Aunque ya os he contado lo básico de lo sucedido aquel día, no puedo resistirme a relataros otra conversación que tuve con Juanjo, y dónde él me explicó lo que creía qué había pasado realmente. Tras varios meses de darle vueltas al asunto, hizo una auténtica labor de investigación y deducción al estilo CSI.

 Él me había dicho que estaba bastante seguro que no le había vuelto a poner los cuernos.

-¿Cómo puedes tenerlo tan claro? le pregunté

-Bueno, todo es posible, pero yo creo que no.

En primer lugar, doy por sentado que fue un rollo puntual y que no había sentimientos entre ellos, por lo que ya te he contado. Por lo que vi de cómo se desarrolló el encuentro, resultaba evidente que no había demasiada afinidad entre los dos y qué al tomar sus precauciones, Raquel me dejaba claro que era alguien fuera de su entorno. Un desconocido casi con total seguridad.

Partiendo de estas premisas, las siguientes preguntas que me hice fueron: ¿quién era? ¿Cómo lo conoció?

La primera tuvo fácil solución. Tome la matrícula del coche y no me resulto difícil con un poco de ayuda, saber su nombre y apellidos. No es de Madrid. Trabaja y vive fuera de la provincia. Y como supuse, aparentemente no tiene nada que ver con nuestro entorno. Era un completo desconocido. Se lo ligó para follar. Solo para eso y por eso lo eligió.

No sé cómo lo conoció, pero esto razonablemente seguro que fue por su trabajo. Era un cliente de la empresa inmobiliaria donde trabaja Raquel.

- ¿Tú crees? Hay otras posibilidades...comente yo...

- Sí, pero analízalo conmigo. De día trabajaba. Jornada partida. No creo que lo conociera tomando café.

Hola, café con leche y tostada integral con mermelada ¿follas conmigo?

- No, en ese caso, tendría que ser por la noche, saliendo de copas a algún sitio de ligoteo.  Aquí en el barrio en los habituales no creo, Raquel es demasiado lista para arriesgarse a que la vea algún conocido.

- Exacto!!!! Y yo tampoco la veo por ahí sola, recorriendo Madrid para buscar plan, dispuesta a liarse con un desconocido y a meterlo en casa de mis padres.

Además, los pille por la tarde. ¿Tú crees que esperarían hasta la tarde siguiente para follar? Tuvo que ser pensado y hecho.

- A lo mejor ya habían follado esa noche. En un hotel. Y ahora estaban repitiendo.

- Es posible, pero no lo veo.

- También es probable que lo conociera por internet. En alguna página de contactos. Igual había quedado con él previamente.

- Sí, pudieron pasar muchas cosas.

Que fuera un encuentro fortuito durante el día, qué saliera de noche y se encontrará con ese plan, que lo hubiera conocido a través de algún chat… todo eso es posible. Pero sinceramente, conociendo a Raquel, me extrañaría muchísimo. No va con su carácter el ponerse en peligro a la vista de todos para echar un polvo, ni quedar a solas con un completo desconocido sin tener ninguna referencia de él.

Solo me creería que hubiese sido tan inconsciente si se hubiese enamorado, cosa que ya hemos descartado.

Te voy a decir lo que creo después de haberle dado muchas vueltas a este asunto.

No fue la primera vez que lo hacía. Estoy convencido. ¿Te acuerdas que te dije que desde hace un par de años ya no me calentaba la cabeza con lo que hago en los viajes? ahora sé que fue entonces cuando me fue infiel por primera vez. Hasta entonces siempre revisaba mis fotos de viaje, me hacía alguna pregunta intentando sonsacarme, sé que preguntaba a la mujer de Óscar y estaba atenta a lo que decían el resto de amigos con los que viajaba.

Habíamos tenido además alguna pelea sobre este tema. Pero hace dos años, cuando volví de las vacaciones, ni una pregunta, ni interés por las fotos más allá de algún tema concreto, ni miradas raras, ni discusiones acerca de por qué me tenía que ir tantos días.

Entonces pensé que por fin me iba a dejar en paz, que le había ganado la partida. Ahora me doy cuenta que soy gilipollas. Conociendo Raquel aquello tenía que haberme levantado todas las sospechas. Ahora lo veo claro. Si dejo de darme la paliza es porque ya se había follado a otro. No tengo ni idea de quién y cómo; sí fue algo totalmente improvisado o preparado; sí fue torpe en este primer encuentro o si lo hizo como el segundo, de forma controlada; buscando el momento, la persona y el sitio adecuados; de lo único que estoy seguro es que hasta hace 2 años, lo más probable es que nunca me los hubiera puesto. Y también que el verano pasado no fue la primera vez.

Raquel estaba haciendo igual que yo: aprovechar el momento adecuado una vez al año para darse una alegría. No sé si ella buscaba proactivamente la oportunidad, pero sí estoy convencido, que si ésta se presentaba en el momento adecuado, la aprovechaba. Y conociendo cómo ha cambiado mi mujer, cómo le gusta sentirse deseada y el centro de atención de los hombres, está claro que no es difícil para ella provocar la oportunidad.

Creo que eso fue lo que hizo. Seguramente atendió algún cliente que necesitaba alquilar algo en Madrid para él o para su empresa. O quizás realizar algún tipo de gestión inmobiliaria sobre algún patrimonio familiar en la capital. Seguro que el tipo ese se presentó en la oficina para algo de esto. Raquel tendría sus datos y si tuvo que acompañarlo a ver algún inmueble o hacer alguna gestión notarial, tuvo tiempo de hablar con él y saber de qué iba. Es decir, era un desconocido pero a la vez tenía alguna referencia que la tranquilizaba. No era tirarse de cabeza a una aventura sin saber por dónde podría salir. Seguro que hasta sabía que el tipo era casado. También sabía pues que no le iba a dar la lata después del polvo.

- ! Está casado ¡ ¿cómo lo sabes?

- Con su nombre y apellidos solo tuve que consultar en las redes sociales… el tipo estaba de alta en alguna de ellas y no se cortaba a la hora de poner fotos y contar su estado civil.

El caso es que ella seguro que tonteó con él. El muy mamón debió ver la oportunidad clara y se lanzó. Quizás fue por la mañana o al mediodía. A lo mejor comieron juntos, no lo sé. Lo que sí que veo que realmente paso, es que al salir de trabajar ella había quedado con este tío. Seguramente tuvo que improvisar y la mejor opción le pareció ir al chalet de mis padres. La entrada es discreta. Incluso si venían en los dos coches nadie podría saber a qué venían, quién la acompañaba… no había nadie en la ciudad en ese momento que tuviera llaves del chalet y se buscaron la habitación donde nadie podía verlos ni oírlos desde fuera. Incluso aunque yo hubiera vuelto por sorpresa, como realmente pasó, ella debió pensar que lo último que se me ocurriría sería pasar por allí.

La verdad que fue un auténtico cúmulo de casualidades. A veces la lógica no sirve y mira por donde acabé donde menos debía estar, en el momento justo, en el sitio justo para pillarlos.

- Entonces... ¿no crees que volvieron a verse?

- Creo que no. Cuando yo llegué, debían llevar poco tiempo allí. He calculado que después de salir del trabajo, apenas pudieron estar quince minutos o veinte antes. Cuando los encontré estaban en su primer polvo y no hubo ninguno más. Vi vestirse a mi mujer. Fue cuando decidí largarme. Más allá del calentón, una vez que ella se corrió no mostró demasiado interés por seguir con el tipo, de hecho, la vi incluso incómoda. Creo que se había hecho unas expectativas que no sé cumplieron, así que dudo mucho que volviera a quedar con él. Seguramente ese imbécil intentaría llamarla de nuevo. Un coñito como el de mi mujer no es para desaprovecharlo y querría repetir, pero dudo mucho que ella se lo permitiera.

- Y por qué crees que no se ha repetido con otros

- Por qué estado muy pendiente. Ya te dije que incluso obsesionado con este tema. Es posible que sí que haya tenido otras aventuras, pero yo sinceramente creo que durante el resto del año no ha hecho nada. No he vuelto a verla nerviosa como ese día. Tampoco me ha dado ningún motivo de duda, ni he percibido ningún detalle extraño, y te puedo asegurar, que aunque Raquel no se haya dado cuenta, he estado muy encima dé cada situación que pudiera ser sospechosa. Ella siempre ha tenido una coartada adecuada y lógica. Si lo ha hecho ha sido muy buena y discreta

- Aunque tú lo hayas descartado, es posible que haya usado Internet y las redes sociales para ligar. Para eso no hace falta salir a buscar situaciones fuera de casa.

- Yo tengo acceso a su ordenador portátil y móvil. Ya lo sabes. Incluso al ordenador del trabajo. Lo primero que hice fue revisar todo, cuántas de correo, históricos de acceso a Internet, etcétera… y estaba totalmente limpia. Conociendo como es Raquel sé qué es incapaz hasta que ponerle una contraseña al móvil. Dudo mucho que sepa cómo borrar todos los rastros y además hacerlo cada vez que accede a Internet. Y si utiliza estos medios, al final deja rastro o comete algún error.

Una vez más tuve que darle la razón a Juanjo. Es programador y trabaja en casa habitualmente. Su mujer es realmente torpe para todo lo relacionado con la informática. Siempre que tiene que instalar un programa o hacer algo, le da el portátil o el móvil a su marido. De hecho, me comentó que fue él mismo quien la convenció para poner contraseña. Incluso en alguna visita al trabajo, ella le ha pedido el favor que echar un vistazo a su ordenador para solventar cualquier problema de configuración, acceso a redes, etc… Si Juanjo decía que no usaba Internet para ligar es que estaba en lo cierto

- Pues entonces, comenté riendo y siguiendo la broma del CSI, lo que tenemos es una infiel estacional muy cuidadosa y que sólo actúa cuando ve la oportunidad clara.

¡Exactamente igual que tú!

Juanjo comentó:

- Lo tengo asumido. Posiblemente ahora, mientras estamos aquí, ella esté poniéndomelos, igual que yo hice hace un par de días. Así que tampoco puedo reprocharle nada… y lo cierto es que no me parece un mal acuerdo, aunque no lo hayamos hablado nunca. Todo el año juntos y las vacaciones pausa para que cada uno haga lo que quiera. Lo único que me cabrea realmente de todo esto, es que dudo que esa situación se puede volver a repetir. Me gustaría volver a pillarla y luego tener sexo con ella. La verdad es que fue distinto…

 - Y excitante… comenté yo.

- ¡Verdad! ¡Sí que lo fue! Si te soy sincero, me lo pasé mejor que siéndole infiel…

 Hasta aquí la historia