CUM-QUEEN
Desde hace algunos años mantengo relaciones con un amigo llamado Alberto, un persona maravillosa en toda su extensión, muy ardiente y algo alocado en cuestiones del sexo, hemos participado a petición suya en algunas pequeñas orgias con sus amigos y de vez en cuando asistimos a un club swinger, donde damos rienda suelta a nuestras fantasias.
Esta fiesta era especial, ya que en Halloween siempre hay una fiesta especial que se llama CUM-QUEEN o sea reina del semen y se elige a una para que sea la principal y este año por desgracia o por fortuna me toco a mi, aparte este club swinger era distinto al que ibamos siempre con mi amigo, asi que estaba un poco insegura, pero Alberto siempre sabe sacar lo puta de mi y que me anime a hacer cosas que sola ni pensaria.
Llego el viernes y me puse un vestido negro, largo, con una apertura en la pierna derecha que llegaba hasta la cintura, este vestido siempre me había favorecido, ya que era muy ceñido y sabía resaltar aquellas partes de mi cuerpo que se lo merecían, resaltando especialmente mis nalgas, debajo me puse un tanga negro de hilo, de dimensiones bastante reducidas, y arriba nada, estoy en plena madurez física y me gusta resaltar mi figura al natural, ademas casi nunca uso brasier. Me maquillé, y cuando me quise dar cuenta eran ya las 21:00 horas. Suerte que vivimos cerca de allí, estuvimos en el club a las 21:08 Horas.
Ante la llegada del coche abrieron las puertas y pude ver entre los cristales
una fila de hombres en cola, habría más de 50!! Alberto me dijo que se estaban
acreditando, y que por eso estaban allí. En esos momentos me entró el pánico,
(50 era demasiado), quería irme, pero otra vez Alberto me tranquilizó, me dijo
todo lo que necesitaba oír y muy en el fondo de mi deseaba estar alli, ademas
esa seria mi noche, pues ya me habia comprometido y yo seria la reina de esa
fiesta.
El coche paro y dos hombres nos recibieron, me saludaron y fueron muy amables
conmigo, me llevaron a unas habitaciones que había en la parte de arriba, allí
me encontre para felicidad mia con otras dos chicas amigas mias,"éstas van a ser
tus doncellas", me dijo el alto de los dos hombres. Se debio fijar en mi cara y
me quisieron tranquilizar:
-¿És tu primera vez Caro?
-Si en este tipo de fiesta sí- apenas pude decir otra cosa más.
-No te preocupes, yo me llamo José, soy el organizador de
todo esto, soy el presidente del "Cream-Club", que es una asociación que se
dedica a celebrar reuniones sexuales por América Latina, para que nuestros
socios puedan participar de las mismas. Ante todo quiero que sepas que estamos
muy agradecidos de tu compañía, y que todo este club se basa en el respeto
mutuo. Así que no tienes nada que temer, si ves que no eres capaz de seguir, nos
lo dices y como veo que ya conoces a Karina y Marcia, pues ellas te sustituirán.
Eres libre de quedarte o irte, pero yo te recomiendo que te quedes, será una de
las experiencias que nunca olvidarás en tu vida.
Todo eso que me decía la verdad es que me tranquilizaba bastante, pero aún
estaba muy nerviosa, claro con tanto hombre no se me ocurrió preguntar de que
iba el tema, mi amiga Karina, con la que en alguna oportunidad compartio mi cama
es una rubia bastante imponente, con un busto precioso, de unos 29 años y con un
cuerpo muy atlético me contestó:
-Tranquila Caro, hoy se reunirán cerca de 150 miembros del club. Todos ellos están unidos por un placer común: su atracción por el semen.
-¿QUÉ?- contesté yo.
-Espera, tranquila, no te alarmes- replicó Karina- no vas a tener que cogerte a todos ellos sino que en eso Marcia y yo te vamos a ayudar, eso sí tu serás el centro de sus eyaculaciones, la receptora de su semen, ya que según ellos su máximo placer es ver a una señorita cubierta por litros de su preciado caldo. Muchos de ellos, incluso permanecen largas temporadas sin eyacular a la espera de esta cita, guardando su preciada leche para la reina de esta noche, o sea para ti negrita.
Cada palabra que oía a la vez me aterraba y me excitaba, como
que me hacía sentir caliente, deseada, una mezcla perfecta entre pasión y
nervios, que producía en mi cuerpo una hipersensibilidad fuera de lo normal.
Estaba nerviosa, paro la simple idea de verme bañada por los cálidos flujos de
todos estos hombres me estaba produciendo que incluso los labios de mi concha
estuvieran empapándose.
-No te preocupes- me dijo José- todo el mundo se acredita antes de entrar aquí y
para ello es necesario un certificado médico que acredite que no tiene ningún
tipo de VHS o enfermedad alguna. Bien prepárate nosotros os dejamos solas un
rato, vendremos a las 22:00 horas para empezar con todo.
Ese tiempo de espera me pareció larguísimo, Karina y Marcia no hacía más que
darme consejos y palabras de ánimo, y sobre todo que disfrutara lo máximo
posible.
Cuando llegaron las diez, puntualmente llegaron nuestros anfitriones, y nos
condujeron a la parte de debajo de la nave. Estaba perfectamente acondicionada
para el encuentro, en el centro de ella, había como una tarima de madera, la
cual tenía forma de cuenco, el suelo de la nave había sido cubierta de una
moqueta, a estilo de césped artificial alrededor de ella una muchedumbre de
hombres todos desnudos, se aglomeraban expectantes, y yo cada vez me sentía más
excitada. Al igual que la otra vez, el sentirme centro de atención me ponía
cachondísima, el explorar cual iba a ser mi límite, hacía que todo mi cuerpo
estuviese preparado para disfrutar y gozar como nunca, de aquella noche que
jamás olvidaré.
Mis dos amigas Karina y Marcia, me cogieron de los brazos y me llevaron a lo alto de la tarima, me pusieron en el centro de ella, la misma parecía ser como una bañera muy amplia pero de muy poca profundidad, apenas 10 o 12 centímetros. Allí arriba pude ver como en una parte de la nave había mesas preparadas con canapés y bebidas, parecía ser que la noche iba a ser muy larga. Se encendieron unos focos y tras unas breves palabras de José, se cerró un discurso de presentación indicando que la fiesta podía comenzar. Tras ello Karina y Marícela dejaron caer sus vestidos al suelo, la verdad es que las dos tenían un cuerpo escultural, muy bronceado, Marcia es una trigueña con un cuerpo de ensueño, senos pequeños pero muy armoniosos con su cuerpo, su pubis negro invitaba a ser lamido, pero eso era lo que menos importaba en esos momentos, ambas empezaron a acariciarse mutuamente, sus lenguas se fundian deliciosamente, contactando sus pechos entre sí, lamiéndose los senos, el ombligo e incluso llegando a chuparse el clítoris la una a la otra. Karina tenia su chochita totalmente depilada, al igual que todos los participantes de la fiesta se habían rasurado adecuadamente sus partes, para prevenir posibles infecciones o transmisiones de bichitos molestos.
Con la iniciación del show lesbico de mnis dos amigas más de uno de los
participantes, se empezaron a empalmar, era increíble ver 150 vergas de
diferentes tamaños, colores y grosores semi erectas, fue entonces cuando sentí
que ese era el momento en el que no había marcha atrás. Dios mío!! Mentiría si
dijera que no me excitaba esa situación, 150 hombres todos desnudos, la gran
mayoría puestos a punto para realizar una de las orgías más bestiales que sin
duda he conocido y realizado.
Tras unos breves momentos de calentamiento, Karina y Marcia, se acercaron a mi,
y con un sutil gesto, me quitaron el vestido, todos los hombres me estaban
mirando, y de no ser porque tenia el tanga de color negro todos hubieran notado
lo mojado que estaba, sentia mi concha ardiendo. Las que si lo notaron fueron
mis amigas doncellas, ambas procedieron a quitármelo de forma muy sensual,
despojándome de la única protección que me quedaba contra toda esa muchedumbre.
Acto seguido, Maricela cogió un bote de espuma de afeitar, y una cuchilla, me
embadurno toda la región púbica de espuma y procedió a rasurarme públicamente
delante de toda aquella multitud, que empezaba a estar más y más cachonda,
aquello era una parodia, pues tengo mi pubis totalmente rasurado desde los 16
años, pero aquello excitaba a todos aquellos machos, algunos sin disimulo alguno
procedían a masturbarse lentamente, cuando se intentaban acercar lo máximo
posible al espectáculo que estábamos ofreciendo, masajeaban sus lustrosas vergas
sin perder un solo detalle de nuestros cuerpos. Yo levanté una de las piernas
que seguidamente me sujetó Karina para facilitar la tarea de Marcia. Sentir el
deslizamiento de aquella hoja por entre mis partes, me producía un gusto
tremendo, estaba mojada, y no podía dejar de segregar flujos, no sabía cuanto
podía esperar sin sentir una de esas vergas dentro de mi.
Transcurridos 9 o 10 minutos Marcia terminó su sesión de rasuración y pasó su
mano entre mi ingle, viendo que estaba bastante lubricado, me inserto muy
despacio uno de sus dedos, y empezó a moverlo dentro de mi. Estaba disfrutando
como nunca, hasta que de repente sacó su dulce dedo, se lo llevó a su boca, y
dijo en voz alta:
- Venga chicos, ya esta preparada para la fiesta, a punto de caramelo.!!!
Un grupo de unos treinta hombres, tomó la delantera, parecía como si todos
supiesen lo que debían hacer. Y no me equivocaba ni un pelo, estaban divididos
en grupos, que se habían repartido por turnos, cuando le tocaba a un grupo los
otros miraban o se sentaban relajadamente, tomando las fuerzas necesarias para
cuando les tocase.
El primer grupo de treinta, se dividió en tres partes, Karina y Marcia se
encargaban de 20 o 23, y el resto se vinieron conmigo, todas estábamos en la
tarima, y sólo había una regla, áquel que se fuera a derramar debía abandonar su
posición y descargar su esperma en mi, allí donde quisiese o pudiese. La primera
parte de la sesión sólo yo podía recibir las corridas.
Los siete o nueve hombres que se dispusieron a tomarme por primera vez aquella
noche, no se fueron por las ramas, me tumbaron boca arriba, y me empezaron a
penetrar vaginalmente, mientras el resto se arremolinaba a mi alrededor
masturbándose suavemente, y aquellos que se encontraban cerca de mi cara, me
ofrecían sus miembros para que los chupara. No tardé en empezar a disfrutar yo
tanto o más que ellos, este grupo se ve que se había preparado para la ocasión
ya que no tardaron más que 2 o 3 minutos por persona en darme todo el líquido
que albergaban sus henchidos huevos. Yo no me corrí hasta el tercero que me
tomó, las envestidas de ellos eran muy vigorosas e intensas, los sentía muy
dentro de mi, y eso me encantaba, el primero se corrió en mis pechos, saco su
verga de mi concha, y desde alli abajo lanzó unos chorros de esperma blanco que
impactaron por todo mi cuerpo, pero sobretodo en mis pechos, tras ellos las
cosas se empezaron a precipitar, los asistentes que estaban disfrutando de las
mamadas de Karina y Marcia se retiraban de su posición, y apenas llegaban a
tiempo para regar todo mi cuerpo con ese cálido caldo. Se corrieron en mi cara,
tetas, concha, tanto dentro como fuera, yo no hacía más que jugar con todo ese
líquido esparciéndolo por todas partes de mi cuerpo. Eso los ponía más y más
salvajes, mis orgasmos se sucedían a un ritmo de 1 cada 10 o 15 minutos no había
respiro. Más de uno me insertaba su pene hasta lo más profundo de mi garganta,
me apretaba mi cabeza hacía si desde mi nuca y se corría en mi interior, apenas
podía tragar tanta cantidad de semen, pues juro que nunca he visto corridas tan
abundantes como algunas que se vertieron en mi. Cuando giré la cabeza, vi como
un grupo de unos cincuenta hombres estaba esperando su turno, Karina y Marcia no
daban abasto, estaban en cuatro patas y hacían todo lo que podían, las
penetraban por el ano, o por la vagina indistintamente, a veces con unas
arremetidas tremendas y muy salvajes. Cuando se retiraban de ellas para terminar
en mi, les dejaban al aire sus dos orificios los cuales a estas alturas
experimentaban una dilatación bárbara, y la fiesta no había hecho más que
comenzar.
A ellas se les veía que estaban disfrutando como unas puercas, gozaban tanto o mas que yo siendo folladas por aquellas deliciosas vergas, sus gemidos de placer se oían con claridad y aquello no hacia mas que ponerme a mil. Toda mi parte delantera, se había vuelto una masa de esperma, ya no quedaba ninguna parte de mi que estuviera seca, y los chorretones se caían por efecto de la gravedad desde lo alto de mis pechos hacia los brazo, y desde mi cara al pelo. Muchos de ellos se corrían en mi pelo, lo habían mojado de tal forma que todo él era una masa de mechones unidos por el semen. Yo me entretenía pasando las manos por entre mis pechos y recogiendo el semen que allí se acumulaba, luego me lo llevaba a la boca y hacía buena cuenta de él. Pasados treinta minutos uno de los miembros me pidió que me diese media vuelta y me pusiera a cuatro patas, yo que en esos momentos no respondía de mis actos obedecí sin rechistar. Cuando me giré una gran masa de semen se vertió sobre la tarima, los borbotones del mismo resbalan de entre mi cuerpo y caían al suelo. Fue en esos momentos cuando me estaban penetrando con un ritmo incesante cuando el mismo se finalizó, fueron apenas unos segundos, pero de repente noté un dolor imposible de narrar, como si todo mi culo se partiese por la mitad. Uno de ellos me había insertado su descomunal pene en mi ano. Normalmente, mis relaciones anales habías sido convenientemente lubricadas antes de su comienzo, pero aquella bestia me había metido todo ese vergon en mi culo hasta los mismos huevos, sin nada de lubricante. Era el mismo que me estaba reventando el coño, pero el mismo sufría ya una dilatación, y estaba tan relleno de fluidos que no notaba apenas los diferentes tamaños de los penes que me penetraban. Fueron unos minutos que parecían no terminar nunca, yo le supliqué quitándome como pude los penes que intentaban incesantemente invadir mi boca, que por favor se corriera dentro, a pesar del dolor y que sentia mi ano desgarrado por aquel tolete, lo deseaba. Fue todo un caballero y así lo hizo pasados ocho o nueve minutos sentí como una catarata de esperma inundaba mis entrañas, en esos momentos uno de los orgasmos más intensos y placenteros que nunca he tenido me estremeció todo el cuerpo, grité, y grité con fuerza, aún teniendo una verga de dimensiones considerables en mi boca, pero ese grito se apagó en pocos instantes porque el habitante bocal, soltó una descarga que fue directa a mi tripa, casi me ahoga el muy bestia. Seguidamente otro hombre ocupó el lugar del primero en mi ano, esta vez al tener el mismo convenientemente dilatado y lubricado, sentí un gran placer desde su misma entrada. Éste no tardó en sacar su pija y correrse en todas mis nalgas, algunos se corrían en mis orejas, otros directamente en mi pelo, en mi espalda. Los había que me metían la verga en la garganta y usaban mis orejas como estribos, terminando en el centro de mi cara.
Uno de los momentos más excitantes fue cuando dos tipos me insertaron en una más
que magnífica doble penetración vaginal/anal sus respectivos miembros al
unísono. Fue sensacional, su ritmo era sensual, acompasado, me llevaron al
cielo, ambos terminaron regando mi más que húmedo culo, muchos se entretenían
jugando con el esperma que había por todo mi cuerpo, frotándolo, restregándolo
por mi pelo, incluso algunos mientras me atacaban el coño por detrás,
introducían sus dedos en el interior de mi dilatado culo.
Toda esta primera fase duró no se cuanto tiempo, pero bastante horas, hasta que
todos y cada uno de los hombres se hubieron corrido en mi, cuando terminaron, y
se apartaron de mi, vi a Karina y Marcia, una boca a bajo y la otra boca arriba,
totalmente exhaustas, destrozadas, con sus orificios bestialmente dilatados. No
se podían apenas incorporar, y no me extrañaba pues habían preparado para mi a
más de cien hombres, y no habían recibido ni una mera eyaculación que
lubrificara alguno de sus pobres y quemados agujeros.
Alrededor mío, había una gran cantidad de semen, ellas se acercaron a mi, se pusieron a cuatro patas, y empezaron a lamer primero los restos del suelo, era ingente la cantidad de líquido bendito que allí había. En esos momentos me mostraron cual era su verdadera situación, a cuatro patas los orificios anales de las dos estaban hiperdilatados, podía introducir dos o tres dedos de mi mano, y apenas tocar sus paredes anales o vaginales, es por ello que decidí echarles una mano. Me puse también a cuatro patas mostrando mi perfecto culo a los espectadores, la separación de mis glúteos hacía que ríos de semen corrieran desde mi espalda, por mi ano, del cual salían borbotones de esperma, convirtiéndose en una cascada en cuando llegaban a mi vagina. Con las manos cogí la mayor cantidad de semen que pude, me lo introduje en la boca y cuando ya no podía albergar más liquido en la misma, vertí el mismo sobre el ano de Karina, mientras que suavemente con los dedos lo iba introduciendo en su interior. Repetí la misma operación con Marcia y poco a poco fui introduciendo al unísono los dedos de cada una de mis manos en sus respectivo anos, frotando sus paredes con el semen que a mi me sobraba, poco a poco y sin darme cuenta acabé metiendo los puños en los respectivos culos de mis calientes amigas , cuando quise darme cuenta, me giré y vi que con ello había embravecido a la mayoría de los espectadores, los cuales algunos empezaron a aplaudir. La estampa era de película, mis dos putitas lamiendo todo el tablero de semen con sus bocas, mientras yo, arrodillada, embadurnada de pies a cabeza de esperma había introducido mis manos en los culos de ellas.
Tras breves instantes la fiesta prosiguió, en esta segunda fase todos y cada uno
de los participantes debían volver a correrse en mi, pero esta vez en el
interior de mi ano. Para ello me dispuse a cuatro patas mientras Karina y
Marcia, se arrodillaron a mis lados, así cuando algún participante me estaba
dando con fuerza por atrás ellas preparaban a los siguientes a base de pajas y
mamadas. Es espectáculo prosiguió, el culo aun lo tenía lo suficiente dilatado y
apto para seguir el ritmo de la fiesta. Todos guardaron riguroso orden esperando
su turno. Me empezaron a penetrar por el culo, por la vagina, pero sólo podían
acabar en el interior de mi ano, todo ello lo cumplieron con gran efectividad,
las veces que me penetraban el ano, me proporcionaban gran placer, pero no era
hasta cuando realizaban una doble penetración cuando realmente me extasiaban.
Las primeras veces las corridas las notaba poco, sentía como ese líquido se
albergaba en mi, sin gran dificultad, pero cuando ya habían pasado por mi cerca
de 20 personas, la cantidad de semen albergado en mi interior era más que
considerable, al menos tanto como la dilatación que experimentaba mi culo. Es
por ello que incluso se animaron a hacerme dobles penetraciones anales, yo creía
que mi culo no tenía límite de dilatación, pero no fue hasta que dos sementales
con unos aparatos verdaderamente descomunales me introdujeron los mismos por mi
maltrecho culo, sentía que iba a reventar, no todo el semen acumulado, ni la
dilatación de mi ano, me ayudaron a soportar ese dolor, noté como alguna zona de
mi esfínter cedía, estando apunto de suplicar que pararan, pero en esos momentos
sentí como sus penes se estremecían en mi interior y realizaban una generosa
descarga que se albergó junto con las demás en mi interior. Durante los
instantes de cambio de un ocupante por otro, me introdujeron un tapón anal de 5
centímetros de grosor, para que ni una gota de esperma se desperdiciase, aunque
eso era casi inevitable, y más por la forma de mi culo, el cual tiene una gran
separación entre glúteos, varios regueros de semen abandonaban mi culo y se
precipitaban al vacío tras resbalar por mi concha.
Cuando se acercaba a la centena de eyaculaciones en mi interior, mi carga era
tan descomunal que empezó a dilatarme el recto interior, yo en esos momentos
apenas sentía nada, estaba en estado de catarsis, con el culo adormilado, pero
la verdad es que los participantes se tomaban muy en serio sus actuaciones,
realizando cuanto menos penetraciones frenéticas, que no hacían más que impulsar
toda mi carga más al interior de mi cuerpo.
Los restos de semen que permanecían fuera de mi cuerpo se estaban empezando a
secar, donde más lo notaba era en mi pelo que se estaba endureciendo por
momentos, como si me hubiese excedido en el uso de gomina, no obstante ello, aun
restaban varios lagos de semen diseminados por todo mi cuerpo, como en mi cara o
espalda.
Cuando llegó el turno de los dos últimos participantes, estos me introdujeron
sus dos falos por mi ano, no se porqué pero mis amigas se percataron que no
estaba disfrutando en esos momentos, y decidieron animar mis sentidos, para
ello, una introdujo su mano en mi vagina, y no se como empezó a moverla de tal
forma que un orgasmo empezó a recorrerme todo mi cuerpo dilatando del interior
de mi vagina a la vez que notaba como nunca los penes de mis amantes. Sentí el
orgasmo más intenso de toda la noche, empecé a moverme como una posesa, la carga
de mi culo se movía conmigo, pegando bandazos por mis intestinos, Karina
mientras tanto cogió y apretó los testículos de mis dos cogedores,
masajeándoselos de tal forma que sus envestidas fueron cada vez más y más
intensas llegando a un orgasmo conjunto inigualable como nunca antes lo había
tenido.
Una vez hubieron terminado me pusieron convenientemente el inmenso tapón anal. Y
me dijeron que me pusiese en cuclillas, la vista de mi magnífico culo debió
poner a más de uno a cien. Junto conmigo mis dos puticas se recostaron boca
arriba debajo de mi ano, cara con cara. Los participantes se arremolinaban a mi
alrededor y se pajeaban intensamente, vertiendo los restos que les quedaban en
sus pelotas por todo, todo mi cuerpo. Cuando ya se hubieron acomodado Karina y
Marcia, me quité el tapón anal, fue tal la cantidad de semen que salió de mi más
que dilatado orificio que creía que las chicas no iban a poder aguantar. Salió
un chorro a presión de esperma cubriendo la totalidad de sus caras, ella jugaban
con él, lo tragaban, se besaban mutuamente, se lo esparcían por su cuerpo,
ponían sus bocas en mi ano llenándose las bocas de las corridas de esos 150
sementales, cuando el vertido perdió intensidad, Marcia introdujo su mano sin
gran dificultad por mi ano, llegando hasta sus nudillos, parecía que me habían
insertado un bate de béisbol, notaba como jugaba con sus dedo en el interior de
mis intestinos, mientras Karina le lamía su blanca cara. Alrededor mío, las
corridas sobre mi estaban cobrando una intensidad inusitada, cuando parecía que
todo el baño de esperma inicial se había secado de mi cuerpo, decenas de
corridas volvieron a darme la ducha que deseaba, goterones de semen corrían todo
mi cuerpo, desde mi pelo, bajando por mis tetas, todos se unían en un mismo
camino hacia mi depilado coño o ano.
De repente Marcia sacó su manita de mi ano llevándose consigo todos los restos
de semen que quedaban en mi interior, cayendo los mismos sobre sus ya saturadas
caras, Mientras yo seguía recibiendo una ducha de semen. Era impresionante,
decenas de fluidos corrían libremente por mi cuerpo, depositándose en los
cuerpos de mis doncellas, las cuales lamían mi ano, y vagina regalándome otro
orgasmo más.
Cuando todos hubieron terminado, no se la hora que sería, José nos dijo que no
se podía desperdiciar todas esa cantidad de semen que restaba en el suelo,
después de lo que les había costado fabricarlo. Por ello, una de las partes de
la tarima era desmontable, y tras ser quitada, con unas escobas debidamente
destinadas a tal efecto, pues sus cerdas eran gomas limpia cristales recogieron
todo el semen que estaba esparcido en el suelo, y lo depositaron en un tubo de
cristal. La cantidad depositada era inmensa, cerca de un litro. Me dieron tan
preciado frasco, y Karina y Marcia se arrodillaron colocándose debajo de mi
coño, el cual empezaron a lamerlo, yo empecé a beber todo lo que pude de ese
inmenso vaso de esperma, pero gran cantidad del mismo, medio voluntariamente,
medio sin querer, lo derramé por mi cuerpo. Lo que no podía tragar se deslizó
por mi cuello, pasando por el centro de mis pechos recorriendo mi ombligo, y
llegando a mi clítoris del cual caía al vacío como si de una fuente se tratara,
pero en ningún caso llegaba a derramarse en el suelo, pues Karina y Marcia
presurosas se avezaban a absorver los restos que caían por mi cuerpo. Cuando ya
no quedó ni una gota en tubo, mis dos amigas subieron lamiendo y besándome todo
mi cuerpo, recreándose en mis tetas, acabando en mi boca en un espectacular beso
conjunto. A los momentos nos giramos hacia la muchedumbre y sonreímos.
Cuando ya pensé que todo esto había terminado, Jose subió al podium y comunicó a los asistentes que no podían dejar que nos fuéramos así de sucias a casa, y que todos debían contribuir a pegarnos una refrescante ducha. Yo estaba totalmente derrotada, era apenas consciente de lo que estaba pasando o de lo que iba a ocurrir. Un tipo subió al pedestal donde estábamos las tres y quitó del centro una parte del mismo que hacía las veces de tapón. Fue entonces cuando me imagine lo que venia, y así fue. La gran mayoría de los participantes se acercaron a nosotras; Karina y Marcia seguían besándose entre ellas, traspasándose el semen y tocándose todo su cuerpo, poco a poco me fueron introduciendo en su juego, mientras casi la gran mayoría de los hombres se disponían a empaparnos, y esta vez no precisamente de su delicioso esperma, sino a base de meados. Empezaron a orinarnos por todas partes, las tres permanecíamos en el centro como ajenas a lo que estaba ocurriendo. Los diferentes chorros amarillos impactaban en las más diversas partes de nuestro cuerpo, sobretodo se centraban en la cara, y pecho. La verdad que disfruté y sentí placer de dicho acontecimiento. Los litros de orina tras recorrer nuestros cuerpos llevándose a su paso, grandes masas de semen pegadas a nuestro cuerpo, se evacuaban por el agujero que había en el centro de la tarima. Algunos de los participantes llegaron a intentar meter sus flácidos miembros en mi boca para orinar en mi interior, ante eso yo me negué apartándome de los mismos, la verdad es que era un experiencia que si sólo lo hubieran intentado hace unos minutos en medio de las cogidas lo hubiera hecho, pero ahora mas frio de solo pensarlo me repugnaba. Pero no pensaban de igual forma mis acompañantes femeninas que recibían con buen gusto todos aquellos litros de orina, dejándose mear en el interior de sus bocas, por supuesto que no se bebían tal carga, sino que la mantenían en su boca para tirarla después por todo su cuerpo, o por el cuerpo de nosotras.
Déspues cuando estando literalmente empapadas de orín, varios socios, nos
pusieron a cuatro patas y metieron sus vegas en nuestros dilatados orificios
anales procediendo a rellenarlos de su líquido dorado, mientras entre ellos
comentaban que la ducha no podía terminar sin limpiar las tuberías interiores
dejándolas limpias y relucientes. Por suerte este ejercicio no duró más de 30
minutos, poco a poco los hombres iban conforme terminaban, abandonando el local.
Cuando nos dimos cuentas apenas éramos cerca de diez personas en el recinto, los
primeros rayos de sol se asomaban por las ventanas, mostrando nuestros
relucientes cuerpos a la luz del día.
Cuando todos hubieron terminado, nos quedamos tendidas en el suelo de la tarima
las tres, apenas podíamos hablar o siquiera andar. Alberto, Jose y otro hombre
que no me acuerdo como se llamaba, nos cogieron en brazos y nos llevaron a un
jacuzzi, que se había colocado en la parte interior de la nave. El agua caliente
y las burbujas nos relajaron y repararon parte de nuestra fatiga. Tras ello y no
recuerdo como nos llevaron a un hotel, dónde me desperté al día siguiente por la
tarde. Estaba totalmente dolorida, no podía soportar el escozor de mi culo, que
estaba totalmente irritado y reventado. La dilatación y el dolor me duraron
varios días.
La verdad le agradezco a Alberto y a mis dos amiguitas puticas ya que goze como
nunca antes lo había hecho, cambiándome el significado de la palabra sexo por
completo. Desde aquí sólo espero que hayáis pasado un buen rato leyendo esta
historia, y espero que voten por este y agradezco sus comentarios.