Desde hace poco tiempo mantenía correspondencia con una linda muchacha de Guadalajara llamada Karla, nos encontrábamos seguido en el chat, comentábamos de nuestras cosas y obviamente terminábamos hablando de sexo y nuestras conchas acababan rezumando nuestros jugos, era muy poco lo que sabía de ella, estudiaba contaduría, tiene 18 años y a juzgar por su descripción muy hermosa.

Quiso el destino que la compañía donde trabajo me mandara a un curso a esta ciudad, mi primer pensamiento fue contactarla, el curso sería de 3 días, de miércoles a viernes, me acomodé en un hotel muy lujoso, continuamente la llamaba sin poderla localizar, el viernes por la noche sería la clausura del curso y el sábado muy temprano regresaría al DF, me encontraba bastante contrariada al no poder hablar con ella, durante el cóctel de clausura de ese viernes, decidí no asistir y subí a mi cuarto a pegarme al teléfono a llamar a Karlita, su teléfono sonaba ocupado, decidí contra mi voluntad alistar mi maleta, pues temprano saldría mi vuelo, me duche y me acosté en mi cama totalmente desnuda a darme en mi cosita, imaginándome que era Karla quien besaba mis senos e introducía su linda lengua en mi concha dándome la mejor mamada del mundo, termine con tres dedos en mi raja y uno en mi ano en una violenta masturbada, me dormí un poco tranquila, aquella pajiada había calmado un poco mi ánimo y el deseo de poseer a mi amiga.

El Sábado temprano cuando me disponía a dejar el hotel, intente una última llamada y OH sorpresa!!!, me contesto ella, rápidamente le conté de mis infructuosas llamadas y donde me encontraba, ella me dijo que se había quedado la noche anterior donde unos amigos estudiando pues tenía un parcial y en ese momento se disponía a salir a la U a presentarlo, quedamos en que pasaría por mi hotel hacia mediodía, tan pronto saliera de sus clases, rápidamente cancelé mi vuelo y llame a mis padres, diciéndoles que el curso se había extendido un día más por lo que regresaría el Domingo, desempaque mis cosas y empecé a probarme varios vestiditos, quería estar muy linda para mi amiga, decidí por último ponerme unos shorts azul claro muy corticos y ajustados que demarcaban muy bien mis voluminosas y paradas nalgas, una camiseta ombliguera blanca, mi panty tipo tanga blanca y unos tenis azules, mi corazón me latía a mil, ansiaba el encuentro con mi hermosa amiga, hacia las 12:00 me llamaron de la recepción indicándome que me necesitaban, por supuesto era ella, baje a recibirla y allí estaba, era la muchachita más divina que había visto, es de corpulencia mediana, pelo liso corto, huelga decir que tiene unos ojos negros, y los labios carnosos y sensuales, sus pechos no son muy grandes y sus piernas son largas y su culo hermoso, bien hecho, de carne maciza. Ella obviamente tiene la piel más clara, y sus dieciocho años están muy bien aprovechados. Es básicamente muy parecida a mí, salvo que es más bajita, sus rasgos están menos desarrollados debido a su corta edad, ni el pecho es tan grande, pero sus muslos son gordos y su culo fantástico, tiene en cambio un porte muy elegante, una carita divina, un cuerpo maravilloso, estaba con una mini negra, que dejaba ver muy bien sus hermosas y torneadas piernas y una blusita blanca, llevaba sus libros, nos saludamos de beso y luego de unas cortas palabras la invité a mi habitación con el pretexto de que dejase allí sus libros y conversáramos más íntimamente.

En mi cuarto había una pequeña salita, Karla se sentó mientras yo pedí algo de tomar, observaba que al sentarse su faldita se subió dejando al descubierto sus hermosos muslos, me senté junto a ella y nos pusimos a conversar animadamente, luego de un rato y al calor de unas copas, nuestros labios se unieron por primera vez, su lengua buscaba afanosamente la mía, mientras mi mano se posaba sobre sus muslos acariciando su tersa piel, ella masajeaba mi seno suavemente por encima de mi blusita, nos pusimos de pie sin desunir nuestras lenguas y suavemente nos empezamos a desnudar acomodándonos en la cama, nuestros senos se fundieron y ambas sentimos la suavidad de la piel de la otra, mis pezones erizados que sobresalían como un grano de café negro, estaban en su hermosa boca, Karla bajó su boca de labios rosas hasta mis senos, que gustosa se los ofrecí sin moverme, me excitaba la suavidad con que me lamía los pezones, empezó a recorrer mi cuerpo hasta posarse en mi entrepierna, sentí sus labios sobre la cara interior de mis muslos y los dientes clavarse ligeramente y su lengua cálida lamerme hasta encontrar mi mojado y erecto clítoris, me tomó el clítoris entre sus dedos y puso la palma de su mano sobre mi depilado sexo.

El botón de mi sexo aparecía entre sus dedos, rosado, brillante y húmedo. Lo lamió como si fuera un dulce, comencé a sentir la excitación de la situación y obsequiaba con mis líquidos a Karla, que se embadurnaba la palma de la mano con mi flujo.

Me agarró ambos muslos, abriéndome las piernas todo lo que podía y lamiendo mi sexo en toda su longitud, con su lengua extendida totalmente, lamiendo su miel, dios!!!!, me sentía desfallecer, hacia mucho tiempo nadie se comía mi coño de aquella forma. De inmediato quise devolverle el favor y ahora era yo la que estaba entre sus piernas, su concha como la mía estaba totalmente depilada, sus labios eran de un rosado intenso y muy carnosos, comencé a darle en el clítoris y ella a menear la cadera, tenía que estar abriendo sus labios con mis dedos para que me dejaran respirar y poder llegar mejor a su perla que ya se había puesto grande y dura.

Ella apretaba duro contra mi lengua y se frotaba, yo comencé a frotar mi concha con mis dedos, su sexo estaba totalmente anegado de mi saliva y sus jugos, le levante las piernas poniendo sus rodillas sobre sus hombros, con mí mamo izquierda levante sus nalgas, con la derecha separe sus labios vaginales y mi lengua se poso en su agujerito anal, sabía y olía delicioso, pasaba mi lengua desde su ano hasta su clítoris, Karla gemía de placer apretándose los senos y retorciendo sus rozados pezones, mi lengua se concentro en su hermoso culo, quería penetrarla con mi lengua y eso hice, durante varios minutos la penetre con mi ávida lengua, su ojete se dilataba a cada instante, alargue mi mano y saque del cajón de mi mesa de luz mi consolador el cual no abandono nunca y menos en un viaje sola. Es un vibrador mediano, de 16 cm de largo por unos 2 y medio de ancho, negro, y con un glande hermoso. Lleva una pila chica y tiene un interruptor de encendido en la parte inferior. Me metí el vibrador en la boca y empecé a meterlo y sacarlo como si estuviese chupando una verga, quería introducírselo en su hermoso agujero anal, alcance una de mis cremas de manos y luego de untar un poco en aquel aparato, metí la mano por entre las piernas, lubricando su ano, y se levantó un poco, llevé el consolador hasta la entrada de su ano y lo acomodé durante unos segundos, ella se enderezo y se sentó sobre el consolador con un suave movimiento, metiéndoselo poco a poco. Suspiró fuertemente cuando se lo clavó hasta el fondo y arqueó la espalda hacia atrás. Luego de otro suspiro lo prendí. Y o podía escuchar el suave ronroneo del motor dentro de sus entrañas.

Con la mano izquierda movía el consolador dentro de su culo, sacándolo un poco, metiéndolo bien al fondo, moviéndolo para los costados mientras que con la mano derecha se frotaba cada vez más violentamente el clítoris. Se notaba que estaba súper excitada con los ojos semicerrados y compenetrada con su propio placer así que aproveché y bajé mi cabeza para lamer su rica vulva, mientras a escasos centímetros veía como mi consolador desaparecía totalmente en su ano, su orgasmo no tardo en llegar, convulsionó su cuerpecito, mientras mi boca se inundaba de sus ricos jugos, tragaba una y otra vez, chupando aquella hermosa almeja, hasta dejarla totalmente limpia con mi lengua.

Karla se arrodilló entre mis piernas y comenzó a acariciar la parte interna de mis muslos. Yo temblaba con cada roce de sus suaves manos. Tomo el consolador y me lo empezó a pasar arriba y abajo por mis labios, introduciendo apenas la punta dentro de mi en el momento en que lo encendió. Pude sentir el vibrante cosquilleo por toda mi conchita, que seguía derramando sus jugos. Despacio subió el vibrador hasta que su punta se encontraba justo sobre mi clítoris lo que me volvía loca de placer. Ahí sentí como me introducía dos dedos dentro y acariciaba mis paredes vaginales. Después deslizó un dedo hasta la entrada de mi ano y lo masajeó con movimientos circulares, introduciéndolo lentamente dentro de mí. Yo sentía como se estiraba mi pequeño orificio.

Al principio me dolió un poco, pero luego esa sensación dio paso a otra mucho mas placentera. De repente, sentí la boca de mi amiga sobre mi conchita. No lo podía creer... mi amiga me estaba chupando la concha!!! Fue alucinante. Su lengua jugaba con mi clítoris al tiempo que el vibrador se me clavaba en el fondo de mi culo y yo explotaba de placer.... Empecé a gritar, enloquecida, delirando, sintiendo como se me venía encima un orgasmo espectacular que sacudió todo mi cuerpo y al igual que antes, Karlita se bebió mis jugos, Quedé mareada de como acabé... Realmente fue un orgasmo inolvidable, nuestras lenguas se juntaron traspasándonos nuestra saliva y nuestros propios y calientes jugos.

Nos recostamos abrazadas un rato en la cama a descansar y aprovechar para contarnos nuestras cosas más íntimas, Karla me contaba sus primeras experiencias lesbis y como perdió su virginidad, esto me puso de nuevo caliente y mi mano se poso sobre su vulva, mientras ella continuaba hablando mis dedos masajeaban su deliciosa vagina hasta empezar a ponerse húmeda, la bese dulcemente, y nos pusimos en posición de 69, yo me encontraba abajo y ella encima de mí, con mis dedos anulares separe sus labios carnosos e introduje mi nariz aspirando aquel delicioso aroma, mi lengua se apoderó de su botoncito, mordía su entrepierna, mientras ella me daba un tratamiento similar, ella introdujo un dedo en su propio ano, mientras yo devoraba completamente aquella exquisita y dulce concha, dos de sus dedos entraban y salían vigorosamente de su dilatado culo, le quite la manos y chupe sus dedos impregnados de sus flujos anales, estaba en la gloria!!, aquello era fantástico, continuaba pegada como desesperada a su clítoris y ahora eran mis dedos los que hurgaban dentro de su delicado ano, ella procedió con migo de igual forma, produciéndonos los ansiados orgasmos, bebiendo nuestros jugos y con nuestras cabezas completamente enterradas en nuestras conchas, era el mejor 69 lesbi de mi vida.

Nos dirigimos a la ducha enjabonando nuestros cuerpos, una y otra vez, desafortunadamente ya era tarde y mi amiga tenía que regresar a su casa, quedamos en que tan pronto terminara sus estudios nos iríamos las dos solas unos días a Acapulco para gozar de nuestros cuerpos en la playa, por lo pronto nos veríamos en la noche para ir a una Disco, ella me presentaría a alguno de sus amigos, deseábamos cambiar el consolador por una verga grande y jugosa, una verga real, pero esas serán otras historias.