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Iniciación anal

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INICIACIÓN ANAL

Conocí a Adriana Zamora a través de Internet, me contacto a raíz de mis historias hace como un mes, desde entonces nos escribimos y chateamos casi a diario, al principio la conversación era de 2 muchachas extrañas que iniciaban una amistad, tocando temas superfluos pero rápidamente nos centramos en lo que a ella y a mi nos interesaba, el sexo.

Tenemos correos muy calientes y muy rápidamente recibí sus lindas fotos, es una niña de tan solo 16 años pero muy caliente, un cuerpo de modelo, pelo rubio, una boca preciosa, muy alta, piernas estilizadas y largas, senos pequeños y una carita angelical, nuestras conversaciones giraban especialmente sobre las chicas, ambas somos bisexuales, pero ella por su edad tenia muy poca experiencia, me comento que hacia 6 meses mantenía relaciones con su novio y que este deseaba cogérsela por atrás, su culito era virgen y nunca se lo había dado a nadie y menos se había introducido algo allí, se limitaba a ver películas porno anales y eso la excitaba mucho, le había prometido darle el ano a su novio, solo por complacerlo, para tenerlo de rodillas como un perrito faldero, pero ella sabia muy bien que no se lo daría, pues su virginal ano seria para alguien especial, y definitivamente su novio no era esa persona, cogía bien, tenia una buena verga, pero solo era eso, sexo, recurrió a mí, dada mi experiencia y fascinación por el sexo anal solicitando consejo y ayuda.

Detestaba sin conocer a su novio, el saber que había metido su verga en la preciosa y caliente vagina de Adriana me ponía un tanto celosa; si decidí ayudarla no fue para que aquel tipo se la cogiera por el ano, no, fue para encaminarla por los placeres anales y que disfrutase de una buena follada anal sin ser lastimada, como les sucede a muchas chicas por primera vez.

Hace unos días le di instrucciones en la forma que debería introducirse sus deditos o una pequeña zanahoria en su hermoso culito, instrucciones que ella obedeció al pie de la letra, me escribió luego contándome como se preparo para ello, como utilizo vaselina y al final logro con algo de dolor su deseo, introducirse un objeto en su ano. Una pequeña zanahoria delgada, a la que envidiaba, fue la primera que conoció su interior anal, su oscuro y deliciosos ojete posterior, ella acaba de publicar en la sección de Autosatisfacción el correo que me envió.

Yo le había comentado como disfrutaba de una buena y gruesa verga en mi ano, de cómo utilizaba mis juguetes en mi colita y se sorprendía del tamaño de mis vibradores que continuamente me introducía en mi anito, le comentaba los placeres anales y que la mayoría de las mujeres disfrutan del sexo anal y que todos, todos los hombres sin excepción desean cogerse a su chica por el ano. Después de aquella pequeña experiencia, Adrianita me suplico que le enseñara mis tácticas, a lo que complacida accedí prometiéndole una sorpresa; aprovechando que mis padres se encontraban en el trabajo la cite en mi casa luego de que ella saliera del colegio, deseaba enseñarle a aquella niña todo lo que yo sabia y más que el sexo anal, deseaba estar con aquella niña, era hermosísima y sabia que aunque ella fantaseaba con chicas, nunca había estado con una mujer, y yo la deseaba, quería llevarla a mi cama, besarla, acariciarla, convertirla en mi mujer, ella lo sabia, pues varias veces así se lo había dicho y la idea no le disgustaba para nada.

Aquella tarde cerca de las 2:00 PM apareció con su uniforme escolar: falda escocesa a cuadros verde, blusa blanca, chaqueta verde, medias blancas y zapatos negros, venía con sus libros, era una chiquilla preciosa, nos saludamos con un cálido beso y la conduje a la sala donde le ofrecí una soda y comenzamos a tocar el tema, yo me encontraba con un Jean, una camiseta roja y tenis, me encontraba muy nerviosa con su presencia y un tanto excitada pues justo antes de llegar ella me encontraba chateando con una amiga y me había puesto muy caliente. Luego de explicarle la forma en que me masturbaba analmente y como utilizaba mis juguetes, decidimos que era hora de proceder, ella se encontraba un poco asustada pero la tranquilice diciéndole que le tenía una sorpresa, inmediatamente me pare, me quite mi Jean y me acomode subiendo mis piernas sobre una silla dándole la espalda a ella, tenía un panty negro y ofreciéndole mis nalgas le dije que me quitara el panty, ella temblorosa se acerco y con sus dos manitas bajo mi panty dejando frente a ella mi negro trasero y un pequeño consolador anal incrustado en mi ojete, si, llevaba puesto un pequeño cono de látex en mi ano, ella se sorprendió, me quite de esta pose y empecé a caminar por la sala diciéndole que aquello no me molestaba para nada, que cuando se acostumbra casi no lo siente, me senté a su lado y aquella niña sudaba y le temblaban las manos, le quite la chaqueta y nuevamente me acomode acercándole mis glúteos, le dije que me sacara el consolador y ella no se hizo derrogar, apoyo sus manos en mis nalgas y suavemente lo saco, era muy pequeño, en forma de cono y de color rosado, me senté a su lado, le quite el cono anal y lo lleve a mi boca, en forma picara le pasaba la lengua diciéndole que era hora de que ella lo probara, se lo pase y ella lo introdujo en su boquita chupando mis fluidos, aquello me excito y atrayéndola hacia mi la bese fuertemente, su boquita se abrió para recibir mi lengua, las cuales se entrecruzaron por un instante.

la tome de mi mano y la lleve a mi cuarto, donde sobre mi mesa de noche había dispuesto de 5 consoladores de diferentes formas y tamaños, unas bolas chinas, un par de guantes de látex, varios condones y crema lubricante, Adriana se asusto al ver el tamaño y grosor de aquellas vergas plásticas y por un momento dudo, la tranquilice besándola suavemente en la comisura de sus labios, a lo que ella respondió abriendo su boquita, situación que aproveche nuevamente para introducir mi lengua y acariciar la suya, su manita se poso en mi nalga desnuda mientras nuestras lenguas se reconocían en un calido y húmedo beso, le dije que se desnudara para estar mas cómodas, coloque varios cojines sobre mi cama y cuando voltee Adrianita estaba totalmente desnuda, excepto por sus medias tobilleras, su cuerpecito era muy delgado y tiritaba de la excitación, su vello púbico dorado apenas se notaba, suavemente la coloque en la cama boca abajo colocando una gruesa almohada sobre su estomago, lo cual permitía que su hermoso trasero se elevara apuntando al techo, me quite la camiseta y me senté a su lado maravillada con lo que mis ojos observaban, era el mejor cuerpo que había visto en mucho tiempo, su rubio pelo caía sobre su espalda, sus nalgas firmes y tersas invitaban al deseo, sus piernas torneadas y largas permanecían juntas, me subí a horcajadas sobre ella, mi vagina presionaba sobre su trasero y le hice un pequeño masaje en sus hombros para distencionar sus músculos, estaba muy nerviosa, temblaba bajo mis manos y pequeñas gotas de sudor rodaban sobre su hermoso cuerpo.

Al cabo de un instante se relajo completamente, me arrodille entre sus piernas separándolas, dejándome ver su vulva hermosa de labios colorados y coronada por unos pequeños pelitos dorados, separe sus glúteos y ante mí apareció su hermoso ojete anal, arrugadito, sin un solo pelo, agache mi cabeza aspirando su aroma, sentí mi vagina húmeda y pose mi lengua sobre su pequeño orificio, Adriana se estremeció de pies a cabeza, mi lengua embadurnaba su ano completamente, aquella niña separo mas sus piernas y pose mi mano sobre su preciosa concha sin dejar de lamerle el culito, era realmente maravilloso aquel ano, luego de un tiempo de estar ensalivando y succionando su virginal ano, le indique a Adrianita que ya era hora, me coloque un guante en mi mano derecha y aplique una porción generosa de lubricante, lo esparcí sobre su ano y vulva y lentamente introduje mi dedo anular, un suave gemido escapo de los labios de mi niña, cuando vi que aquel ojete permitía la entrada de mi dedo sin dificultad introduje un segundo dedo, comencé a dilatar su ano haciendo pequeños círculos expandiendo su ojete, metía y sacaba rítmicamente mis dedos, con mi mano izquierda comencé a acariciar mi mojada concha sin dejar de cogerme aquel delicioso culo, Adri suspiraba fuertemente diciéndome que no parara, desde luego le estaba gustando mi masaje rectal y arremetí con mayor fuerza, de vez en cuando retiraba mis dedos y separaba sus glúteos comprobando el hermoso agujero que se abría, cogí el mismo consolador anal que hacia poco lleva yo puesto y presionando sobre su ojete deje que este lo devorara completamente, Adriana había resultado con un culito muy garoso y sin rechistar acepto totalmente mi consolador, lo deje allí esperando que se acostumbrara y subí a buscar sus labios que de inmediato se abrieron a mis caricias traspasándonos nuestra saliva y entrelazando nuestras lenguas, me acomode a la cabecera abriendo mis piernas y colocando su cabecita en mi entrepierna le rogué a mi niña que me comiera la concha!!!!!!!!!, que delicia, aquella bandida sabia lo que hacia, sus dedos separaron mis labios vaginales y su lengua jugaba con mi clítoris arrancándome oleadas de placer, estuvo chupando mi raja hasta hacerme correr en un delicioso orgasmo que la muy zorra trago ávidamente, aquello me excito mucho, busque sus labios traspasándonos mis jugos, mi lengua recorría toda su carita embadurnada, me coloque detrás de ella y le saque el consolador, pego un gran grito, pensé que le había echo daño, pero lo que ella deseaba era que no se lo sacara, volví a introducirle aquel pedazo de plástico, ella se volteo y la deje allí introduciéndose y sacándose el juguete mientras yo acercándome a la mesita cogí un consolador de correas y lo ajustaba a mi cintura, aquello si era una verga, media como 20 CMS de largo y unos 5 CMS de diámetro, de color rosado y con las venas marcadas, me acerque a Adriana quien de inmediato se lo llevo a la boca realizando una sensacional mamada a aquel trozo plástico, por lo visto Adriana no era tan inocente como yo pensaba, la muy puta succionaba aquel falo como si se tratase de uno real y en ello se le fuera la vida, se comía el gran consolador sin dejar de darse en su anito con el otro juguete, fue ella misma quien coloco un condón y lubrico aquella verga plástica.

La hice colocar en la misma posición con sus nalgas al aire, separe sus glúteos y vi su orificio un tanto dilatado, rocié bastante lubricante sobre el consolador y en su agujero e introduje fácilmente dos dedos en su hueco posterior, coloque la punta de la verga plástica y de un fuerte movimiento de mis caderas aquel ano se trago casi completamente el consolador, cerca de 12 cms desaparecieron en su culito, Adriana pego un gran grito y sacudió su cadera desenterrándose de aquel falo, lloraba no se si dolor o de placer, no quería dejarse coger, pero le di una fuerte nalgada y de nuevo coloque aquella polla en su ano, me apoye con mis dos manos en su cinturita y suavemente le introduje la totalidad de aquélla tranca, lo que vino después fue un sensacional mete y saca donde aquella puta se meneaba de placer sintiéndose totalmente empalada por aquella verga, mis caderas subían y bajaban rítmicamente llevándola a un gran frenesí, durante unos minutos estuve bombeando dentro de su ano, me recosté sobre ella, mis senos se aplastaron bajo su espalda y volteo su cabeza, grandes gotas de lagrimas rodaban por su carita, la tome por el pelo y mi lengua recogió aquellas hermosas lagrimas hasta llegar a un fenomenal orgasmo al tiempo, saque mi consolador y caímos rendidas abrazadas y sudorosas, estabamos felices.

Me miró a los ojos con una expresión inocente, me dijo que estaba satisfecha por haberme dado el culito a mí, a alguien que valiera la pena, dijo.

Se sentía adolorida, había sufrido, pero ese dolor había sido parte del placer, la muy zorrita gozaba sufriendo y eso me agradaba, se sentía sometida, dominada, eso la hacía sentir como ella había soñado, esa fuerte nalgada, esa fuerte penetración la hicieron sentir que me pertenecía.

Sin decirme una palabra, me dio un beso en la boca, tomo el consolador de correas, se lo calzó, me puso en la posición en la que estaba ella, me tomo del cuello con cierta rudeza, su mirada ya no era inocente, era profunda, parecía una fiera a punto de cazar a su presa.

Me puso abundante lubricante en mi culo, metió 3 dedos con facilidad, apoyo la punta del consolador y dijo: ahora te follaré duro mi linda zorra negra.

Metió el falo lentamente, si bien mi ano estaba acostumbrado a comerse pollas más grandes y gruesas, la rapidez de Adriana manejando el consolador y el grosor de esta hizo que sintiera algo de dolor, un dolor que podía manejar, al que estaba acostumbrada. Una vez con el falo dentro, el dolor fue pasando, Adrianita, me tomo de la cintura, y comenzó a empujar, mete y saca, yo estaba en éxtasis, ella gritaba de placer, parecía poseída, gritaba y gritaba cada vez mas, que era una zorra calienta pollas, que era una perra que me rompería el culo como me lo merezco, estaba fuera de si y sus sucias palabras me excitaban mucho mas.

Adriana se tendio en la cama boca arriba con aquella verga apuntando al cielo, me encarame a horcajadas sobre ella y con una mano guié la cabeza de aquella verga sobre mi ano, dejándome caer y ensartándome literalmente en aquella barra, comencé a subir y bajar lentamente sobre aquella deliciosa barra mientras pellizcaba mis negros pezones, comencé a menear mis nalgas sintiendo aquel gusto tan extraordinario, me recosté buscando la boca ávida de Adri, sentí mis pezones a punto de explotar cuando se aplastaron sobre los de mi amante, la tome por el pelo y violentamente abrí su boca buscando su lengua, se la succionaba como un pequeño y húmedo pene, pronto ambas comenzamos a gritar de placer, nos estábamos corriendo juntas, fue un orgasmo largísimo para ambas, me desenterré aquel largo pené y nos abrazamos nuevamente, ambas estábamos completamente mojadas, sudorosas y felices, había sido una de las mejores cogidas de mi vida, fue un momento que deseábamos que no terminara jamás.

Después de este encuentro iniciamos una vida sexual muy agitada, pero esto será otra historia.

adr1210@yahoo.fr

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