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Causalidad (6)

en Lésbicos

Como lo prometí aquí esta la continuación. Besos y muchas gracias por todo. Espero les guste.

 

Causalidad (6)

 

Natalia.

 

5:30am. El sonido del despertador me saca de mi mala noche. Lo golpee un poco hasta lograr silenciarlo es que solo funciona con un poco de violencia. Pasan diez minutos sin que reciba respuesta de mi cuerpo, no me muevo, no tengo ánimos de hacerlo.

Veinte minutos mas y dos leves “noc - noc” se hacen presentes en mi puerta.

- Pase.

Mi “Nana”

- Vamos señorita Natalia, ¡levántese!

- ¡No quiero Nana Josefa!

- ¿Por qué mi niña? ¡Debe levantarse e ir a clases! – como niña malcriada ante su divina y ya acostumbrada ternura lo que hice fue esconderme bajo las sabanas que me cubrían.

- ¿Se siente mal señorita Natalia?

- Nana llevo toda una vida pidiéndote que me tutees, ¡dime Natalia! – le dije aun escondida bajo las sabanas.

- Esta bien ¿Señorita Natalia que tiene? – me descubrí el rostro para mirarla con una ceja enarcada, diciendo “¿Qué te acabo de decir?”. Me sonríe con simpatía mirándome a los ojos; sentí unas ganas inmensas de cubrirme de nuevo.

- Traes penas del corazón ¿verdad mi niña? – comento acertadamente tomando asiento a mi lado. Hice un puchero y un fallido intento por esconderme de nuevo. Su mano atajo la sabana evitando que me cubriera - ¿qué sucede? – el hecho de que me hay criado no le da derecho a conocerme tan bien o ¿sí?

- Nada, nada – dije nerviosa, sabiendo muy bien que no se la creería tan fácil.

- ¡No me engañas! - ¬¬

- Es que tengo miedo de lo que estoy sintiendo Nana, me da miedo porque desconozco totalmente esto – a cada segundo que pasaba no dejaba de preguntarme porque sentí esos… esos celos anoche. Gabriela es mi amiga, solo eso yo no puedo estar sintiéndome así por ella.

- Mi niña Natalia, en momentos de confusión debe buscar la claridad y no debe buscarla desesperadamente ¡No! – Hizo un gesto de negación suave con un gesto de su dedo índice – debe encontrarla con calma, solo debes sentarte en silencio y hablar contigo misma, preguntarte si lo que estas sintiendo por ese muchacho es amor o simplemente gusto - ¡tan bien que iba el concejo! Si mi Nana supiera que mi confusión es por Gaby ¿Qué diría? ¿Me seguiría queriendo? – solo piénselo mi niña y trate de tomárselo con calma.

Acaricio mi cuerpo por encima de las sabanas suavemente, me miró con ternura antes de levantarse y retirarse dejándome con la mirada perdida en ningún lugar.

Debía ir a clases, debía estudiar pero no quería moverme. La noche que tuve fue demasiado mala y en medio de tanta confusión dará lo mismo si voy a clases o no.

Me levante como a las diez de la mañana, baje a la cocina para encontrarme con mi hermanita.

Tome asiento en la mesa para tomar mi desayuno. Indecisa miraba el plato; jugando con cada bocado antes de introducirlo en mi boca. Mi Nana y Katy me miraban penetrantemente, analizando mi inusual comportamiento. Siempre suelo comer a mucha velocidad apresurada por asistir a clases, a las cuales tan solo he faltado un par de veces por causas ajenas a mi control como visitas al médico de la familia para los chequeos obligatorios de mi madre o para asistir de emergencia a la compañía de mi padre para cumplir algún capricho suyo.

Las ignore y continúe con mis movimientos erróneos sobre el plato.

 Pase todo el día en pijamas, encerrada en mi habitación. Mi Nana atendió varias llamadas de Gabriela, las cuales evadí fingiendo estar dormida, es que me avergonzaba hablarle a Gaby. Me pediría explicaciones y ¿qué le diré? ¡Si ni siquiera yo estoy clara de mis problemas!

Otra mala noche se agrego a mi historial la mañana siguiente me desperté boca abajo sobre mi cama con el brazo derecho muy mal posicionado. Me dolió cada musculo del cuerpo cuando me levante y me estire.

Siendo sábado no tenía nada que hacer aunque debería llamar a alguna compañera de la uni para que me preste los apuntes de ayer. Naaa, hoy tampoco tengo ánimos de nada, mucho menos de estudiar.

Por la tarde baje al jardín para sentarme sobre un pequeño banco que colocaron por mí entre los arbustos. Siempre que tenía problemas o estaba estresada venia a sentarme aquí, y un buen día mi madre decidió colocar el banco porque le exasperaba verme sentada sobre la grama.

Dedicada a sentir la fresca brisa golpear mi cuerpo, en sentir los rayos del sol iluminar mi rostro. La imagen de su sonrisa venia a mi mente y tontamente yo reaccionaba sonriendo.

De pronto no sé qué sucedió, de pronto ya no sé nada. Solo puedo ser consciente de que la extraño, de que la quiero y la necesito en mi vida pero tengo miedo, mucho miedo de que esto sea lo que creo que es…

Seguía sentada allí, concentrada en hallarme a mí misma, en saber lo que quiero.

- ¡Te habías tardado! – afirmo mi hermana refiriéndose al tiempo que llevaba sin sentarme aquí, supongo. Le sonreí – Gaby volvió a llamar – me informo. Agache la mirada pues la Nana le había mentido de nuevo. Un gesto de malestar apareció en mi rostro.

- ¿Por qué no quieres hablarle? – me pregunto tomando asiento a mi lado.

- No es que no quiera, es que ¡no puedo! – me miro confusa.

- ¿Acaso te han comido la lengua los ratones? ¡Claro que puedes! – La mire con profundidad haciéndole saber que no era el momento para sus malas bromas - ¿Qué ha sucedido?

- Nada

- Es más que obvio que algo está sucediendo, no ofendas mi inteligencia – guarde silencio ante su argumento certero, es ciertamente obvio que algo conmigo anda mal.

Desde que me volví amiga de Gaby se me hacía imposible no contestar una de sus llamadas o llamarla yo, no importaba que tan ocupada estuviese ella siempre era mi prioridad y lo sigue siendo solo que ahora tengo miedo de lo que dicha prioridad representa.

- ¿Discutieron?

- No Katy, es en serio todo está bien.

Un par de minutos en silencio, en los que mis pies jugaban a mover un poco la tierra del suelo mientras yo los miraba y sentía la mirada de mi hermana enfocarse en mi rostro, indagando…

- ¿Te enamoraste de ella? – inquirió sin titubear. Voltee a mirarla en el acto, su mirada llena de afecto encontró la mía sorprendida.

- Claro que no Katy ¿Qué dices? – dije con tono natural tratando de hacerla ver que estaba equivocada pero pensaba ¿y sí tiene razón?

Sigo sin explicarme mi reacción en el bar ¿Por qué me tiene que dar celos? No me voy a caer a mentiras esos eran celos pero es culpa de la pelirroja esa, ¿Cómo tiene el descaro de regalársele frente a mi?

- No te había visto esa cara de consternación nunca en la vida, bueno si sacabas malas calificaciones era algo parecido a esto pero no con esta intensidad - ¿acaso me llamo “nerd”? ¬¬. La mire algo irritada pero de inmediato ambas sonreímos divertidamente – pero ese rostro de ahora expresa algo diferente Natalia, es una pena y una confusión más profunda – manifiesto con suavidad y cierto tono de seriedad – y como he notado que no has visto a Gaby ni le has hablado por el teléfono supongo que es por ella – coloco una sonrisa de satisfacción por la organización de sus conclusiones. ¡Qué analítica resulto ser mi hermana pues!

- ¡Estas equivocada! – otro momento de silencio se hizo presente, su mirada clavada en mi comenzaba a ponerme nerviosa.

- ¿De ese modo logras engañarte a ti misma?

- ¿Qué?

- ¿Qué si de ese modo logras engañarte a ti misma? ¡Pensando que todo es una equivocación! ¡No tienes por qué temerle a lo que estas sintiendo! Si permites que se desarrolle libremente puede resultar algo muy hermoso – intente protestar y me detuvo de inmediato – no te voy a pedir que me cuentes que ha pasado, solo te digo una cosa Natalia; analiza la situación sin prejuicios mira bien dentro de ti, y si es ella a quien tu quieres, ¡ten el valor de ser feliz!

Me quede sin palabras ente el – debo decir - genial concejo de mi hermanita.

Me abrazo con fuerza y se fue.

Analizar sin prejuicios; siendo total y completamente objetiva.

Gabriela significa muchas cosas para mi, mi primera amistad sincera, la primera persona con la cual tengo esta conexión tan especial y sublime. Con ella puedo conversar largas horas sobre temas diversos sin cansarme o aburrirme. Me encanta su punto de vista un poco ambiguo, siempre anda viéndole los dos lados a la moneda. Su seguridad y la protección que me ha brindado ha sido simplemente excepcional. Sonreí a solas sentada en mi banco.

Puedo asegurar que las sonrisas más sinceras que han expresado mis labios han sido provocadas por ella y mis momentos más felices han sido a su lado.

Me levante del banco para ir a llamarla. No es justo tenerla preocupada, no cometeré la inmadurez de alejarme de su lado.

Al segundo repique atendió la llamada.

- ¡Naty!

- ¡Gaby! - ¡que feliz me hacia escuchar su voz!

- Natalia al fin me hablas, ¡me tenias preocupada!

- Si lo sé, lo siento. ¡Es que estuve indispuesta pero ya!

- ¿Estás bien?

- Si Gaby, tranquila. ¿Qué harás en un rato a eso de las 6pm?

- Nada

- ¿Vamos al cine? ¡Yo invito!

- Perfecto. Te paso buscando en una hora ¿sí?

- Ok te espero, bye.

- Oye Naty…

- Diiime

- Te quiero – sonreí inconteniblemente y mi alma se reventó de la felicidad. Gaby es algo cerrada en la expresión de sentimientos pero oírla decirlo, no importa que tan bajo haya sido su susurro, no tiene comparación.

- Y yo a ti Gaby. Lo sabes. Te quiero. Nos vemos al rato.

- Ok, chao.

Colgué emocionada y fui corriendo a la ducha para alistarme.

Salí de la ducha y me dirigí al closet, allí me estuve observando y observando. Luego como toda mujer me probé varias prendas antes de decidirme por alguna.

Puntual como siempre llego Gaby.

Mis padres no se encontraban para variar, nunca han visto a Gaby y eso que ha venido varias veces a mi casa.

Katy recibió a Gaby. Baje y las encontré conversando en la sala. Imposible fue evitar sonreír al verla, allí estaba sencilla como siempre. Su jean desajustado, un suéter cubriéndola, su cabello liso… ¡Bellísima!

Me acerque a ella, se levanto de su asiento y me acogió en sus brazos. Esta sensación de calor, de cariño y de protección solo ella la provee.

Nos despedimos de mi hermana quien nos miraba con cierta fascinación, y partimos al cine.

 Estuvimos discutiendo un poco pero a la final nos decidimos por ver “Saw VI”.

Gaby me dejo un par de minutos para ir a comprar unas palomitas y los refrescos.

En poco tiempo la vi regresar hasta mi posición. Haciendo uso de su agilidad lograba traer entre sus manos todas las cosas.

En esos instantes que se acortaba la distancia entre nosotras me di cuenta de que ya no tengo escapatoria, que el brillo de su sonrisa me cautiva, que la dulzura de sus ojos me deja sin aliento. Si me gusta Gabriela y… y creo que estoy enamorada de ella.

¿Ahora como confronto esta situación?

Gabriela.

 

Segundo día sin saber de ella y sin saber qué hacer. ¡Diablos! Esta sensación de estar acorralada no se aleja de mí. No atiende mis llamadas y si muestro un poco más mi desesperación corro el riesgo de que se dé cuenta de lo que pasa; eso si es que ya no se dio cuenta y por eso se alejo de mí.

Estaba en el taller dando vueltas de un lado a otro, en espera de una señal de ella. Mis movimientos impacientes tenían totalmente exasperado a David, quien a esta altura del partido ya debe imaginarse lo que sucede. Este comportamiento en mi no es normal. Yo no me desespero por una chica, jamás. Pero ella no es solo una chica es ¡ELLA! Arghh.

Estaba tomando entre mis manos las llaves de la moto para ir hasta su casa cuando oigo mi celular. El tono de una llamada – es Naty – atiendo de inmediato.

Su voz, su voz lo es todo. Logro sacarme de mi estado de ansiedad con tan solo un segundo de asegurarme que todo se encontraba bien.

Me costó decirlo pero ¡lo hice! ¡Le dije que la quiero! ¡Cómo necesitaba decírselo! ¡Espero jamás lo olvide!

Sostuve mi celular entre mis manos, esbozando una sonrisa, girándome para encontrarme con la mirada “traumada” de David.

- ¿Qué paso ahí? – Me miraba atónito - ¡Tu diciéndole a alguien que la quieres! Creí que no iba a vivir lo suficiente para oír eso – término diciendo con tono jocoso.

- J-a, j-a, j-a. ¡Imbécil! – exclame irritada en tono de gruñido advirtiéndole que si continuaba me temía iba a tener que golpearlo gravemente.

- ¡Tranquila! – dijo serio, yo ya me alejaba dándole la espalda. Debía ir a cambiarme para verme con Naty – aun no se me pasa el morado de la salidita del cine. ¡No te molesto más! – Sonreí satisfecha, me alegra que no se le olvide que mis golpes duelen - ¡Ni te diré cuan enamorada de Naty estas! – me voltee de golpe para ir a su posición y asesinarlo. Pero al girarme no lo vi por ningún lado.

- ¡COBARDE! –grite hacia el interior del taller.

Por eso ahora me voy en la Explorer con las llaves de su moto en mi poder – eso le enseñara -. Sonreí.

- ¿Qué sucede hija? – salió mi padre, recobre compostura pronto.

- Nada papá debo irme, tengo una cita… digo una salida con Naty.

- ¡Torpe! - Alcance a oír la voz de David  acompañada de su risa desde el fondo. Ya veremos si se ríe cuando no encuentre las llaves de la moto.

Bese la frente de mi padre y partí.

Me cambie y partí a su casa a buscarla. Katy me recibió, cruzamos un par de palabras sobre lo aburrido de la escuela, es una niña muy agradable.

Oí un leve taconeo en el piso y sabía que era ella. Totalmente entusiasmada voltee a verla, perfecta y hermosa como siempre.

La imagen de su rostro se lleva lejos muy lejos de mi el aliento y no me interesa recuperarlo, tan solo verla alimenta mi alma. Esa sonrisa cálida y llena de algo de pena me mata.

Es el más bello de los ángeles que hay sobre la tierra. Ese jean ajustado resalta su silueta volviéndola aun más llamativa, con tan solo esa franelilla ya luce excepcionalmente perfecta.

Me fascina ese poco de maquillaje que usa, es solo un poco y es que no lo necesita a cantidad, su naturaleza es ser bella.

…Entramos a la sala de cine, tanto discutí hasta que la convencí de que viéramos “Saw VI”

La película marchaba excelente como era de esperarse.

Estaba muerta de la risa y es que Natalia en cada escena sangrienta escondía su rostro en mi brazo, cubriéndose con la manga de mi suéter. Le repugnaba ver las dolorosas muertes y pues a mí me divertía verla así XP.

Pase mi brazo atrás de su espalda para abrazarla, recostó su cabeza sobre el y comenzó a estar un poco más tranquila con la movie.

En uno de los momentos más tensos de la película, una escena de esas en las cuales no te esperabas que sucediera lo que sucede, esas escenas que te hacen dar un pequeño brinco por el sobre salto de la sorpresa. Natalia como era de esperarse reacciono de ese modo dando un pequeño brinco, apretando con su mano derecha mi muslo. En ese momento me halle rogándole al cielo que permitieran sus manos me acariciaran; así fuese del modo más inocente pero por otro lado pedía no lo permitieran porque mis ganas de besarla me dominarían.

En dicha escena y con dicho susto vimos a un caballero alto y fornido que yacía sentado al frente de nosotras dar un salto que pudiera decirse estremeció la sala de cine, hasta lanzo un par de palomitas por los aires. Ni el público ni nosotras pudimos evitar reírnos, de hecho el chico también reía

Natalia se acerco aun más a mí.

- ¡Al menos no soy la más aterrada en el sala! – afirmo con alivio en un susurro cómplice de la seducción natural de su voz de ángel, su aliento recorriendo suavemente mi cuello, su mano aun fija en mi muslo, su cabeza volviendo a recostarse sobre mi brazo. Uní mi mirada con la de ella dándome cuenta de que no tenia defensas contra eso, no sabía qué hacer con esa sensación que llenaba mi corazón de ternura, que lo hacía latir.

Acaricie su cabello llevándolo hacia atrás de su oreja como ya era de mi costumbre a hacerlo. Luego recorrí con mis dedos sus mejillas.

¡Una sola oportunidad es lo que necesito! Una oportunidad de demostrarle que puedo brindarle más amor del que cualquier hombre es capaz de poseer, que puedo protegerla mejor que cualquiera.

Me acerque para darle un beso en sus cabellos para saciar así estas ganas que me consumen, estas ganas de besarla con ternura y lentitud, de que mis labios conozcan los suyos y no se atrevan a separarse jamás.

Y hasta ese momento llego la película para mí, no me importo mas prestarle atención ¡¿para qué ver la pantalla, si puedo observar a Natalia?!

Me perdí en cada uno de sus gestos, su mirada de sorpresa, susto, expectación, su rostro lleno de repulsión por lo que ve. Todo de ella me gusta y me atrae ¿Qué puedo hacer? ¿Cómo luchar contra esto?

El tiempo pasó sin que yo lo midiera, sin que lo sintiera. Sature mí mirada con su imagen, tratando de disimular a momentos que miraba la pantalla, fingiendo prestar atención.

Su mirada penetro la mía; llenándola de ese “no sé qué” que la suya posee. Las luces del cine se encendieron la película término, la gente partía pero yo no podía apartar mi mirada de la suya.

- ¿Te gusto la película? – inquirió llena de curiosidad aun mirándome, sonreí cómplice de mi secreto de solo haberla admirado a ella.

- ¡Me encanto! Y ¿a ti?

- Mmm, ¡digamos que si! – sonreí con picardía, perdiéndome en la preciosa vista de sus labios, los cuales son perfectos, carnositos y tienen ese rojo natural que los hace total y completamente irresistibles. Tuve que apartar mi mirada drásticamente de su rostro, no puedo soportar verla así. ¡Este sentimiento me ha ganado!

Le sonreí antes de levantarme.

Salimos de la sala de cine, botamos en la basura los envases de refresco y las palomitas y partimos a la feria de comida.

La pasamos excelente como de costumbre pero se me hacía imposible distraerme de ella. Había cientos de mujeres hermosas que si me lo propusiera podría, tal vez, tener a mi disposición pero ya no me interesan. Solo la quiero a ella y eso realmente me asusta.

Los días pasaron, la sensación se ha ido intensificando y mi control, mi control falla por momentos en que me siento muy débil y solo deseo rendirme ante ella y confesarle el remolino de emociones que provoca en mí. Quisiera poder cohibirme de tocarla, abrazarla pero ¿Cómo? Eso se me hace imposible, tan solo un inocente roce de nuestras pieles eso es lo que necesito para poder sentir que respiro y no he muerto…