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Sueño humedo

en Hetero: General

Este es un delicioso sueño que tuve hace poco y que guardo la esperanza de que un día no muy lejano se haga realidad, así fue:

Me encontraba algo aburrida en mi oficina, ya que estoy acostumbrada a que todos los fines de semanas tengo programa con un chico o una linda amiga en la noche y acostumbro tener sexo hasta que mi cuerpo se sacia de una linda verga o una jugosa concha y hoy ninguno de mis amigos me había llamado, entonces decidí llamar a Alberto, un licenciado con el que había salido en varias oportunidades, algo mayor pero con gran experiencia en estos avatares del sexo, desafortunadamente tenía esa noche una reunión de negocios en su apartamento con 1 licenciado de Africa, pero me proponía que fuese hasta allí y tal vez saliéramos a algún lugar; en vano trate de contactar algún amigo o amiga pero me fue imposible, hacia pereza en mi casa sin decidirme a salir, no deseaba quedarme sola a jugar con mis consoladores ni mucho menos chatear con alguien, deseaba algo real, entonces me decidí a ir dispuesta a afrontar lo que fuera a ocurrir esa noche, me vestí de una forma que mi cuerpo provocara ganas de que Alberto deseara poseerme y dejar a sus amigos de negocios: me coloqué una minifalda negra súper pegada tan diminuta que se podía ver la punta de mis nalgas, llevaba puesta un mini panty del mismo color que se podía ver a través de la semi transparente falda, la blusa también blanca semi trasparente marcando mis senos y mis grandes pezones dejando al descubierto mi ombligo, los zapatos eran una sandalias rojas con un tacón puntilla altos, terminaba mi conjunto con una chaqueta hasta cerca de las rodillas roja, me pinté la cara muy provocativa y me aplique bastante perfume fino de aquel que en alguna oportunidad el mismo Alberto me había regalado.

Su apartamento quedaba a algunas cuadras de mi casa por lo que decidí ir a pie, salí a la calle caminando sensualmente para que se notara el movimiento de mis nalgas, pues me excita sobremanera que hombres y mujeres por igual se fijen en mi cuerpo, especialmente en mis largas y contoneadas piernas. De pronto se me acercó un hombre medio borracho y me dijo : -se rompió el cielo, se están cayendo los angelitos, mamacita hermosa- y se agarró por encima del pantalón su paquete, aquello me causaba entre excitación y miedo, apure mi paso y rápidamente toque en el apartamento de Alberto, serían las 9:00 de la noche.

Alberto se encontraba medio ebrio y al besarme note su tufo alcohólico, me atrajo así si fuertemente palpando mis nalgas e introduciendo su lengua muy profundo en mi boca a lo que yo respondí de igual forma, nos dirigimos a la sala donde se encontraba una pareja un hombre y una mujer, él africano, de unos 35 años, negro, casi morado, muy macizo y con vestido de paño y corbata, me lo presento como Jean Luc, ella una linda mujer de senos prominentes y cara angelical de unos 28 años con un sastre azul de chaqueta y pantalón llamada Rosalia, ella formaba parte del buffete de Alberto y según el me había dicho mantenían relaciones desde hacía un tiempo; sobre la mesita de centro una botella de vodka y sus respectivos vasos, estaban tratando sobre la realización de un negocio, algo sobre un seguro de una embarcación y trataban de convencer al negro del negocio, luego de las presentaciones me dirigí con total confianza a la cocina, pues ya había estado allí, con la idea de alcanzar un vaso y atender la visita de aquellos licenciados, me empine para alcanzar del anaquel el vaso y a los pocos segundos sentí que levantaban mi diminuta faldita y note el calor del miembro de Alberto sobre mis nalgas mientras hurgaba en mi panty masajeando mi concha por sobre este y me besaba en la nuca, me voltee quedando frente a frente y pasando mis brazos sobre su cuello, lo atraje hacía mi, fundiendonse nuestras lenguas.

Él apretaba mis nalgas mientras yo masajeaba su abultado paquete sobre el pantalón, eso era lo que yo quería, sexo real!!!!, pasamos a la sala y toda la conversación giraba sobre el negocio, yo no entendía nada y me sentía como una estúpida, Alberto y Rosalía trataban por todos los medios de convencer a Jean Luc de lo excelente del negocio, aquel discutía entre español e ingles, en un momento Alberto me hizo señas de que me dirigiera a la cocina, así lo hice y me hizo una extraña propuesta: quería que le ayudase a convencer a aquel negro, en pocas palabras quería que me lo cogiera para poder realizar el negocio, la idea no me parecía del todo mal, yo estaba muy caliente y aquel negro prometía!!!, Alberto suplicaba mi ayuda, desabroche su pantalón y allí mismo en la cocina me arrodille frente a su falo realizándole una magnifica chupada a aquella verga blanca y gorda que tan bien conocía y que tantas veces había estado en mi interior, era una polla magnifica, con un gran glande y de gruesas venas, su mástil terminaba en 2 enormes y bellos testículos, me encontraba concentrada comiéndome y saboreando aquella exquisita polla cuando Rosalía nos llamo desde la sala, con gran pesar Alberto se guardo su miembro, yo me arregle un poco. Alberto llamo a Rosalía a la cocina y yo me senté en la sala a conversar con aquel enorme hombre, sabia que Alberto le contaría a ella que yo los ayudaría. Me senté muy cerca de Jean Luc llenándole su vaso y brindando por cualquier estupidez, Alberto y Rosalía bailaban muy juntos y el descaradamente sobaba sus nalgas, ya entrada en confianza con aquel negro coloque una mano sobre su pierna y ofrecí mis labios a lo que aquel bruto respondió con fuerza, era obvio que estaba excitado por mi cuerpo y mi proceder y esta era la oportunidad que esperaba, Alberto y Rosalía se dirigieron a la alcoba a coger, haciéndome señas de que procediera a convencer a aquel animal.

Viendo aquel negrote y al calor de los tragos y de mi propia excitación notaba mi concha caliente y deseosa de ser penetrada por lo que imaginaba como sería la polla de aquel negro, no podía contenerme, el instinto era más fuerte, mis deseos me mataban, el solo hecho de pensarlo me hacia sentirme muy caliente.

Él ya estaba un poco tomado y me apegaba a su cuerpo con sus enormes brazos, yo comencé a acariciarlo muy despacio sobre su pecho y piernas, mis caricias se fueron dirigiendo muy de a poco hacia su miembro, que en ese momento tenía marcado un gran bulto sobre su pantalón, comencé a tocarla y el balbuceaba algo que no entendía, yo lo besaba y le hablaba despacito a medida que frotaba cada vez más fuerte esa polla que iba tomando proporciones inmensas muy rápidamente. Sin pensarlo le quité la camisa y baje su pantalón y me arrodillé debajo de él, tomé su miembro que en ese momento tendría unos 30 centímetros y comencé a besarlo. Qué verga tan grande, era el deseo de toda mi vida, nunca iba a conseguir algo tan descomunal para mi solita. Su bosa con ese par de cojones enormes colgaba sobre aquella descomunal y gruesa polla, lo besaba de la cabeza, seguía por todo el tronco hasta los testículos. A pesar de su tamaño, abrí mi boca al máximo y comencé a introducir su cabeza, qué gusto tan fuerte, no podía creer que tamaño pijon entrara en mi boquita, lo lamía con la lengua y lo volvía a introducir. Así estuve un buen rato hasta que la pija tomó unos 40 cm de largo y estaba totalmente erecta y gruesísima. No soportaba más la calentura, mi clítoris estaba todo mojado sentía como mi ano latía de calentura, definitivamente quería esa pollota de acero negro dentro de mí.

Me quite mi húmedo panty y a horcajadas me subí sobre él, me comencé a acomodar con mis pechos hacia la altura de su boca, abrí bien las piernas y con las dos manos agarré su miembro, estaba súper duro y caliente, a todo esto el succionaba mis erguidos pezones color caoba, comencé a juguetear con su miembro en mi vagina, pasaba su cabezota morada por mi clítoris, era imposible introducirlo pero yo no tenía ningún afán.

Seguí rozándolo por mi candente concha hasta que ella se iba abriendo cada vez más con la ayuda de mis dedos, comencé a introducir la cabeza muy de a poco. Hasta que en un momento el empujo sus nalgas hacia delante y me introdujo unos 20 cm de su miembro de un solo golpe, yo grité como si me estuvieran matando, el dolor fue muy intenso, no podía soportar semejante pija dentro de mí. Con las dos manos sujetaba el colosal miembro para que no siguiese haciéndome daño, seguí un buen rato hasta que el dolor cesó un poco. Pasó como veinte minutos y decidí no dar marcha atrás el dolor no era tan intenso y mi calor era cada vez más fuerte, así que comencé a moverme muy de a poco, para adelante y para atrás, el movimiento me fascinaba realmente me estaba culiando una gran verga, yo estaba súper feliz. Su gruesa y larga verga fue perdiéndose muy despacio cada vez más dentro mi concha, podía sentir como mi útero era tocado por él.

Continué moviéndome unos 15 minutos, cadenciosamente sobre aquella barra mientras el negro mordia mis pezones y unia su lengua a la mia y llegué a penetrarme completamente con sus 40 CMS de aguella gorda y descomunal pija, logré tener 2 orgasmos como nunca tuve en mi vida. No quería que aquel negro terminase dentro de mi, ya era tarde, él negro estaba acabando y eran chorros y chorros de esperma caliente que inundaban todas mis entrañas, sentía como una explosión interna, cuando terminé de sacarlo sentí como mi vagina completamente dilatada dejaba caer toda su leche, para terminar lamí su rico pené y lo limpié todo con mi boca no dejando ni una sola gota de rastro de su leche.

Descansamos un rato y ya totalmente repuestos y completamente desnudos, comencé a darle pequeños besitos en la boca y él me lamía toda con su gran lengua. Comencé a acariciar su polla nuevamente y fue de a poco creciendo, lo masturbaba con las dos manos, ya para ese entonces Jean Luc estaba a casi su máxima potencia, tomando con las dos manos ese súper mástil comencé a darle pequeños besitos en la punta hasta irme acostumbrando de a poco a ese fuerte olor del miembro. Estaba tan excitada que me olvide de todo. Lo masturbaba, me detenía para besarlo y chuparlo un poco, luego lo pasaba por mis pechos, era realmente incasable jugar con ese tremendo falo. Tenía unas terribles ganas de volver a introducírmelo, pero mi concha se encontraba un poco adolorida.

En eso siento la voz de Rosalia que me llamaba. Me quedé congelada sin saber que hacer con la vergota de Jean Luc en mis manos, al fin solte su polla y pude medio taparme con algo de ropa que estaba en el suelo, Rosalía era hermosa, sus senos mas grandes que los mios estaban coronados por unos pezones grandes y una aureola rosada, su pubis casi depilado: no se sorprendio, miro a Jean Luc y ella me dijo que nunca había visto una pija tan grande, cuando dijo esas palabras comprendí que compartíamos algo y me sentí un poquito aliviada. Entonces yo le susurré - querés tocarlo, mira que no creo que tengas otra oportunidad de hacerlo- Ella sin contestarme se dirigió muy despacito hacia Jean Luc sin quitar la vista de su miembro.

Rosalia tomó con las dos manos el tremendo miembro y no lo soltaba parecía poseída, yo solté mi ropa y me agaché para demostrarle a ella con hechos lo que yo sabía hacer.

Ella no decía nada estaba totalmente entregada, masturbaba a Jean con las dos manos y mientras yo abría mi boca para poder chupar la cabeza del enorme y morado glande, lograba introducirla un poco en mi boca y eso a ella la ponía aún más caliente.

Rosalía, quien se encontraba totalmente desnuda, sin decir una sola palabra se acomodó junto a mí, dándole besitos muy de a poco al súper miembro, pero poniendo cara de que le daba impresión. Yo estaba súper excitada pero mi amiga creo que estaba aún mucho más que yo era capaz de cualquier cosa.

Nos turnábamos para pajearlo, pero Rosalia no quería chuparlo, no le agradaba el olor que tenía pero sí le encantaba frotárselo por su cuerpo desnudo o sentirlo en sus manos. Luego logré acomodarme nuevamente sobre Jean Luc y le dije a Rosalia que lo frotara por mi vagina. Ella no se hizo rogar y obedeció inmediatamente a mi pedido.

Qué lindo era volver a sentir esa tremenda vergaza golpeado las puertas de mi vagina, tenía miedo a la penetración y no quería volver a hacerlo por temor al dolor, pero Rosalia además de frotarlo me introducía sus dedos mojados para agrandarme la vagina, eran obvias sus intenciones.

Estuvimos así un buen rato, Rosalia ya me había trabajado muy bien mi vagina y creo que ya introducía casi toda su mano, así que sin más preludio la sacó y me dijo ahora llegó la hora de la verdad y me comenzó a introducir la tremenda manguera de Jean Luc. Qué placer indescriptible, no dolía mucho porque Rosalia fue muy cuidadosa. Muy de a poco fui sintiendo ese tremenda morcillota negra entrar en mí, podía sentir como mi cuerpo comenzaba a partirse en dos, y Rosalia seguía empujando más y más dentro mío, quería que ese instante fuera eterno, qué calentura, qué placer, cómo lo disfrutaba, nunca más quería volver a tener sexo con ningún hombre, sólo Jean Luc sería mi amante. Sin perder tiempo comencé a moverme muy despacito para adelante y para atrás, sentía cómo salía y entraba esa manguera, yo me movía sin parar y estaba a punto de llegar a mi orgasmo, ay!!!! qué placer, no me detenía ni por un segundo, aunque mi cuerpo cansado y dolorido me lo pedía a gritos pero yo le seguía dando duro. Entonces vino mi delicioso orgasmo y caí desfallecida al piso dejando detrás de mí el pene de Jean. Pude sentir cómo salía de dentro de mí, a medida que mi cuerpo caía, era como si se desprendiera de golpe una parte de mi cuerpo, pero después de eso perdí la conciencia por unos segundos.

Me desperté con las caricias de Rosalia sobre mi boca, ella repetía suavemente mi nombre y me acariciaba. Creía que todo fue un sueño pero al verla me di cuenta que fue todo verdad.

Ella me miró a los ojos y me dijo, que estuve maravillosa y que nunca se olvidaría los que sus ojos vieron ese día. Yo le pregunté si le gustaría probar y ella me dijo que no, que no era el momento ahora para ella. Pero que sí le gustaría mucho que yo siguiese. Yo estaba muy cansada, realmente no quería saber nada , pero la excitación siempre pudo más que mi cansancio, y entonces decidí seguir los consejos de ella.

Ya que había probado por mi boca y por mi vagina, solo restaba intentarlo por mi ano. Claro que parecía literalmente imposible pero mi amiga estaba ahí para ayudarme y hoy sí era mi día.

Comencé poniéndome en cuatro sobre el piso y pidiéndole a Rosalia que trabajara mi ano para dilatarlo suavemente sin que me doliera, mientras, Jean Luc se frotaba su descomunal verga. Ella comenzó mojando mi cola con su saliva e introdujo muy despacio un dedo, luego otro y así sucesivamente. Mientras tanto yo con una mano me masturbaba y con la otra me sostenía para no caerme.

Rosalia ya había introducido tres dedos en mi ano, ella puso dos dedos de cada mano y comenzó a estirar hacia los costados como queriendo abrir más y más, ella me relataba lo grande que se me ponía mi culo y cómo iba a gozar cuando Jean me penetrara por ahí. Yo sentía mucho dolor en mi ano pero era soportable, además el masturbarme con la otra mano y acariciar mi clítoris ayudaba a mantenerme caliente y querer más.

Entonces sin moverme de esa posición Rosalia se paró y trajo por la polla a Jean ubicándolo justo encima mío, dejando que su monumental pija golpeteara mi espalda y mis nalgas. Ella se volvió a agachar y me dijo que retirara mi mano y abriera la cola con las dos manos. Dejando caer mi cabeza al piso, y subiendo aún más mi cola junté coraje pensando en lo que se avecinaba, con mis manos tomé mis nalgas y comencé a tirar hacia los costados bien fuerte, dejando bien expuesto mi súper ano dilatado. Rosalia tomó el miembro de mi negrote con sus manos y empezó con la dura tarea de penetrarlo en mi ano. Sin mucho trabajo colocó la punta en mi agujerito pero luego comenzó a empujar para que entrase. Qué dolor, nunca había sentido un dolor tan intenso. Cada milímetro que ingresaba en mí era como si me estuvieran partiendo a la mitad sentía cómo mi ano se rasgaba, le dije a Jean que se detuviese pero el no me escuchó o tal vez no quiso escucharme. La penetración era muy lenta pero constante, no se detenía, yo no dejaba de abrir con mis manos bien fuerte mi ano porque sabía que si no lo hacía el dolor iba a ser mortal.

De repente Jean Luc se detuvo y me dijo - creo que es suficiente no te quiero lastimar, habrán entrado unos 32 cm dentro tuyo, ahora es tu turno de moverte. Le pedí que me ayudase tomándome de mi cintura, comenzó a balancearme muy despacio para adelante y para atrás. Podía sentir cómo ese tremendo mástil entraba y salía dentro de mí y cada vez con menos dificultad, era una delicia sentir ese rollote grueso y venoso taladrando mi ano, hasta que dentro mío un mar de semen fluía sin parar invadiendo mis órganos, Jean Luc se derramaba a mares dentro de mi interior.

Mientras tanto Rosalia observaba cómo Jean Luc seguía despidiendo chorros de semen sin parar de su gigantesca e inflamada pija dejando caer todo ese mar de semen en mi espalda, luego con toda confianza mi amiga recorrió con su lengua toda mi espalda tragándose el semen que no cesaba de brotar de la enorme polla de aquel hombre........................, desafortunadamente me desperte!!!!!!.

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