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Causalidad (19)

en Lésbicos

Causalidad (19)

Gabriela.

En una de esas tantas noches solitarias de las cuales era protagonista, recibí una llamada de David; él y Paulina saldrían y querían que los acompañará pero no tenía ánimos más allá de leer; he leído no sé cuántos libros ya, buscando incesantemente distraerme; por lo tanto me negué a su invitación.

Daban las 11pm, iba a dar inicio a mi siguiente libro, “La Quinta Montaña” del gran Paulo Coelho, y oí mi celular de nuevo.

- Dime…

- Gaby es que…- guardo silencio.

- ¿“Es que” qué?

- Es que Naty está trabajando en el bar.

- ¿Qué?

- Acabo de verla, está ayudando a Carly en la barra, aun no he hablado con ella – me quede callada pensando en que tipo de situación debía haber pasado para que Naty esté trabajando allá – creí que debías saberlo. – culmino de decir mi amigo.

- ¡Gracias! – Exprese pensativa – debo hacer una llamada.

- ¡Ok! – colgué y de inmediato le marque a Katy.

- ¡Hola! – me saludo llena de emoción como siempre, pero mis ansias de saber que había ocurrido me obligaron a ignorar ese saludo.

- ¿Katy por qué Natalia está trabajando en el bar?

- ¡Ya te enteraste! – afirmo con cierta pena.

- Katy esta mañana te llame y me dijiste que todo estaba bien, ¿Qué sucedió?

- Gaby es que Naty me pidió que no te dijera, ¡no quería preocuparte!

- ¿Preocuparme por qué?

- Gaby es que Naty se enfrento a papá, le dijo todo, confesó su sexualidad y tras la discusión decidió irse de la casa.

- ¿¡Cómo no me lo dijiste Katy!? ¿Dónde está Naty? ¿Con quién está? ¿Cuándo fue eso? – pregunte atropelladamente intentando comprender las circunstancias, no podía creer posible que Naty estuviese dentro de un problema así y yo acá, lejana a la realidad.

- Fue hace una semana Gaby, esta con Victoria.

- ¡Debo ayudarla Katy!

- ¡No te lo permitirá!, no ha permitido ayuda de nadie, dice que todo esto debe enfrentarlo sola, tuvimos que convencerla para que fuese con Victoria pues tampoco quería acceder a eso.

- ¡Encontraré el modo de hacerlo Katy!, Natalia no está sola, ¡yo no la dejaré sola!

- ¡Gaby! – exclamo con ternura.

- Debo irme Katy, gracias.

Tranque después de una breve despedida, tome las llaves del carro y me fui al bar.

No tenía mucha claridad de lo que la secuencia de mis actos sería, pero estaba más que segura de la finalidad que debían tener, necesitaba ayudarla a como diera lugar.

Llame a David para verlo a él y a Paulina en el estacionamiento.

Me pidieron que no entrara a buscarla; ya habían hablado con ella y les hizo la misma petición que le había hecho a Katy, Natalia no quería que yo me enterara, no quería verme.

Le pregunte a David si sabia donde vivía Victoria, me respondió que como a veinte minutos de allí y que Carly la llevaba a su casa, información que me tranquilizo mucho pues me preocupaba la idea de que Naty se fuese sola.

Por otro lado sostenía la entera intención de ayudarla, alguna forma debía existir.

Regrese a mi casa sin verla, pensando que podía hacer y cuanto daría por estar a su lado apoyándola, cuidándola.

Era claro que Naty no recibiría mi ayuda de frente, así que ameritaba un modo para cumplir mi objetivo clandestinamente y el hecho de que ella creyera que yo aun no conocía lo que pasaba era algo que jugaba a mi favor.

Natalia.

Apenas van un par de días y siendo sincera estoy exhausta, las horas que duermo son pocas, ya sea por mi trabajo y estudio o por el insomnio incontrolable que me provoca extrañarla del modo tan intenso en el cual lo hago. Pero a pesar de cualquier cosa es gratificante hacer mi propio camino, obteniendo lo necesario para mi existencia por mi cuenta.

Llego el viernes gracias a Dios y estaba viendo mi última materia del día, cuando uno de los directivos de la facultad interrumpió la clase para dar una información.

- Debido a un muy generoso donativo anónimo que recibió la facultad de Ingeniería, específicamente dirigido a la mención en Ingeniería Civil, los directivos hemos tomado la decisión  de crear una beca con dichos fondos, en pro de los estudiantes con alto rendimiento. En total son diez becas que serán asignadas de acuerdo a los resultados de una prueba que se les realizará a los alumnos que nombraré a continuación: Andrade, Erick….Barboza, Natalia; dichos estudiantes deben formalizar su interés en la misma vía internet, impriman la planilla y vengan a presentar el viernes de la semana que viene.

Quede sumamente incrédula ante tan excelente sorpresa, debo presentar esa prueba, me sería de gran apoyo obtener esa beca. ¡Es una excelente oportunidad!

La prueba resulto ser lo suficientemente extensa como para no desear presentar otra igual en mi vida, contenía desde lenguaje y cultura hasta matemática avanzada y cálculo.

En unos días, al finalizar el semestre, entregarán los resultados conjuntamente con las becas. Mientras eso sucedía yo me esforzaba por mantenerme al ritmo que mi rutina diaria me exigía.

Se publicaron los resultados y totalmente emocionada me entere de que había logrado obtener la 5ta beca de las diez que se otorgaron, la alegría que me embargo fue increíble.

A pesar de todo lo que mi corazón experimentaba a cada instante gracias a no tenerla, a no verla desde hacía meses, a pesar de ese sufrimiento que me hacia llorar cada noche deseando su protección, deseando su mirada tranquila y sus besos apasionados; me sentía muy realizada estaba bien en mi trabajo, había logrado la beca y comenzaría otro semestre. En un par de meses, contando con que todo mantenga este ritmo, podré rentar algo para mí.

Katy se ha mantenido muy al pendiente de compartir conmigo en la medida de lo posible, además de las muy frecuentes llamadas que nos realizamos entre sí, no se cansa de insistirme en que vea a Gaby, a estas alturas debo suponer que ya está consciente de mi situación, de que trabajo en el bar, pero no la he visto, no ha ido para allá y francamente no sé si agradecer eso pues me ahorra la pena de verla lejos de mí, ó, no sé si entender eso como que ella ha logrado seguir adelante, que ha continuado su vida, lo cual me daría cierta paz pues quiero saberla feliz aunque eso asesine cualquier rastro mínimo de esperanza que pueda permanecer en mi corazón.

También por vía de Katy, me he informado de que mi madre ha preguntado repetidas veces por mi y hasta ha intentado persuadirla para arreglar una cita entre ella y yo, pero no quiero verla ni a ella ni a su esposo, a ellos les avergüenza tener una hija homosexual, y pues al yo salir de esa puerta con mis maletas dejaron de tenerla.

Mariana y yo escasamente hemos tenido cinco minutos de conversación, tras lo sucedido hemos compartido mucho.

De cara al nuevo semestre, iba con mi grupo camino a clases, cuando en uno de los pasillos del edificio su imagen me deja helada, Gaby estaba con un grupo de profesores. No supe si avanzar o retroceder y entonces sus ojos se centraron en los míos con menos sorpresa de la que yo tenía, y con una ternura que extrañaba incansablemente.

Varios de mis compañeros se acercaron a saludarla, ella excusándose del grupo en el cual conversaba dio un par de pasos al frente para recibirlos. Yo me mantuve viéndola, sus ojos en los míos, su cariño, mi paz al verla, no podía moverme y no quería hacerlo. Sus labios esbozaron una hermosa sonrisa en mi dirección y quise devolvérsela, me sentía rendida ante la atracción que ejerce sobre mí.

Mi cuerpo lento tomo impulso de dar un paso hacia ella, pero Anyelica, siendo más astuta y notando mis dudas, se acerco a ella con prontitud, y con aquella actitud de coqueteo que hizo hervir mi sangre aquella noche que fue de Gaby y que odie hasta el último aliento de mi alma en ese instante. Abrazo a Gaby y no fui capaz de quedarme para ver más, di media vuelta y partí.

Gabriela.

- ¿Gaby estás segura de esto? – pregunto Marcos con voz profunda y yo no necesite ni pensar la respuesta si quiera.

- ¡Jamás he estado más segura de algo!

- Es un gran donativo Gaby.

- Lo sé, logre convencer a un par de amigos para que me ayudaran a recopilar esa suma – lo difícil fue convencerlos, sin ninguna razón personal aparente, de que dicho donativo fuese dirigido a los estudiantes de Ing. Civil y no a los de Mecánica, lo cual sería más lógico pues egresamos de allí (pensé).

- Ok, me parece excelente idea, una beca será de gran ayuda para esos chicos; pero sabes bien que no creeré el cuento de que es mera solidaridad, hay algo detrás – sonreí - ¡vamos, dime! – me alentó.

- Bueno ya que preguntas, mi respuesta servirá para pedirte un favor – me miro conociendo, tal vez, mis intenciones.

- ¡Es por ella! ¿No?

- Sí, creo que es bastante obvio; Marcos, estoy más que segura de que ella estará excelente en esa prueba pero…

- No necesitas decirlo – me interrumpió – con su promedio esta mas que asegurada, ¡no te preocupes! – sonreí agradecida.

- Es un trato entonces – afirme entregándole el cheque y estrechando su mano en señal de cierre a nuestro acuerdo, pero su rostro se lleno de una leve malicia.

- Hablando de favores – respiré profundo – me debes uno ahora.

- Así es – dije con cierto temor, previniendo las palabras que seguirían a esas.

- ¡Aun necesito un profesor para ingeniería del automóvil!

- ¡Marcos no!

- ¡No puedes decirme que no! – dijo lleno de arrogancia y me reí, imagine que esto podía suceder pero tenía la esperanza de que no se le ocurriera.

- Tres semestres y te dejare en paz – mis ojos como platos le dijeron que no – debes hacerlo, además te agradará, ya verás – acompaño su afirmación con una risa que para el momento me pareció macabra.

Ni si quiera podía pensar en negarme, por lo cual ya estaba decidido, comenzaría a dar clases el semestre siguiente, fecha que no estaba muy lejana.

Trato de no pensarla pero es inútil, cumpliendo sus deseos y aumentando mi tortura he evitado verla, situación que se me hará casi imposible cuando este en la facultad, ya no estará en mi poder encontrármela o no.

Estaba en medio de un grupo de profesores, envuelta en una conversación que no oía y que no distraía mi mente ni un poco de mis pensamientos, de mis ansias de verla o no hacerlo, de saber que pasará si nos encontramos de nuevo, si podré hablarle o mejor dicho si ella querrá escucharme…entonces capte el sonido de un grupo bullicioso acercarse, se me hizo fácil percibir la voz de Francisco en medio de algún tonto chiste y entre mezcla de sensaciones alegres y expectantes busque hallar ese grupo con mi mirar y estaba allí, hermosa como siempre, mi tiempo y mi corazón se detuvieron al observarla allí, en el centro de todos.

Le sonreí y su mirada se mantuvo fija en la mía, sus ojos me pedían que me acercara y a un paso de hacerlo, sentí a Anyelica abrazarme, le correspondí fugazmente antes de alejarla de mi con suavidad, pero al buscar a Naty de nuevo ya no la encontré.

Trataba de fingir alegría ante los comentarios y preguntas de sus amigos pero no podía, Anyelica no dejaba de hablarme y verme a los ojos mientras mi mente estaba perdida en ese segundo que sentí sus ojos observarme con un aire de alegría pero supongo que su reacción ha servido de muestra de que me equivoco y que en realidad no desea verme.

Entre al aula donde me correspondía dar mi clase con la perturbación tratando de dominarme; forzándome a ignorar lo que sentía y pensaba logre terminar la mañana.

Pasaron días y creo que ambas éramos cuidadosas en vernos pues en ninguna parte coincidíamos, sin embargo a Anyelica si la veía con frecuencia, al parecer mientras yo buscaba respetar a Naty y no verla, Anyelica buscaba encontrarme pero eso no me afectaba en lo mas mínimo.

A media mañana, en uno de esos días lluviosos, me hallaba en el cafetín más alejado de la facultad, en una búsqueda solitaria por un poco de equilibrio mental.

- ¿Cuándo me dirás que es lo que sucede contigo? – la voz de Rosa retumbo en mis oídos, la vi tomar asiento a mi lado.

- Creo que te he dicho repetidas veces que nada.

- Por eso te sigo preguntando, porque no te creo – sonreí – puedes confiar en mí – exclamo sutilmente, tomando con firmeza mi mano sobre la mesa, observe el gesto.

- Lo sé Rosa, pero no quiero hablar sobre eso.

- Entiendo – retiro su mano de la mía y busco conversar acerca de otra cosa.

Pase la tarde trotando con mi fiel mascota al lado, Lobo en cada uno de estos días ha compartido mi estado de ánimo y ambos en medio de nuestra soledad sin ella, hemos sostenido “conversaciones” que tan solo me llevan a echarla más de menos, a desear verla con más intensidad y a estar un paso más cerca de la demencia.

La noche estaba fría y con mucha suerte, aun en medio de mi música y pensamientos, logre oír a alguien llamar a la puerta

Abrí.

- ¡No sé cómo tus vecinos no vienen a reclamarte el ruido de ese rock!

- Oye respeta mi música Rosa – dije en medio de una sonrisa, beso mi mejilla y entro. Note en sus manos un paquete con un par de cervezas - ¿Que traes ahí?

- Algo para celebrar que es viernes, supongo.

Sonreí. Rosa estas últimas semanas ha sido una agradable compañía silenciosa, nos hemos reunido con frecuencia pero a pesar de que ha mostrado interés en mi situación con Natalia, también ha mostrado respeto ante mi decisión de mantener silencio al respecto.

Tomo asiento en mi sofá y me pidió destapar las cervezas. Destape dos y le extendí la suya.

- Creo que es mayor la razón, tan solo un viernes no te haría tomar Rosa.

- ¡Me conoces bien! – afirmo sonriendo, con su dedo índice jugando alrededor de la punta circular de la botella. La coloco sobre la mesa y busco dentro de su cartera, saco un documento y viéndome a los ojos me lo entrego. Lo leí.

- ¿Divorcio? – saco el anillo de su dedo anular y lo dejo sobre la mesa.

- No había mucho que rescatar en ese matrimonio – afirmo tomando asiento a mi lado de nuevo.

- Pero tú… es decir… ¡creí que eras feliz con él!

- Jamás lo fui, tan solo tarde demasiado en asimilarlo.

- ¡Lo siento! – la abrace, realmente no me esperaba aquello.

- Esta bien, era necesario – le sonreí levemente – y debí hacerlo hace mucho tiempo, gracias a mi tardanza perdí a quien yo realmente quería.

Su mirada se clavo en la mía de un modo que sinceramente no quería entender. Comprendiendo mi gesto cambio bruscamente de tema, situación que me apeno pero que era lo mejor.

Varias tardes después me hallaba con David reparando un auto, con Paulina y mi padre a un par de metros de nosotros.

- Gaby sabes que Carly va a remodelar el bar – lo observe sin decir nada – quiere ampliar el local y el escenario, trabajará mas con música en vivo.

Asentí, eso se oía excelente.

- La reinauguración será en dos meses, los muchachos estarán a cargo del entretenimiento.

Medite un segundo, y mi mente se aceleraba con rapidez.

- ¿Cuándo dices que será la reinauguración?

- En dos meses.

- ¡Perfecto! – Me levante de golpe dejando las herramientas botadas, Lobo notando mis movimientos de inmediato se acerco a mi – Debo irme.

- ¿A dónde? – me pregunto él mientras todos me miraban expectantes.

- A un lugar – respondí sonriente, devolvió mi sonrisa y me miro como si fuese el ser más extraño sobre la tierra.

Sin dar más explicaciones Lobo y yo partimos.

Natalia.

Me tomo un par de minutos poder retomar mis intenciones de ir a clases, entre al salón y los chicos sin yo preguntarles le dieron respuesta a mi intriga mental, Gaby estaba allí porque finalmente había accedido a dar clases. Bajo la presión que verla me implicaba también tuve que oír los comentarios exaltados de Anyelica por haberla visto, y el aire sexy que para ella ahora tenía siendo profesora en la facultad; ella no saludaba a Gaby desde lo que paso entre ellas pero hoy hallo el momento apropiado para estropearme el día.

Tanto que Gaby se había negado a impartir clases y ahora acepta, no lograba entender.

En un par de días los rumores llegaron a mí con la facilidad de la mala intención o con la virtud de la inocencia de no saber qué significado tiene Gaby para mí. Se comenzó a decir que la nueva profesora de ingeniería del automóvil tenia historia con la de cálculo, y la frecuencia con la que se les veía juntas aumentaba la intensidad de dichos rumores. Yo misma sin que ellas lo notaran, quizás, las había observado juntas, había observado como Rosa discretamente le otorga caricias fugaces a Gaby, me sentía fatal cada vez que veía aquello, mi corazón se aceleraba en desesperación, en busca de obligarme a hacer algo para evitar ese contacto entre ellas pero simplemente no hago nada; todo eso me tenia abrumada y confundida, si eran ciertos esos rumores, si esas caricias expresaban lo que yo no quería creer, entonces ya Gaby había logrado olvidarme, me había dejado por completo en el pasado mientras yo la sigo amando como en el primer día.