A LA MUJER DE HOY
¡Mujer!
Que ayer enardecías el arrebato del macho,
que a tus pies estuvo Marco Antonio,
Cesar, Nerón y millones de gabachos
pendientes y aprisionados a tu “conio”;
hoy caes a la altura del vil populacho.
¡Mujer!
¡Galanura de la Naturaleza! ¡Soberana!
¡Alma sublime de mis fines de semana!
Reina de las pasiones, de mis sensaciones.
¡Vergel, paraíso, gloria, cielo y nirvana!
Hoy has fundido mis ansias y emociones.
¡Mujer!
Que enajenaban tus esencias tenues y gráciles,
fragancias de universos inmortales y sutiles,
que remuevan al varón sus pasiones fáciles,
monarcas, príncipes, moros, cristianos y viles,
caían en tus extremidades, dúctiles y dóciles.
¡Mujer!
Olvidas tus aromas de flores de primavera,
ya no hueles a hembra que al yunque extasía,
no volveré a tener alucinaciones ni quimeras.
ni sueños, ni cegueras que tanto me seducía.
Hoy te miro como se mira a una compañera.
¡Mujer!
¡Adiós mariposa, paloma, y alondra copada ¡
Dejas de volar por las nubes de mis fantasías
Abandonas tu dulce nido de mujer enamorada.
¡Ya nunca podré verte a través de tu celosía!
Hoy te veo con la cara triste y la voz cascada.