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Desvirgando a un chico

en Hetero: Primera vez

DESVIRGANDO A UN CHICO

Soy una mujer muy activa sexualmente, los que me han leido sabran que tengo 24, morena y muy ardiente, me conservo bastante bien, pues hago mucho ejercicio y estaran de acuerdo conmigo que el mejor ejercicio es el sexo, aparte de esto troto y trato de cuidarme lo mejor posible. Soy de algo alta de estatura, raza negra, algo delgada, pero bien hecha, con un busto de 88 y unas caderas de 100, desde muy pequeña me aficione al sexo y disfruto tanto con un hombre o una mujer o simplemente con mis juguetes o deditos, (adoro masturbarme). Tengo varias relaciones esporádicas con algún amigo o amiga pero creo que no logran dejarme totalmente satisfecha, es por ello que siempre voy en busca de algo mejor, no soy ninfomana pero no puedo vivir sin sexo, me encantan los hombres maduros pero últimamente me gustan los jovencitos, siento una atracción especial por ellos, cuando veo esos jovencitos de 12 a 17 años, me caliento muchísimo y en mis pajas solitarias, mi fantasía es hacerlo con estos niñitos.

De sólo pensarlo me da mucho morbo y mis masturbadas son sensacionales, a veces cuando voy en un bus o en el metro atestado de gente, me gusta ubicarme delante de algún jovencito escolar y disimuladamente, pongo mi trasero, que no es nada despreciable, como toda negra soy culona, mis nalgas son redondas y sobresaliente, muchos se acercan disimuladamente quedan a mis espaldas, comienzan a pegarsen a mi y siento sus paquetes de duras vergas entre mis nalgas, lo que me calienta y las muevo casi imperceptiblemente, casi sin que ellos lo noten y siento como sus vergas van creciendo al contacto y aumentan su presión, yo noto la humedad de mi concha y me dan ganas de tomárselos con mis manos y darles una buena masturbada, o permitir que me cojan alli mismo, pero debo resistirme, claro que cuando llego a casa y me saco mi tanga húmeda, la paja que me doy es extraordinaria.

Siempre he pensado que las vergas jovenes son muy ricas, con una potencia bárbara y que además no te comprometen, pues buscan satisfacerse sexualmente sin buscarse complicaciones, solo desean sexo sin ataduras ni compromisos dejándote satisfecha, tal vez alguno de esos chicos me podria satisfacer plenamente.

Cerca de mi casa hay un taller de cerrajería en el que trabaja un señor de unos 45 años y su ayudante es su joven hijo, un chiquito de unos 15 años, que me gusta mucho y al que no dejo de mirar cuando paso por allí, luciendo mi gran trasero con mis minifaldas, ajustadas a mis nalgas, con tacones medios y blusas escotadas, dejando entrever mi juego de tetas. He optado desde jovencita por vestirme muy sexy, me encanta lucirme y excitar a la gente, y sé que provoco miradas de los hombres y mujeres por igual. Siempre que paso, siento la mirada de este niño clavada en mi culo, lo que me pone algo nerviosa, pero feliz de despertar esos deseos en aquel niño.

Un día en que me encontraba sola en casa pues mis tios se habian ido de viaje me disponia a masturbarme cuando se me ocurrió una idea. Llame al taller y hablé con el dueño solicitando que enviara a su hijo, pues se me había roto una cerradura, para que la cambiara. Me contestó que en una hora más lo enviaría, anotando mi dirección. Yo me sentía como una colegiala en su primera cita. Me vestí con una falda más corta que lo normal y una blusita de algodón que demarcaban mis senos, por supuesto no me puse sostén. Al mirarme al espejo, mis pezones se traslucian bastante insinuantes, una diminuta tanga blanca de lycra que se perdia en mis nalgas y hacía resaltar mi gran trasero completaba mi vestuario. Quedé muy conforme al mirarme al espejo. A los pocos minutos, sentí el timbre de la puerta. Era el joven cerrajero. Vestía un overol azul, era un hermoso ejemplar de muchachito, alto, de pelo rubio, delgado y de una mirada tímida y sonrisa simpática.

¿Usted es la señora Carolina? –preguntó con voz tímida.

Sí, –respondí con la mejor de mis sonrisas- adelante, pase.

Lo acompañé a la puerta del dormitorio, donde supuestamente debería cambiar la chapa. Noté que su mirada se clavaba en mis nalgas apretadas por la diminuta falda a cuadros que lucía, me di vuelta y le di un pequeño espectáculo de mis senos, su mirada se dirigió hacia allí, pero cuando notó que yo lo miraba, desvió su vista hacia la puerta.

Creo que esta chapa está buena –me dijo- ¿qué quiere que le haga?

Bueno, quiero cambiarla porque perdí la llave – creo que aquí tengo una nueva

Continué sabiendo que era mentira y me subí sobre una silla para buscar en la parte superior del closet. Eso permitió mostrarle mis piernas. Nuevamente sentí su mirada en mis piernas y en mi culo, sabia que se estaba deleitandop con aquel espectaculo.

-¿sabes? No la encuentro – le dije mirándolo desde arriba - ayúdame a bajar –le pedí estirando una mano.

Él tomó mi mano y bajé una pierna, quedando al descubierto mis muslos por lo corto de la falda. Hice como que resbalaba y me apoyé con todo mi cuerpo en él, aplastando mis tetas en su pecho, mientras él me tomaba de la cintura para afirmarme. Quedé algunos segundos apretada al muchacho y luego me retiré. Miré su pantalón y noté que su miembro estaba muy abultado, indudablemente tenia una gran erección que no podía disimular.

¿Cómo te llamas? –le pregunté.

Jose Luis –me respondió.

¿Tienes novia?

No... no tengo –respondió tímidamente.

Yo me ponía de forma que él pudiera ver mis erectos pezones desafiantes bajo la tela, lo que el no podía evitar. Su mirada tímida no podía desviarse de mi escote y mis piernas.

¿Te gusta lo que ves jose? –le pregunté con un tono erotico.

. Por supuesto... usted es muy bella... –respondió tímidamente.

Mira yo sé lo que soy -continué- un niño tan lindo como tu debes tener muchas admiradoras de tu edad.

No crea, soy muy tímido y me cuesta mucho hacer amigas –respondió-

No creas que no me doy cuenta cómo me miras cuando paso por el taller.... pero me gusta.... me gusta mucho como me miras!

Su carita se ilumino poniendose colorada, estaba apenado.

No te de pena, cuentame…..eres virgen?

S…..si, nunca he estado con una chica- respondio timidamente poniendose aun mas rojo.

A todo esto, ya descaradamente yo le mostraba mis senos, y él no quitaba los ojos de ellas.

-¿Te gustan? –le dije tomándome las tetas con mis manos, como levantándolas- ¿te gustaría vérmelas?

-¡Por supuesto! –exclamó- siempre me han gustado, al igual que sus caderas y sus piernas, son muy lindas.

Ya lanzada, me quite completamente la blusa, mis tetas quedaron desnudas ante su vista, grandes, redondas y con el pezón oscuro completamente erecto, mi concha la sentía empapada por la conversación y por la expectativa de que ese muchachito me comiera y yo pudiese desvirgarlo.

-Ven –lo invité acariciandome un pezon- tócalas... son tuyas... acarícialas como deseas...

El chico se abalanzó sobre mis tetas, primero tímidamente las tomó con sus manos y luego de sobarlas y acariciarlas, posó su boca sobre un pezón y comenzó a chuparlo suavemente... yo me derretía y sentía cosquilleos desde mis pezones por mi cuerpo llegando hasta mi entrepierna que estaba empapada y me latía mi concha como pidiendo también una caricia.

Aaaaaaah... aaaaaaag –exclamé- para ser tu primera vez que bien lo haces... hacía tanto tiempo que no me chupaban las tetas así...!

Comencé a acariciar el pecho del muchacho, abriendo los botones de su overol. El hizo un movimiento y quedó con el torso denudo. Lo acaricié y besé en los labios, él abrió su boca y nuestras lenguas se enredaron en un baile erótico... Yo sentía cómo se mojaba mi tanga y un cosquilleo me recorría completamente, cuando el joven pasaba sus manos por mis tetas desnudas y luego bajaba por mi cintura y me agarraba de las nalgas con cierta brusquedad, lo que a mí más me calentaba. Lo arrastré hasta mi cama y me senté, permaneciendo él de pie, poco a poco fui bajando su overol dejándolo sólo con un pequeño slip que no podía contener el tamaño de su gran verga... mucho más grande de lo que imaginé... no pense que un niñito pudiese rener semejante verga, me dio mucha alegria, el morbo y la calentura me tenian a mil.

Le bajé el slip y su verga saltó hacia delante insolente y preciosa. La tomé con mis manos, mientras él continuaba besándome y acariciando mis tetas.

¿Te gustan? –pregunté.

Son preciosas, -respondió entrecortadamente- siempre que la veía pasar, deseaba tener estas tetas en mis manos, y fueron muchas las pajas que me hice por usted señorita!-

Ahora son tuyas –respondí- soy toda tuya... quiero que me hagas gozar como hace mucho no lo hago... tú también me tienes caliente y deseaba este momento, me dejaras que te desvirgue?-

Por supuesto, es el sueño de toda mi vida.

Y diciendo esto, comencé a lamer la verga del muchachito como si se tratara de un helado, pero caliente. Lo lamí un rato y luego comencé a darle una mamada como si se me fuese la vida en ello, queria que se llevase de su desvirgada un buen recuerdo, era mi primera chupada de verga virgen, nunca lo había hecho, pero el instinto y la calentura me indicaban como hacercelo... él gemía y movía sus caderas con su rica verga enterrada en mi boca... apenas cabía... pero me daba maña para tratar de meterla lo más profundamente posible... me atragantaba pero la disfrutaba... su masaje a mis tetas me tenían hirviendo y su polla en mi boca me hicieron alcanzar mi primer orgasmo... fue como si una barra caliente me penetrara desde mi concha hasta mi boca en un ir y venir de sensaciones extraordinarias... gemía y sollozaba con la verga lo más adentro posible de mi boca... el calor y el placer no me dejaban... una corriente eléctrica me recorría y no dejaba de sentir un placer inaudito.... era mi primer orgasmo en ocho dias... él parece que lo sintió, pues de repente se tenso y sus movimientos se hicieron más rápidos como si me estuviera culiando por mi boca... de pronto me agarro fuertemente por la cabeza, se arqueo y sentí que explotaba y un chorro de leche caliente inundó mi boca... el primer chorro pasó directamente por mi garganta, pero los siguientes los pude retener en mi boca... era su primera chupada y había culminado con una acabada en mi boca... tragué todo lo que pude... ¡estaba tan caliente que no alcancé a reaccionar! Lo único que quería era seguir chupando esa rico verga y seguir sintiendo las sensaciones brutales de mi orgasmo.

El niñito dejó de moverse y yo sólo por inercia, seguí chupando hasta dejarlo seco y limpio, repare por primera vezen sus tersos y lampiños huevos que chupe con gran placer. Caí desmadejada sobre mi cama y el tendido a mi lado. Aún no me había sacado ni mi panty y había tenido ese fabuloso orgasmo, guardado especialmente para el, acumulando toda la pasión y el deseo medianamente aplacado por mis diarias pajas...

El se recuperó a los breves minutos y comenzó a besarme y acariciarme las tetas, que eran su delirio, luego descorrió el cierre de mi falda, sacándomela. Me besó las tetas y comenzó a bajar su lengua por mi estómago hasta llegar a mi monte de venus. Con sus dientes y manos me despojó de mi humedo panty, el se quedo como absorto admirando mi depilada y encharcada vagina, yo abrí lo que más pude mis piernas y con mis dedos entreabrí los labios de mi concha empapada en jugos.

- ven lindo, quiero que ahoratu me lo chupes como yo te hice-

El dirigió hacia allí sus besos, lamió mis labios vaginales y buscó entre ellos con mi ayuda la entrada a mi gruta de amor que lo esperaba ansiosa. Comenzó a darme lamidas suaves y profundas a mis labios, haciéndome retorcer de placer... gemidos, suspiros y quejidos escapaban de mi boca... su lengua encontró mi clítoris que estaba erecto. Hacia allí dirigió su ataque... una corriente eléctrica nuevamente me sacudió y lanzando un grito comencé a subir y bajar mis caderas como si me estuvieran culiando... el placer que sentía era inenarrable... con su lengua lamía mi clítoris y le daba pequeñas chupadas, haciendo que me revolcara en la cama como tratando de escapar de esa lengua fantástica pero deliciosa... pasados breves minutos me vino mi segundo orgasmo, acabando con una fuerza extraordinaria, empapando con mis jugos la cara del joven que no dejaba de lamer y chupar mi clítoris... mis movimientos se hicieron más bruscos... mis caderas subían y bajaban con gran rapidez, hasta que ya no pude más.

Aaaaaaaaaaaaaagh..... aaaaaaaaaaaaaugh..... bas....ta.... yaaaaaaaa.... acabo como ye...gua.... yaaaa baaasta! –gritaba y me movía como loca- aaaaaaaaugh..... ya... por... favor..... basta.........

El le dio una última lamida a mi concha, chupó mis labios, tragó mis jugos y se tendió a mi lado besándome en la boca, saboreando yo el gusto de mis propios jugos... Fue una acabada brutal que me dejó por varios minutos tendida en la cama, con las piernas abiertas y jadeando como si hubiera corrido varias cuadras.

Luego de pocos minutos de descanso, la verga de “mi niño” estaba nuevamente dura como fierro. El me besaba la boca enredando nuestras lenguas, y me acariciaba las tetas y mi concha con sus manos, produciéndome una nueva calentura. Pero ahora lo deseaba adentro de mi... era lo que más quería. Había gozado demasiado con la chupada de verga y con la lamida de concha que me había hecho, pero ahora quería sentirme ensartada por esa gran verga.

Lindo, ahora quiero que me lo metas y sientas lo que es poseer una mujer-

Acosté al muchacho boca arriba con su gran tranca apuntando al cielo y yo me monté a horcajadas sobre él. Poco a poco me fui sentando sobre tan extraordinaria herramienta y me fui ensartando suave, lentamente hasta tener la mitad adentro... era demasiado grande, me vino una calentura tremenda y bruscamente me senté sobre él ensartándomelo completamente, lanzando un grito de dolor, placer y triunfo.... al fin tenía una gran verga enterrada hasta la empuñadura en mi caliente concha, ansiosa por tanto tiempo de ser culiada.

Comenzamos a movernos rítmicamente, empujábamos al unísono en un concierto de gemidos y grititos de mi parte. Yo movía la cabeza para ambos lados, con los ojos semi cerrados, concentrada en el gran placer que estaba sintiendo, mientras el muchacho agarraba y chupaba mis tetas que bamboleaban con mis movimientos, el me agarraba de las nalgas, me sobaba el culo y lo empujaba hacia él sin dejar de moverse empujando su vergota en mi concha, yo montada gozaba y gritaba de placer... ese placer negado por tanto tiempo y que ahora lo disfrutaba plenamente... muy pronto sentí nuevamente esa corriente eléctrica que precede a mis orgasmos, preparándome para la gran acabada... la sentía venir lentamente como tomando fuerzas, avasalladora.... pujante... hasta que sentí ese gran calor que inundó mi cuerpo... casi pierdo los sentidos cuando me inundó esa ola inmensa de placer... mis gritos se intensificaron...

-Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaagh..... aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaugh.... quiero moriiiiiiiiiir..... que riiiiiiiiiiiii coooooo!

Mis movimientos se hicieron convulsivos cuando de pronto el chico se envaró, levantó sus caderas clavándome hasta el alma y me lanzó andanadas de leche hirviendo que inundó mi concha y mi interior llenándomela de líquido que hicieron que mi orgasmo aumentara en intensidad, moviéndome más frenéticamente aún...

Quedamos desmadejados en la cama, yo sobre él recostando mi cara en su pecho, mis tetas aplastadas por su cuerpo y mi vagina agradecida y aún ensartada en su exquisita polla, con mis nalgas al aire....
Después de unos minutos, nos besamos nos acariciamos y nos desacoplamos. Fuimos a la ducha juntos, besándonos y acariciándonos sin dejar de decirnos palabras lindas y cargadas de deseo. Se vistió y se marchó, con el recado de que tendría que comprar una chapa nueva, pues la que tenía no servía, a pesar que perdió casi dos hora intentando ponerla... (la chapa, para su papa, pues su tranca la supo poner muy bien). Yo me quedé desnuda y así lo fui a dejar a la puerta, prometiéndome el muchacho que pasaría muy seguido a visitarme después del trabajo y yo lo esperaría siempre dispuesta a pasar esos ricos momentos nuevamente, ademas el estaba ansioso por tener sexo anal y yo…… pues ni se diga.

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