CARTA A MI VERGA

Hola mi españolito caliente, MI VEREGA, me alegro sobremanera recibir tu carta y como siempre no te equivocas, mi concha continua resumando mis jugos cada vez que veo un correo tuyo, parece que fueras adivino pues aciertas en todos mis pensamientos y en mis sueños, al igual que tú, también tengo sueños húmedos y excitantes y calientes fantasías contigo que inevitablemente terminan en la soledad de mi cama masturbándome con rabia y gran placer, esta que te contare es una de tantas que se repite constantemente y que desearía con toda mi alma poder realizar algún día:

No se por que extrañas circunstancias te veo en tu cama boca arriba únicamente con un bóxer de licra blanco, tus manos atadas a la cabecera de tu cama y tus pies abiertos en un ángulo de 45° también amarrados al final de tu cama, descansas sobre una gran sabana blanca, tu habitación se encuentra a media luz, veo tu fuerte pecho respirar y tus musculosos brazos en cruz, te encuentras indefenso, a la voluntad de cualquiera, una suave brisa se cuela por el ventanal de tu cuarto, observo tu formidable cuerpo y como se tensa cada músculo queriéndote liberar de tus ataduras sin lograrlo, forcejeas fuertemente haciendo brillar tu piel, gotas de sudor manan de cada poro de tu moreno cuerpo, me paro frente a ti, te observo, mis ojos te recorren de pies a cabeza, admiro el gran bulto que demarcas sobre tu bóxer, me empiezo a desnudar completamente al vaivén de una suave música, noto como tu polla va cobrando vida, tu pantaloncillo dibuja perfectamente tu largo y grueso tallo y la redondez de tus inmensas bolas, continuo desvistiéndome sin apartar mi vista de tu bóxer como embelesada, tan solo me dejo un pequeño panty rojo y mis medias de nylon con su correspondiente liguero, sudas a mares, me siento al borde de tu cama y mis manos se apoderan de tus pechos, palpo tus tetillas que responden de inmediato a mis caricias, mi cabeza se inclina y mi lengua se posa sobre tus pezones, los recorro milímetro a milímetro, jadeas sudoroso, mi boca recorre tu cuello hasta encontrarme con la tuya, nuestros alientos se cruzan, mi boca se pega a la tuya, mi lengua como un dardo se dispara en busca de la tuya, mi mano no suelta tus tetillas, las retuerzo, nuestras salivas se mezclan, nuestras lenguas se entrelazan, me separo de ti y observo tu bóxer húmedo, tu gorda verga empieza a resumar sus líquidos pre seminales, paso mi lengua por mis labios, me dices que haga contigo lo que desee y eso haré, me arrodillo entre tus piernas frente al glorioso bulto de tu bóxer, acerco mi cara, noto 2 o 3 pequeñas manchas de tus jugos, aspiro el aroma embriagador que brota de tu sexo, mi lengua se posa sobre aquellas gotas humedeciéndote más, recorro aquel bulto pasando mi lengua rápidamente, noto como tu verga se despereza y se endereza, tu glande asoma desafiante por el borde superior de tu interior, es gordo, rosado, liso, parece una fruta que me ofreces.

Hundo mi cara entre tus piernas una vez mas, siento palpitar tu miembro, mi lengua busca tu prepucio y lame tus líquidos, mi mano se posa sobre tus bolas mientras mi boca recorre tu grueso tallo, suavemente descorro tu bóxer y aquel animal como fiera enjaulada salta libre golpeando mi cara, lo observo, esta en su plenitud, gruesa, grande, inundado de venas, desafiante, siento mi panty húmedo, de un jirón te desgarro tu bóxer, aquella verga fantástica se muestra en todo su esplendor, mi mano rodea lo que pude de aquella gruesa barra, siento tu calor, suavemente la beso como si fuese algo delicado, elevas tu pelvis, beso tu prepucio, abro mi boca al máximo e intento introducirme aquel rosado capuchón, me es casi imposible, suavemente dilato mis labios al máximo y Ho gloria, aquella masa de carne rolliza y dura penetra en mi garganta, me embriaga su sabor, mi cabeza casi por instinto sube y baja de tu falo, mi lengua circunda su grosor, tomo aire y abriendo mi boca al máximo la casi totalidad de aquella belleza se pierde hasta tocar mis amígdalas, me mantengo así por unos segundos, siento arcadas, lentamente retiro mi boca, tu verga sale reluciente y una mezcla de tus jugos y mi saliva se desprende de tu prepucio colorado y brillante, mi lengua recorre toda su extensión desde su cabeza hasta las bolas, me concentro en ellas, gordas, velludas, hermosas, una a una las chupo golosamente, se pierden en mi boca, me avisas que estas próximo a venirte, aprieto suavemente tus bolas y logro contener tu derrame sin que aquel miembro pierda su esbeltez, te desamarro los pies, me subo sobre ti y coloco mi vagina en tu cara, muerdes y chupas mi mojado panty, siento el calor de tu lengua sobre el, descorro mi tanga y te ofrezco mi vulva, ávidamente metes la lengua en ella mientras masajeo mis senos, siento mis pezones erguidos y desafiantes mientras tu lengua puja por penetrarme, tu boca y tu nariz se embarran de mis jugos, rompo mi panty me recuesto sobre tu vientre, mis manos se aferran a tu verga erecta y dura mientras tu lengua continua recorriendo los pliegues de mi vagina, sopeso tu miembro, descorro tu piel, tu glande brota húmedo y rozagante, mi boca se apodera de el y chupo, chupo como si fuese el manjar mas exquisito y delicioso que mi boca haya probado y así es, es delicioso, acaricio tus bolas henchidas de semen a punto de reventar, arqueo tus piernas y mi lengua recorre tu cavidad anal, pequeños pelos erizados brotan de tus nalgas rodeando tu orificio posterior y mi lengua se concentra en tu interior, mi saliva cae por tus nalgas, mi lengua te folla rítmicamente mientras tu continuas succionando mi erecto clítoris, separo con mis manos tus nalgas, lamo tu ano, lubrico mis dedos con la mezcla de mi saliva y tus jugos y delicadamente mi dedo anular entra en tu ano, un gran espasmo te recorre.

Tu pelvis se eleva, tu ano se contrae alrededor de mi dedo, comienzas a subir y bajar cadenciosamente tus nalgas mientras tu gorda verga es succionada a mi boca, retorcijones de placer nos alcanzan, meneo mi concha sobre tu cara, tu verga me sabe a gloria, es el mejor manjar que mi boca a probado, un segundo dedo se pierde en tu interior, los saco, los llevo a mi boca, los ensalivo y nuevamente se pierden en tu apretado y delicioso ano, me dices con la boca llena de mis jugos que ya no puedes mas, hundo mas fuerte mis dedos mientras con la otra mano aprieto tus testículos y borbotones de leche hirviente y espesa inundan mi boca, trago todo lo que puedo y en ese preciso instante desde dentro de mi, un torbellino de pasión me inunda y me deshago en un frenético orgasmo que va a parar a tu boca, a tu nariz, a tus ojos, a tu cara, mi boca sigue succionando y tragando semen atorada de tu exquisita y gruesa verga que no deja de latir y botar semen de una manera desaforada, paso tu glande por mis pezones embarrándolos de tus jugos y en una ultima sacudida convulsionamos al tiempo entregándonos las ultimas gotas de aquella maravilloso sesión de sexo oral.

Descansamos durante breves minutos, minutos durante los cuales masajeaba y acariciaba tu alicaído miembro y tu lengua absorbía las ultimas gotas de mis jugos, nuestros cuerpos jadeaban sudorosos, fue cuestión de segundos, mis caricias y besos hicieron que aquella adormilada y jugosa verga recobrara como por arte de magia su acostumbrada erección, toda tu virilidad cedía ante mis caricias y lengüetazas ávidos de ti, aquel monstruo enorme y delicioso se alzo desafiante, imponente, glorioso, listo para una nueva batalla, mis dos manos se aferraron a tu tallo mientras mi boca succionaba nuevamente tu glande, me rogabas que te desatara las manos pero no lo hice, me voltee y arrodille ante aquella enhiesta verga idolatrándola, adorándola como si fuera mi razón de ser, descorría tu pellejo suavemente sin soltarla de mi boca, me pare y con una mano apunte aquella gorda tranca a la entrada de mi caliente vagina, con la otra mano separe los labios mayores de mi vulva y suavemente, sintiendo el calor de tu polla, deje que esta se fuera introduciendo poco a poco, sentía tus gruesas venas palpitar, mi vagina dilatándose al máximo para alojar aquel invitado, mi concha se aferro a tu verga suavemente, parecía que estuviera echa a mi medida, exclusivamente para mi, como un estuche de terciopelo para guardar tu descomunal y glorioso aparato, mis nalgas se movían en semi círculos sobre aquella barra sintiéndola en toda su magnitud, mis manos se aferraban a tus musculosos pechos, mi boca busco la tuya, la alcoba se inundo de un olor embriagador, era el olor de tu sexo y el mío, cadenciosamente el movimiento de mis nalgas hacían que tu verga entrara hasta lo mas profundo de mi intimidad, jadeabas y movías tu pelvis ensartándome violentamente tu miembro, mi concha te lo agradecía resumando sus jugos.

Mi vagina cobraba vida propia e involuntariamente deseaba mas de aquella gruesa y formidable herramienta, nuestras lenguas no se separaban, pase mi mano por detrás acariciando tus bolas, se encontraban húmedas de nuestros jugos, alce la mano y la lleve a mi boca, era el máximo placer, casi sin querer mi dedo anular se perdió en mi ano, podía palpar y sentir tu verga dentro de mi vagina caliente, una fuerte sacudida tuya me indicaba que el fin estaba próximo, levante mis glúteos y me desenterré de aquella gruesa y chorreante verga y como un imán mi ano busco tu glande y de una fuerte estocada mi ojete se devoro tu gordo glande completamente, la sensación era indescriptible, tu gruesa verga dilataba mi ano al máximo, 2,3 sacudidas, una fuerte embestida y aquel gordo tronco me penetro completamente, sentí mis nalgas rozar tus testículos, pensaba que me moriría, sentí mi ano desgarrarse, una extraña mezcla de dolor y placer me inundaba, tu verga se alojo completamente en mis entrañas, tu jadeabas y de un fuerte tirón lograste desatar tus manos.

Tu pelvis subía bombeándome tu barra hirviente, me volteaste sin separarte de mi, ahora yo estaba boca arriba y tu arrodillado me follas fuertemente, alzaste mi pierna y mordiste los dedos de mis pies, tus nalgas se movían frenéticamente llevándome al máximo placer mientras mi mano desaforadamente acariciaba mi clítoris y mi anegada vagina, arqueaste mis piernas hasta poner mis rodillas en mis hombros permitiendo que tu gorda verga se deslizara con mayor facilidad dentro de mi, podía palpar con mi otra mano tus huevos regordetes, me comías de una manera deliciosa, gritamos al unísono y jadeantes mis intestinos se incendiaron con el calor de aquel liquido espeso y deseado, chorros calientes inundaban mis entrañas, embarrando tu barra, la sabana, tus muslos, mi ano lo devoraba, se tragaba tu verga y con el tus jugos, jamás había tenido una cogida como esta, me sacaste la verga y tus gotas calientes fueron a parar a mi estomago, senos, cara, me colocaste la verga a escasos milímetros de mis labios y mi boca se abrió para recibir tus últimos goterones mientras mis manos ordeñaban tus testículos, aquella tranca que tanto placer me había proporcionado se desvanecía en los últimos estertores y sacudidas violentas, lamí todo tu tronco, tu vida estaba allí, en tu esperma, y lo devore todo, caíste rendido sobre mis senos, abrazándome y besándome tiernamente, fue y a sido el mejor sexo de mi vida con un hombre.

Tu negrita caliente, Carolina.