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Encuentros (6)

en Lésbicos

Bequi, bella como ya te lo he dicho mil veces es muy grato para mi poder compartir contigo este relato,  el modo en el que se desarrolla nuestra escritura, juntas, es realmente fascinante....    espero no sea nuestra unica historia...  un beso...

A los lectores mil gracias de nuevo.... cada comentario y cada lectura  tiene  una gran importancia para nosotras.... espero disfruten de esta parte y de cada una de sus continuaciones...

 

 

ENCUENTROS (6)

 

¿Marcela? ¿Es qué así se llama? ¡Puff! Ni siquiera recordaba su nombre... La nombró con tanta propiedad afirmando mis pensamientos y sustentando la insinuación de ella. Sí están juntas- ¡Andreina entiéndelo! - Quería controlar la calentura qué los celos causaban.

En mi rostro estaba furiosa no podría pronunciar una sola palabra sin ser cortante o hiriente en este momento. Seguí fiel a mi paso y llegamos a la casa. Iba torturando mi mente, imaginando las comodidades que disfruta esa niña al ser pareja de Rox. Y justo qué aparece, se arroja a sus brazos a besarla, inconsciente de mi actuar me quedé fija viendo la escena; el modo en que le correspondía y como el beso se llenaba de pasión.  Dejé de verlas y no podía evitar sentir odio por mi incómoda situación. Esperaba pacientemente que se separaran para poder irme.

 

Continué con el beso, aumentando su pasión, sentía algo rico... claro que sentía, las ganas de tocar su cuerpo, de perderme en su espectacular piel, quería dar celos y eso es lo que iba  a hacer, la abracé por la cintura con seguridad, mientras la levantaba del suelo y seguía besándola con lujuria. Un sonido forzó que me separara de ella, al cabo que mis ojos buscaban los de Andreina, su expresión de rabia era mi victoria, una sonrisa picara y una picada de ojos acompañó mi gesto -¡Que mala soy!- Pensé.

 

Andreina nos dio las buenas noches y con caminar rápido se fue del lado de nosotras. Marcela intentó besarme nuevamente, pero no había razones para hacerlo, admito que jugué con ella, sin embargo era consiente todo este tiempo que no pretendía nada y que mis ojos y corazón estaban en manos de otra mujer.

 

Su rabia justificada y la consecuente cachetada, borraron de mi rostro la sonrisa que tenía por la rabia de Andreina. Aún tenía la cara ardiéndome del golpe, pero que le produjera celos no iba a impedir que fuera a dormir con su novia, mi corazón encendido por los celos y que Marcela se fuera y me dejara tirada en medio del patio trasero de la casa, conllevaron a que decidiera echarme a dormir en el sofá de la sala.

 

En vez de sangre sentía lava volcánica recorrer mi cuerpo y mis venas. ¡Qué diablos! como la besa de ése modo tan... tan... Ni siquiera puedo pensarlo; mi odio inunda mi alma ¿Cómo me hace eso?,  ¿Cómo me dejo hacer yo esto?  -¡Olvídala ya Andreina, deja la vaina! - Estoy furiosa y mi caminar rápido lo expresa, no puedo borrar esa imagen. Un desagradable video que se reproduce una y mil veces en mi mente. Sus manos en su cuerpo, sus labios en los de ella,  labios que me besaron hace menos de 15 minutos, manos que me enloquecieron, su belleza, su ser que me enamoró ahora era compañía de ella. Me detuve antes de entrar a mi habitación con la mujer qué dice me ama, la mujer qué he engañado, la mujer que creo amo. Me recuesto de espaldas a la pared, me escurro deslizándose aún apoyada a ella.

 

Siento mi rabia destrozarme; siento este dolor lentamente aniquilarme. Y no puedo sacarme su amor; maldita sea no puedo. Antes de caer al suelo recobré fuerzas y haciendo mis manos puños en señal de mis emociones, me levanté y entré a la habitación. Lorena estaba dormida y yo agradecida por eso. Entré a la ducha, necesitaba desesperadamente sentir agua en mi cuerpo, permanecí allí más tiempo del necesario pero menos del que sería satisfactorio. Con tan sólo la ropa interior me acosté al lado de mi novia y al pasar un par de horas caí profundamente dormida.

 

El brillo del día me despierta, un dolor agudo en el cuello me obliga a despertarme completamente, sin embargo no le pongo mucha atención, aún la casa se encuentra silenciosa, pero mi primito está de pie en frente mío, observándome con su mirada perdida, el dedo en la boca y los ojitos chiquitos del sueño.

 

Le tiendo el brazo y corre sobre mí, recuesta su cabeza en mi hombro y sigue durmiendo al lado mío... imaginar un niño, un bebé... siempre he deseado un hijo, tener familia, compartir con mi pareja una mañana de sábado así...

 

Al rato van apareciendo los niños y ningún adulto que los atienda. Decido ir a la cocina y cortar algunas frutas, cereales y desayunar con ellos, al parecer los tragos se les fueron a la cabeza a todos ayer. Marcela apareció con cara de pocos amigos, pero no quería incomodar mi hermosa y perfecta mañana con ella, me ubico estratégicamente en un lugar que me permite observar la puerta de la casa de huéspedes y desde que estaba allí, ni la sombra salía.

Mi corazón daba un vuelco con cada persona que me daba los buenos días... pensaba que cada mano en la espalda era ella o Lorena, que quizás por lo que vivimos en la noche no habían dormido juntas – Ja, ja, ja ¿A quién engaño? ¡Yo no soy nada para ella! - Conociendo a mi prima, la noche entre ellas… tuvo que estar fogosa y conociendo a Andreina aún más... -¡No pienses en estupideces!

 

La mañana avanzaba y el calor aumentaba, decidimos ir a la piscina todos juntos, el agua calmaba mi desesperación, los juegos con los niños me distraía, luego de una hora, decidí salir nuevamente y sentarme en el comedor a picar del asado que estaban preparando y claro… con la puerta de su aposento de frente para seguir cada movimiento.

 

Lentamente abrí mis ojos al paso que sentía una mano traviesa subir su tacto por mi abdomen. Desperté por completo al percatar sus labios en mi cuello.  - ¡Despierta mami! – Su voz ronca me recordó que era mi novia, la que yacía conmigo. Miré a Lorena, estaba completamente desnuda - Te esperaba para ducharme, no quiero colocarme sola el jabón - Hizo un puchero, que enterneció mi corazón; seguido de una sonrisa con picardía - ¿Me ayudas? - Una expresión fingiendo inocencia domina su rostro, mientras que el aire inexplicablemente se llena con su sensualidad

 

Le sonrío y su mano sube en busca de mi pecho, al tiempo que mis labios se unen a los suyos en un beso suave... - Toc-toc - Escuchamos suave la puerta y nos distrae del beso. -Lore, Andre… el desayuno ésta listo - La voz de su hermana menor retumba en la habitación. - Peke lo preparó - termina de decir antes de irse corriendo. Me quedé en silencio oyendo los rápidos pasos de mi cuñadita. Lorena volvió a besarme y ésta vez su mano iba rumbo a mi entrepierna. La alejé de mí por la perturbadora imagen del beso de "Peke" y esa chica. Lorena me miró expectante y yo sin decir nada me arrojé sobre ella para dejarla abajo de mi, para besarla, tocarla y hacerla mía con cierta agresividad, solo recordaba a Rox y Marcela… mientras le sacaba un orgasmo a Lorena y la veía retorcerse de placer en mis manos, intentó tocarme pero no quise permitírselo.

 

Nos duchamos y con trajes de baño salimos. Hacía un sol espectacular y pues habiendo piscina había que aprovechar. Me acerqué al comedor tomando en mi mano la mano de mi novia. Seguí mi pasó firme sin mirarla. Dando los buenos días generalizados para todos los presentes, tratando de ignorarla, al contrario de Lore que fue a saludarla con un abrazo. Y vi a la chica, a la tipa esa… a la tal Marcela sentada a su lado; mirándome con rabia.

 

La puerta no había terminado de abrirse, cuando mi mirada, por encima de las gafas negras que tenía puesta, se encuentra con su escultural figura, un traje de baño de dos piezas, generoso... muy generoso, azul marino degradado, su busto tan perfecto, su cintura para perderse, sus piernas largas y bien torneadas, provocaron en mi sensaciones desconocidas, unos lentes cubrían sus ojos, el cabello suelto húmedo y amarrada a su cintura una minúscula salida de baño, más perfecto imposible. Carla me jala por el brazo para acompañarlos a la piscina, pero no puedo… no quiero mover un musculo, quiero que mis ojos se encuentren con los suyos, pero no sucede, saluda a todos muy cordial y mi prima llega directo a donde me encuentro.

- ¡Buenos días Peke! - Veo su sonrisa de oreja a oreja.

- ¡Excelente prima! El día está perfecto.

- ¡Empezó perfecto! Primis... tu sabes... - Su gesto con la boca, me sacó de mi comodidad, no quería pensar, ni imaginar lo que había sucedido para que apenas llegaran a desayunar. Su mirada cruzó con la mía y mi torpeza, como siempre, no se hizo esperar, al saludarme, tumbé dos vasos de jugo de naranja tropezándolos con el codo.

 

 Veo como se saludan y yo fijo mi mirada en ella para al fin saludarla. Tumba los jugos y mi arrogancia hace que sonría creyendo que es debido a mi presencia, sus nervios. Pero pronto Lore interviene dándole un golpecito - Prima ya ves, como te trae Marce de nerviosa ja, ja, ja - Se burló y se acercó a mí para besar mis labios fugazmente y tomar asiento a mi lado. Me llené de seriedad al presenciar la imagen amorosa que frente a mí se formaba. Marcela con un paño secaba las manchas de jugo en el brazo de Rox, mientras le ofrecía palabras dulces, dignas de una relación que marcha excelente....

No quería llenarme de más ira, ya estaba cansada de enfurecerme por alguien que sé no me pertenece. Comí un poco, sin muchos ánimos y al culminar me levanté para organizar mi plato y el de Lore.

 

La veo atender a Lorena y que empute tan grande… -¡Claro la noviecita perfecta! - Solo me dedico a respirar,  inhalar aire profundamente y permitir que el paso del oxigeno en mis pulmones calme mi rabia y mi frustración. Uno de mis tíos trae el equipo de sonido y para distraer mi mente, decido ayudarlo. Hacemos las conexiones correspondientes y ubico los tres bafles de sonido cerca a una improvisada pista de baile, junto a la choza del frente.

Algunos bailan, otros siguen bebiendo, los primos en la piscina, Lore y Andreina dándose un beso apasionado... doy la espalda para no seguir viendo y que con eso mi amargura me invada. Busco entre los CD’s algo de música variada.

Decido sentarme y Marcela no pierde el tiempo de mandarme una de sus miradas de odio, se va directo a la piscina con el resto de mi familia y mi pareja favorita (¡claro! ¿Cómo no?) Se acerca lentamente a donde me encuentro ubicada

-¿Qué tal?- Es lo único que puedo decir, mi mirada las sigue hasta que toman asiento al lado mío

 

Vamos a la piscina y discretamente trato de seguir sus movimientos ocultando mi mirar en unos lentes oscuros. La observo conectar el equipo y mover cosas de un lado para otro, pero  realmente no me interesa lo qué hace, me interesa ver su cuerpo cubierto por ese traje de baño de dos partes negro, sobrio y totalmente atractivo para mí, su cabello a medio agarrar y sus movimientos tan perfectamente balanceados -¡Es hermosa!-

La veo sonreír a momentos y yo sonrío sin quererlo. Trato de distraer mi corazón que busca su compañía y comienzo a prestarle atención a Lore, a atenderla. Me pide que nos acerquemos a Rox, quien estaba sentada a unos pocos metros, de mala gana la seguí. Me senté cerca a ella, Lore se sentó sobre mis piernas, yo abracé su cintura. Nos saluda con un frío -¿Qué tal? - ¡Excelente! - Se apresura a responder Lore, ella sonríe. Un par de minutos en silencio llenan de aún más incomodidad la escena, trato de pensar un modo de escaparme. Beso el costado de Lore y le susurro que bailemos, empiezo a rogarle a darle muchos besitos, pero su negativa es contundente.

- ¡No Andre! Sabes que no me gusta mucho bailar - Le ofrezco mi sonrisa tratando así de convencerla. Se levantó y me tomó de la mano.   - ¿Sabes qué? - Me besó fugazmente - Baila con Peke a ella le encanta - Me acercó a ella y yo no supe que decir - ¡Vayan bailen! Muevan el esqueleto - Sonríe. 

 

- Pero... Lore... - Intenté negarme, mientras me jalaba de la mano.

- Nada de peros, a ti esto te encanta, así que baila con ella... yo vengo en 5 minutos ó más… - La vi alejarse de nosotras, su mirada nuevamente se chocó con la mía, decidí quitar mis lentes para verla mejor. La música se detuvo y empezó a sonar una canción de Aventura... "Los infieles". (http://www.youtube.com/watch?v=x4271VYR3Ys)

 

No podía creer mi suerte de tenerla en frente, pasamos varios segundos sin decir, ni hacer nada, no recordaba como bailar aquí en Venezuela, pasé tantos años en Colombia, tampoco se veía animada de estar allí conmigo, así que me quede estática, esperando...

 

Me quede viéndola.  Se quitó sus lentes y clavó su mirada en mí. ¿Ahora yo qué hacía?

 

- No recuerdo como bailan acá, en Colombia se acercan mucho... - Sonreí, sacándola de sus pensamientos

 

- ¡Supongo que debemos hacerlo! - Afirmé. Una sola pieza y ya. Sólo un baile y listo, me repito mentalmente. - ¿Quieres? - Le pregunto quitándome los lentes, mirándola a los ojos, perdiéndome en ellos, intentando frenar lo que me hace sentir.

 

Asiento y mi mano busca la de ella, las de ella las mías, a la izquierda, derecha, intentamos otra vez pero sin suerte… terminamos riéndonos de la torpeza de ambas - Bueno yo te llevo ¿No?, ¿Te vas a dejar o seguimos en este tira y afloje? - Mis palabras salieron con doble intención.

 

Me rio - ¡Vamos! - Terminé pidiendo, sin caer en su juego de doble sentido, sin estar pendiente de mí alrededor seguimos a la pista y comenzamos a bailar.

 

Empezamos a bailar... fui consciente de la canción cuando ya habíamos empezado a dar vueltas, una bachata de Aventura, su piel contra la mía, una de mis manos sosteniendo la suya y la otra en su cintura.

 

Es inquietante todo lo que estoy sintiendo... solo puedo susurrarle trozos de la canción - "Desnúdate al paso mi reina y solo ámame, que el secreto permanezca en un cuarto de hotel... si somos infieles es por un gran querer"... "Que nos perdone nuestro divino Señor, si cometemos un delito, Adán y Eva pecaron por tentación tu y yo no somos distintas" - Mi boca cerca a su oído, apretó mi mano con fuerza y se acercó a mi sensualmente.  Mi corazón y mis deseos controlaban la situación, no podía más sino dejarme llevar, sin importa quién o quienes nos observaban.

 

El sonido de la música invade mis oídos pero su voz se adueña de mi sentido, susurrando palabras que nos caen de un modo perfecto. La sensibilidad de mi piel aumenta al sentir la suya, me siento seducida y débil con unas ganas inmensas de besarla.

 

Alcanzo a percibir que el final de la música se acerca. Detengo los movimientos de mi baile y me volteo a verla. Fijo mis ojos en sus labios, en mi mayor deseo, en la tentación por la cual casi cedo. Casi me acerco en busca de un beso pero lo evito y me alejo, me doy la vuelta buscando huir ya sea por cobarde o por tratar de evitar lo inevitable, pero solo quiero huir de ella.

 

-Bailas muy bien - Digo, tratando de quitar los deseos de besarla, apostaría que también quiere... pero no se... mis latidos intentan volver a la normalidad y una salsa de Gilberto Santa Rosa inicia su ritmo, una de mis manos en su hombro... - ¿Seguimos?

 

- ¡No! Yo creo que mejor me voy - Intento irme y me toma fuerte del brazo.  - ¡No tú no te vas! - Me hala con fuerza y me pega firmemente a ella.    

 

 

 

-¿Por qué siempre me das la espalda? - Pregunto en un susurro. La volteo hacia a mí y la agarro para seguir bailando, sus ojos destilan tantas emociones encontradas, sorpresa por exigirle que se quede, confusión porque alguien nos pueda observar... sus ojos de color miel, una vez más me enloquecen... de todos los colores que he visto... ese me encanta.

 

No sé ni que bailo, pero mantengo sus ojos unidos a los míos, su cuerpo se relaja, mi presión cede, está conmigo no porque la obligo, una sonrisa traviesa sale de mis labios y ella me la devuelve... mis ojos sin ningún pudor bajan hasta sus labios e inconscientemente pruebo los míos.

 

Su mirada sensual, el pestañeo profundo que hace y sus labios entreabiertos me enloquecen, esta batalla de mirarla me vence y cierro el espacio q nos separa ubicando mi rostro x encima de su hombro y cerca a su cara

 

Sus manos se ajustan en la parte de atrás de mi espalda, mis brazos están alrededor de su cuello, y su cara cerca de la mía. Detengo el gesto naciente en mi rostro, evito cerrar mis ojos para no dejarme llevar por la letra que describe vívidamente mis sentimientos por ella....

 

Ella tiene la magia de un instante de amor

y su mirada un toque de misterio.

Cuando ella llega siempre, suelo perder el control

no vuelvo a ser el mismo si la beso

La conciencia me dice que no la debo querer

y el corazón me grita que si debo.

La conciencia me frena, cuando la voy a querer

el corazón me empuja hasta el infierno

al abismo dulce y tierno de sus besos.

 

Una ternura inmensa se apodera de mí. El impulso de controlar mis emociones, nace como un torbellino, los deseos en mis manos de tocarla, de acariciarla de hacerle ver que para mí significa mucho más. Por un segundo me convenzo en mi mente que no haré más y me rendiré y la besaré pero cobro de nuevo compostura. Termina esa canción pero seguimos el ritmo de la siguiente. Me alejo un poco pero sigo unida a ella.

 

La conciencia me dice que la debo olvidar

Y el corazón me grita que no puedo

La conciencia no sabe que no se puede hacer mas

Cuando te vuelves preso de unos besos, de un te quiero, del deseo, del corazón.

Me dice el corazón

que la quiera y me entregue sin condición.

Pero me grita la conciencia

que lo piense bien que no cometa esa imprudencia.

Me dice el corazón

olvidar es mejor la pasada experiencia

Pero me grita la conciencia

peligro cuidado utiliza la razón.

Me dice el corazón

no pierdas por nada esta ocasión

Pero me grita la conciencia

equivocarte de nuevo no puede ser coincidencia…

Que no se ponen de acuerdo la conciencia y la razón.

 

Tan solo esa línea logra describir con éxito mis sentimientos hacia ella, estas ganas de amarla, este dolor por no tenerla a mi lado y ni siquiera una vaga esperanza de poder lograrlo.

Termina esa canción pero seguimos el ritmo de la siguiente. Me alejo un poco pero sigo unida a ella.

 

El ritmo de la salsa nos envuelve, su cuerpo pegado al mío, el calor del momento obligándome a acercarme más y más a su ser, damos varias giros y sonreímos... la canción tampoco es que ayude a controlar lo que sentimos, pero ya no me importa, no me interesa ni mi prima, ni mi familia, ni nadie; sigo el ritmo de sus pies, nuestras manos juntas, su piel, su mirada, quiero hacerla mía una vez más, perderme con ella... perderme en ella,

 

He llenado tu tiempo vacio de aventuras más

Y mi mente ha parido nostalgias por no verte ya

Y haciendo el amor te he nombrado sin quererlo yo

Porque en todas busco lo salvaje de tu sexo amor

 

Ya me olvido de pensar y me dedico a sentir. Sigo la música y la bailo del único modo que sé hacerlo, con intensidad, en medio de giros y roces de nuestros cuerpos, caricias que se esconden bajo el ritmo y me recuerdan mi noche de pasión a su lado. Recordar sus besos, sus manos recorrer todo mi cuerpo. Su modo de hacerme suya.

 

Hasta en sueño he creído tenerte devorándome

Y he mojado mis sabanas blancas recordándote

En mi cama nadie es como tu

No he podido encontrar la mujer

Que dibuje mi cuerpo en cada rincón

Sin que sobre un pedazo de piel ay ven

Devórame otra vez, ven devórame otra vez

Ven castígame con tus deseos mas

Que el vigor lo guarde para ti

Ay ven devórame otra vez, ven devórame otra vez

Que la boca me sabe a tu cuerpo

Desesperan mis ganas por ti

 

Quedo de espaldas a ella, sintiendo sus senos en esa zona, sus manos en mi abdomen y mis ganas de besarla. Tomo conciencia de mis actos, de la finalidad de mis movimientos y me detengo de golpe. Parto de allí dejándola, una vez más, huyendo de lo que en realidad solo nace en mi corazón por ella, me voy sin siquiera mirarla y me adentro a la casa buscando donde encerrarme.

 

Da un último giro y se ubica de espaldas a mí, la abrazo... y mientras mis pensamientos se pierden en su piel, la veo salir casi corriendo de allí.

 

Agarro un short blanco que tenía en la silla, me lo coloco de rapidez, junto con las gafas negras y salgo corriendo tras ella, tratando de evitar que vean que la persigo. Ingreso a la casa y empiezo a buscarla por todas partes, llego al segundo piso y reviso habitación por habitación, hasta llegar al baño. Intento girar la perilla, pero está cerrada, toco la puerta y nadie contesta.

-¡Háblame! - Exclamo, ubicando ambas manos sobre la madera de la puerta. Una gota de sudor baja presurosa por mi mejilla.

 

Oigo como me llama e intento reaccionar y no puedo.   -¡Andri! ¿Por qué te gusta hacerme esto? - Tomo aire sin decirle aún nada - ¡Respóndeme, Carajo! - Su voz suplicante hace que recuerde su rostro, me hace verla de nuevo, todas las cosas que hemos vivido en tan poco tiempo, todo lo que he sentido por ella.

 

Sin pensarlo abro la puerta. Esta allí de pie, expectante, mirándome confundida, con la belleza que la caracteriza. Corté nuestra distancia para al fin besarla, ejerciendo con mis brazos fuerza en su espalda atrayéndola hacía mí, introduciéndonos al baño.

 

Ya estando adentro y sin detener la intensidad de mi beso en sus labios, con una mano cerré la puerta y de un empujón la pegué a ella. El beso subía aún más de tono, me enloquecía el movimiento de su lengua dentro de mi boca y mis manos estaban quemándose por el calor de su piel, toco su abdomen, ella recorre mi espalda. Halé su short hacía abajo... Me encanta su cuerpo, sus besos, ella… toda ella.