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Visita de mi primo Colombiano

en Hetero: General

Como recordarán me llamo Carolina, tengo 22 años de edad y hace tres que entre a trabajar en una oficina de seguros como secretaria de la gerencia, mi jefe y dueño mayoritario de la empresa es un señor de 68 años, bajito, gordo, un poco calvo y usa lentes muy gruesos, nada apetecible por cierto, yo por mi parte siempre me he esforzado por mantener mi figura con ejercicios y dietas.

Soy de piel oscura, con piernas muy bien formadas y nalgas paraditas por lo que me quedan bien y me gusta usar minifaldas, mis pechos son proporcionados a mi cuerpo y se encuentran en su sitio, al igual que mis glúteos y casi siempre son el centro de atención de hombres y mujeres por igual.

La primera vez que entre a trabajar y a fin de causar una buena impresión fui con un vestido muy corto, una compañera, que luego seria mi amante, me advirtió sobre las extrañas conductas del que sería desde ese día mi jefe, lo consideraba un "viejo verde", que a todas horas deseaba mirar mas allá de lo permitido a las mujeres de la oficina. No le pare mucha atención, pues siempre me ha gustado que me observen, no soy exhibicionista, pero siento un pequeño morbo al ver que otras personas intentan ver por entre mi escote o bajo mis cortas faldas.

Cada que iba a mi trabajo en mini, inevitablemente mi jefe me llamaba a su oficina con el pretexto de tomarle algún dictado. El escritorio de mi jefe tiene una plataforma de vidrio sin cubierta delantera, por lo que mis piernas quedaban a la vista de donde él estaba.

Como siempre uso faldas cortas, debía estar todo el tiempo con las piernas cruzadas para que él desde su posición no alcanzara a ver mis pantys, otras veces me solicitaba que le alcanzara de un anaquel alto algunos papeles, situación que él aprovechaba para observar descaradamente mis nalgas y el inicio de mis bragas, sentía su mirada fija en mi trasero y al voltear hacia él lo encontraba totalmente desfigurado y con sus lentes humedecidos, aquello me agradaba y yo no disimulaba para nada el que me viera, total era mi jefe y aquello me gustaba, solo quería darle gusto al pobre viejo, sabría que de ahí no pasaría, a su edad no podía aspirar a más, me reía para mis adentros imaginándome su verga flácida y arrugada, pobre hombre, él me miraba constantemente y la verdad me gustaba ver en sus ojos el deseo que reflejaban por mí.

El tiempo pasaba así, cada vez excitaba más a mi pobre jefe con mis diminutas minifaldas y mis pequeños pantys, aquello se volvía una rutina, pero una rutina excitante, aquel Jueves para variar me encontraba con una faldita muy cortica, esperaba a mi primo Carlos F, quien vendría con mi tía a visitarnos desde mi país, hacia años no lo veía, salí emocionada de mi trabajo y llegue a mi casa con mi amiga Jacky, allí estaba ya él, no lo reconocí, de aquel muchachito baboso no quedaba nada, era un hombrazo de 20 años, con un cuerpo musculoso y totalmente rapado, nos saludamos de beso en la mejilla y me senté junto con mis padres y mi tía a oír las historias de mi sufrida Colombia, el tenía puesto un Jean ajustado y una camiseta sport, me contó que en diciembre pasado termino su servicio militar y jugaba en las divisiones inferiores de un equipo de fútbol de Bogotá, Los Millonarios, me ubique frente a él, para que pudiese observar a sus anchas como había crecido y como eran las piernotas de su prima, de vez en cuando descruzaba mis piernas, sabiendo que él podría mirar mis pantys o me paraba a colocar algún CD de música agachándome más de la cuenta para que observara mis voluminosas y contoneadas nalgas, observaba como él con disimulo, llevaba su manaza a su paquete acomodándoselo, era obvio que estaba excitado y su tranca pugnaba dentro de su apretado pantalón, mi amiga noto la forma descarada en que provocaba a mi primo y decidió marcharse enfurecida, a mi al principio no me importo, solo deseaba seguir excitándolo y seguir observando su enorme paquete, la conversación continuaba al calor de los tragos y la música, desafortunadamente ya era demasiado tarde y tenía que trabajar al otro día, por lo que decidí acostarme, no sin antes jurar para mis adentros, que aquel bulto de mi primo sería mío.

Al día siguiente acordamos que saldríamos a alguna Disco, llegue a mi casa y me puse la ropa más sexy que encontré; un vestidito vaporoso Rosado muy cortico, pantys y bra rojos al igual que mis medias veladas y el liguero, las horas se me hacían eternas, nada que aparecía, a eso de las nueve de la noche sentí la puerta y corrí a ponerme un abrigo largo, pues si mi padre me veía en esas fachas le daría un infarto, llegaron un poco tomados, mi primo entro a ducharse y al alcanzarle la toalla observe sus anchas espaldas y sus fuertes y apretados glúteos, mi decisión de cogerme a mi primo se acrecentó y haría lo imposible por conocer su verga, sentí mi panty humedecer, cerré la puerta y me fui a mi habitación, quería masturbarme pero me contuve, nos encaminamos a la Disco en la zona rosa, era un poco oscura y solicite una cabina separada, mi primo es un poco tímido, a pesar de lo tomadito que se encontraba, pedimos una botella de Tequila y pasantes, me quite mi abrigo, por lo que a mi primo casi se le salen los ojos al ver a su primita en esas pintas, aquello me causaba una gran excitación al ver como podía poner a mi primo, comenzamos a hablar recordando viejos tiempos, el continuaba tomando bastante, luego sin decirme una palabra me hizo una seña para bailar, a lo cual accedí encantada y yo me pegue a él, me di cuenta que el continuo roce con su cuerpo estaba despertando su animal y comenzó apoderarse de mí un deseo sexual salvaje, sentí el calor de su verga en mi entrepierna, sentí su erección, su mano enorme me levantó la barbilla y me dio un beso muy suave en mis labios, me invitó a sentarme en el sofá en un rincón oscuro, yo me dejé arrastrar.

Su índice comenzó suavemente a deslizarse por mi cara, mis orejas, mi cuello y luego su dedo comenzó a jugar con mi pezón endureciéndolo, ya no pude más y me lancé sobre él y lo besé apasionadamente en sus labios, él me abrazó pasando sus manos por mi espalda, sus manos duras apretaban mis hombros.

Le abrí los botones de la camisa, sus pectorales de ébano y sin un vello fueron una tentación para mí, procedí a morderle suavemente su tetilla, eso fue como un resorte que disparó en aquel hombrazo todos sus deseos sexuales, me levantó y me pegó contra la pared, su boca recorrió mi cuello y de inmediato una de sus manos se apoderó de mi seno, el cual erguido respondió a sus caricias yo por mi parte no permanecí tranquila comencé a besarle su oreja y acariciar su cuello.

Así mismo mi vientre y pubis deseosos de sentir la virilidad del hombre, buscaron su cuerpo. Mi seno derecho estaba al aire y una boca golosa se apoderó de él haciéndome gemir, soltó mi pezón y se apoderó de mi lengua y abrazándome y pegándose fuertemente a mi cuerpo. Mis manos buscaron su paquete, el cual masajee sobre su pantalón, descorrí el zipper y mis dos manos se apoderaron de un pené colosal, que no me cabía en mis manos.

Era una vergota que cabeceaba fuertemente en mis manos, lo apreté con desesperación y sin pensarlo dos veces me quité mi vestido, quedando para mi primo como vine al mundo, desnuda con mis piernas semi abiertas y enseñándole mi concha completamente depilada, él gemía y trató de abalanzarse sobre mí.

Procedí a quitarle la camisa, su pecho era hermoso, sus bíceps fuertes, su espalda ancha y musculosa, lo besé y lo hice sentar en la silla, él se recostó boca arriba mientras mi lengua disfrutaba de su pecho, y entre ambos sacamos su pantalón y vi aquello, la vergota de mi primito.

Sin pensarlo dos veces me lancé poseída sobre su verga, estaba arrodillada en el piso, comencé acariciar aquella barra enorme, con mis dos manos de arriba abajo, su vergota crecía cada vez más, yo empecé a gemir de placer pero no dejaba de besar y pasarle lengua a su miembro, con mis manos acariciaba el escroto y el cuerpo de su cosa y con mis labios disfrutaba del glande, mis senos, mis hombros, mis mejillas mis labios se disputaban sentir lo terso y duro del miembro de mi primo y mientras esto ocurría con su verga, mi cuca chorreaba mis fluidos, ríos de lubricante resbalaban por mis temblorosas piernas, recorría con mi lengua aquel descomunal pedazo de carne, mis manos se aferraban a su escroto, masajeando aquel enorme par de huevos lampiños, mi lengua succionaba su glande, me sentía atragantada de verga, su cabezota enorme se restregaba en el fondo de mi garganta, quería comérmela a besos, mi mano se aferró a su tranca descorriéndole la piel en movimientos de arriba abajo, mientras gran parte de su miembro continuaba siendo masajeado por mi lengua.

Él me cogió por mi pelo y comenzó a menear su cadera en movimientos rítmicos, me follaba por la boca, aquello era demasiado para mi, la quería toda en mi boca pero no me cabía, su grosor me lastimaba las comisuras de mis labios, pero como naufraga seguía aferrada a su enorme miembro, estimé ahora el largo, creo que puede alcanzar 28 centímetros de largo con un color negro intenso y surcado por unas venas moradas y gruesas que indican la gran irrigación sanguínea que se requiere para mover tal aparato, de un momento a otro pego un pequeño grito y mi boca se inundo de su semen caliente y espeso, aquélla verga no paraba de botar semen en cantidades nunca vistas y mi boca recogía todo aquel líquido a mas no poder, trague todo lo que pude de aquella preciada leche, pero gran parte escurría por mi barbilla y mis pechos, aquel hermoso semen no podía ser desperdiciado, recorrí con mi lengua toda su verga succionando y tragando los restos hasta dejársela totalmente limpia, ansiaba sentir su descomunal y negro falo dentro de mí, pero una extraña sensación de remordimiento se apodero de mí, era mi primo, aquello sería incesto y adicionalmente recordé que torpemente había olvidado los preservativos, lo último que deseaba era salir preñada y menos de un familiar, apresuradamente nos vestimos y nos fuimos a casa, ya eran como las 3 de la mañana.

Por el camino pasamos por un supermercado abierto las 24 horas, la tentación se apodero nuevamente de mí y compre un par de condones, tamaño extra size, mi intención era que me cogiese en mi propia alcoba, suponía que mis padres ya estarían dormidos, cerca de nuestro apartamento me di cuenta al ver luces prendidas que no era así, mi padre, mamá y tía continuaban despiertos; en el complex de apartamentos donde vivo y dentro del conjunto cerrado hay un pequeño parque con canchas de voley, juegos y zona verde, hacia allí nos dirigimos amparados por la oscuridad y la soledad de esa hora, mi primo se sentó rápidamente en una banqueta y al igual que lo había echo en la Disco.

Me arrodille frente a él y comencé a devorar nuevamente aquella gorda verga, succionándola con fuerza una y otra vez hasta obtener completamente erguidos sus 28 cms, su barra fibrosa y gorda palpitaba fuertemente, con mis manos temblorosas por el frío y la excitación coloque un condón en su verga, baje mi panty, me encaramé sobre él y mi mojada vulva se comió literalmente aquel pedazote de carne, lentamente me fui penetrando, hasta donde podía, era enorme y sentía mi vagina arder, mi primo permanecía estático, comencé a mover rítmicamente mis nalgas apoyando mis manos sobre sus hombros, mi mano tocaba por detrás sus huevos y calculando que faltaban unos 8 cms de su gruesa barra por penetrarme, me deje caer de un solo golpe ensartándome en su totalidad aquella divina verga, mi primo enterró sus uñas en mis nalgas y nuestras lenguas se entrelazaron salvajemente, mis movimientos se aceleraron, su verga entraba y salía de mi concha inundándola de mis líquidos, los cuales resbalaban hacia las gloriosas huevas de mi primo, el mete y saca era impresionante.

Cuando sentí mi orgasmo venir, me sentí en el cielo, mordí la lengua de mi primito, quien por sus movimientos y gemidos sabía que no demoraría en obtener su orgasmo, con pesar me desenterré de su verga, le quite el preservativo comenzando a efectuarle una fenomenal paja a aquella hirviente y gorda barra y nuevamente sus chorros de semen caliente inundaron mi cara, pelo, manos y por supuesto mi boca, me comí todo lo que mi boca recibió, chupe mis dedos y nuestras bocas se buscaron traspasando parte de su semen a mi primo, él se guardo su aparato, yo acomode mi panty y entramos a nuestro apartamento como si nada, entre derecho al baño, donde me arregle y limpie un poco, me quite mi panty y así sin bragas fui a sentarme nuevamente frente a mi primo para que observarse la conchita que acababa de comerse, y que se llevara un buen recuerdo a mi Colombia Linda.

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