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Mateo

en Zoofilia

Desde mi primera experiencia zoo que fue mi primer relato hace cerca de un año, no volví a tener ningún tipo de contacto con los "animalitos", me refiero a contacto físico, pues continuaba viendo películas y fotos, pero aunque me gusta compartirlo, no había recurrido a nadie hasta que cada una de ellas iba incrementando mi morbosa necesidad de contárselo a alguien y para mi desahogo recurrí a mi primo quien para mi sorpresa se mostró bastante interesado en el tema.

Mi primo es un chico de 22 años y desde muy pequeños hemos sido muy unidos, compartiendo todos nuestros secretos hasta terminar convirtiéndonos en amantes, somos personas extrovertidas y abiertas a todo lo que se refiera a sexo, a pesar de que él vive en otro país, cuando nos visita o yo voy a mi país, tenemos magnificas relaciones sexuales, jamás habíamos tocado ese tema y mucho menos llegue a imaginarme el interés que despertaba en el, esta circunstancia ha hecho que me haya adentrado mas en el tema de la zoofilia compartiendo con el varias conversaciones e incluso ahondar en el tema a través de Internet.

El solo pensar en hablarle con el de mis aventuras me ponía caliente y mi escasa iniciación zoofilica se remitía a hace unos años con un french poodle pequeño que olisqueaba bajo mi falda y terminaba masturbándose en mi pierna, en cierta ocasión lo había dejado que adentrara aun más bajo mi vestido y me oliera la entrepierna hasta lograr posar su carrasposa lengua en mi vagina, a pesar del temor y ansiedad lo deje hacer, llevándome a uno de mis mejores orgasmos, nadie había lamido mi concha con tanta pasión y fogosidad y hasta ahora jamás e logrado igual sensación oral con hombre o mujer alguna.

Un día, en su reciente visita de mi primo, charlábamos sobre sexo, saltando de un tema a otro y entonces le conté que hace poco fui a visitar a mi amiga Andrea para ir de compras, mientras ella se arreglaba para salir yo me senté en la sala y me llamó la atención que su perro, un labrador dorado llamado Mateo, comenzó a olisquearme bajo mi mini y sacando la punta de su miembro se me encaramó tratando de masturbarse en mi y que a pesar de que yo lo retiraba bruscamente, insistía en hacerle el amor a mis piernas, aquello me recordaba a mi anterior perrito, aunque su diminuto miembro no podía comparase con el colosal y gordo vergon de Mateo. Mientras le hablaba de esto, observaba como el bulto del pantalón de mi primo crecía, descuidadamente pero sin perderme detalle de su erección, noté que el tema, nuevo entre los dos, llamaba poderosamente su atención.

Le conté que mi vecina Andrea tenia un labrador y que posiblemente ella cogía con su perro, aunque no podía imaginarme como, pues el miembro de aquel perro era inmenso y mi amiga es una chica de 20 años, muy hermosa pero con un cuerpo un tanto delgado y frágil, mientras masajeaba la tranca de mi primo ya por fuera de su pantalón, el cual se encontraba muy excitado, no se si por mis caricias o por la idea de ver a una mujer cogiendose un perro, quedamos en que averiguaría mas sobre la relación de Andrea y su amante canino y buscar la forma en que pudiésemos participar, todo esto lo planeamos entre chupetones y lamidas a su magnifica verga. No me fue difícil que mi amiga me contase que desde hacia 2 años mantenía relaciones con su adorado labrador y no lo cambiaba por nadie, tal vez era cierto, pues nunca le había conocido un novio o alguna pareja estable, vivía sola en su apartamento y gozaba con su gran Mateo.

Luego de que mi primo me hubiese premiado mi deliciosa felación con su rica y abundante crema, decidimos invitar a Andrea con su perro a nuestro piso, agregó que permanecería oculto en la cocina y desde allí podría observar sin ser visto, siempre y cuando la escena se realizara en la sala, arreglamos las cosas y el día acordado Andrea llego con su gran labrador, el cual de inmediato jugo un rato y se metió a mi alcoba mientras las dos conversábamos al calor de unas copas y rápidamente conduje la conversación hacia el tema que yo deseaba, como cogía ella con su perro, ella accedió alegremente a hacer una demostración para mi siempre y cuando le guardara su secreto.

Andrea estaba nerviosa y excitadísima y yo igual sabiendo que mi primo compartiría conmigo lo que se avecinaba, me imaginaba que él ya tendría su rico miembro en la mano, el perro se notaba inquieto y dejaba ver la punta roja de su gordo miembro, Andrea lo llamó y el perro como si esperara la señal vino hacia ella recostando su cabeza en sus piernas y gimiendo complacidamente ante las caricias que su bella ama le prodigaba, vas a ver lo que hace, levanto su falda y sin mas preámbulos paso sus dedos por su ya húmeda concha y luego frotó con ellos el hocico de Mateo; éste reacciona como movido por un resorte, comenzó a gemir y trataba de atacar sus piernas, Ella lo tomó de la cabeza y llevó su nariz a su concha bajo la falda, el perro se impacientó más, entonces Andrea se sacó sus pantis, dejándome ver su hermosa concha y acerco la lengua del can; éste comenzó a lamer con fruición y excitación, observaba su colorada lengua carrasposa moviéndose a gran velocidad sobre la mojada cuca de Andrea, ella se dejo hacer de él un poco más y luego se sacó completamente el vestido quedando desnuda, que hermosa era!!!!!, entonces tomo al perro y lo llevo a la alfombra donde se acostó a un lado de el, entonces ella bajo su mano y le tomo por el pene al animal y empezó a masajearlo suavemente y poco a poco de su funda empezó a asomar una punta roja y brillante, muy gruesa, empezaba a salir mas y mas, nunca pensé que un perro la pudiera tener tan grande y gorda, pensaba en la verga de mi primo, yo me encontraba sentada enfrente de ellos y no sabia ni que hacer, entonces ella sin soltar su verga se agacho y paso su lengua por la punta de su colorado glande y de un bocado se metió el pene del animal en la boca, el pene del perro seguía creciendo hasta tomar un tamaño descomunal entonces ella que no había dejado de chuaparsela al perro en ningún momento me dijo acércate, yo me acerque y ella me empezó a enseñar las partes del pene del perro, me señalo sus testículos y un bulbo que se le forma en la base, Andrea continuaba masajeando aquella gran verga y me dijo que si quería probarla a lo cual me resistí.

Mateo saltó sobre ella sin darle tiempo a agacharse y trataba de clavarle una pierna, mi amiga se colocó en posición y el can, trataba de encontrar la rajita húmeda e hinchada que lo esperaba pero no atinaba, cogí su caliente y gordo miembro, hale su peludo forro hacia atrás dejando al descubierto su formidable miembro y lo coloque en posición, el perro sintiéndose en camino empujó a fondo arrancándole un grito a Andrea, luego aceleró su mete y saca durando en ese vaivén unos minutos en los que Andrea excitadísima alcanzó un orgasmo pleno, luego por acomodarse mejor levantó las nalgas haciendo que el instrumento del can se saliera, entonces muy solícita tomé de nuevo ese lindo miembro para acomodarlo nuevamente en la entrada, pero no pude resistirme y lo lleve a mi boca, sintiendo su calor y el sabor amargo de sus jugos, acaricie sus bolas por un rato mientras mi boca succionaba repetidamente sobre aquella hermosa verga, pense que la rechazaría, pero por el contrario era un sabor y una experiencia totalmente nueva para mí, era algo totalmente diferente.

El animal captó el calor de la concha de su amante y arremetió de nuevo con más vigor ganando velocidad, de pronto se detuvo, se balanceó en sus patas buscando apoyo firme y empujo con fuerza metiendo su ya crecida bola, Andrea dio un gritito de dolor y placer, se echó hacia delante por la fuerza del envión pero ya lo tenía todo adentro, entonces el can renovó sus embestidas alcanzando cada vez mayor velocidad y en el momento en que Andrea aullaba de tan intensa y larga corrida, se detuvo, arqueó el cuerpo y penetró aún más quedándose quietecito en esa posición mientras llenaba de semen la vagina de mi amiga, en tanto yo, súper excitada me masajeaba a gran velocidad el clítoris asegurándome de que mi primo me viera, el pobre debía estar pajeandose y su gran verga a punto de erupción.

Mateo solamente se veía mover por lo agitado de su respiración, con su lengua afuera goteaba babaza sobre el piso, yo sabía que seguía eyaculando dentro de mi amiga, llenándola, mientras con su enorme bola adentro tapaba la salida para que no se escapara ni gota de su semen. Después de unos cinco minutos pasó una pierna sobre las nalgas de su amante y se volteó quedando cola con cola bien abotonados, Andrea gritaba como loca, los dejé así y entré a la cocina donde estaba mi primo, lo encontré con la verga en la mano a punto de reventar, sin mediar palabra lo tomé en mis manos, me arrodillé, lo introduje en mi boca y saboree su grueso y largo miembro durante algunos segundos, al cabo de los cuales agarro con fuerza mi cabeza y me dio toda su carga de semen, ¡Qué corrida!!!!!!!!!.

Me limpié un poco y fui a asistir a los amantes que continuaban atorados, Andrea estaba a punto de llegar nuevamente, tenía su concha inflamadísima y abombada hacia afuera por la presión de la enorme bola que su vagina se había tragado, su clítoris presionado desde adentro se proyectaba inusualmente, no pude resistir tocárselo y al presionarlo entre mis dedos mi amiga empezó a temblar y a moverse un poquito con lo cual la bola lo empujaba más y en pocos segundos, dando un alarido se abandonó a un nuevo, profundo y sostenido orgasmo, sacudía la cabeza arriba y abajo y se mordía el labio inferior mascullando algo ininteligible. Pasada la tormenta continuaron pegados unos 10 minutos más mientras el bulbo reducía su tamaño y finalmente el perro de un tirón se soltó al tiempo que chorros de semen salían a gran presión de la gruta de Andrea. Ella se tiró al suelo temblorosa y sin ánimos para levantarse, goterones de semen seguían saliendo formando un gran charco en el piso mientras su concha en medio de mis caricias retornaba lentamente a su tamaño normal.

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