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Cuando te recuerdo 3

en Lésbicos

-y tú, donde dormirás?_ dijo me avisas, eso me hizo suponer que no estaríamos en la misma habitación.

Hilial: en el cuarto de al frente.

-no puedo permitir eso, está es tu habitación.

Hilial: nuestra habitación!!_ parecía exaltada, miro a un lado y respiro profundo_ te sentirás más cómoda aquí.

-de ninguna manera, por favor es la única forma en la que me sienta mejor.

No quiso discutir y acepto mi petición, acomodo el cuarto, se despidió con un buenas noches mostrando una pequeña sonrisa, me deje caer en la cama y cerré los ojos esperando que todo esto sea una pesadilla y pronto me quede dormida.

CUANDO TE RECUERDO 3

Por la mañana la luz caía sobre mí, me cubrí con  la sabana, decidí levantarme casi no había dormido, era incomodo no poder moverse tanto por el dolor que causaba, baje por las escaleras y al escuchar unos ruidos me asuste, aún no me acostumbro a la casa, al acercarme a la cocina veo a Hilial.

Hilial: pasa, ya está servido el desayuno.

-como supiste que estaba aquí?.

Hilial: reconocería tus pasos y tu esencia donde fuera_ esbozo una sonrisa y señalo la mesa.

-mi esencia?_ me senté.

Hilial: todas las personas tenemos nuestra esencia que nos caracteriza, ese olor único.

-y cómo puedes distinguirlo?

Hilial: te conozco, y como artista  debo desarrollar mis sentidos.

-pintas?_ dije poniendo la primera cucharada de natilla en mi boca.

Hilial: si, en realidad hago muchas cosas, pero mi especialidad es la música_ solo miraba su plato.

-tocas o cantas?

Hilial: toco el violín en la sinfónica y doy clases en la cuela de música.

-y hoy no das clases?

Hilial: dentro de una hora, solo será una clase y regreso rápido, no quiero dejarte sola.

-tranquila estaré bien.

No supe que mas preguntar, y el resto del desayuno estuvimos en silencio, antes que se vaya me dejo su número exigiendo que cualquier cosa la llamara, se le veía preocupada, quise conocer la casa que era bastante grande para solo dos personas, en la sala había muchas fotos de ambas en distintos lugares, machupicchu, colca, amazonas, Trujillo, el baño de los incas e incluso en parís, al parecer viajábamos con frecuencia en ellas sonreíamos mientras ella posaba abrasándome o dándome de besos en la mejilla, los muebles eran blancos con cojines rojos  igual que las paredes con algunos tonos y diseños, una mesita de centro, al final de la sala una pared que la separaba de la cocina y la escalera al lado izquierdo, la cocina era hermosa con repisas de caoba puro, y la barra de mármol, habían corredizas que daban al patio verde por el pasto y la piscina que se encontraba afuera,  habían varios cuartos, la principal que daba la vista a la calle, alumbrándola por completo, dos habitaciones de visitas en una de ellas me encontraba yo, una vacía, y otra completamente implementada de instrumentos musicales, una biblioteca y una sala de juegos, por lo visto vivía bien, me bañe y vestí sufriendo intentando no mojar el yeso, en la biblioteca busque algo que me interesara para leer, me llamo la atención un libro enmarcado en lo alto del estante, debía de ser importante para que este en un lugar así y conservado de esa manera, en el cuarto de música pareciera más bien un estudio profesional, en la pared colgaba algunos cuadros y medallas de reconocimiento para Hilial, debía ser buena violinista, el tiempo paso  volando y cuando menos me di cuenta Hilial había vuelto a la casa.

Hilial: perdón por la demora, como te sientes?

-bien gracias, estuve viendo la casa tú la decoraste verdad?

Hilial: si, tú me ayudaste.

-yo?.

Hilial: bueno a pintarla, yo escogí los colores y el modelo.

-me lo imaginaba.

Ella preparo el almuerzo y como en el desayuno no hablamos mucho, por la tarde mientras leía en la sala, ella se sentó  a mi lado a una cierta distancia.

Hilial: estuve pensando y que te parece si hacemos un juego para conocernos mejor.

-claro, pero me supongo que tu sabes mas de mí que yo de ti.

Hilial: lose, pero sería una forma de que sepas las cosas que pasaron en este tiempo que no recuerdas, y conocería a la Leila de hace cinco años.

-está bien, y como seria el juego.

Hilial: preguntas y respuestas, tu preguntas yo respondo, yo pregunto tu respondes.

-bien tu primero.

Hilial: mmm color favorito?

-lila, como nos conocimos?.

Hilial: en una biblioteca, había ido a buscar un libro de arte moderno y como estaba muy arriba tuve que tomar una escalera, al sacarlo el libro se resbalo y cayó en tu cabeza, me asuste mucho cuando caíste al suelo.

-me noqueaste?

 Hilial: no te desmallaste,  pero lo que me dijiste fue gracioso.

-que dije?

Hilial: estoy muerta? … que de bueno hice para llegar al cielo y ver ángeles.

-enserio? Sí que me di duro en la cabeza.

Hilial: cuando te sentiste mejor, fuimos a tomar un café y nos quedamos horas conversando, hablamos de mil cosas y ni siquiera sabía tu nombre, las siguientes semanas nos encontrábamos en  la biblioteca a la misma hora.

-y en qué momento te dije quien era?

Hilial: sabía quién eras, lo que no sabía era tu nombre, no lo supe hasta que me pediste que sea tu novia.

Hablamos hasta que nos gano la noche, era fácil dialogar con ella aunque por momentos pareciera entristecer, pero su sonrisa recordando cada detalle o sorpresa que le daba borraba por un instante el dilema en el que nos encontrábamos, me hablo de su carrera le gustaba el arte en general, la opera, el ballet, la pintura, la poesía y las letras; por lo que me di cuenta era sensible y tomaba muy en cuenta los detalles, manera que según me conto logre conquistarla; cuando nos gano el sueño me despedí y cada una fue a sus respectivas habitaciones.