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Guadalajara! Guadalajara!

en Lésbicos

GUADALAJARA!!!!!, GUADALAJARA!!!!

Luego de mi feliz encuentro con mi odontóloga Martica, continuamos nuestros escarceos amorosos por teléfono, no faltaba la llamada diaria donde nos calentábamos mutuamente, recordando lo bien que la habíamos pasado en nuestro primer encuentro y las cosas que vendrían en un futuro, casi siempre terminaba con mis pezones erectos y con mi concha húmeda, por lo que invariablemente corría al baño a calmar mis ansias, era obvio que nuestra relación marchaba por buen camino y ella era la mujer que me borraría para siempre los recuerdos de 3 años con mi ex Jacky, con quien había terminado hacía unos 3 meses.

Como sabrán ella es odontóloga de la UNAM, a los 15 días de nuestro primer encuentro ella asistiría a una convención de su profesión en Guadalajara, de Martes a Sábado, ese Martes nos despedimos por teléfono y acordamos que el sábado la recogería de regreso en el aeropuerto e iríamos derechito a su casa a hacer nuestras cositas. El Jueves en la mañana recibí en la oficina una llamada suya, en la cual me invitaba a esa ciudad para que nos quedáramos el fin de semana, puesto que ella tenía pago su hotel hasta el sábado; El curso terminaba el viernes y en la noche habría un cóctel de clausura, regresando el sábado. Era cuestión de un día mas, lo cual acepte encantada. El viernes salí directo de mi oficina para el aeropuerto a tomar el vuelo, a las 7:15 PM me encontraba con Martica en el terminal, Dios!!! Como estaba de linda, un vestidito blanco de jean y zapatos tenis rozados, el pelo recogido con un moño, parecía una colegiala, solo ver sus senos me recordaba lo bien que la pasamos la primera vez, yo estaba con un jean descaderado y un suéter rojo, tan pronto me vio me hizo señas y corrí a su encuentro, un dulce abrazo, dos besos en las mejillas y cogidas de la mano como dos chiquillas nos encaminamos al parqueadero, donde un pequeño coche de alquiler nos esperaba, la temperatura era bastante agradable y su hotel, Plaza Diana, quedaba a pocas cuadras de allí.

Guarde mi pequeña maleta en el portaequipaje y nos subimos al coche, el parqueadero se encontraba solitario, ahora si nos saludaríamos como corresponde, Martha tomo la iniciativa ofreciéndome sus carnosos labios, mi boca busco la suya y nuestras lenguas se succionaron mutuamente, ella paso su brazo por mi espalda atrayéndome hacia ella mientras mi mano rozaba su perfecto busto, mientras nuestras lenguas disfrutaban su feliz encuentro, empecé a desabotonar la parte superior de su vestido, sus senos blancos quedaron al descubierto, desafiantes, macizos, no llevaba brasier, estaban coronados por dos hermosos pezones rozados erguidos generosamente. En ese momento yo no deseaba mas que besar aquellas tetas tan hermosas, con una mano alce su seno y mi lengua se poso haciendo círculos sobre su erecto y delicioso pezón, mientras mi otra mano resbalaba por su pierna hacia su sexo, me encontraba muy excitada y ella igual, sentimos ruido de coches por lo que decidimos parar y salir de allí, estuvimos dando vueltas por la ciudad, hacia bastante tiempo que no visitaba Guadalajara, como siempre una ciudad muy bonita y aseada, mientras Martita conducía, le subí su falda hasta casi la cintura dejando al descubierto sus contoneadas piernas y un pequeño panty de hilo blanco, de vez en cuando posaba allí mi mano mientras nos dábamos algunos cortos besos, sentía que el Jean me estorbaba y lamente no haberme puesto una de mis minis.

Hacía las 8:30 de la noche paramos en una pequeña taberna a tomarnos unas copas y planear lo que haríamos ese fin de semana, por insinuación de Martha aproveche para entrar al WC y cambiarme de ropa, una pequeña faldita y una blusa ombliguera, debajo un diminuto panty negro, ahora si me sentía como deseaba estar, bajo la mesa nuestras manos buscaban nuestras entrepiernas, murmurándonos al oído palabras obscenas, que no hacía más que humedecernos nuestras ansiosas conchas, disimuladamente nuestros labios se rozaban, había gran cantidad de gente, por lo que decidimos salir de allí y buscar un lugar mas privado. Martha tenía esa noche un cóctel, era la clausura de su curso e insistía en que la acompañara, recibiría su diploma de asistencia, la idea no me convencía, pues yo no conocía a nadie y solo deseaba estar con ella. Nos fuimos al hotel donde ella se cambio con un vestido de noche rojo encendido con una abertura lateral y sus hombros desnudos, se ajustaba perfectamente a su cuerpo resaltando sus senos y sus nalgas, bajo a la recepción al dichoso cóctel, la idea era que se escabulliría lo más rápido posible, yo la aguardaría en la habitación.

Sin nada que hacer me desnude y duche, prepare un trago y me puse a mirar la TV para pasar las horas, al rato me puse a escarbar dentro de la ropa de ella y encontré sus tanquitas, muy lindas y pequeñas, lleve 2 de ellas a la cama y mientras las observaba y olía, instintivamente comencé a tocar mis partes intimas, logrando en poco tiempo un buen orgasmo que me calmo por un tiempo, no se a que horas me quede dormida.

Cerca de las 2 de la mañana sentí ruidos en la puerta, me coloque una toalla encima y abrí la puerta, era mi amiga Marta totalmente borracha, no podía balbucear palabras y apenas podía sostenerse en pie, la agarre por la cintura, ella paso una mano por mi hombro y la tumbe en la cama, yo estaba furiosa!!, como era posible que me hiciera venir desde el DF para verla en ese estado, pensé en agarrar mi ropa y largarme de allí, pero a esas horas y en una ciudad que no conocía para donde iba a coger?, Martha bocarriba se quejaba de no sé que, como pude la enderecé, corrí las cobijas y le quite con gran esfuerzo su ajustado vestido, quedando únicamente en una diminuta tanga blanca, mi toalla hacia tiempo había caído al suelo por lo que me encontraba totalmente desnuda, no sabía que hacer!!!!, a pesar de la rabia y el estado tan lamentable en que ella se encontraba la deseaba, su cuerpo escultural y sus magníficos senos me atraían fuertemente y ni que decir de su abultada y rica concha. Me senté a su lado esperando que reaccionara o tal vez se durmiera, teníamos todavía 2 días por delante y tal vez lo mejor sería dejarla descansar.

Ella pasó sus manos delicadas detrás de mi cuello y me atrajo hacia sí y a pesar de su tufillo, sus labios se fundieron con los míos en un beso apasionado y violento. Casi pierdo el aire al deslizar su lengua dentro de mi boca, con una de sus manos revolvía mis cabellos mientras con la otra acariciaba mi espalda desnuda, no podía decirle que no, deseaba estar con ella como fuera.

Nuestras lenguas siguieron acariciándose y chupándose por unos instantes, mi mano frotaba vigorosamente su pezón erecto, cuando soltó mis labios pude respirar por fin con un gran suspiro. Tal vez no estaba tan tomada como pensaba, ella con su fuerza me volteó y quedé debajo de ella y su boca ávida siguió acosando de besos mi cuello, mis hombros y la parte superior de mi pecho. La excitación había hecho presa de mí desde hacía ratos, pero ahora parecía incontrolable, pues Martha me conocía y sabia cuales eran mis puntos vulnerables, sus besos y caricias me encendían cada vez más y más y una sensación ardiente comenzó a socavar mi pecho y mi vientre. Los pensamientos se arremolinaban en mi cerebro en un torbellino desaforado sin orden, abruptos, locos, mucho más rápido que las sensaciones que experimentaba bajo el influjo y el peso del cuerpo de la mujer sensual que desparramaba sobre mi ardientes caricias y besos frenéticos. En la locura de estar bajo el influjo de aquella hembra formidable, no supe de mí, del momento en que ella se quito su panty y quedo al igual que yo desnuda por completo, sino hasta que ya tenía sus labios carnosos pegados a mi vulva, metiendo lenta y profundamente su lengua dentro de ella. La humedad y el roce me producía una mezcla de cosquillas, escalofríos y estremecimiento indescriptible con palabras. En tanto su lengua literalmente se devoraba mi vagina y parte de mis nalgas, comenzó a encajar suavemente uno de sus dedos en mi ano, en un santiamén estaba a mil. El sexo anal es una de las cosas mas maravillosas de la vida bien con un hombre o con una mujer. Sin dejar de introducir su dedo, su lengua continuaba pegada a mi clítoris moviéndola a gran velocidad, con eso logró llevarme a un delicioso orgasmo.

Aunque yo ya había alcanzado el orgasmo, Martha no dejaba de lamer y chupar mis jugos, era delicioso la sensación de su boca succionando mis fluidos, la mezcla de mis jugos y su saliva bañaban buena parte de sus mejillas y resbalaban entre mis piernas, mojando la sábana, pero ella continuaba con la succión. Otra vez me hizo explotar en un nuevo orgasmo, una tras de otra sin control, estremeciendo por completo mi cuerpo. Mirándome picaramente y con su lengua humedeciendo y recorriendo sus labios, distanció su boca de mi anegada concha. Sin embargo, aún su dedo seguía semi enterrado en mi ano y fue entonces cuando éste entró en verdadera acción, inicialmente lo había metido hasta la mitad, pero fue deslizándolo, rápida pero suavemente hacia adentro, posteriormente otro de sus dedos entro por completo en mi ano, mientras continuaba con su mete y saca muy profundo, por completo, una y otra, y otra vez hasta casi alcanzarme el fondo de mi pelvis. Era como una pequeña polla follando desesperadamente mi ojete anal, revolvía sus dedos dentro y de vez en cuando su lengua se posaba de nuevo en mi clítoris, aquello era delicioso, mis manos se aferraban a las sabanas y a duras penas contenía los deseos de gritar que tenía. Martha comenzó a subir de nuevo desde mi concha hasta mis labios, deteniéndose en mis senos, apretaba y succionaba mis pezones casi haciéndome daño, luego nuestras lenguas se juntaron en una mezcla de mis jugos, nuestras salivas y su aliento alcohólico, cayó por unos instantes desfallecida sobre mis senos mientras acariciaba su pelo y le daba tiernos besos en su rostro.

Al rato Martha, quien pensé que se había dormido, pasaba su lengua de un pezón a otro y sus manos bajaban hasta mi entrepierna buscando de nuevo mi concha, cuando sentí su mano en mi cuca experimenté un calor impresionante, estaba de nuevo excitadísima y ella empezó a lamer mi cuerpo hasta llegar a mi sexo, me separó las piernas y buscó mi vagina metiendo su cabeza entre mis piernas, lamiendo por todos lados, yo no podía más, el placer era irresistible, estaba a punto de explotar y tener otro orgasmo, pero ella sabía qué hacer, me separó mis labios y empezó a lamer mi concha con delicadeza, buscando mi clítoris y jugando con él, dándole pequeños mordiscos e introduciendo su lengua dentro de mi interior, yo no podía más y entre grandes gemidos tuve un nuevo orgasmo, esta vez me tocaba a mi:

Me levanté con gran esfuerzo y la tendí en la cama, sus senos se movían como gelatinas ante mí, deliciosas, con unos pezones duros por la excitación que tenía, no me lo pensé dos veces y me lancé a devorarlos, los besé, los lamí, los chupé, se estremecía de placer con lo que le estaba haciendo, mis manos apretaban sus pechos y sus pezones, recorrí su vientre y abrí sus piernas e introduje mi cabeza entre ellas, el sabor era delicioso, lamí su coño con desesperación, haciendo que Martha gimiera de placer, esto me excitaba aún más y hacía que mi ritmo aumentara, mi lengua se introducía en su sexo, en sus nalgas, jugaba con su clítoris e introducía un dedo en su lubricado coño, Marthica gemía cada vez mas, estaba a punto del orgasmo así que aumenté el ritmo de mi dedo, lo introducía cada vez más deprisa y ella me acompañaba con movimientos de su cintura y pelvis.

Entre gemidos me dijo que le lamiera el ano, y le metiera un dedo tal como me lo había echo ella, yo no lo dudé y empecé a lamer ese agujero delicioso que se me ofrecía, su sabor me gustaba y sentía los gemidos de placer que le estaba propinando a ella, esto y mi excitación hizo que lamiera cada vez más y más hasta que su ano se relajó y luego de lubricarlo con mi saliva pude introducirle completamente el dedo, Martha al sentirlo dentro empezó a gritar como loca: másss....méteme maaasss.....quiero que te comas mi culo....maaaass.., yo al oír esto me excité mucho más y no lo dudé e introduje dos dedos, ella se movía como una loca y no paraba de gritar que le metiera más, e intensifiqué el ritmo de los movimientos de mete y saca de mis dedos en su delicioso ano, pronto Martica llegó al orgasmo, dando grandes gritos y tensando su cuerpo.

Yo al igual que ella empecé a lamer su concha bebiendo sus jugos, había probado varios coños pero aquel me excitaba sobremanera, limpié con mi lengua el coño de mi amiga y luego la besé para que pudiera deleitarse con sus jugos tal y como lo hacíamos, quedamos tendidas en la cama durante un rato, sudando y gimiendo por el esfuerzo, un delicioso y rico esfuerzo, así nos dormimos aquella noche abrazadas y desnudas sintiendo el calor de nuestros cuerpos.

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