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Causalidad (4)

en Lésbicos

Hola, primero mil disculpas se que me tarde pero es que estaba súper full, espero para los siguientes capítulos no tardarme tanto. Como siempre me quedo sin palabras para agradecerles su apoyo, comentarios, valoraciones y a cada uno de los lectores que solo se limitan a leer sin comentar muchas gracias... Besos. Espero les guste. ;)

Causalidad (4)

- ¿Qué sucede donde estas?

- Estoy afuera de la biblioteca ¡estoy asustada Gaby!

- Natalia dime ¿qué pasa? ¿Qué es ese ruido de fondo? - pregunté ya llena de ansiedad ¿qué sucedía? ¡Esos parecían ser sonidos de detonaciones!

- Estoy aquí afuera de la biblioteca no se que hacer, hay disturbios estudiantiles.

- ¿Estas sola? –

Sí ¿qué hago? ¡Me da terror moverme!

- Y ¿qué haces tú allí sola Natalia?

- ¡Gaby! - exclamó, ciertamente no era el mejor momento para pedir explicaciones.

- Naty ¿están muy cerca de ti?

- A una cuadra y media pero estoy en el medio entre los policías y los estudiantes - Realmente estaba aterrorizada, en su voz se percibía fácilmente su temor.

- Ok Naty no te muevas, espérame allí afuera del edificio ¡voy por ti! Refúgiate ¡no tardó!

- Pero Gaby...

- Pero nada ¡voy para allá, espérame!

Colgué y metí el celular a mi bolsillo; tomé los dos cascos negros que estaban sobre la mesa y me acerqué a David.

- ¡Dame las llaves de tú Honda!

- Pero Gaby...

- ¡Qué me las des! - exigí irritada; Natalia esta corriendo peligro ¡no tengo tiempo que perder!

Me lanzo las llaves, las cogí y subí a la moto.

- ¿Qué pasa Gabriela?

- ¡Debo ir por Naty! - sin mas que decir me coloque el casco y acomodé el otro en mi antebrazo.

Arranque y partí a toda velocidad.

El área en la que se encontraba Naty estaba cerrada, los policías tenían un perímetro cerrado pero yo conocía un atajo cruzando un parque así que lo tomé.

Cerca del edificio de la biblioteca divisé la razón del susto de Naty. Había un gran grupo de "estudiantes" concentrados (en realidad no son estudiantes no merecen ser llamados de ese modo, la gran mayoría de las veces son tan solo un grupo de antisociales encapuchados fingiendo luchar por una causa pero la verdad solo buscan hacer alboroto, todos los años es lo mismo); estaban armados con palos, botellas y piedras para batallar en contra de los policías.

Me partió el alma ver el rostro de Naty lleno de nerviosismo y miedo.

Detuve bruscamente la moto a un metro de distancia de ella. Me quité el casco.

- ¡Naty! - exclamé con un dolor inexplicable por verla así con los nervios destrozados - ten colócate el casco - le pedí; se acercó hacia mi para tomarlo sin pronunciar una sola palabra.

Concentre mi mirada en la suya, me explicaba sin necesidad de usar palabras todo el temor que estaba sintiendo. El sonido de la detonación de una bomba de gas lacrimógeno separó nuestras miradas, las cuales ahora alerta veían a nuestro alrededor advirtiéndonos del peligro.

- ¡Naty! Colócate bien el casco, agárrate fuerte de mi y cierra los ojos - me miro aún más aterrorizada, con el gas convirtiéndose en la atmósfera de nuestro alrededor - rápido Naty ¡debemos irnos! - se colocó el casco y subió a la moto.

Mis ojos comenzaban a arderme intensamente, los limpie un poco con la manga de mi camisa antes de colocarme el casco y pedirle una vez más que se sujetará lo más fuerte que podía.

Ajusto sus brazos alrededor de mi cintura y acelere la moto con toda la velocidad que me era posible.

De verdad la situación estaba peligrosa los policías se acercaban en dirección de los vándalos encapuchados y nosotras justo en medio. En primera instancia pensé en huir de allí por el lado en que se encontraban los policías pero pensé que sería un riesgo hacerlo, tal vez tratarían de detenernos o hasta de herirnos creyendo que estábamos involucradas con la protesta así que súbitamente gire la moto devolviéndome para tomar la misma dirección que trajo hasta aquí. Ahora los "estudiantes" eran mi obstáculo. Con fuerte convicción aumente la aceleración dándole gracias a Dios por darme el hobby de practicar Moto Cross algunos fines de semana; fui maniobrando para dejar atrás a cada una de las personas que se interponían en mi camino. Suponía que Natalia estaba asustada gracias a dichas maniobras pero debía hacerlas y rápido sí quería ponerla a salvo pronto... Después de tanto luchar logré ingresar al parque que se encontraba a solas.

Al otro lado casi a la salida decidí detenerme es muy posible que Naty este mareada y necesite aire fresco.

Casi en el mismo segundo que detuve por completo la moto Naty se bajo.

Deje la moto bien equilibrada y me bajé dejando mi casco sobre ella. Me acerqué a Naty para quitarle el suyo. Tenía los ojos rojos, irritados y las lágrimas recorriendo sus mejillas; deje caer el casco sobre el suelo para abrazarla. En el instante que la acogí en mis brazos sentí como la fuerza en sus piernas fallaba, la sentía como gelatina escurriéndose en mis brazos así que cedí y me deje caer junto con ella.

Me senté sobre la grama con ella totalmente refugiada en mis brazos con su rostro escondido en ese rinconcito que se encuentra entre mi cuello y mi hombro. Lloró incesantemente por un par de minutos, sentía sus lágrimas en mi cuello; no articulé palabra sólo era capaz de acariciar su cabello y su espalda tratando así de tranquilizarla. Poco a poco su llanto cesaba y su respiración recobraba la calma.

- Perdóname Gabriela - la oí susurrar muy suave.

- Naty no me pidas perdón ¿sí? Mira no ha pasado nada.

- ¡Hice que te arriesgaras! - dijo avergonzada alejándose un poco de mi, lo suficiente para verme a los ojos - lo siento.

- No, no nada de eso Natalia lo importante es que estas a salvo y no se diga más - le sonreí, Naty no tiene ni la más vaga idea de todo lo que me importa y la quiero.

- ¡Estoy a salvo gracias a ti! ¡No se que haría sin ti Gaby! - volvió a abrazarme, que dicha sentí al saberme tan importante en su vida, mi corazón latió salvaje gritándome cosas en un idioma que no podía entender o tal vez no quise entender...

Deje pasar un par de minutos y cuando noté que los temblores de su cuerpo se detuvieron comencé mi interrogatorio.

- Naty ¿qué hacías sola allá? - pregunté con el mayor tacto posible no quería que se sintiera regañada.

- No, estaba con mis compañeros de la uni pero ellos partieron antes.

- ¿Qué? - me exalte un poco por el disgusto - ¿te dejaron allá sola? Esos...

- No Gaby – me interrumpió - escucha, estábamos allá estudiando pero a ellos les dio hambre así que decidieron ir a comer y yo no quise acompañarlos para quedarme y adelantar con el estudio.

- Pero...

- A esa hora todo estaba tranquilo ¡no se en que momento se desataron los problemas!

- ¡Natalia por favor! - suplique mirando directo sus ojitos aún nerviosos y agotados por el llanto; con nuestros rostros a tan sólo un par de centímetros de distancia - ¡no te vuelvas a quedar sola! ¿Sí? ¡No te pongas en ese peligro de nuevo! ¡Por favor! - asintió.

De manera desquiciada y sin pensarlo me acerqué un poco deseando besar sus labios para prometerle que siempre la cuidaré, sin importar lo que pase… El sonido de mi celular me salvo de cometer un error que pudiera alejarme de ella. Contesté la llamada era David preocupado por nosotras... Le informe que estábamos bien, al tiempo que el celular de Naty también sonaba, la oí hablar con Francisco asegurándole que se encontraba bien y comentándole rápidamente que yo había ido por ella...

Regresé junto a ella pero la magia que inundaba la atmósfera hacia unos segundos se había desvanecido.

Ambas miramos nuestros celulares sin decir nada...

Por un segundo creí, por un segundo sentí que tal vez habría una posibilidad, una mínima posibilidad de que Naty correspondiera a mi beso pero ¿qué estoy diciendo? ¡Lo más seguro es que se hubiese molestado por tratar de aprovecharme de su vulnerabilidad!, aunque eso no era lo que quería; jamás me aprovecharía de ella yo... Yo simplemente la quiero.

Naty se levanto de la grama mientras yo aún me encontraba en medio de mis tribulaciones. Me miro un segundo para luego pedirme que la llevara a su casa, así lo hice.

Natalia.

¿Por qué me descoloque tanto cuando sentí que Gabriela me besaría aquella noche en su casa? - me pregunté mientras me hallaba en la biblioteca con mis compañeros - no se la respuesta, pero no puedo sacarme eso de la mente, en esa milésima de segundo en el que presentí se produciría el contacto me pregunté desesperada ¿qué haría sí me besaba? Y la respuesta que encontré en mi misma fue ¡corresponderle!; o sea no es posible que yo este pensando de ese modo...

Estuve analizando y resolví que tan sólo era confusión, mi mente se encontraba débil por el nerviosismo ¡eso es todo! - me dije tratando de simular un tono mental tranquilo.

Mire a mí alrededor, mmm... Estoy a un pasó de ser un objeto más en está biblioteca casi siempre (cuando no estoy con Gaby) me la pasó acá. Veo los rostros de aburrimiento de mis compañeros de estudio; hay días en los cuales están bien aplicaditos (esos días en los cuales están súper preocupados por perder las materias) y hay otros días como hoy que le están rogando al cielo les de la salida de escape para irse corriendo. Realmente preferiría estar a solas, pues casi siempre alguno de ellos (en especial Francisco) sale con una broma haciéndonos perder la concentración. Pero hoy ha sido diferente no se le ocurrió una broma sino una brillante idea incitó a los demás a que partieran para comer algo.

Insistieron en que los acompañara pero no pienso perder está oportunidad de estudiar a solas, además no se me antoja comer nada.

- Bueno amiga sabes estoy comenzando a sospechar que el chico de la biblioteca te gusta porqué ¡ya no quieres salir de aquí! - comentó Anyelica con sarcasmo e ironía (ese tonito detestable que desde que Gaby la mandó al diablo usa para dirigirse a mi; ¿yo qué culpa tengo de que ella no haya entendido que con Gaby las cosas no van al noviazgo sino a la cama y listo?) y para rematar lo dijo lo suficientemente alto como para que el chico encargado de la biblioteca escuchara. Él de inmediato nos miro a ambas con una sonrisa divertida adornando su rostro. ¡Está no se queda así, yo la mató! Me dije a mi misma llena de irritación pero a la vez siendo completamente consciente de que tan sólo es una afirmación de minuto y que sí se quedará así pues no perderé mi tiempo con ella.

A eso de la una me cansé de estudiar y decidí irme a buscar algo de comer.

Me despedí del encargado, que ahora todo "embobado" me miraba y me hablaba coquetamente... ¡Esa Anyelica! <Mi irritación volvió...>

El edificio estaba solo pero eso es normal y mas a esta hora.

Repasando mentalmente mis deberes me dirigía a la salida.

La calle a solas no me llamo mucho la atención de veras estaba sumergida en mis pensamientos; pero un ruido fuerte sí fue capaz de sacarme de mi. Mire hacia arriba en busca del alboroto, estaban un grupo de policías con el equipo antimotines - palidecí y un líquido frío recorrió todo mi cuerpo - ahora mire hacia abajo a una cuadra de distancia estaban los estudiantes encapuchados y armados. Mi corazón se aceleró ¿ahora qué hago? Por un segundo pensé en entrar de nuevo a la biblioteca pero no, eso es un riesgo también pues muchas veces ha sucedido que los estudiantes toman el edificio y no quiero quedarme allí encerrada como rehén o algo parecido...

Trate de respirar profundo y pensar. Me estaba aterrando y un ataque de ansiedad comenzaba a gestarse en mí de manera rápida e intensa. ¡Estoy sola en medio de los disturbios! ¿Qué hago? ¡Piensa algo Naty!

Lo primero que se me ocurrió fue lo más obvio, recurrir a la única persona con la cual se que cuento.

Tomé mi celular entre mis manos temblorosas, intenté marcar un par de veces pero gracias a mis nervios sólo lograba equivocarme hasta que al fin pude marcarle.

*******************

Luego de colgar sostuve con fuerza mi celular rogándole a Dios que Gaby llegara sana y salva, temía por ella y ¿sí le sucedía algo tratando de ayudarme? Nerviosa observaba a mí alrededor, tratando de inhalar y exhalar a un ritmo controlado para que mi ansiedad no me dominara por completo. A cada minuto que pasaba escuchaba el ruido de la multitud con más intensidad...

Seguía con mi mente a millón y mis nervios a flor de piel cuando la voz de un hombre me hizo dar un pequeño brinco del susto.

- Señorita ¿qué hace acá? ¡Entre! - me pidió el vigilante de forma amable pero con prisa.

- No puedo - alcance a balbucear, me miro sorprendido.

- ¡Debe refugiarse! ¡Venga!

- Estoy esperando a alguien - afirmé con toda la seguridad que aún quedaba en mi interior, dándome cuenta de que a Gaby le confío mi vida, confío de un modo demasiado grande y profundo en ella.

- ¿Está usted segura? Por que debo cerrar la puerta y de verdad ¡no quiero dejarla a solas acá afuera!

- Haga lo que debe hacer y gracias pero yo se que llegara, espero - me sonrió con cierto pesar, esa sonrisa no me da muchas esperanzas pero aquí sigo.

Tal vez sólo fueron un par de minutos pero para mi resultó ser una tortuosa espera, hasta que una moto grande, negra totalmente hizo aparición y se detuvo drásticamente frente a mi, -¡es la moto de David!- Y en ese momento la vi, Gaby se quitó el casco dejándome ver el cielo con la salvación que su presencia representaba.

- ¡Naty! - afirmó de inmediato que se quitó el casco, con voz llena de preocupación; supongo que mi rostro aterrorizado asustaría a cualquiera - ten, colócate el casco - me pidió ofreciéndome dicho objeto, lo tomé en completo silencio.

Igual a aquella noche en que la conocí, aquella noche en la que me protegió, ahora lo hace de nuevo, ciertamente ¡Gaby es mi ángel de la guarda!

Nos miramos fija e intensamente a los ojos por un par de segundos en los cuales a pesar del terror que sentía, me sentía totalmente tranquila, se que suena loco pero su mirada y su sola presencia me hacían sentir cómoda, en paz conmigo misma. Sólo sentía el impulso de arrojarme a sus brazos quería que me protegiese, y ese sentimiento ¡me aterraba aún más! Jamás he sentido está necesidad tan poderosa de estar resguardada bajo la cuidadosa tutela de alguien...

El sonido de una detonación de gas lacrimógeno me sacó de mi mente y de su mirada haciendo que mi cuerpo brincara y mis nervios aumentarán de nuevo a mil en un segundo.

Me pidió que me colocará el casco, la mire bastante atemorizada mientras el gas se encargaba de nublar el ambiente, reaccione luego de otro llamado de atención de su parte; subí a la moto y como me pidió me sujete fuerte, mis brazos alrededor de su cintura, recostando o debería decir escondiendo mi cabeza en su espalda, cerrando mis ojos obedientemente y tratando de respirar.

Gabriela arrancó de golpe y comenzaron las maniobras, las cuales cada vez que se producían lograban que ese líquido subiese y bajase sin control en mi cuerpo, tentándome a abrir los ojos; tentación a la cual cedía por momentos y cuando veía que la maniobra se trataba de evadir a personas volvía a cerrarlos llena de pánico, temiendo sucediera un accidente; comenzaba a sentir que me faltaba el oxígeno, tenía ganas de vomitar y me encontraba sumamente mareada. Creí que no soportaría más, me sentía a un segundo de desmayarme y entonces en ese momento como sí Gaby leyera mi mente, detuvo la moto.

Inmediato me bajé inconsciente del lugar en el cual nos encontrábamos. Bajé de golpe pero me quedé estática, sin quitarme el casco, sintiendo mis lágrimas recorrer mis mejillas gracias al gas, al miedo, a la tensión...

Gaby me quitó el casco y sin esperar más me arroje a sus brazos, impaciente por sentir su cariño y protección. Lloré como un bebé sin consuelo, sin darme cuenta nos encontrábamos sobre la grama, sentadas; mi rostro se ocultaba en su cuello.

- Perdóname Gabriela - fue lo primero que opté por decir, estaba demasiado apenada y avergonzada por hacer que se arriesgara junto conmigo.

- Naty no me pidas perdón ¿sí? No pasa nada - dijo con tono tranquilizador el cual en ese momento resultaba bastante útil.

- ¡Hice que te arriesgaras! - replique de nuevo apartándome un poco de ella.

Seguí disculpándome y ella siguió convenciéndome de que todo estaba bien.

Luego de un par de minutos en los cuales me tuvo abrazada comenzó un interrogatorio pidiéndome explicaciones del por que me encontraba sola en ese lugar. Habiéndole informado lo sucedido me pidió con una voz de suplica que me conmovió inmensamente que no me quedará a solas de nuevo, asentí aturdida por la profundidad de su mirada, me intimidaba por completo.

Nuestros rostros no tenían nada de distancia de separación, sólo un par de centímetros. Sentí que dicha distancia se reducía Gaby se acercó con lentitud a mi, no alcanzó a moverse más de un centímetro pero presentía desesperadamente que su intención era besarme y mi reacción sería dejarme… El ringtone de su cel interrumpió el momento alejándola de mí.

Se levanto mientras atendía la llamada, por lo que pude escuchar era David. Mi mirada se fijo en ningún lugar mientras ella hablaba por el teléfono. Ya es la segunda vez que hay una situación de este tipo, una en la cual se ve claramente que está a punto de besarme y yo me quedó muda, inmóvil, en espera de que lo haga ¿por qué? ¿Acaso espero que me bese? O ¿quiero qué lo haga? ... A ver nada de eso en esas dos situaciones he estado vulnerable, VULNERABLE, nerviosa, sólo han sido las circunstancias las que me han hecho dudar, pero estoy segura de que no permitiría un beso entre nosotras, eso jamás; además seguro no quería besarme nada y eran ideas locas mías... sí sólo eso (me convencí).

Ahora mi celular sonaba, era Francisco atendí y le explique de mi situación a medias pues no podía concentrarme bien, mi mirada seguía fija en ella y mis pensamientos atormentándose con el análisis de la situación… Colgué luego que le asegure que me encontraba bien, segura y en excelentes manos; ¡y todo gracias a Gaby!.

Con cierta lentitud me levante de la grama, viéndola estática observarme luego de terminar de hablar por el celular.

Así que para salir del momento incómodo y evadir cualquier tipo de conversación que trate de explicar la situación le pedí a Gaby me llevara a casa.

Sin demora alguna me llevó, para después partir dejándome un abrazo muy acogedor y un beso cálido.

La observé irse hasta que la distancia me lo permitió. "Mi ángel de la guarda"... Sonreí a solas y me introduje a mi casa.