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Te amo o je te aime 15

en Lésbicos

gracias a todos por la paciencia aqui les tarigo la continuacion de la historia, quisiera agradecer a Mavy quien me ayudo a que lo terminar este capitulo, espero terminar el siguiente pronto, ojala les gusta espero comentarios.

TE AMO O JE TE AIME 15

CATALINA

La veía acostada en el sofá esperando que recuperara la conciencia en momentos fruncía un poco el ceño y temblaba, no pude evitar sentir las ganas de abrazarla, no comprendía ese magnetismo que nos unía, ese apego que aria sin ninguna duda en verla a ella de la misma manera que a su hermana, lo que más me intrigaba era la razón por la que encontramos a Alöis fuera de la casa y tirada en el suelo, Walter miraba preocupado era natural, creería que se debía a su salud, de pronto una tormentosa idea entro en mi mente talvez ella estuviera embarazada, si así fuera él lo sabría y no tendría esa expresión de duda y miedo, comenzó a levantarse y abrir sus ojos todos la mirábamos atentamente, al verme me abrazo, le correspondí sin dudarlo, frotando su espalda, al separarse pidió disculpas y se puso de pie.

Walter: estas bien?

Ana: que ocurrió?

Alöis: solo tuve un mareo y me desmalle, pero ya me siento mejor, quisiera retirarme si no es molestia.

Ana: tranquila, Walter podrías llevarla.

Walter: claro tranquilas yo me encargo.

Apenas sonó el auto de Walter alejarse, me acerque a Ana, al intentar decir solo una palabra me dio la espalda y se retiró, había sido una noche muy agitada, no pude conciliar el sueño, por la mañana llame a Walter.

-Walter como esta Alöis?

Walter: está mejor gracias por preguntar.

-la llevaras al médico, pues no es normal ese desmallo.

Walter: si lo are en realidad este día será muy ocupado, luego hablamos si.

-claro, adiós.

Camine por la casa hasta la alberca donde Ana descansaba recostada sobre el pasto.

-podemos hablar?

Ana: si no es ahora igual será luego.

-quería pedirte disculpas por lo que paso.

Ana: Alöis te hizo acordar a Sofí y es obvio que tú la sigues amando, deberías hablar con ella y arreglar las cosas, tarde o temprano eso pasara.

-yo ya no quiero saber nada de ella.

Ana: es mejor que te acostumbres a la idea pronto viajaran juntas.

-mi hermano me quiere matar del enojo.

Ana: él te quiere ver feliz igual que toda tu familia, he estado pensando y creo que tomare unas vacaciones.

-cuando?

Ana: ni bien comience tu viaje, creo que necesito relajarme, he trabajado tanto los últimos años que necesito un descanso.

-no es para alejarte de mí.

Ana: en parte, igual lo necesito, al menos antes de la boda.

-está bien, pero cuanto tiempo será.

Ana: no lo sé, pero te enviare postales.

-postales? Quien manda eso en estos tiempos?

Ana: jaja yo lo hago, bueno mandare algunas fotos.

-quiero que te cuides mucho.

Ana: la que se debería cuidar mucho eres tú, solo debes escuchar y hablar menos, ahora si me permites seguiré disfrutando de mi descanso.

-si claro_ me pare para retirarme, pero antes de entrar a la casa la llame _ Ana gracias.

Ana: tranquila siempre seremos amigas.

No sé por qué pero todo eso sonaba como si nos despidiéramos, era extraño porque regresando de ese viaje nos casaríamos, en la sala me esperaba mi hermano.

Rodrigo: toma_ me alcanzo una carpeta de documentos, allí tienes los lugares he itinerarios para tu viaje con Sofí.

-al parecer no hay forma de hacerte cambiar de opinión.

Rodrigo: no lo hay, quiero que me mandes informes de su viaje y que sigas al pie de la letra todo el horario.

-tranquilo hermano todo se hará de acuerdo a como digas.

Rodrigo: muy bien, viajaran este fin de semana.

-como? Pero si falta cuatro días.

Rodrigo: pues sí, te recomiendo que vayas haciendo tus maletas.

Y al parecer no fui la única que los hizo, Ana saldría un día antes que yo, el tiempo pasaba tan rápido que solo me vi en el aeropuerto despidiéndome de ella que a diferencia de otro días llevaba un brillo especial en los ojos, una fuerza que no lograba entender, la abrace y ella me apretó tan fuerte que parecía escuchar crujir algunos de mis huesos, al mirarla lloraba.

-espera tranquila, solo será un tiempo, regresaras y todo será igual.

Ana: te quiero mucho Catalina, cuídate, y se feliz, y recuerda cuando la noche esta mas oscura es cuando el sol saldrá.

-eso que quiere decir?.

Ana: en su momento lo sabrás.

Se escuchó el último llamado a su vuelo, y la vi marcharse, recordé todos los momentos que pasamos juntas, y en verdad agradecía que estuviera en mi vida.

Mi alarma comenzó a sonar y mis maletas listas al lado de mi cama, me termine de cambiarme y tome los boletos del avión que estaban sobre mi escritorio, era graciosos pensar que Ana aun antes de irse había arreglado todo.

El chofer esperaba fuera de la casa mi abuela me dio un beso, y de marcha al aeropuerto trataba de respirar lo más lento posible tratando de calmarme, el hecho de estar cerca de Sofí me producía nervios, también molestia pero más nervios que otra cosa, el auto se detuvo, y Sali lentamente de él, mire a  mi alrededor y  allí estaba ella, parada junto a sus cosas, con un Tablet en las manos parecía muy distraída, me acerque.

-hola, disculpa la tardanza.

Sofí: no hay problema recién acabo de llegar.

-apresurémonos así aremos que esto no dure tanto_ voltee y me dirigí hacia la puerta, por ningún momento dejaba el móvil, me supuso que era para saber cómo seguía su hermana ya que lo mensajes que escribía parecía ser seguidos.

En el avión no hablamos casi nada, una que otra cosa siendo lo más educados posibles, estar en primera clase era más tranquilo que cualquier otra sección del avión, aproveche en reordenar los documentos en mi mochila mientras que ella trataba de leer un libro que hacía más de media hora seguía en la misma página, creo que si le preguntara el nombre de la obra, no lo sabría, nuestro primer destino era España, llegamos al hotel Rivers, uno de los tantos en el país, al entrar el gerente salió a recibirnos, nos instalamos en las mejor suite, y cambiarnos llegamos al gran  restaurant, donde pedí que nos llevara a la bodega especial de vinos, analizamos, cubrimos y pedimos informes, la noche había llegado tan pronto que cuando vi a Sofí, parecía muy cansada.

-mejor cenamos ahora, antes de terminar el recorrido para irnos a descansar ha sido un día muy largo.

Sofí: claro.

-puedo preguntar cómo está tu hermana?

Sofí: ella está mejor gracias.

-Walter pareció muy asustado.

Sofí: si, él es una excelente persona.

-lo es.

Sofí: mi hermana me conto de la cena con su familia.

Mis ojos se abrieron lo mas grande posible de inmediato baje la mirada, tratando de encontrar alguna explicación a lo que había ocurrido esa noche, que le había contado?, cuánto sabia?, debería disculparme?, claro que no, la única persona que merecería una disculpa era Alöis y Walter.

Sofí: te encuentras bien?

-sí, porque lo preguntas?

Sofí: de pronto te quedaste muy callada.

-no es nada, y dime que te conto.

Sofí: que se portaron muy bien con ella, me imagino tu incomodad al saber que estaría con ustedes, considerando el parecido que tiene conmigo.

-ahora ya por si es muy complicado para mi tolerarlo.

Sofí: quiero dejar las cosas claras Catalina esto no es más que viajes de negocios lo que haya pasado entre nosotras queda muy lejos de aquí.

-si claro, lo entiendo muy bien, pero solo quiero decirte algo, que a partir de las ocho de la noche estamos fuera del trabajo a no sea que tengamos alguna cena o reunión con empresarios que están  programadas en las libretas que mi hermano me dio, lo que tu hagas el resto del viaja no será de mi incumbencia.

Sofí: estoy de acuerdo con ello.

Después de cenar fuimos a descansar al despedirnos no sabía si hacerlo con un beso en la mejilla o solo tomarla de la mano, determine por solo agachar un poco la cabeza haciendo una especie de reverencia y despedirnos.

Por más que tratara de odiarla se me hacía muy difícil mirarla mal, debía de vengarme de ella pero lo más difícil es que no sabía cómo, pero pronto lo averiguaría, había transcurrido algunos días de nuestra llegada a España y la visita a los hoteles de mi familia, aprendimos a liderar con nuestras presencias, hasta que en una cena de negocios con otros representantes me encontré con alguien que jamás pensé volver a ver, se acercaron a nosotras Jacobo un joven empresario hijo de una de los inversionistas de mi padre y de su brazo Astrid una hermosa rubia sonriente.

Al verla trate de disimular mi asombro.

Jacobo: buenas noches, Catalina un gusto de volverte a ver, y tan bien acompañada.

-buenas noches Jacobo, un gusto de verte nuevamente.

Jacobo: déjenme presentarles a Astrid una muy buena amiga que me visita desde Alemania.

-un gusto señorita, soy Catalina y ella es Sofí una socia importante.

Astrid: un placer_ me dio la mano algo dudosa, como diciéndome que haces, pero después de presentarnos nos sentamos para cenar y hablar de numerosos temas de negocios, trataba de no ver a Astrid y mucho menos a Sofí, me disculpe, y me retire a los servicios, no me di cuenta que detrás de mí me había alcanzado Astrid quien cerró la puerta y me vio acusándome, talvez esperando una explicación al ver que no hablaba decidió hacerlo ella.

Astrid: así que no me conoces?.

-bueno yo… ahh…

Astrid: estoy esperando una respuesta.

-disculpa, no sabía que decir, lo que menos pensé es verte aquí.

Astrid: si, y yo a ti, no sabía que eras empresaria.

-no es lo primero que le digo a las personas.

Astrid: aún sigo esperando tu llamada.

-yo lo siento enserio.

Astrid: no sabes mentir Catalina, tu plan era no volverme a buscar, lo supe cuando te subiste a ese avión.

-yo…

Astrid: lo que paso en Alemania se quedó allí verdad, no soy boba te conozco, pero se aceptar que fue hermoso.

Recordé… ya hace mucho cuando viajaba más que nunca, para mí todo era trabajo, tanto así que Ana no podía seguirme por lo inconstante que era, caí rendida en un hospital por fatiga dormía solo tres horas diarias entre fiestas y las empresas, fue allí donde conocí a Astrid  una alocada chica que hacia carreras en silla de ruedas por todo el hospital con tres enfermeras detrás de ella tratando de detenerla, esa joven que vivía cada día como si fuera el ultimo, con una pañoleta en la cabeza y armando alboroto por doquier, fue ella que llego a mi habitación una tarde para preguntarme cuál era mi historia, a lo cual respondí fríamente que no le interesaba, ella sonrió y dijo que yo no sabía sus interés, pero que le gustaban las historias, porque cada ser humano era un mundo y quería saber del mío, era terca como ninguna he insistió tanto que cedí en decirle de mí, escuchaba con tanta atención y ternura, que a la hora hablaba con lágrimas en los ojos y desbordaba mi alma ante una extraña, quien me convenció a hacer esas locuras con ella, una noche se coló a mi habitación, y me dijo para fugarnos, me pareció loco pero cuanto menos me di cuenta estaba evadiendo guardias y vistiéndome como médico para poder salir, amanecimos en un pequeño restaurant tomando café y hot cakes como desayuno, jamás le comente de mi familia como tal, sino de mis penas, fuimos a su departamento que no era más grande que mi oficina pase los mejores cuatro meces desde hace mucho, entre locuras, risas y en especial ayudar a otras personas, a devolver al mundo lo poco o mucho que nos había dado como ella decía, aprendí que una semana se puede hacer una vida y una vida un día, que no importaba lo que dijeran los demás viví siendo alguien sin ningún centavo en la calle, a ponerme a tocar un saxofón mientras ella bailaba y las personas que pasaban nos daban dinero que no necesitábamos pero que compartíamos con los que sí, está más decir que al terminar el día cuando el silencio de la noche nos invadía sus besos despertaban la parte escondida de mi la inocencia de una niña, fue una tarde que regrese al hospital para hablar con el doctor de mi caso, que la vi salir de una sala con un doctor, al acercarme entendí porque de su comportamiento, porque de su intensidad, Sali de allí dejando atrás el letrero  que decía “ sala de quimioterapia”, los últimos meces que pase a su lado fueron hermosos hasta que tuve que irme, el cáncer que la aquejaba estaba remitiendo, y mis responsabilidades eran más grandes que yo misma, el día que nos despedimos llore como hace tanto que no lo hacía, después de tiempo mi vida comenzó a volverse rutina hasta que llegue aquí.

-lo fue, pero no entiendo que haces aquí.

Astrid: no eres la única que tiene secretos.

-como?

Astrid: mi padre es dueño de las mayores agencias de publicidad del país, bueno de este y más, y vine a visitarlo ya que vive aquí, y encontré a Jacobo mi amigo de infancia.

-vaya que sorpresa.

Astrid: y tu me imagino que por negocios, señorita empresaria.

-la verdad sí.

Astrid: y dime la joven es tu novia?

-claro que no eso jamás volverá a pasar.

Astrid: espera, volverá? No!!!.. ella es…

-si ella es.

Astrid: es que nunca me dijiste su nombre es increíble y trabajas con ella.

-si lo hago, es trabajo.

Astrid: uff… Catalina no aprendiste nada verdad, aun no la haz perdonado, pero yo aprovecho todo para seguir y disfrutar de esta vida hermosa.

-no se te ocurra alguna cosa Astrid, sé que en ocasiones sueles ser muy loca.

Astrid: las mejores personas lo están, salgamos que se extrañaran que no regreses yo iré luego.

-que aras.

Astrid: es obvio para que más se va a los servicios.

-no has cambiado.

Astrid: eso jamás.

Sali del cuarto recordando las locuras que hacía a su lado, en la mesa Sofí me miraba algo extrañada, tiempo después regreso Astrid, que cada que podía me sonreía y miraba pícaramente cosa que me ponía más nerviosa, hasta en momentos me guiñaba el ojo, al terminar la cena me despedí lo más naturalmente posible pero ella por casi me da un beso en la boca si no fuera porque se movió a último momento tocaban nuestros labios, de camino a nuestras habitaciones Sofí no decía nada solo una cara seria.

Por la mañana se limitaba a hablarme por cosas necesarias y así llegaron las ocho, pensé en invitarla algo para platicar de su comportamiento, pero antes de que siquiera lo piense a las nueve alguien toco la puerta de la habitación, al verla me quede muda.

Astrid: lista, salgamos.

-que? Donde?

Astrid: eso es lo de menos hay infinitas cosas que hacer.

-estas loca.

Astrid: jajaj algo pero hay algo que de todas maneras me gustaría seguir haciendo.

-qué cosa?

Astrid: ver la cara de Sofí cuando te coqueteo, para mi ella sigue enamorada de ti.

-que?

Astrid: por Dios Catalina… eres tan ingenua, me mataba con su mirada y mas a ti que no hacías nada por detenerme.

-ella que va estar enamorada, si no sabe qué es eso.

Astrid: no lo sé a mí no me cae mal, no se mi reloj interno me dice que es buena chica.

-ese reloj tuyo está mal.

Astrid: hasta ahora nunca se ha equivocado.

-que te propones.

Astrid: hacer que ella muera de celos, y que tú seas honesta y sincera con tus sentimientos.

-ahora eres  mi psicóloga o que.

Astrid: la verdad amor, estoy estudiándolo, así que salgamos.

-porque salir?

Astrid: porque ella esta abajo viendo no sé qué cosa de vinos, apresúrate.

Me saco de la habitación casi a rastras caminamos y la encontramos en el bar, probando algunos vinos, trate de disimular y actuar corrientemente, se sentó a mi lado y comenzó a reír.

-que tienes??

Astrid: la risa eso siempre funciona, y ni se te ocurra mirar donde ella esta, solo mírame a mi.

Se me apago más acariciándome la mejilla, algo coqueta se mordió el labio inferior, y me hizo poner de pie.

Astrid: vámonos.

-que?.

Astrid: solo hazlo veras que nos seguirá.

-no lo hará.

No paso ni quince minutos y alguien tocaba a mi habitación.

Astrid: te lo dije, abre.

Al abrir era un joven que traía algunos aperitivos.

-y esto?

Joven: fue lo que pidió Señorita.

-pedí?

Joven: si llamaron a la recepción y pidieron esto, para esta habitación.

-yo no pedí nada.

Astrid: tranquila, lo aceptamos joven, Catalina dale su propina.

-enserio?

Astrid: si.

Después de despedirlo, no entendí nada.

Astrid: no te das cuenta que ella mando eso.

-eso no es posible.

Astrid: si lo es, veras que de aquí un ratito vendrá ella con alguna escusa.

No pasó mucho y volvieron a tocar la puerta, no quise pensar que fuera ella, al abrir la vi.

Sofí: puedo hablar contigo un momento.

-claro dime.

Sofí: estaba viendo los informes que me diste y me di cuenta que faltan de este mes, lo necesito para hacer mi informe.

-claro creo que lo tengo en mi portafolio.

Sofí: gracias, puedo pasar.

-ahhh está bien.

Al entrar rápidamente Astrid se acomodó en la cama, al verla se volvió a parar muy naturalmente acercándose a saludarle.

Astrid: hola, un gusto volver a verte.

Sofí: quisiera decir igualmente.

Astrid: cómo?

Sofí: digo que igualmente.

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Astrid: y dime Sofí, estas soltera, casada?

Sofí: soltera y usted?

Astrid: enamorada, pero soltera aun.

Sofí: hay amores no correspondidos.

Astrid: si y otros correspondidos que se dejan ir.

-aquí esta Sofí.

Sofí: disculpen la molestia, las dejo solas, para que continúen,  amm en lo que estaban haciendo.

Astrid: como crees, te pondrás a trabajar después de un día tan agotado, ven acompañamos, trajeron algo para nosotras aunque no lo pedimos.

Sofí: no quisiera incomodar.

Astrid: cómo crees, sería un honor, mandare traer algunas cosas.

Nos sentamos y llegaron algunos vinos que probamos a los cuales sofí, explicaba de qué trataban, cuando nos dimos cuenta ya iban tres botellas y ya sentía mis manos entumecida.

Astrid: tengo una idea juguemos.

-a qué?

Sofí: si a qué?

Astrid: verdad o castigo.

Los colores a su rostro comenzaron a subirse.

Sofí: no creo que sea buena idea estamos algo picadas.

Astrid: miedo?

Sofí: eso jamás, comencemos.

Eso no me parecía buena idea, y no lo seria porque verdades saldrían a la luz.