio se subió el pantalón, y llevaba puesta una playera y zapatos.

-Vamos a subir las cosas al auto. –Le dijo mi novio a mi hermana. –Ve a despertar a July para que se vista e irnos.

-Me llevo la ropa, haber donde la encontramos. -Vi que mi hermana se agachó por mi ropa y se la llevaron.

Salieron del baño. Me estresé. Me iban a buscar y no me iban a encontrar. Y traían mi ropa. ¿Cómo iba a salir de ahí?

En eso escucho que se abre la puerta de nuevo y se cierra. Me quedo quieta y en silencio. No se escuchaba nada, y de repente se abrió la cortina del baño. Vi a mi prima, y las dos soltamos un grito.

-Hola July. –Me vio de arriba abajo, examinándome con una sonrisa. –Que buenas estas. –Se acercó y cerró la cortina.

-¿Qué haces? –Pregunté asustada.

-Nada. –Dijo con una sonrisa picara, poniéndose de espaldas a mí. –Solo me vengo a bañar.

No dije nada. “Sal, sal, sal de ahí”, me decía pero no me movía. Solo miraba sus nalgas. Volteo a verme.

-¿Qué me ves? –Me preguntó divertida. Reaccioné.

-Nada. –Dije. –Me tengo que ir.

Me tomó del brazo y me volteó

-¿Qué te pasa? –Le dije enojada y asustada.

-Tranquila, traes semen en la espalda. Lo voy a limpiar.

Recordé a que había venido al baño. Acepté y me metí a la regadera. Me puso de espaldas a ella. Sentí sus manos, el estropajo y el jabón tocar mi espalda. Me empezó a lavar. Me acariciaba toda la espalda, luego de un rato sentí solo sus manos, y poco a poco bajándolas hasta tocar mis nalgas.

Yo ya estaba caliente, no me importaba lo que estaba haciendo. Me apretaba mis nalgas con sus manos. Las subió, por mi espalda, cintura, sentí como se pegó a mi cuerpo mientras con sus manos agarraba mis pechos. Me besó mi espalda, hombros y cuello.

“Delicioso. Sigue”, pensaba.

Quitó sus manos de mis pechos y me volteó. La vi, a mi prima, era una mujer, no podía hacer esto con una mujer, sentía asco estar así con una mujer. “¿Qué va hacer? No quiero hacer nada mas.”, me asusté. Bajó su cabeza hasta mis pechos y se los metió a su boca.

“Quítate, por favor”, pensaba. Pero mi cuerpo no respondía, estaba disfrutando.

-Grandes y duros tus pechos. –Me dijo.

No respondí, solo gemía. Pensaba en la situación: Estaba a punto de tener sexo con una mujer, experimentar algo nuevo, mi excitación creció al máximo, quería y no quería estar ahí.

En eso tocaron la puerta del baño.

-July, ¿Estás aquí? –Era la voz de mi novio.

De un empujón quité a mi prima y agitada respondí:

-Sí, aquí estoy. –Tragué saliva. –Me estaba bañando.

-Traigo una toalla por si la quieres.

-Pásamela.

Medio abrí la puerta y me la dio. Cerré rápido la puerta.

-¿Lo disfrutaste? –Me dijo mi prima en voz baja.

No respondí. Me sequé y salí rápido del baño. Mi novio me estaba esperando con la ropa, la tomé y corrí a uno de los cuartos. Afortunadamente estaba vacío. Me puse la ropa y salí corriendo de la casa.

Mi hermana Olga y mi novio Rafa ya habían subido casi todas las cosas.

-Vámonos. –Le dije a Rafa.

Subieron las últimas cosas y se subieron.

Por fin estaba dejando la casa, esa casa donde pasé el peor fin de semana de mi vida. Me comporté como una puta y se lo confesé a mi novio, y a pesar de, mi novio me amaba.

Durante el camino Rafa me tomó de la mano y así nos fuimos todo el camino. Nadie dijo nada. Cerré mis ojos y me puse a pensar en todo. Había tenido muchas vergas dentro de mí y ninguna me dio placer. La persona que me tenía tomada de la mano, Rafa, mi novio, había cogido con mi prima, con una chava de la fiesta y con mi hermana, él si se la había pasado muy bien.

A mí me cogieron, o me violaron, mis 3 primos y lo peor es que ni me acuerdo.

La chava que iba detrás en el auto, mi hermana Olga, había perdido su virginidad con mi novio Rafa, y “le dije” que podía coger con él siempre que quisiera.

No quería saber nada. Quería borrar el fin de semana. Quería Olvidarme del mundo real. Con todos esos pensamientos me dormí.

-July. –Escuché la voz de Rafa. Desperté. –Llegamos a la casa.

Abrí los ojos y vi mi casa. Ansiaba llegar ahí. Era de noche.

-¿Qué hora son? –Pregunté.

-9:30pm –Respondió Olga.

-¿Por qué tardamos tanto?

-Olga… -Respondió Rafa. –No llena.

“¿No llena? ¿Cogieron?”, pensé. Un golpe más en mi corazón. Me bajé del auto.

-Mañana vienes a dejar las cosas. –Le dije a Rafa. Y sin despedirme bien, me dirigí a mi casa, cansada física y mentalmente. Rafa arrancó el auto y se fue.

-July. –Me habló mi hermana. Volteo y me abraza.

-Gracias hermana, eres la mejor hermana del mundo. –Me dijo y me dio un beso en la mejilla.

Esa fue la cereza en el pastel. No quería volver a ver a Rafa, por vergüenza. Y tenía que lidiar día a día con la vergüenza con mi hermana.

Entré a la casa, mal saludé y me fui a mi cuarto a llorar y a dormir…

No quería salir de mi casa nunca más.