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Cuando te recuerdo 12 (final)

en Lésbicos

disculpen por la demora, las clases no me ha dejado ni un poquito de tiempo, pero por fin aqui esta el gran Final, espero sea lo que ustedes esperaban, y agradeceria sus comentarios, esta pequeño relato va dedicado a una persona quien fue muy especial en mi vida y aunque ya no este a mi lado, llevo conmigo bonitos recuerdos, y desde el fondo de mi corazon deseo que seas muy feliz, cualquier duda o pregunta no duden en hacerla, me despido ... cuidence :)

CUANDO TE RECUERDO 12

Un sudor frío corría por mi frente, mil y una respuestas cruzaban por mi mente, sin embargo no podía decía nada, mentir era una opción tentadora pero dentro de mi sabía que no era lo correcto, sin embargo si le decía la verdad le rompería el corazón, entonces me encontré en el gran dilema de la mayoría “una respuesta que quiere escuchar pero que es mentira, o una verdad que no quiere oír”.

Hilial: respóndeme Leila!!!_ sus gritos se podían oír en toda la sala, mientras yo estaba parada con una sola respuesta en mi boca, no quería cometer más errores y acepte lo que el destino me tenía preparado.

-sí, pero eso fue.._ Una bofetada fue quien me cayó por completo.

Hilial: cómo pudiste, ya no más, esto es lo último.

-déjame explicarte.

Hilial: que quieres explicar cómo te acostabas con ella mientras yo sufría por ti.

-por favor amor déjame…_ intente acercarme y tomarle de la mano.

Hilial: no me toques, vete Leila, vete por favor.

-escúchame_ de pronto Hilial pierde el equilibrio y por casi cae al suelo, apenas y pudo cogerse del sofá._ Hilial, estas bien?.

Hilial: me siento mareada.

-siéntate.

Hilial: me duele el vientre, mi bebe.

-tranquila, con cuidado, llamare a una ambulancia.

Los paramédicos no tardaron en llegar, estaba muy asustada.

Hilial: llama a mi tía.

Al llegar ya había llamado a toda la familia, no me dejaron entrar a la sala de urgencias, espere por un rato hasta que salió una enfermera para pedirme los datos de mi esposa.

Catalina: dónde está mi hija? Que paso?.

-yo.. ella.._ fui interrumpida por un doctor quien me pidió  la autorización para intervenirla quirúrgicamente.

-que? Porque doctor, que ocurre?.

Doctor: tuvo una complicación con el embarazo y es urgente que la operemos ahora mismo, no podemos perder tiempo.

Firme los documentos y  en ellos mi condena, mi familia comenzó a llegar, y junto a ellos miles de preguntas que no pude contestar, solo rogaba que no les pasara nada,  luego de un tiempo que me pareció años sale el doctor, por sus gesto no eran buenas noticias.

-doctor como esta mi esposa?

Doctor: ella está estable, pero no pudimos hacer nada por él bebe, lo lamento.

Caí sobre la silla, y llore, llore como hace mucho no lo hacía, llore porque sabía que era mi culpa, llore porque ella no me perdonaría, llore porque aunque no lo conocía lo amaba había pasado noches enteras imaginando sus manitas entre las mías, su sonrisa y preguntándome  a quien se parecería, llevarlo a pasear por el parque, incluso tuve miedo de no saber responder a  sus preguntas, sus cumpleaños, la universidad, el día que se case, eso se desbarato en un instante, escuche como Catalina hablaba con el doctor y este le decía que  teníamos que esperar a que despierte para poder verla, me levante de la silla y camine sin saber a dónde, llegue a una capilla que se encontraba dentro del hospital, mis lágrimas fluían sin parar de pronto siento un abrazo, aquellos que toda niña necesita, de esos que solo los padres te pueden dar, mi papá, quien me había seguido se encontraba a mi lado no menciono palabra alguna, cuando pude calmarme regresamos a la sala de espera, donde el ambiente era tenso, pasada varias horas salió una licenciada quien llevaba un tablero entre sus manos.

Licenciada: buenas días, familiares de la paciente Hilial?_ todos nos acercamos_ woo veo que son varios pero, quien es Catalina  More?.

Catalina: dígame, como esta mi hija?.

Licencia: ella quiere verla, por favor que sea breve necesita descansar, ella despertó pero tuvimos que ponerle un calmante pero ahora está mejor, si no fuera porque insistió demasiado no entraría.

Catalina: lo entiendo, gracias.

Julie: que raro porque no pidió verte a ti?

-ahora lo que más necesita es una madre.

Julie: tranquila manona.

Después de un rato veo regresar a Catalina quien se acercaba con pasos acelerados, de inmediato me levante de mi asiento, esperando ingenuamente que tal vez Hilial hubiera pedido verme, sin embargo dos bofetadas fueron mis respuestas.

Catalina: cómo pudiste engañarla?, ella solo te dio su amor y a cambio tú le robaste la mayor ilusión de su vida, sabias que ella deseaba tener a ese bebe, ella no quiere verte ni yo tampoco, y si te interesa él bebe era varón, pero ahora eso ya no importa.

Julie: que sucede?

-Catalina tiene razón, merezco eso y mucho más, cometí un error, pero las cosas no son como ella cree, eso sucedió antes que yo me enterara de que Hilial estaba embarazada, cuando no la amaba, cuando aún me aferraba a lo que recordaba de mi vida, sé que no es justificación pero te juro que solo ocurrió una vez.

Catalina: la engañaste con esa tipa, que se metió contigo sabiendo que estabas casada, quien tuvo la conchudes de buscarte luego de lo que te hizo, pero una cosa si se, y es que Hilial no va escucharte, y si realmente la aprecias la dejaras en paz, lo que más necesita ahora es estar tranquila y contigo no creo que lo este.

Catalina se fue hacia otra sección del hospital, Jose Carlo la siguió en silencio.

Julie: que hiciste qué?

-que rayos paso con Carla estoy cansada que me oculten cosas.

Julie: te acostaste con ella?

-fue un error hacerlo.

Julie: que tenías en la cabeza mana?, de esa tipa se lo puedo creer todo, pero de ti.

-se acabó!!, quiero saber todo lo que me han estado ocultando.

Julie: eso no nos corresponde.

-claro que sí, son mi familia y se trata de mi vida, por favor.

Mamá: siéntate y escucha.

Julie: mamá, Hilial pidió que no se lo dijéramos.

Mamá: lo sé, pero si se lo hubiéramos dicho desde un principio, tal vez esto no hubiera ocurrido, ven hija_ me senté a su lado y ella me cogió las mano_ luego de tu primer accidente, Carla vino a verte al hospital un par de veces, hasta que ya no volvió más, una tarde cuando ya te habías recuperado nos la encontramos paseando alegremente de la mano de un joven a quien besaba al parecer muy enamorada, tú te acercaste y le pediste una explicación ella te negó una y otra vez dijo que nunca estaría con alguien como tú y un montón de tonterías, te vi llorar y sufrir mucho por alguien que no lo merecía, luego nos enteramos que viajó lejos del país y no la volvimos a ver, lo siento mucho.

-porque Hilial no quiso que me lo dijeran?.

Mamá: no recordabas nada y no quería causarte un dolor, aparte quería luchar para conseguir tu amor pero no de esa manera.

-ella no me va perdonar mamá, la perdí.

Mamá: tranquila hija, cometiste un error, ella en algún momento te escuchara.

Todo ese día estuvo en observación, la mañana siguiente le dieron de alta, por más que insistí que se quedara en la casa, Catalina decidió llevársela, cuando salió del hospital la miraba escondida detrás de un árbol, el doctor había dicho que debía estar tranquila y no quise darle un disgusto, a partir de ahí todos los días dejaba en su puerta una rosa blanca, y una vez por mes iba para preguntar si ella quería verme, sus respuestas siempre fueron no, ya había transcurrido casi una año, mi madre la veía seguido y me contaba como estaba,  no dejaba el violín ni un instante la música era lo único que le importaba y le hacía sentir mejor, una tarde que fui a ver si quería recibirme Catalina como pocas veces me hizo entrar a la sala.

-ocurre algo?.

Catalina: de verdad lo lamento, sé que ha buscado el perdón de mi hija, pero ya no hay razón para que siguas viniendo ni dejando rosas en la puerta, Hilial ya no está aquí.

-qué?, como así?, dónde está?

Catalina: la fila armónica le hablo de un puesto en Europa donde la recomendaron y ella acepto, se  fue hace dos semanas.

-que parte de Europa?

Catalina: Leila de nada sirve que vayas, ella está decidida en seguir su vida sin ti.

-por favor.

Catalina: lo siento, no pienso traicionar la confianza de mi hija.

-Catalina, te lo ruego, yo amo a Hilial como nunca he amado a nadie, solo déjame hablar con ella una vez, después de eso si no quiere verme yo la dejare en paz.

Catalina:…_ se quedó pensando un momento, para luego dirigirse a una mesita tomo un papel y un  bolígrafo escribió algo en él y me lo dio_ solo una vez.

-gracias.

Me retire de la casa sin mirar atrás, tomo el primer vuelo hacia Francia, por internet busque los lugares en el que se presentaría, me hospede cerca, contrate a un traductor pues yo de francés sabía muy poco, la agencia de viajes me dio muchas facilidades, no pude conseguir una entrada en los primeros lugares ya que se habían agotado, por la noche ya en el auditoria vi entrar a los músicos y casi al último como siempre apareció ella, con un vestido negro, el cabello recogido y el violín en la mano, su mirada era fría y distante sin ese brillo que la caracterizaba, coloco el violín en su hombro cerro los ojos y toco, su cuerpo se balanceaba muy lento la melodía fue tan triste como un día nublado donde no se puede ver las calles ni a las personas, sentía la nostalgia de cuando caen las hojas en el otoño, o el agua correr de un rio congelado, como una vida sin atardeceres, al terminar una lagrima caía sobre su rostro, luego de otras piezas más, la presentación termino, todos se acercaban para felicitarla intente hacerme paso entre las personas, cuando ya casi llegaba, Hilial tomo del cuello a la mujer que estaba a su frente y la beso, Manuela la toma por la cintura y le corresponde, sentí una punzada en el pecho como si hubieran clavado una daga en él, destrozando no solo mi alma y mis  ilusiones sino mi vida, esa tal vez fue la respuesta que vine a buscar, aquella que me costaba aceptar, quizás todos tengan razón  y ella este mejor sin mí, solo he sabido hacerle daño, es momento que la deje ser feliz, me di la media vuelta y me retire sabiendo que ahí dejaba lo mejor  que me había pasado en la vida, a la única persona a quien realmente había amado.

De regreso a Perú, mis días se volvieron monótonos no lograba notar la diferencia entre un miércoles o domingo, odiaba ese silencio en la casa ese silencia en mi alma, una tarde tocaron la puerta, Carla vino a verme como si eso cambiara algo.

Carla: puedo hablar contigo.

-no estoy de humor.

Carla: yo… solo quería disculparme, supe lo que ocurrió, de verdad lo siento yo no sabía que Hilial estuviera embarazada.

-lograste lo que querías ella no quiere verme más, pero nunca regresaría contigo, prefiero morir antes que eso ocurra.

Carla: lo sé, y no te insistiré, nunca te merecí.

-en eso tienes razón, siempre fuiste una cobarde que no lucho por lo que sentía, te importaba más el qué dirán, me negaste y te largaste.

Carla: me comporte como una tonta, mi familia se enteró de lo nuestro y tuve miedo de su rechazo les prometí no volver a verte, por eso supuestamente te deje por otro muchacho quien se llevaba bien con mis padres, pero nunca pude olvidarte.

-lárgate, no es solo por lo que paso, es por el simple hecho que no te amo, vete antes que no responda por mis actos.

Le cerré la puerta en la cara, no quería verla, el fin de semana como muchos  otros, fui a beber un trago después de un día largo de trabajo, al salir del Pub-Bar estaba un poco mareada busque en mis bolsillos la llave del auto que había dejado en el estacionamiento, con gran esfuerzo logre prenderlo, sentía adormecida las manos, prendí el radio y escuche aquella canción que termino por hacerme llorar.

-y al ver que inútilmente te envió mis palabras, llorando mi guitarra te deja oír su voz, llora guitarra… y dile que aun la quiero que aun espero que  vuelva, que si no viene mi amor no tiene consuelo… guitarra tu que interpretas en tu vibrar mi quebranto tu que recibes en tu madera mi llanto llora conmigo si no la vieras volver.

La carretera se me hacía más pequeña y la oscuridad invadía mis ojos, apenas parpadee y un golpe hizo que el auto diera una vuelta, un fuerte ruido fue lo último que recuerdo.

HILIAL

Intentaba tejer un  gorrito para  él bebe, cuando escuche el timbre, Chabela ya se había ido, cuando abrí la puerta y vi aquella mujer de pelo negro  y ojos café frente a mí, sospechaba de quien se trataba pero mi pregunta era ¿Qué hacía aquí?

-si, en que le puedo ayudar.

-me llamo Carla y quisiera hablar con usted.

-Carla? Tu eres…

Carla: la ex de Leila.

-y que quiere hablar con migo?

Carla: es algo importante.

-adelante.

Carla: gracias.

Pasamos a la sala y nos sentamos en el sofá le ofrecí algo de tomar, y aunque no quiso nada note su nerviosismo y algo me decía que lo que me viene a decir no era nada bueno.

-la escucho.

Carla: sé que es algo extraño que yo esté aquí, creo que usted debe de saber lo que ocurrió entre ella y yo hace cinco años…

-sí, conozco bien la historia.

Carla: entiendo que ella perdió la memoria y no la recuerda.

-como sabe usted eso?

Carla: aunque haya estado lejos no significa que la haya olvidado.

-que está tratando de decirme?

Carla: será honesta con usted, aun amo a Leila.

-qué?..._ no sé si lo que hacía era valentía o hipocresía.

Carla: ella aun me ama.

-como esta tan segura de eso?

Carla: la conozco muy bien, ella no ha podido olvidarme.

-el conocerle no te asegura que te ama.

Carla: el hecho que haya hecho el amor con ella me asegura que si lo hace.

-lárgate de mi casa.

Carla: te parece justo retenerla aun sabiendo que no siente nada por ti?

-que te largues de mi casa!!!

Carla: okey, pero piénsalo, solo estoy diciendo la verdad no creo que ella te lo niegue, es pésima mintiendo_ se dio la media vuelta y se fue.

Estuve dando vueltas durante horas en la sala, no quería creerle, pero hay muchas cosas que coinciden con lo que dice, la noche que le llame me contesto una mujer las noches que llegaba tarde a casa, el perfume en su ropa, pero tanto tiempo y no me haya dicho lo que supuestamente paso, no creo que sea tan hipócrita, ella misma fue la que me propuso que comencemos de nuevo, no puede ser verdad pero si lo es?, cuando me di cuenta ya no faltaba mucho para que Leila llegara, luego de verla tenía que preguntárselo solo quería una respuesta.

-tenemos que hablar.

Leila: claro dime?.

-solo quiero que me respondas si o no.

Leila: no me asustes.

-pero por lo que más quieras solo dime la verdad, promételo.

Leila: pero dime de que se trata?

-solo promételo.

Leila: te lo prometo.

-te acostaste sí o no con Carla?_ intente no quebrarme y llorar ya para este punto rogaba que su respuesta fuera no.

-respóndeme Leila!!!_  su silencio me mataba, si algo no es verdad simplemente lo niegas de inmediato pero si tardas en responder lo más seguro es que sea verdad.

Leila: sí, pero eso fue.._ mi reacción fue inmediata y la cachetee.

-cómo pudiste, ya no más, esto es lo último.

Leila: déjame explicarte.

-que quieres explicar cómo te acostabas con ella mientras yo sufría por ti_ no podía creer que todo este tiempo me haya mentido.

Leila: por favor amor déjame…_ quiso acercarse pero no quería que me toque no con esas manos que la tocaron a esa no sé cuántas veces.

-no me toques, vete Leila, vete por favor.

Leila: escúchame_ intente irme pero al dar la vuelta sentí un mareo y apenas pude agarrarme del sofá_ Hilial, estas bien?.

-me siento mareada_ sentía como se adormecía mi cuerpo.

Leila: siéntate_ como podía fingir tan bien.

-me duele el vientre, mi bebe_ entonces el pánico me invadió.

Leila: tranquila, con cuidado, llamare a una ambulancia.

Mientras intentaba calmarme los paramédicos llegaron, le pedí que llamara a mi tía, de camino al hospital mis ojos se cerraban, cuando entre a emergencias perdí la conciencia, de pronto navegaba sobre un rio ancho y calmado, el bote en el que iba se mecía lentamente, era una tarde hermosa las aves a mi alrededor cantaban y una pequeña sonata sonaba a lo lejos, el agua era tan clara que podía distinguir a los peces de colores que nadaban dentro de él, ya casi llegando a la orilla  veo a mi pequeño hermano quien me esperaba, al bajar lo abrase tan fuerte como pude.

-perdóname hermanito, perdón yo no quería que te pase nada fue  mi culpa lo siento_ casi ni podía hablar mis lágrimas cubrían su rostro.

Alberth: tranquila Hila, yo sé que querías protegerme, pero yo estoy bien, no te he dejado sola.

-gracias, te he necesitado tanto.

Alberth: haz sufrido mucho, pero tienes que irte aún no es tu tiempo yo te cuidare siempre desde aquí, junto a tu bebe.

-mi bebe?.

Alberth: él está conmigo, no te dejaremos sola, todavía no debe nacer, pero te amamos.

-que quieres decir con eso?

Alberth: adiós Hila, se feliz.

Sentí como si me arrastraran a mi cuerpo, por más que luchaba por quedarme con mi hermano no pude hacerlo, casi al final del camino distinguí que  a su lado se encontraba un niño pequeño con los cabellos oleados y una sonrisa en su rostro, era posible que sea mi hijo pero que hacia aquí, por favor que no sea lo que estoy pensando por Dios él no puede estar muerto.

Abrí mis ojos lentamente, tenía una pequeño sonda intravenosa en mi mano, me dolía un poco y mis movimientos eran lentos, una señorita vestida de turquesa se puso a mi lado me miro algo sonriente.

-tranquila, soy la enfermera de turno, solo tomare nota de algunas cosas, el doctor ya está en camino.

-que me paso?

-intente estar calmada_ el que evada mis preguntas no es buena señal, casi de inmediato el doctor entra, me hizo algunas preguntas, sin embargo no respondía lo más importante.

-dígame que ocurre.

Doctor: hubo complicaciones y tuvimos que intervenirla, lo lamento pero no pudimos salvar a su bebe.

-no…, dígame que no es verdad_ mis latidos se aceleraron, mi llanto era incontrolable.

Doctor: tranquilícese o tendré que ponerle un calmante.

-no me diga que me calme!!!!, se trata de mi hijo… nnoooo!!_ sentí apenas un peñisco y mi cuerpo se adormeció.

Luego de despertar, intente asimilar el hecho que estaba sola, el perder lo que más he deseado en esta vida termino por matarme, ya nada tenía sentido, quise ver a mi tía, necesitaba un abrazo alguien que sea parte de mí, después de insistirle al doctor acepto con la condición que sea solo por un instante, luego de un rato la veo entrar  algo dudosa.

-Tía mi bebe, ya no está_ me abrazo y llore como solía hacerlo cada noche cuando las pesadillas me invadían, ella lloraba conmigo.

Catalina: tranquila hija, él está bien, en un lugar hermoso.

-esta con mi hermanito, pero yo quería tenerlo conmigo.

Catalina: lo entiendo, Leila esta igual.

-no me hables de ella, no quiero verla.

Catalina: porque hija que ha pasado?

-todo esto es su culpa, mientras yo vivía en una fantasía ella se divertía con Carla.

Catalina: cómo?

-me engaño tía, con esa, tenías razón ella ocultaba algo, me mintió.

Catalina: mi amor tranquilízate, hijita todo va a pasar.

Enfermera: lo siento pero la paciente debe descansar.

Catalina: claro, descansa yo estaré aquí.

Asentí con la cabeza, intente dormir un poco, la mañana llego deprisa, cuando menos ya estaba saliendo del hospital, afuera me encontré con mamita y la familia de Leila, agradecí su preocupación, ellos respetaron mi decisión de irme con mi tía no mencionaron a Leila y ella no apareció en todo la mañana, durante los siguientes días las visitas eran constantes, pero cada noche me sentía vacía, sola y triste, mis alegrías se habían esfumado; mientras dejaba pasar las hojas de un libro que no tenía el interés de leer decidí guardarlo dentro de la caja que mi tía había traído de mi anterior hogar, cuando vi la cadenita de un ángel que había conservado durante años el mismo que mi hermano utilizo el ultimo día que lo vi, en ese instante recordé lo que  dijo: que siempre estaría conmigo, que nunca me dejaría sola, que mi pequeño Alberth me sonreiría siempre, cogí el violín que estaba a las pies de mi cama y toque derramando mi alma, llenando mi vida de aquello que me quedaba de lo que hacía mejor toque la sonata más triste y desde ese día no pare hasta que Manuela me ofreció ir a Europa, ella venía a verme seguido siempre intentando hacerme reír, vi en ello una oportunidad de alejarme necesitaba estar lejos de lo que me había hecho tanto daño, decidí no despedirme de nadie excepto de mi tía.

Catalina: hija estas segura de esto?

-sí, solo me queda la música, es una forma de ser yo misma, de transmitir mis sentimientos.

Catalina: sé que no quieres hablar del tema pero y que hay de Leila me cuesta aceptarlo pero durante todo este tiempo ella ha estado pendiente de ti sé que cometió un error pero tú  que sientes.

-yo ya le perdone, pero no puedo regresar con ella, me trae malos recuerdos, tengo que irme tía será lo mejor.

Catalina: te iras con Manuela.

-sí, pero no es lo que piensas ella es una gran amiga, no quiero saber nada del amor al menos por un largo tiempo.

Catalina: y que le digo cuando venga, sabes que lo ara.

-simplemente que me fui, pero no le digas donde, por favor tía, por ninguna razón le digas que iré a Francia.

Catalina: está bien hija, mantenme informada de donde estés, no te olvides de llamar.

Durante las presentaciones, siempre antes de salir cerraba los ojos apretaba el collar en mi cuellos daba pasos lentos y sonreía al pensar en mis angelitos, esa noche al terminar Manuela se me acerca para felicitarme.

Manuela: estuvo hermoso Hilial, mmm… hay algo que tengo que decir.

-qué cosa?

Manuela: Leila está aquí, acabo de verla, si tú lo deseas puedo dejarlas solas para que hablen.

-no es necesario_ me acerque y la bese, sé que no fue lo correcto, con eso tal vez le aria daño ella tenía que hacer su vida, verla no ayudaría a nadie, al besarla la deje ir, por mi mente pasaron todos los momentos que pase con ella, guarde la Leila de la que me enamore la única que pudo acabar con mis pesadillas, y termine por enterrar a la otra que nunca me recordó la que termino con mis ilusiones a la que nunca logre conocer, dije adiós a todo aquello que ya no quería vivir, a lo lejano a lo maravilloso, a una tarde a una noche, a la tierra al mar, a lo puro a lo eterno, a lo cerca a lo lejos, a ella y a mí, adiós… aunque te amare siempre.

LEILA

Siento entumecida las manos, y un dolor constante en la cabeza, por Dios quien sobrevive a un tercer accidente, no sé si eso es suerte o desgracia, abro los ojos, y veo un cuarto blanco, porque siempre blanco? qué hay de malo en lo morado, rosado, celeste, verde o cualquier otro color, intente moverme a diferencia de otras veces la habitación estaba vacía, esto no me gustaba, ahora cuantos años abra pasado? , que podría ser peor, ya cuando estaba perdiendo las esperanzas y creía que mi vida se había acabado, veo entrar por la puerta a una Julie tan joven y reluciente.

Julie: manona, yo ya sabía que esa cabezota no se rompería tan fácilmente.

-Julie?, que te hiciste porque estas tan joven.

Julie: oye que te pasa, siempre he sido regia, y apenas y soy mayor que tú por unos añitos.

Como si no fuera algo predecible entrar el resto de mi familia muy alborotados.

Marcus: ahh mira ya despertó la bella durmiente.

Mamá: hija nos tenías muy preocupados.

Papá: así somos los Benavides fuertes, felizmente lo heredaste de mi familia.

-mmm… un momento, cuantos años tengo?

Marcus: hay no me digas que la manona perdió la memoria.

Julie: te sientes bien?_  mi hermana cambio el semblante.

-cuantos años tengo?.

Marcus: pues 23 me estas preocupando, no lo recuerdas.

-qué? 23 quiere decir que nada paso, sigo con Carla?.

Julie: si, bueno al menos eso creo, solo que ella no ha venido algunos días.

-perfecto, tuve un accidente manejando mi auto verdad?

Marcus: si, mejor llamo al doctor el golpe le afecto.

-no es necesario, estoy muy bien.

Luego de que me revisara la Doctora y estar en observación por un par de días, me dieron de alta, durante ese tiempo me di cuenta que nadie conocía a Hilial que en realidad, aun no la había conocido, porque debe existir, busque a Carla converse con ella y quedamos como amigas, un año paso deprisa, renuncie a mi empleo y conseguí otro muy bueno, faltaba muy poco para la fecha indicada, esa en la que tendría que ir a la biblioteca a recibir un golpe en la cabeza, la soñaba tantas veces, como no sabía la hora exacta estuve desde muy temprano esperando, cogía uno y otro libro mirando a los lados esperando que apareciera, las horas transcurrieron y no había ninguna señal de ella, la biblioteca ya iba cerrar, todo había sido mi imaginación? un fantasía de mi mente?, pero porque recuerdo sus besos, su esencia su aroma, la suavidad de su piel, sus cabellos entre mis manos, eso no podía ser una alucinación, cerré el libro decepcionada, tal vez lo merezca cometí muchos errores con ella, pero si tan solo tuviera una oportunidad.

Cierro el libro y me dirijo a uno de los estantes a colocarlo en su respectivo lugar, me quedo un momento parada respirando profundo, giro un momento para retirarme y un golpe hace que pierda el equilibrio y caiga al suelo, cojo mi cabeza algo mareada, de pronto escucho una voz:

-te encuentras bien, lo siento fue un accidente_ entonces supe que decir.

-estoy muerta? … que de bueno hice para llegar al cielo y ver ángeles_ ella sonrió aquella joven de cabello castaño y  ojos verdes que a la luz parecieran azules, Hilial.

PROLOGO.

Ya casi oscurecía, la arena sobre mis pies parecía humedecer, mire el mar que con sus olas bañaban las costas, cerca de una roca el pequeño jugaba intentando capturar el agua que se escapaba entre sus dedos, sus risos bailaban con el viento miro hacia el cielo y sus ojos café iguales a los míos brillaban a lo lejos, corría de un lado a otro sin prestar más atención que a sus juegos.

-no te alejes mucho Alberth_ voltee y vi aquellos hermosos ojos y su sonrisa angelical, a la que cada día me encargo de volver a enamorar, con quien me siento plena y yo misma, quien me ama y quien amo, solo la observo como lo hago cada día cuando sale el sol, coloco mi mano sobre su vientre y puedo sentir la emoción de pequeñas pataditas de aquel ser que pronto conoceré, de la pequeña Sofí nuestra hija a quien amo tanto como a su madre, la vida me dio una oportunidad que no he desperdiciado, pero siempre me pregunto qué pasaba con las personas que no corrían con mi misma suerte, por eso vivo cada día como si fuera el ultimo, demostrando lo que siendo diciendo lo que pienso, amando sin fronteras por que el amor no solo se trate de uno si no que se convierte en todo, porque existe una Hilial en nuestras vidas, una que tal vez aún no conozcamos pero que pronto llegara a alguien que amemos y recordemos.

FIN.