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A la salida del Cine

en Lésbicos

Cuando salimos del teatro eran cerca de las 6 de la tarde, caía un torrencial aguacero, de esos que saben caer en Ciudad de México, diluviaba y para colmo de males no pasaba un bendito taxi, durante cerca de ½ hora estuvimos esperando uno y nada, mi apartamento se encontraba a unas 10 cuadras, no pudiendo hacer nada mas, nos pusimos los paquetes sobre la cabeza tratando de protegernos y cogidas de la mano, en medio de charcos y ese aguacero nos encaminamos corriendo rápidamente a casa, al llegar a la portería observe a mi marianita, parecía un angelito empapado, temblaba por el frió y por nuestras cortas ropas, su blusita blanca mojada le marcaban sus generosos pezones como dos cuernos desafiantes, yo debía estar en iguales condiciones, ensopada de pies a cabeza.

Tomamos el ascensor hacia el apartamento y allí la bese dulcemente, ambas tiritábamos de frió, tan pronto entramos nos quitamos los zapatos y dejamos los paquetes, el apartamento estaba vació pues mis padres solo regresaban a las 11 de la noche, corrí al baño pues me urgía una evacuación, tenía mis riñones a punto de reventar, subí mi falda, baje mi panty y me senté a desalojar una meadita retenida; como el apartamento estaba solo no me preocupe en cerrar la puerta, al instante entro Mariana buscando una toalla para secarse, el agua le escurría por todos lados, se friccionaba la toalla en su cara y su pelo, yo sentada miando la observaba, ella se quedo mirándome y me dijo:-marica, necesito una ducha caliente, tengo el culo congelado-, yo solté la risa, nunca había oído a mi novia expresarse así, aquello me agradaba. –y que esperas amor?

Pues dúchate-, le respondí, me pare y salí hacia la cocina pues allí estaban los tacos del calentador del agua, los subí y cuando regrese ya Marianita empezaba a desnudarse, a sus pies se formaba un charco de agua, se desnudo completamente tiritando, yo la observaba desde la puerta con deseos y muerta de risa,- de que te ríes pendeja?, continué riéndome y le dije que el agua se demoraba como ½ hora en calentarse, que tenía que esperar empelotica a que se calentara el agua, se seco completamente su hermoso cuerpo pasando la toalla una y otra vez por su concha, quería comérmela allí mismo!!!, le alcance unas chancletas, me paso la toalla y me seque un poco, muerta de la risa me fui a la cocina a prepararnos algo caliente, estaba recargada sobre el fogón calentando el agua cuando sentí que por atrás Marianita se acerco desnuda y me beso tiernamente en el cuello.

Sentí sus senos en mi espalda, un gran corrientaza me sacudió, quise voltearme para responderle, pero no me dejo, tomo mi cara con su mano y haciéndome girar la cabeza me metió su lengua en mi boca, una lengua caliente y dulce, respondí de inmediato a su salvaje beso y mi lengua se unió a la suya, -aprovechemos mientras se calienta el agua amor-, me dijo, pensé apagar el fogón y retirarme de allí pero Mariana no me dejo, -quédate así, te voy a coger-, yo continuaba pegada contra la estufa y Marianita detrás mío, sentí que se arrodillo a mis espaldas y sus manos se metieron bajo mi faldita, bajo mis pantys y me dio una gran nalgada –que gran culo tienes amor-, me dijo ella, - tu sabes que es TU culo, mi vida-, respondí casi al instante, sabía lo que mi novia se dispondría a hacer, separe un poco mis piernas y al instante sentí las frías manos de Marianita recorrer mis piernas y mis nalgas.

Apague el fogón y me incline sobre la mesa de la cocina, empinando mis nalgas y dándole mas libertada a mi amada, sentía el aliento tibio contrastando con sus gélidas manos recorriendo desde mis tobillos hasta mi cintura, -que coño y que culito, umhhhh-, quieres que me lo coma amor?- oía a Marianita,-desde luego mi vida, devótatelo-, le respondí casi como una orden, inmediatamente sentí sus dos manos posadas en mis nalgas y separando mis glúteos, me alistaba a recibir su lengua, pero mi novia se contuvo, continuaba allí observando y oliendo mi ano y mi concha, -que culoooo!!!!-, decía ella y cuando menos lo esperaba sentí su calida lengua posada en mi ano, sus manos se crisparon sobre mis nalgas y su maravillosa lengua empezó a proporcionarme una de las mejores lamidas de mi vida, pasaba alternativamente su lengüita por mi ano y mi raja, que ya comenzaba a resumar sus jugos, sentía mis pezones erectos, casi me recosté totalmente en la mesa, mientras Mariana me follaba con su rica lengua, entraba y salía dentro de mis pliegues de una manera exquisita arrancándome oleadas de placer, subí una de mis piernas sobre la mesa dejando a su entera disposición mis cavidades, al instante sentí sus dedos jugando con mi clítoris mientras su lengua continuaba penetrándome en mi ano.

Marianita era una experta, chupaba delicioso, sabía exactamente cuales eran mis puntos eróticos y los explotaba al máximo, mi concha húmeda permitió que dos de sus dedos se deslizaran suavemente en mi vagina, como pude me quite la blusa y mis pezones se endurecieron más al sentir el frió contacto de la mesa, mi amante continuo comiéndome con sus dedos, su lengua no se despegaba de mi ano y su otra manito comenzó a frotar su abultado clítoris, se estaba masturbando, creí que ya no aguantaba mas, sentía mi vagina ardiente y oía el murmullo de los dedos de Marianita entrando y saliendo de mi concha totalmente lubricados con mis jugos, la sensación era maravillosa, Mariana quito sus dedos de mi rasurada y negra vulva y acerco su cara en el momento justo para recibir en su boquita mi derrame, mis fluidos, aquella mujercita me volvía loca, su lengua se comía literalmente mi concha, escupió en mi ano y sentí su dedo anular abriéndose paso en mi interior, -te gusta mi vida?-, mami, no pares, follame, méteme el dedo, cógeme, por favor, dame mas!!!!!!-, respondí jadeante y en medio de una gran excitación, Mariana se paro y se pego a mis espaldas sin dejar de mover su delicioso dedito en mi culito, aquello era lo máximo, revolvía deliciosamente su dedo en mi ano mientras su lengua jugueteaba con la mía, no era un beso, ambas sacamos las lenguas y nuestras puntas se encontraron traspasándonos la saliva y nuestros alientos, saque mas mis nalgas para sentir aquel maravilloso dedo cogiéndome, -que rica estas amor-, me decía mi amante, -quieres algo mas grueso?-, sabia perfectamente a que se refería y desde luego acepte encantada su oferta.

Mariana me dijo que no me moviera de allí y se dirigió a mi cuarto, yo aproveche para acabar de desnudarme completamente, sentía mis huequitos urgidos de algo mas…..mas……., no se como decirlo, al instante regreso Mariana con uno de mis consoladores de correa anudados a su cintura, venía lubricándolo con una de mis cremas de mano, no era muy grande pero si bastante grueso, volví a colocarme en la misma posición y ella se aferro a mi cintura y de una fuerte pero deliciosa estocada me penetro completamente, debido a lo lubricada que mi concha se encontraba aquel aparato desapareció deliciosamente en mi vulva, ella comenzó a menear sus caderas introduciendo y sacando paulatinamente el consolador mientras mi mano apretaba fuertemente mi seno, durante no se cuanto tiempo me cabalgo exquisitamente, me separe de ella y se sentó en una silla en la sala, yo me encarame sobre ella ensartándome de nuevo aquella verga plástica mientras ella devoraba mis erectos pezones y nuestras lenguas se buscaban desesperadamente, me follaba de una manera cadenciosa y rítmica, palpaba sus hermosos y grandes senos, la mordía en el cuello, en sus labios, acariciaba su pelo negro y rebelde, hasta que no aguante mas, Mariana dio una fuerte sacudida y sentí aquella barra de plástico en lo mas profundo de mi, llevándome a uno de mis mejores orgasmos.

Continué con aquel juguete dentro de mi besando, acariciando, susurrándole al oído dulces palabras a mi Marianita, me pare y comprobé que mis piernas me temblaban, -anda amor, vamos a ducharnos-, le dije y cogidas de la mano pero sin quitarse el consolador nos metimos a la ducha, allí mientras el agua corría me arrodille y comencé a chupar aquel juguete, parecía como si fuera parte de mi Mariana, se lo quito y terminamos de bañarnos, nos secamos mutuamente en medio de besos y caricias, la lleve a mi cama donde me dedique a devolverle los favores recibidos, quería devorarme su concha y eso fue exactamente lo que hice, recorrí cada rincón de su cuerpo, adore cada pliegue de su vagina, aspire el aroma de su sexo, me perdí en su deliciosa concha, saboree mil veces su ano, recorrí mil veces su cuerpo, bebí el néctar de sus jugos, reconfirme una vez mas cuanto la amo, cuanto la deseo, cuanto la necesito.

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