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Causalidad (12)

en Lésbicos

I’m back! ;) Han pasado casi cuatro meses desde la última vez que tuve la oportunidad de publicar y créanme que me ha pesado cada día en el cual no pude escribir por diversas causas que me han afectado en este tiempo y quiero pedir mis más sinceras disculpas por dicha tardanza y por no haber podido responder a tan maravillosos y gratificantes comentarios a tiempo. Mil gracias por todo el apoyo que he recibido a lo largo de este año (y poco mas) por parte de todos ustedes, en especial; Hombre FX, Sachiko; delis1417; Eli; Krizty; Mile; Leidys ^^; Camila 13; Danni; Sigrun; Roseblack; etoile99; bloodymary; bequi26 (tu y yo tenemos una historia pendiente!!! ^^); icel78; María Rivas; lapsus2008; Eliza14; aurora la diosa. A todos ustedes mil gracias por esos lindos comentarios que me ayudaron de manera increíble a volver cuando me sentí perdida y lejos de la escritura, espero poder mantener en ustedes el interés y no defraudarlos con las futuras continuaciones de “Causalidad”.

Quiero tomarme un segundo también para nombrar a un par de lindas personitas a quienes les agradezco mucho que se tomen el tiempo de escribirme al correo y ofrecerme todo su apoyo y amistad, Elena y Virginia.

Recuerden que aprecio mucho cada comentario, valoración y lectura que les regalan a mis humildes relatos. Espero disfruten esta entrega y me despido con la promesa de publicar en los próximos días, besos…

Causalidad (12)

 

Natalia.

Cada beso suyo es una divina tentación, culpable de hacerme desear más de sus labios y de su cercanía…

Los días y semanas transcurrían llenos de momentos solamente nuestros, llenos de ese “no sé qué”, de ese amor que solo ella sabe darme.

Nuestra bella mascota continua sin un nombre, aunque ya es de nuestra costumbre llamarlo “Lobo”, Gaby insiste en que es un nombre muy obvio pero sin importar eso, ella y yo adoramos llamarlo de ese modo.

La libertad que tengo gracias a no estar en clases es muy amplia; paso la gran parte del día junto a Gaby, ya sea en casa de su padre, por allí paseando las dos a solas y en ocasiones en compañía de los muchachos, o en el taller; con decir que ya estoy aprendiendo sobre mecánica de tanto verla trabajar, de tanto preguntarle y oírla explicarme detalladamente cada una de mis dudas pacientemente. Su paciencia me hizo imaginármela enseñando, dando clases en la universidad. Idea que le expuse una tarde en la cual nos encontrábamos en el taller.

- ¿Gaby por qué no entras a la universidad a dar clases o das un taller sobre mecánica?, ¡tienes paciencia para la enseñanza! – le comente luego de una de sus muy coherentes explicaciones. Me sonríe.

- La verdad es que hace algún tiempo, poco antes de conocerte, un amigo, él trabaja en el área administrativa de la facultad de ingeniería, me propuso dar una materia por un semestre pero me negué.

- ¿Por qué? – pregunte de inmediato, llena de curiosidad. Su sonrisa tranquila relajo un poco mi curiosidad. Se encogió de hombros.

- No, es que en realidad no me imagino en eso de dar clases, mejor me quedo acá, en el taller. – sonreí y me acerque a besarla con suavidad.

- Bueno pero que quede claro que opino que serias una muy buena profesora además amas lo que haces – sonreí llenándome de la ternura en su mirar – en tus ojos se ve el amor que le tienes a esto – señale los autos en el taller con un gesto de mi mano - …a tu carrera.

- ¡Mas amor te tengo a ti Naty! – expreso en tono serio y sincero, viendo directamente mis ojos.

- ¡Gaby!... ¡Te amo!

Nos unimos en un beso sutil y lento, repleto de suavidad y nuestro sentimiento.

…también hemos compartido con algunos de mis compañeros de la universidad; quienes, supongo, ya saben o al menos sospechan nuestra situación, situación que es realmente maravillosa para mí, pero que, por lo que me he dado cuenta es bastante incómoda para Anyelica, quien ha optado por evitar estar cerca de nosotras. Las salidas al cine con Gaby, mi hermana y demás amigos también se han hecho muy frecuentes.

Mis vacaciones pasan tranquilamente pero con rapidez, ya se acercan los días para que termine mi libertad y vagancia je, je. Ciertamente las vacaciones no podían ser eternas aunque así lo quisiera…

Se dio inicio a las clases, a un nuevo semestre y para mi felicidad y sorpresa las cosas continuaban bien y tranquilas, con los amaneceres llegando unos tras otros, sin pérdida de tiempo; con Gaby fomentando una nueva costumbre que me encanta, en momentos exactos del día, momentos en los cuales tal vez estoy en una clase pesada o en la cafetería de la uni, aburrida porque aun no he podido verla, sucede algo que me agrada enormemente, recibo un mensaje de texto suyo con dos palabras que por más simples y elementales que le puedan parecer a cualquiera, para mí, proviniendo de ella, son maravillosas;  Te amo, cada vez que lo leo no hallo mas reacción sino que sonreír y decirle cuanto la amo y la extraño.

 

Gabriela.

 

De manera súbita han marchado los días, sin sentirlos, sin poder observarlos pero si recordando cada segundo mío a su lado. Estamos a una clase más para que le otorguen a Naty sus vacaciones de Diciembre.

Llevamos ya varios meses juntas y me encanta creer que nuestro amor ha crecido y se ha fortalecido en todo este tiempo.

Voy con Lobo en su búsqueda, la espero en el estacionamiento para ir juntas a comer y dar inicio a las vacaciones.

Baje del carro y fui a abrirle la puerta a Lobo para que bajara antes de que intentara abrirla él y me aruñara la tapicería ¬¬ je, je…

Me recosté a la camioneta, Lobo luego de olfatear el área y aburrirse de hacerlo, se sentó a mi lado.

Llevaba unos veinte minutos de espera y según mis cálculos me faltaban unos diez minutos más, ¡llegue muy pronto!

Observaba pacientemente los movimientos de nuestro cachorro, cuando vi la delgada silueta de una sombra cubrir el sol que caía sobre Lobo. Ambos subimos la mirada de inmediato. Me encontré con la mirada intensa de Rosa.

- ¡Señorita Rivas! – se acerco a besar mi mejilla con una sonrisa en sus labios, al instante devolví su gesto.

- Profesora Montenegro -  respondí con el mismo tono de cierta gracia que se escondía tras tanta formalidad entre nosotras – o tal vez, ¿debería decir “profesora de Sánchez”? – dije mirándola profundamente, recordando aquel prometido que ahora es su esposo, aquel que engaño durante tanto tiempo conmigo.

Se rió, acto que seguí luego de un segundo.

- ¡No!, Gaby mejor dime Rosa.

- ¡Mejor así, sin tanta formalidad!

Veía su sonrisa recordando lindos momentos que tuvimos, momentos que ahora son pasado, y que si tratara de compararlos con mis momentos con Naty simplemente no podría hacerlo, pues evidentemente cada instante al lado de mi bella novia están llenos de una intensidad y significados únicos.

Rosa, fijo la mirada en Lobo, quien estaba jugando con alguna rama que hallo sobre el suelo.

- Esperas…- y detuvo su frase, mirándome fijamente como solía hacerlo, esperando a que yo completara su oración.

- …si, espero – sonríe y baja la mirada de nuevo hacia el cachorro.

- ¿Es tuyo? – preguntó refiriéndose a Lobo.

- Si… bueno no es solo mío – sonreí dejando la frase sobre entendida, ella se agacho para acariciarlo.

Tome impulso para detenerla pues Lobo es algo gruñón con el tacto que puedan hacerle las personas que él no conoce, pero esta vez me sorprendió dejándose acariciar por Rosa.

- ¡Es muy lindo! – asentí con orgullo del excelente gusto que tiene mi novia – al igual que esta nueva etapa que estoy observando en ti, en tu vida – guardo silencio mientras yo entendía el punto al cual se refería – una etapa llena de seriedad y equilibrio.

Sonreí sin decirle nada. Sus palabras retumbaron con cierta intensidad en mi mente, trayendo a mí, la hermosa imagen de Naty.

Un segundo más transcurrió, segundo en el cual ella seguía acariciando a Lobo pero, de pronto mi bello canino salió corriendo a toda prisa. Fije mi mirada a la distancia, hacia donde él se dirigía y pude ver a Naty. Se ilumino mi rostro al verla.

Rosa se levanto mientras Naty se acercaba más, con Lobo corriendo y moviendo su colita frenéticamente alrededor de ella y sus leves caricias hacia él.

Rosa mantuvo silencio, sin girarse para ver a Naty; con sus ojos clavados en mí y con un gesto, que podría llamar nostálgico, desarrollándose en su expresión.

Naty termino de cruzar la distancia entre nosotras; beso la comisura de mis labios, haciéndome sonreír, para quedarse luego abrazada a mi lado.

Naty: Hola profesora Rosa ¿Cómo se encuentra?

Rosa: Bien señorita Barboza ¿y usted?

Naty: ¡Bien! – dijo con naturalidad, pegándose un poco más a mí.

Aunque por más que lo parezca, no me sentía tan incómoda como tal vez debería estarlo. No se hablaban con rivalidad, se hablaban con respeto; en el aire no había tensión, había educación y madurez.

Se bien que en otra situación, tal vez, Naty y Rosa hubiesen podido crear entre ellas un trato más cercano…

- Bueno chicas me despido – nos miro a ambas con una sonrisa.

- Hasta pronto profesora Rosa – le respondió muy cordial Naty.

- ¡Ten un buen día Rosa!

- ¡Igual ustedes, Chao!

- Gracias…

Y partió sin más; Naty, Lobo y yo subimos al auto para dirigirnos a nuestro destino, mientras que mi mente pasó el resto del día analizando algo que me había puesto en perspectiva.

 

Natalia

.

Ver a Rosa conversar con Gaby no represento para mi ningún peligro ni creó en mi celo alguno. Íbamos camino a un restaurante vegetariano cuando David nos invito a comer en su casa, por lo cual cambiamos de rumbo.

Después de almorzar y compartir un rato conversando, Gaby me llevo a mi casa, debía dejar mis pertenencias allá y cambiarme pues pasaría la noche con ella.

Me duché y prepare para esperar un poco de tiempo más a que Gaby pasara a buscarme.

Me encontraba en el living, conversando con mi hermana, cuando oímos el teléfono de la casa sonar. Mi hermana con toda su inagotable paciencia se acerco al teléfono para atender.

- ¡”Aaaló”!... ¡Mariana!, hermanita al fin te reportas – me llene de alegría al oír eso y me moví para sentarme al lado de Katy., en espera de que me dejara hablar con Mariana.

Luego de un largo… muy largo rato me permitió hacerlo…

- ¡Aló!

- ¡Naty como tenía ganas de oír tu voz! – ¡extrañaba mucho oír ese entusiasmo típico en ella!

- Mariana no pareciera – reí – tenias mucho sin comunicarte.

- Bueno eso puedo explicarlo…eh… circunstancias de la vida ya sabes – su risa invadió mi oído en el acto.

- Siii claro…

Me contó un poco sobre su vida y sus múltiples aventuras junto a nuestra prima.

- Naty en quince días esperamos estar de vuelta en Venezuela.

- ¿En serio?

- Claro hermanita, queremos estar allá para tu cumpleaños y el de Katy.

- ¡Qué bien! ¡Saben que las esperamos con ansias!

Seguimos conversando sobre una cosa y otra hasta que se tuvo que despedir y le pase a Katy para que lo hiciera de ella.

Muchos minutos se me fueron con Katy luego de la llamada, pues la emoción no nos permitía esperar y de inmediato comenzamos a planear una bienvenida para las chicas.

Gaby llego a buscarme y la incontrolable felicidad predominante en mi, hizo que sin perder tiempo le comentara sobre la llamada, ella acompañando dulcemente mi entusiasmo se ofreció a ayudarnos a organizar la bienvenida que Katy y yo ya estábamos tramando.

Continuando nuestra conversación y planificación, Gaby y yo fuimos a varios sitios, a una heladería, una plaza bastante popular y luego otra heladería (la emoción me tenia frenética por el mantecado je, je).

Después de eso dimos varias vueltas sin rumbo por la ciudad, le mostré a Gaby varios edificios que me encantan por su estructura y valor histórico en la ciudad, ¡me encantan esos diseños!, y me encanta aun más poder compartir todo con ella, mis gustos, mis ilusiones, mis temores, ¡todo!

Sería bien entrada la noche cuando al fin el cansancio nos venció y obligo a partir a casa, donde pude hallar paz en ese rinconcito, en ese lugar tan mío…

Gabriela.

 

Sentía mucha curiosidad por conocer a la hermana mayor de Naty, pues de ella tan solo he visto muy pocas fotos; según me dicen no le agradan mucho las fotografías, y en esas imágenes que he observado aparte de que esta muy niña, esta algo subida de peso, situación que por lo que Naty y Katy me han contado, ha cambiado. En fin solo aspiro llevarme bien con ella así como me la llevo bien con Katy.

Permanecí el día con mi mente muy ocupada, en buena parte gracias a la contagiable emoción para la bienvenida de mi cuñada, y en la otra parte por el peso que las palabras de Rosa hicieron caer sobre mí.

Esa noche, en especial, espere con más ansias a que Naty se durmiera en mis brazos, pues quería observarla. Sentía la particular necesidad de grabar en mi mente su rostro tranquilo, inocente y angelical.

- Seria genial tenerla aquí cada noche, poder cuidarla y asegurarme de amarla hasta en el más mínimo segundo – pensé, sintiendo mí corazón latir con fuerza y vigor…

La mañana siguiente me tomo por sorpresa pues me hallaba aun despierta, observándola, sintiéndola conmigo, pensando… un movimiento leve de su anatomía me aviso que ya estaba despertando; me moví un poco para poder, con mis labios, sentir su mejilla y regalarle tiernos besos que le pertenecen.

Una bella sonrisa se dibujo en sus labios iluminando mi vida, mostrándome que no necesito pensar más nada, esos pensamientos tienen una respuesta propia y única. Bese sus labios, incansablemente y sin intenciones de separarme de ellos…

¡Se ve simplemente hermosa, bella con tan solo mi sweater cubriéndola, la imagen de sus piernas descubiertas tiene a mi vista perfectamente seducida!

Tomamos asiento en el sofá de mi casa; la cobije en mis brazos, ella recargo su cabeza sobre mi hombro y coloco sus pies sobre el sofá.

…trataba de convencerla de que aun no se alistara para yo llevarla a su casa, pues deseaba tenerla más tiempo conmigo.

- ¡Gaby, amo estar así contigo, amanecer a tu lado! – los latidos de mi órgano vital, en ese momento y sin permiso, delataron los sentimientos de mi corazón.

Sin previo aviso, sentí llegar el momento indicado.

Natalia.

 

La seguridad de sus brazos me cobijaba y la melodía de su dulce voz se colaba por mi oído… me pegue mas a ella al decirle lo que sentía al estar así, a su lado.

- ¡Y podría ser así siempre! – me aseguro con tono muy suave. Guarde silencio por un instante – Naty…se bien que tus padres aun no saben lo nuestro pero en un futuro me gustaría formalizar nuestra relación, claro que con esto no busco presionarte, – me moví para quedar a su frente y ver sus ojos, me encantaba el rumbo que tenían sus palabras – lo que quiero decir es que me gustaría, mejor dicho, ¡me encantaría vivir contigo!, despertar a tu lado cada mañana seria simplemente fantástico – la sorpresa invadió mi rostro mientras la alegría y a la vez ansia recorría todo mi cuerpo, seguí en silencio fijándome en su bella sonrisa y en la inquietud de su mirar, que se turnaba entre ver mi rostro, mis ojos fijamente por un segundo y ver mis manos q se hallaban entre las suyas.

Sostuvo silencio acariciando mis manos provocándome un cosquilleo especial gracias a su propuesta a largo plazo, algo que no me esperaba pero que me encanta.

- Naty a lo que me refiero es que, las puertas de mi casa siempre estarán abiertas para ti, ¡siempre! Y pues cuando tú lo decidas eres libre de venir a vivir conmigo. Me haces muy feliz y yo quiero hacerte muy feliz…

- ¡Gaby, tú me das muchísima felicidad y lo sabes! – intervine igualando su sonrisa, se acerco a besarme con suavidad y delicadeza.

- ¡Estoy lista para dar el siguiente paso siempre y cuando sea contigo! – susurro despacio.

El tiempo se detuvo mientras mis labios hallaban en los suyos la mejor muestra de mi amor por ella. Un segundo se convirtió en ternura gracias al roce de su nariz con la mía y gracias a ese amor nuestro que dominaba el ambiente.

- ¡Gaby me fascina la idea, es algo que debo planear pero me encanta!

- Sabes que no hay prisa todo será a la medida de tiempo que a ti te sea posible Naty.

- Gracias Gaby por siempre entenderme – un beso fugaz detuvo mi frase – si en mis manos estuviese créeme que ya estuviese trayendo todo para quedarme a vivir contigo – sostuve su mejilla en mi mano mientras la observaba fijamente – ¡te amo Gaby!

- ¡Y yo a ti!...

Me quede casi toda la mañana allí conversando con ella, platicando sobre la mejor opción u oportunidad que tenia para hablar con mis padres. Gaby me insistía en que no era necesario apresurarse pero mi necesidad de no tener que esconderme era cada día aun mayor.

Así que lo había decidido, a la primera que me fuese posible tomaría el riesgo y hablaría sobre mi sexualidad con mis padres, sintiendo el total y completo apoyo de Gaby me será un poco más fácil hacerlo…

Gaby me dejo en mi casa. Al entrar y luego de saludar, le pregunté a mi nana por el paradero de mi madre.

- Señorita Natalia ella salió temprano en la mañana, pero me dejo un recado antes de irse; quiere hablarle, dice que espera almorzar con usted al medio día.

- Ok nana, está bien, gracias – bese su frente -  ¡por favor tutéame! – le pedí por enésima vez, ya en camino a mi habitación, solo sonrió sin decirme nada.

Mi hermana había salido con sus amigos, por lo cual me mantuve sola en mi habitación, pensando en que quería hablar conmigo mi madre. No sé porque pero tenía un fuerte presentimiento de que eso tenía que ver con mi estado sentimental.

Luego de un rato no resistí la tentación y partí a mi antiguo refugio en el jardín.

Me mantuve en contacto con Gaby por medio de mensajes de texto pero no le comente que mi madre deseaba hablar conmigo pues esperaba a que la conversación ocurriese para ahí si contarle de lleno a Gaby, con lujos y detalles.

El tiempo se me fue en divagar e imaginar cómo sería vivir con Gaby, ¡seria lo máximo!

- ¡Natalia! – La voz de mi madre me saco de manera drástica de mis pensamientos – ¿hija en que piensas? ¡Llevo rato llamándote y no me prestas atención!

- Disculpa mamá – dije levantándome de la banca - estaba pensando…

Suspendí la frase sin dar mayores explicaciones.

- Mmmm – ese sonido materno que no denota mucha aprobación - ¡sígueme!

Asentí y la seguí camino a la casa. La mesa ya estaba servida con el almuerzo, solo para la dos, cosa que me confirmaba que me esperaba un interrogatorio.

No alcanzamos a probar bocado cuando su mirada ya trataba de intimidar la mía y se disponía a hablar.

- Natalia he conversado con tu padre y estuvimos pensando en tus constantes noches fuera de la casa, no es secreto para nadie que estas enamorada, en una relación, eso se nota a kilómetros – me quede callada – lo que nos preocupa es que sientas la necesidad de engañarnos diciéndonos que estas en casa de tu amiga… Gabriela

- No los engaño – me apresure en defenderme, su rostro se irrito de inmediato.

- No me interrumpas Natalia, ya tendrás tu momento de argumentar – asentí – lo preocupante de la situación es que según nuestros cálculos ya van meses desde que estas saliendo con ese hombre – mi garganta se seco al oír “hombre”, ¡esto es más difícil de lo que creí! –y no nos has dicho quien es, de que familia viene, no lo has traído para que dé la cara por ti. ¿Cómo saber que no es un delincuente o alguien que no merezca estar a tu lado? ¿Por qué lo ocultas?

- Primero que todo no les he mentido, si me quedo en casa de Gaby. – Hice una pausa dejando que nuestras miradas se enfrentaran por unos segundos para luego no aguantar y evadirla - Si estoy saliendo con alguien pero no lo estoy ocultando, estoy siendo discreta pero no por las razones que ustedes están pensando.

- ¿Por qué no hemos conocido a esa amiga tuya? – su mirada me gritaba que no me creía lo que le estaba diciendo.

- Ha venido muchas veces, Katy la conoce y ha salido con nosotras, pero siempre que viene ustedes no están acá.

- ¿Con quién estas saliendo? ¿Es de nuestro círculo de amistades?

- No es de tu círculo de amistades, es alguien diferente, - su rostro no se mostro complacido - pero mamá te aseguro que es una persona seria y honrada, una persona maravillosa - ¡por el modo en el que me expreso pudiese deducir que no me refiero a ningún hombre!

- Tú puedes verlo como lo mejor del mundo pero queremos conocerlo.

- Mamá es que…

El timbre de su celular nos interrumpió. Se levanto a atender y mis nervios subieron un millón de peldaños más. Yo sabía que este interrogatorio me esperaba pero no justamente el mismo día que Gaby me propuso vivir con ella.

El tono de voz de mi mama subió un par de octavas y comenzó a discutir. Aguarde unos minutos hasta que colgó.

- Lo siento Natalia, surgió un problema, debo irme. Pero esta conversación no ha terminado.

Afirmo con tono severo y partió a paso veloz.

En cuanto me fue posible le conté a mi hermana sobre lo sucedido, apoyaba mi intención de decir la verdad ya de una buena vez. Lo había decidido ya, hablaría con ella sobre mi relación con Gaby con la mayor prontitud que esté a mi alcance, ¡no quiero ocultarme más!...